único

❝Tú siempre decías que en mis ojos podrías observar todo un universo completo, y yo a ti, siempre te preguntaba porqué no eras aquella astronauta perdida en busca de aquel universo.❞

Había un pequeño, pero especial, detalle que a Mina le encantaba mucho de una de sus compañeras de banda.

Y eran esos ojos de bambi.

Aquellas tiernas luces que parecían iluminar cada vez más su atareado mundo, justo como el efecto que tenían esos millones de estrellas con el oscuro cielo de la noche.

Cada vez que esos ojos se posaban en ella, inexplicablemente una sensación de calidez pulsaba en lo más profundo de su ser. Cada vez que tenía la atención de la omega puesta en ella, su loba interior se sentía tan plena y orgullosa de sí misma.

Esa omega y compañera de banda no era nadie más que su Nayeonnie, aquella chica que desde el primer momento despertó todo su interés. Incluso cuando a lo largo de esos seis años ha estado conviviendo con los demás miembros, siendo dos más de ellas omegas también, Nayeon fue la única que se había quedado grabada en su mente y corazón. Como una intensa partitura en la mente de un compositor.

Y creía que permanecería en ese lugar por un tiempo muy largo.

Le gustaba cada pequeño pedazo de ella, cada cualidad, cada defecto e imperfección. ¿Y cómo dejar de lado ese delicioso y dulce olor que desprendía? Ese olor lograba enloquecer tanto a su alfa y a su parte humana, representaba una mezcla de chocolate blanco con frutos rojos, podría decir que se había vuelto un poquito adicta a esa sensación, solo un poquito.

Nayeon era poseedora de una sonrisa que alegraba cada uno de sus días y le hacía delirar, también estaban sus grandes ojos oscuros, o como a ella gustaba llamar, ojos de bambi. Le hallaba una gran similitud con los del adorable animal, tan brillantes y grandes. Incluso hubo ocasiones en las que aquel apodo se escapó de sus labios, terminando ella avergonzada y Nayeon con las mejillas chorreadas de carmesí, pero haciéndole saber que amaba que se le dirigiera así y que por favor lo hiciera más seguido, no importando si era enfrente de miles de ojos espectadores o de las cámaras.

La Unnie de Twice era una chica con una personalidad que simplemente nunca se cansaría de resaltar, siendo tan tímida como traviesa, tan adorable como sensual, una serie de mezclas que le hacían precisamente ser Im Nayeon.

Su mayor.

Mina realmente amaba a la omega, todo de ella en sí. Estaba tan colada, que estaba segura de que si Nayeon le pidiese la luna, ella misma se encargaría de bajársela para ver su lindo rostro ser iluminado, si Nayeon le pidiese cosas imposibles, ella las haría posible sólo para ver feliz a su pequeña con ojos de bambi.

Si lograba que esos gruesos labios se curvaran con entusiasmo y alegría auténtica, sentía que había valido cada maldito esfuerzo.

Aun así, teniendo todo el amor del mundo, todo el amor incondicional que muchas de sus fans le brindaban constantemente, sólo con el de Nayeon podía ser lo suficiente feliz. Sólo con el de ella, podía sentirse llena y completa, como una persona amada y querida, con sentimientos sinceros, sin máscaras, ni divagación.

Puede recordar muy bien todas sus noches íntimas, aquellas noches en las que se permiten confesarse mutuamente como personas comunes y corrientes, olvidándose completamente de las chicas famosas que son, y de aquel filtro en sus palabras que fueron aprendiendo a mantener con el mundo.

No por nada, ella era su fiel compañera de noches.

Realmente apreciaba cada una de esas noches, porque podía ver a un Nayeon sin inseguridades y sin esa ansiedad por saber el qué dirán, porque podía ver a esos preciosos ojos de bambi brillar de felicidad, al igual que de auténtica tristeza, porque en ese preciso momento el tiempo se detenía para ser sólo ellas dos, Mina y Nayeon, nadie más.

Jihyo le repetía en numerosas veces que debía tener cuidado con lo desastroso que podía llegar a ser el amor, porque su alfa podría hacerle perder el control y tomar poder por encima de ella. Sin embargo, lo que no sabe es que podría considerarse un caso perdido, porque ya había caído profundamente por una omega, y no por cualquiera, sino por el mayor del grupo, aquella que cuidaban con tanta dedicación.

Jeongyeon le hacía bromas sobre que su alfa ya había encontrado a su omega destinada en Nayeon, depositando en su corazón un latido de esperanza y fe con una realidad que quería creer fuertemente.

Jihyo después de esa vez que las encontró en una madrugada, sentadas en el mesón de la cocina comiendo helado entre risas, les prohibió que siquiera pensaran en una próxima vez. Pero lo que ella nunca sabrá, es que a escondidas cada vez que no pueden dormir, su salida es escabullirse a la cocina para comer helado mientras comparten momentos que vivieron durante el día, sentadas en el mesón.

Momo no era nadie más que cupido, con la tarea de juntarlas, con bromas y comentarios que dejaban muchas palabras ocultas al aire para que alguien en particular entendiera. Muchas fueron las veces en las que por privado le agradeció avergonzada por todo lo que su alegre amiga era capaz de hacer por ella, sólo para verlas felices a ellas.

Chaeyoung se burlaba de ella por como hablaba de la mayor del grupo, resaltando el asunto de su absurdo, pero tierno apodo que tenía para Nayeon "ojos de bambi". Pero a pesar de todo eso, ella siempre le dejaba en claro que tenía su verdadero apoyo, y se lo demostró en esa noche en la que Mina se sintió realmente mal y pesimista por no lograr que la omega que tanto quería se fijara en ella como algo más que su menor favorita, Chaeyoung se quedó junto con ella sirviendo como un peluche amoroso que la consoló, diciéndole que era una idiota, pero aun así debía de seguir fiel a sus sentimientos.

Todos los días tenía la misma pregunta repetitiva en su cabeza, ¿cuándo su chica de ojos de bambi lo aceptaría como su alfa?

—Nayeon, ¿Podemos hablar? — Mina tomó a la omega de la mano, ganándose una mirada de confusión de la contraria, más por las palabras dichas que por la acción de su menor.

—Claro, Mina-Shi. —Nayeon asintió, mientras que una amigable sonrisa consumía todos sus rasgos.

«Vamos Mina, no es momento para perderte en aquellos ojos.» Subrayó en su mente la inquieta alfa.

—Pero en un lugar más privado. — La jaló hasta la habitación que compartía junto con Momo y por primera vez agradeció que ella no estuviera ahí, Nayeon entró dejándose guiar por Mina, quién soltó la mano de la Omega para cerrar con seguro la puerta.

No quería que ninguna de las demás chicas le interrumpiera cuando estaba tan cerca de exponerse a sí misma.

—¿Minari? ¿Está todo bien? Te noto algo nerviosa. — La mayor tomó la muñeca de la contraria, mirándola con preocupación.

No era normal ver a Mina tan nerviosa y apagada.

—Todo bien, Nayeonnie, no te preocupes. — respondió con una sonrisa para tranquilizarla, aunque más era dirigida para sí misma.

—Vamos, siéntate, para escuchar lo que te diré necesitarás estar sentada. — Una risa floja salió desde lo más profundo de la alfa, en serio no sabía cómo llegar al punto sin ponerse ansiosa y temerosa por la respuesta que pronto recibiría.

Nayeon acató la orden con una expresión de completa duda en su rostro. Mina se sentó a su lado y le brindó una sonrisa, aunque en realidad salió más como una mueca nerviosa.

—Bien, ¿cómo empezar?

—¿Por el principio, tal vez? — Nayeon bromeó con una sonrisa, pero lo que ocasionó en ella, fue que un destello de nerviosismo y miedo la atacara.

No quería perder a su Nayeonnie, no a ella. ¿Qué pasaría si le decía toda la verdad y la omega la rechazaba, alejándose de ella? No sabía la respuesta certeza y tampoco quería llegar a ella.

Inhaló suavemente, llenándose de aquel dulce aroma que desprendía su chica de ojos de bambi, y logrando tranquilizarse un poco.

—Nayeon. — La miró y la mayor le devolvió la mirada con atención —. ¿Por qué eres tan hermosa?

Los ojos de Nayeon se abrieron en sorpresa, y sus mejillas adquirieron un suave color carmesí más elevado del natural.

—¿Por qué haces que mi corazón se acelere cada vez que te veo? ¿Por qué mi alfa te quiere sólo a ti como su omega? ¿Por qué es tan difícil sacarte de mi cabeza? — Mina con anhelo tomó las manos de Nayeon, uniéndolas con cariño —. ¿Por qué cada vez que veo tus ojos me siento tan perdida?

Mina fijó sus ojos en aquellos luceros que amaba tanto, y pudo ver como estaban cristalinos con un sentimiento de duda escondido.

—Tantos años conviviendo juntas, y ya llegó el momento de decirte todo lo que causas en mí. No puedo seguir ocultando que te amo Nayeon, ya no puedo. Te amo y anhelo como nunca lo había hecho con nadie, ¿sabes?

Mordió su labio inferior y se llenó de aliento a sí misma, a la vez que soltaba las manos de la mayor, alejando las suyas.

—Amo todo de ti, amo como eres dulce, amo como eres traviesa, amo como eres un ángel con todos, amo como sonríes, amo cuando me miras, amo como eres amorosa, amo tu embriagador aroma, y en especial, amo que sencillamente seas tú, Nayeon.

» Y te prometo que pondré todo lo que esté a mi alcance para entender que no me correspondes, que sólo me ves como una amiga, como sólo una compañera de banda y no como tu alfa. Lo entenderé porque te amo demasiado y lo más importante para mí es verte feliz, aunque no sea conmigo. Lo único que te pido es que no te alejes de mí, mi pequeña ojos de bambi, si hicieras eso no sabría como seguir siendo yo.

La Alfa suspiró dejando salir todo aquel mal sentimiento, sintiendo como aquel peso que estuvo cargando por tantos años se desvanecía de sus hombros. Por fin había dicho toda la verdad, por fin se había sincerado con quien lo merecía.

Ahora no quería ver la reacción de Nayeon, si ella la rechazase, lo aceptaría. Tal como se lo prometió.

—Eres una idiota, Minari. — Con sorpresa la mencionada observó a la omega, quien tenía sus mejillas coloradas llenas de lágrimas, y sus lindos ojos se encontraban húmedos.

—¿Qué?

—Una idiota, una idiota, una idiota. — Nayeon pasó sus manos por su rostro, mientras sorbía su nariz y negaba —. ¿Acaso nunca te disté cuenta que siempre estuve enamorada de ti?

Y justo en ese momento, el mundo pareció detenerse para Mina, ¿Había escuchado bien? ¿No era otro de sus miles de sueños?

—¿Estás hablando en serio, Nay?

—¿Por qué bromearía con algo como eso, Minari? — Frunció su ceño y abultó sus labios, la alfa rió al ver la bonita obra de arte que era su mayor.

Mina agarró con amor el rosáceo rostro de la omega entre sus fuertes manos, y con el pulgar limpió el rastro de lágrimas que había en las mejillas.

—No llores más, Nayeonnie.

—Te amo, Alfa. — Nayeon se lanzó a los brazos de la menor, abrazándola fuertemente hasta dejarla sin ninguna libertad de poder alejarla. Con una pequeña sonrisa tímida, llevó su rostro hasta su cuello para sentir el relajante aroma que tenía su menor, aquel aroma de cítricos que amaba tanto —. Te amo como mi alfa, Mimi.

—¿Sabes cuantas veces soñé con que dijeras esas palabras? Eres increíble, Nay. — Mina posó una de sus manos en la cintura de la mayor, y la otra se posó en el castaño cabello para dejar suaves caricias en este.

—Yo en serio estuve esperando mucho por estar en tus brazos, Minari. Se siente tan bien estar así.

—No lo dudo ni en un segundo, mi hermosa bebé.

La omega se separó un poco de la alfa para observar su rostro con timidez y con un ligero puchero acompañando sus rosados labios, inmediatamente Mina supo que Nayeon quería algo.

—¿Buscas algo, Nay? — preguntó con un disimulado tono de burla y con una de sus cejas alzadas.

El color en las mejillas de Nayeon aumentó, reforzó el soporte sobre su cuello y fijó sus ojos en otra parte de la habitación.

—¿Puedes llamarme por ese apodo que tienes para mí? Ese que tanto me gusta, Minari. —Cuando dejó salir esas palabras y guardó la valentía suficiente, se vio mirándola con esos ojos llenos de amor que tanto amaba.

Sonrió con diversión, sabiendo perfectamente a cuál apodo se refería.

—Te amo, ojitos de bambi. — Llevó su otra mano a la cintura de la mayor, y la atrajo más hacia ella.

Mina pudo presenciar lo que más amaba en este mundo, los preciosos ojos de la omega brillaron y llovieron millones de estrellas fugaces en sus cielos oscuros. Desde ese momento supo que podía ver un universo completo en aquellas esferas.

Con sonrisas adornando los rostros de ambas, por primera vez se unieron en un beso. Un beso con el profundo significado de plasmar sentimientos que estuvieron guardados por mucho tiempo y unir a dos corazones plenamente enlazados.

Por fin, una alfa podría estar con su omega, y una omega podría estar con su alfa.

O por fin Mina podría estar con su chica con ojos de bambi, y Nayeon podría estar con su chica de eyes mile.

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