—rosieeeee. —se quejó desde la cama. —¿en serio tienes que ir? —preguntó por milésima vez mientras intentaba recoger mis cosas.

—tengo que ir, bebé. —caminaba por la habitación. —sabes que no me gusta, pero tengo que hacerlo si algún día quiero graduarme.

—¿no puedes hacer el proyecto tú sola? —cruzó sus brazos.

—el profe me asignó a hyeri como mi pareja. —cerró sus ojos. —ya conoces cómo es todo.

—porfa, no digas que es tu pareja. —me reprochó.

—¿hay alguna otra manera de decirlo? —intenté no reírme.

—compañera de clases. —volteó los ojos. —suena más específico.

fui a la cama y la alcé en mis brazos, logrando que ella enredara sus piernas en mi cintura.

—ya, tranquila. —besé su frente para luego abrazarla. —mañana seguiremos con nuestro maratón de películas.

—pero quiero que sea hoy. —volteó su rostro y yo alcé una ceja.

—amor, mírame. —le pedí y me miró de mala gana. —será rápido.

—quédate conmigo, no quiero que vayas con ella.

¿cómo le decía que no?

—jen... vas a acabar conmigo. —mi novia soltó una risita y yo suspiré. —siempre te sales con la tuya.

—porque soy tu consentida. —me dio un besito. —¿cierto?

—eres mi consentida. —uní nuestras frentes. —haremos lo que quieras.

y su sonrisa fue lo que necesité para saber que había tomado la mejor decisión... ya pensaría que decirle a mi compañera y al profesor, ahora sólo quería tener a mi novia en mis brazos.