02.

Cuando abrió los ojos al día siguiente, Min Yoongi frunció el ceño, se sentó en la cama con total frustración al darse cuenta que seguía en la novela, que ya era su nueva realidad, pasó sus manos entre sus cabellos y miró a los lados, viendo como la luz traspasaba sobre las ventanas de su cuarto, iluminando el piso de madera. El dia anterior, había tenido que recordar bien a las personas con las cuales convivía, por lo que en un momento, olvidó a esa doncella que permanecía al lado de Lee Ji Eun, su sirvienta personal.

—¿Hay alguien allí afuera?—preguntó con su tono carrasposo.

La puerta se abrió en par, ingresando la doncella principal que le hizo una reverencia de respeto a su señor.

—Buenos días, mi señor. He preparado el agua para su baño y su desayuno de este día-...

—¿Dónde está esa doncella que siempre te acompaña?

—¿Habla de la segunda doncella de este palacio?

—No, ayer conocí a la segunda, me refiero a tu asistente. Su alteza me dijo que me había llamado muchas veces a su cuarto para ser favorecido, pero jamás llegó un aviso a mi persona, lo que me hizo pensar: "O tu me mentiste o tenemos una rata en este palacio".

—¡Mi señor, jamás haría algo que le perjudique! he cuidado de usted desde que somos niños.

—Lo sé, tengo mi confianza puesta en tí, se que darías tu vida por mi y que así también, te la puedo arrebatar. Lo que me hizo plantearme quien recibía siempre los mensajes y me los hacía llegar o te los daba a tí, era esa asistente que tienes a tu lado.

—¿Está sugiriendo que usted nunca fue favorecido por qué ella lo impidió?

—Así es, solo que una sirvienta de baja categoría, no trabajaría de tal forma, al menos que tenga a alguien de poder sobre ella que cuide sus espaldas ¿Por qué quieren impedir que yo sea favorecido por su alteza, solo por ser un omega macho o para que mi padre no suba de poder en la corte?

—Sabe usted que ser favorecido por un príncipe da mucho prestigio, pero tambien recuerde que su alteza, no es un hombre tan favorecido por su padre, ya que es considerado un invalido por ser ciego de un ojo.

—Es ciego, no un idiota, su cerebro aún funciona—exclamó y se levantó de su futón, se dirigió y abrió unas puertas en par, que daban al jardin exterior de la parte trasera de ese palacio—, quiero tener a ese hombre para mí, cuando veo algo que me gusta...—Min Yoongi se giró a ver a su doncella con una sonrisa surcada—, me propongo obtenerlo. Ordena que preparen una buena vestimenta, quiero maquillaje, argollas, adornos para mi cabello y perfume. Desde ahora, he decidido que voy a concebir al hijo de ese hombre, empezaré mi plan de conquista.

—Cumpliré sus órdenes, mi señor. Recuerde que esta mañana tiene reunión con la Reina madre, es una junta de todas

Min Yoongi sonrió, volviendo su mirada al frente.



Kim Soyeon, la Emperatriz Madre, se encontraba tomando una taza de té aquella mañana, era temprano y hacía un poco de frío; pero por la tarde, se podía disfrutar el viento con un día soleado. Suspiró para dar un sorbo a su bebida, bastante pensativa, pronto sería la reunión matutina con las parejas de sus dos hijos, ella solo dio dos varones a su esposo, el segundo y cuarto hijo, provenían de la segunda consorte Noble imperial y el quinto y sexto, eran de la cuarta Consorte, la tercera murió al dar a luz a una de las princesas, eran en total siete hijos que su esposo dio a la dinastía.

—Será un día largo, hoy se juntarán todas las parejas de mi primer y segundo hijo—ella ofreció una media sonrisa, depositando su taza de porcelana sobre un plato—, todas han sido favorecidas, exceptuando al hijo del octavo Ministro Min, me pregunto cuando mi hijo lo mandará a llamar a su cuarto.

—Su majestad, mi emperatriz, favorece mucho al joven Min—comentó su doncella principal que puso un plato con dulces sobre la mesa.

—El octavo ministro es un hombre muy inteligente, sabio y vela por el bien de su provincia que le ha sido asignada, no ha fallado a su majestad desde que subió al trono y todos estos años ha permanecido a su lado, es por eso que decidí pedir a su hijo para dejar en claro que su majestad, le tiene aprecio.

—Pero estos cinco años, el joven Min ha permanecido solo en su palacio, es incluso más solo que el palacio frio,quedó olvidado como las concubinas abandonadas de su majestad el emperador.

—A veces...uno debe tener suerte o por lo menos, tomar las riendas para ganarse el favor y ascender. Es una lástima, que el omega Min sea un hombre demasiado permisivo, sumiso—suspiró con cierta pesadez—, debe ser porque no quería llamar la atención al ser el único omega en el palacio de mi segundo hijo-...

—Aunque ayer escuché unos rumores muy interesantes—comentó aquella mujer juntando sus manos para acercarse al oído de la emperatriz—. El concubino mandó a pedir a muchas doncellas del taller de costura, ordenó que les hicieran muchos trajes e incluso mandó a remodelar todo el palacio de él.

—¿Hizo algo así?—una sonrisa se surcó de los palacios de aquella mujer, quien tomó su té, dando un sorbo, recordando por primera vez cuando vio al joven Min y su respuesta la dejó atónita—, si...solo era de ser paciente y esperar que floreciera—susurró con cierta voz calmada.

—¿No debería hacer algo? las demás concubinas están empezando a decir que es un hombre ambicioso que está despilfarrando el dinero-...

—Cinco años, jamás tocó el dinero que se le dio como su dote anual, jamás pidió nada y permaneció en silencio, entre las sombras, supongo que ya se aburrió de esa cueva, es mejor ver la luz una vez te des cuenta que la oscuridad no es tan cálida—terminó su té. La emperatriz se levantó, siendo seguida de su doncella, caminando ambas en el jardin del palacio de aquella mujer—, una flor no siempre permanece marchita.

—¿No hará nada? dejará que esos rumores corran.

—Deja que las cosas fluyan, quiero ver si hice bien en escogerlo como un concubino de mi hijo.

Aquella mujer tomó una flor del jardín y la arrancó, la mantuvo entre sus manos, notando como los pétalos de esa rosa, se soltaban, cayendo con suavidad hasta el suelo..


Min Yoongi se encontraba listo, ser atendido como alguien de la alta sociedad, no era tan malo después de todo, en su baño le lavaron el cabello, le perfumaron e incluso le hicieron masajes en sus manos y pies, le recordaba que en su vida pasada, jamás iba a obtener semejante trato.

—Mi señoria, usted jamás ha ido a esas reuniones que su majestad la emperatriz ha hecho con las concubinas de sus hijos ¿Está seguro de ir? antes no iba porque no podía dar la cara al no ser favorecido por su alteza, estarán todas las favoritas y la esposa principal de su alteza-...

—iré, nada me lo impide. Ordena que preparen mi medio de transporte.

—¿Y esta bien que vaya con esas ropas?—inquirió dudosa, viendo el hanbock blanco que llevaba unos diseños de flores bordados en hilos de oro por la parte inferior del traje, no solo eso, el omega se había maquillado los ojos de un color ojo, sus labios e incluso delineó con negro arriba, dejando ver una mirada mas voluminosa pero penetrante—, lo tomarán como un presuntuoso, usted jamás ha sido así.

—No debo ocultar las joyas y trajes bonitos que poseo, por algo tengo ese dinero, me puedo dar el lujo, además, estoy seguro que las concubinas vestirán muy lujoso, no puedo quedarme atrás.

Aquella doncella le contempló con sorpresa. Min Yoongi salió de su palacio, viendo como unos soldados que trabajaban allí, sacaron el palanquin, el omega se subió con ayuda de Lee Jong Suk, quien hizo una reverencia y cuando ordenó que los trabajadores levantaran aquel transporte, fijó su mirada en su preocupada esposa. El palanquin empezó a andar,siendo llevado por ocho fuertes hombres, detrás, el grupo pequeño de doncellas del omega.

—Estará bien, no te preocupes de más—trató de calmar el soldado a la doncella principal.

—¿Acaso no ves que nuestro señor está haciendo acciones que en el pasado sería difícil de imaginarlo?

—No lo hace porque quiere, debe de sobrevivir y ha permanecido quieto cinco años, somos sus sirvientes, debemos apoyarlo en lo que quiera, no juzgaremos sus acciones, recuerda los votos que tomamos cuando llegamos siendo muy niños a la casa Min.

—Lo sé—musitó ella con suma tristeza—, es solo que tengo miedo de que salga dañado.

—No siempre íbamos a protegerlo en esas cuatro paredes. Ji Eun.

Ella solo bajó su mirada, respiró con profundidad, empezó a avanzar para ir a la par del palanquin, al subir su rostro, pudo ver a su amo, que tenía su rostro erguido, mirando al frente con total orgullo, en ese momento, ella entendió, que su amo estaba seguro de lo que hacía.



Las concubinas de ambos hijos de la Emperatriz, habían llegado temprano al gran salón, conversaban entre ellas con una sonrisa, mientras se habían hecho un grupo de las compañeras de Taehyung y el otro de las amantes del primer príncipe: "kim Soohyun" todas ellas hablaban de las nuevas modas o sobre los rumores principales del palacio, la consorte Noble, esposa de Taehyung, se daba aire con un abanico, mientras comía una uva, pensativa ante lo que escuchaba de sus allegadas.

—¿Pero por qué hasta ahora actúa así? estuvo quieto estos cinco años, ese omega no parece entender cual es su posición, solo es de décimo rango—habla la segunda consorte de Taehyung.

—No llamó la atención de su alteza, no lo hará tampoco ahora. Mandar a llamar a todas las costureras del talles y pedir semejante orden, despilfarra el dinero como un avaricioso, su alteza debó quitarle su dote, no hacía su trabajo como concubino pero aún así, velaron por él

—Es porque es el hijo del octavo ministro—comentó la cuarta concubina, frunciendo el ceño—, venir de una familia importante que da prestigio puede servir.

Ellas rieron divertidas.

—Pero no servirá jamás en la cama de su alteza.

La esposa principal del primer príncipe escuchaba aquella conversación con cierto interés.

—¿Por qué se sienten orgullosas de tener un concubino virgen en el harén de su alteza?—alzó la voz para ser escuchada del otro lado.

Las doce amantes del primer príncipe, contemplaron a su derecha, las diez favoritas de Kim Taehyung, le dirigieron su mirada,

—Parece que a la primera señora le gusta escuchar temas ajenos—aclaró la esposa de Taehyung, Kim Taeri, forzando una sonrisa.

—Solo pensaba que su papel de esposa principal no es tan bueno, tercera señora, mantener un concubino virgen después de cinco años de ser pareja de un príncipe, da una mala reputación a su harén, no debería sentirse orgullosa. Mi esposo ha favorecido a cada amante del concubinato, incluso, hay un horario para que cada una sea favorecida.

—Primera señora, no soy alguien que obliga a su esposo a acostarse con sus concubinas, es su alteza quien toma sus decisiones.

—Pero es el papel de la esposa principal no causar que el prestigio del concubinato baje.

—Kim Jiwon—sentenció la tercera señora, Taeri suspiró—, preocupese por el concubinato de su esposo, yo sé como manejo el mio. He escuchado que en estos días hay una sirvienta alrededor de su alteza, el príncipe heredero, no creo que sea de buena reputación que una mujer de baja categoría permanezca entre damas nobles.

Ambas mujeres se contemplaron con cierto destello de rechazo entre ambas, la puerta de aquel salón se abrió, Min Yoongi ingresó con sus manos juntas, miró a su alrededor, fue entonces que la mirada de aquel gran grupo de mujeres se enfocó sobre él, algunas le miraron con sorpresa, otras, con extrañeza.

—¿Acaso nadie me esperaba?—inquirió frunciendo el ceño y caminó entre ellas, con el rostro alzado, sacó su ábanico para darse aire, pasando al frente de las concubinas de su esposo, de quien podía reconocer el rostro de cada una, por los recuerdos que tenía de ese cuerpo—¿Me perdí de algo importante? viendo sus rostros, me hace pensar que yo era el tema de conversación.

—Tener un ego tan alto puede hacer que se rompa, décimo concubino—aclaró Kim Taeri que frunció el ceño—¿Pasas de largo sin saludarnos? se debió haber golpeado muy fuerte la cabeza, para recordar cual es su puesto.

—Oh...no, se cual es mi puesto, es aquí—exclamó señalando donde el estaba parado, sonrió ladino, se giró a ver a su izquierda, notando al grupo de otras concubinas, viendo a la esposa principal del príncipe heredero.

Sus cejas se enarcaron al ver la hermosa mujer que era, portando elegancia. En el libro se le describe como alguien de palabras toscas, apariencia frágil pero carácter frío y de poco tacto, pero que amó mucho al personaje principal, incluso más de lo que debía hasta que se llenó de celos a causa de la protagonista que la hizo sentir inferior, convirtiéndola en una mujer insegura al final.

—Le saludo, primera señora—Min Yoogi hizo una elegante reverencia frente a Kim Jiwon.

—Es una sorpresa tenerlo en estas reuniones, joven Min. La única vez que pude verlo fue cuando se unió al harén con su alteza. Ha pasado mucho tiempo, espero que ya se encuentre mejor.

—Siempre he admirado a la primera señora, tiene un porte elegante, no puedo compararme a usted y se que mi prescencia puede ser insignificante, pero si me lo permite, espero que en el futuro pueda tomarme en cuenta por si desea entablar una conversación conmigo.

Kim Taeri frunció el ceño.

—Haces una reverencia frente a ella; pero pasa de largo conmigo ¿Dónde está su respeto hacia mi persona?—reclamó la esposa principal de Taehyung, respirando con pesadez.

—Tengo entendido que en este salón hay rangos, primero se le saluda a la de mayor rango y así...sucesivamente—se giró e hizo una reverencia leve, con desgano y casi poniendo los ojos en blanco, la voz de esa mujer, le empezaba a molestar. Min Yoongi hizo una mueca, de total disgusto que no quiso disimular.

—¿Está haciendo que me vean de menos? es porque no dejé en claro nuestros niveles cuando entró al concubinato, le recordaré cual es su posición.

Ella alzó la mano para ofrecerle una bofetada, Min Yoongi la detuvo a tiempo, soltando un gruñido y apretando la muñeca de esa frágil mujer. Le dio un suave empujón.

—¿Cómo se atreve a querer alzar su mano contra mí? es cierto que es la esposa principal de su alteza; pero nadie puede poner una mano encima, le sugiero que no me tenga como enemigo, después de tantos años de permanecer en silencio y esperar, me cansé de ser una presa, me convertiré en un cazador y reclamaré lo que me pertenece.

—Kim Taeri—interrumpió un tanto divertida la primera señora por aquella situación—,cuando un animal pasa de ser una presa a un cazador, el ecosistema se puede desplomar.

—¿Se puede saber por qué hay tanto ruido esta mañana?—una voz fuerte se escuchó.

Aquella voz familiar resonó en todas las mujeres del salón, se dirigieron a sentarse cada una a sus mesas que se le habían asignado, Min Yoongi solo se fue a la que quedó vacia. La emperatriz apareció por una puerta que estaba del otro lado del salón, todas hicieron una reverencia de respeto total.

—Saludos a su Majestad la Emperatriz—comentaron en coro.

Min Yoongi admiró por varios segundos la belleza de esa mujer, era esbelta, de cabelleras negras y una piel muy clara, mirada afilada como la de una tigresa lista para cautivar y atrapar a sus presas mas grandes, estaban a niveles distintos. Ella enfocó su mirada en cada una, hizo un gesto para que se sentaran, ellas afirmaron, se acomodaron en sus asientos.

—Ha pasado mucho tiempo desde que-...—ella notó al final del concubinato de su segundo hijo, en la última mesa de la segunda fila, unos cabellos algo castaños cortos a un joven con su mirada baja, sosteniendo un abanico entre sus manos—¿Concubino Min?

Min Yoongi le miró con sorpresa y se levantó, haciendo una reverencia.

—Le saludo, su majestad, La Emperatriz.

—Vaya, que grato verlo de nuevo...¿Pero por qué su cabello está corto, qué le sucedió?

Min Yoongi notó la mirada de todos los presentes sobre él, se tocó sus cabellos que con esfuerzo se arregló lo mejor que pudo, poniéndose una horquilla de jade. Quienes llevaban cabellos cortos en esa época, solían ser personas que fueron castigadas, criminales o como una humillación grande.

—Según recuerdo, una de las concubinas, hace dos semanas, cortó mi cabellera, para humillarme—sentenció—, estos años he sido visto de menos al no ser favorecido por su alteza, lo que me dejó a la deriva de humillaciones, burlas, malos tratos por parte de las demás mujeres.

—¿Quién se atrevió a cortar tu cabellera? es denigrante, el caballo de una mujer o de un hombre omega es importante, representa su estatus.

—Puede preguntarle a la tercera consorte de su alteza, esa mujer fue—exclamó viendo al frente sin mirar a la persona que acusaba—, decidí no acusarla, ya que es madre de un príncipe de la dinastía, no quería darle problemas a su alteza con algo tan insignificante, el cabello vuelve a crecer-...

—¿Cómo puede ser algo así insignificante?—La emperatriz alzó el rostro golpeando el brazo de la silla, señaló en dirección de la tercera amante de su hijo—¿Quien te dio el derecho para actuar tan ruin?

La consorte de tercer rango, pasó saliva con dificultad, bajando su mirada, llena de nervios al notar la molestia de su majestad.

—También me gustaría comentar algo más, emperatriz, si me lo permite—ella solo afirmó con lentitud—, estos cinco años, nunca fui favorecido por su alteza, no es noticia nueva y se que todos saben que sigo siendo un hombre casto. Siempre me pregunte porque su alteza jamás me llamó para ser favorecido, pensé que me repugnaba; pero descubrí una impactante verdad cuando fui a verlo ayer.

—Sigue hablando, no te detengas. Nadie podrá callarte ni amenazarte—afrimó Kim Soyeon juntando sus manos—, tienes mi protección.

—Su alteza me pidió muchas veces para poder pasar la noche con él, pero jamás me llegó un comunicado a mí, ni a mi sirvienta personal. Analicé mucho quien podría beneficiarse al respecto al no darme esa información y llegué a una conclusión—Min Yoongi señaló su doncella, ya que las doncellas principales de cada concubina estaban detrás, cerca de la pared—, ella...interfirió que su alteza y yo, nos uniéramos.

—Min Yoongi—interrumpió Kim Taeri—¿Te das cuenta de lo qué hablas? estás acusando a una de las ayudantes de tu doncella principal, ha trabajado contigo desde que ingresó a este palacio.

—Si, tiene razón; pero antes de ser la ayudante principal de mi doncella...¿No trabajó esta mujer para la tercera consorte?

Un gran silencio se hizo presente, algunas mujeres empezaron a conversar entre ellas y la Emperatriz frunció el ceño, aquella ayudante de la sirvienta principal de Min Yoongi,pasó saliva con dificultad.

—Tengo un mal, es mi buena memoria, puedo recordar a las personas muy bien, por algo me elogiaban como un genio—comentó y se levantó para girarse hacía la ayudante de Ji Eun—. Cuando mi padre venía al palacio y tenía reunión en la corte, lo acompañaba y venía en las tardes a los té de la damas nobles, la tercera consorte es hija del tesorero, por lo que la ví varias veces antes de unirse con su Alteza—el omega se fue acercando a la doncella y sonrió—, noté que las doncellas de la tercera consorte...solían tener un objeto muy particular que representa la casa de donde provienen—quitó horquilla que llevaba de decoración aquella sirvienta en sus cabellos—, todas las sirvientas de la tercera consorte lo tienen, se acercó a la doncella principal de la tercera amante y sonrió—ella—se acercó a las demás doncellas, las señaló—y ellas también. Supongo que esta horquilla, es suficiente evidencia.

La Emperatriz le hizo un gesto a la doncella principal, quien bajó dos escalones para acercarse en dirección del omega, tomó la horquilla que el joven tenía entre sus manos, empezando a compararlo con el de las doncncellas. Se dirigió a ver a su majestad, haciendo una afirmación con un leve cabeceo. Las mujeres se contemplaron muy consternadas.

—¡Tercera Consorte!—alzó la voz la emperatriz que se levantó muy molesta ante la verdad descubierta.

—¡Su majestad, emperatriz, por favor, tenga piedad de mí!—gritó la tercera consorte que se levantó de su asiento y corrió a hincarse enfrente de aquella poderosa mujer.

—Trajiste deshonor al concubinato de mi segundo hijo, no solo eso, impediste la existencia de nuevos príncipes para este imperio—la mujer respiró con profundidad tratando de tranquilizarse—, trajiste dolor y humillaciones a una persona, dejaste que tus celos actuarán sobre tu razón. Eres la madre de uhn principe de esta dinastia...por habernos dado cierto prestigio, no puedo ordenar tu muerte; pero no te liberará del castigo—contempló al omega, quien permanecía parado, con sus manos juntas, dejando en claro que no iba a dar un paso atrás—. Dejaré que el decimo concubino Min, se encargue de tu castigo, debido a que fue la victima que sufrió todo este incidente. Dígame, concubino Min como desea proceder.

—¿No dijo la emperatriz que el cabello de un hombre y una mujer es importante, representa el estatus? entonces...quitaré también ese orgullo a la tercera consorte, así como lo hizo conmigo.

La doncella principal de Min Yoongi sacó una pequeña daga y se la entregó a su señor. Las mujeres abrieron los ojos en par, horrorizadas ante lo que iba a acontecer.

—Concubino Min—musitó aquella tercera consorte—, porfavor, le suplico que me perdone...¡Por favor, no puede hacerme esto!

—Hubieras pensado mejor no tenerme como un enemigo antes—dicho esto soltó los cabellos de aquella consorte,una larga cabellera negra se deslizó entre los hombros, reposando hasta abajo de la cadera, ella empezó a llorar; pero sus lágrimas no sirvieron mucho.

Min Yoongi pasó el filo de aquel cuchillo por los cabellos hasta cortarlo arriba de la oreja, dejandolo disparejo, ella pegó un grito desgarrador, cubriendo su rostro y cabeza con sus manos, mientras la mirada de rechazo de la demás, dejaba en claro que su estatus ya no sería importante.

—Además del castigo que el concubino Min decidió implementar, haré el mio—agregó Emperatriz—, la tercera concubina Han, se le bajará de rango y se convertirá en la concubina de Décimo rango, el joven Min, pasará a convertirse en el concubino de noveno rango. La concubina de décimo rango...se le quitará el derecho de criar a su príncipe, quien pasará al palacio de la esposa principal, y se le mandará al palacio frío por un año para que reflexione. A esa sirvienta, morirá mañana ahorcada frente a la plaza principal, como ejemplo de como deben ser castigadas aquellos que traicionan a sus amos.

—¡Su majestad, no me aleje de mi hijo, con mi hijo no!—gritó desconsolada aquella mujer que se acercó a Min Yoongi, frotando sus manos en forma de suplica, tomó la punta de la vestimenta del omega para llamar su atención; pero Min, solo le dio un suave empujón para quitarla encima de él. Guardas, retiren a esta mujer de mi cara.

Los eunucos que custodiaban el interior, se acercaron a la ahora concubina de decimo rango y se la llevaron casi a rastras, escuchándose solo el grito y el llanto de la mujer.

—Lamento que hayas tenido que pasar por una situación así, joven Min, me aseguraré de conversar con mi hijo para que todo este mal entendido entre ustedes no afecte la relación.

—Gracias, su majestad, si me permite...me gustaría retirarme a mis aposentos, en estos días no me he sentido bien pero hice el esfuerzo de saludarla esta mañana.

—No te preocupes, tienes permitido retirarse.
Min Yoongi hizo una reverencia fingiendo una total tristeza en su rostro. Se giró sobre sus talones, salió de aquel salón con pasos relajados , elegantes. Cuando la puerta detrás de él se cerró, sintió fallecer por los nervios; pero su doncella lo sostuvo con fuerza de la mano, vio a lo lejos como los guardias iban a meter a la denigrada concubina a una caja para llevarla al palacio frio.

Yoongi se acercó al palanquín de caja y abrió la pequeña ventanilla, ella se sobresaltó, nerviosa, el sonrió.

—Eres una menos de la que me debo preocupar, si hubieras sido mas inteligente, tal vez hayas tenido suerte y pasaría desapercibido todo lo que me hiciste, sin embargo, no soy ese hombre baldragas que conociste.

—Si su alteza escuchara el tipo de hombre que eres, le repugnarías.

—Solo quiero a ese hombre para mí, también soy muy celoso pero al contrario tuyo—el puso un dedo sobre sus labios, haciendo el sonido de un "SHh" —soy como una serpiente sigilosa.

Ella pegó un grito, buscando hacerle algo a Min Yoongi; pero él le metió rápido la mano y cerró la ventana bajo llave, poniendo perilla.

—Vámonos, Ji Eun, quiero que me prepares para esta noche, tal vez su alteza...me haga una visita.

Aquella doncella afirmó con lentitud, Min Yoongi se subió sobre su palanquín, sacó su abanico de donde lo tenía escondido, dándose aire al sentirse libre de haberse liberado de dos pájaros en un tiro; pero, sabía que esa concubina no había actuado sola por sí misma: ¿Por qué se iban enfocar en él, siendo un simple concubino de décimo rango?

Alguien más había actuado, estaba seguro, temían de él, había una razón que no descubría, sobrevivir en esa jungla del palacio, solo quedaba sacar las garras y convertirse en el mejor cazador, un tigre.

21.12.2024:

Gracias a todos los que han brindado su apoyo en esta historia, besos y abrazos.

¡Recuerden el lema de la familia: Somos Sol que calienta; pero no quema!

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