Carta 74
29/Agosto/2021.
Despertar en un sitio no habitable con una diminuta sonrisa en tu rostro en medio de todo el vacío que acompañaba mi vida, no era sinónimo de sentirme plena. Pero algunas dudas de mi mente se habían esclarecido y una de ellas ya estaba borrada casi por completo de mi memoria. Yo no había matado a Angelina, pese a que en un pasado lo quise hacer, no lo había conseguido.
Opté por visitar a Geovanny, teníamos que hablar y no, esta vez no lo haré suplicándole una familia, él jamás será mi familia, no lo merece. Yo merezco a alguien que me ame por encima de todas las cosas y haga lo que haga, él nunca va a amarme. Su manera de recibirme me lo confirmó todo. Era de esperarse, él era como un robot programado para destruirme, me culpó por la muerte de Angelina jurando que un día iba a encargarse que yo nunca fuera feliz, ¿no crees que ya merezco serlo? Todos se encargaron de arruinarme de todas las formas escritas y no escritas, incluyéndote a ti.
Sentí tantas ganas de matar a Geovanny, porque él ya estaba arruinado, ya no tenía nada bueno por lo que seguir viviendo, su felicidad y su vida se habían terminado desde la muerte de Angelina. Él merecía morir, pero hasta el momento yo no tenía suficientes razones para matarlo. Voy a torturarlo de la forma más cruel, con la realidad, la muerte no duele a comparación con la vida y yo quiero que sufra atormentándose porque Angelina jamás volverá. Merece sufrimiento, todo lo que hizo, hace y hará se lo merece.
Me salí del departamento de Geovanny, en busca de un sitio en donde sus destrucciones no alcanzaran a hacerme daño, lo vi en la distancia hablando con un hombre misterioso para mí, me acerqué con el fin de escuchar su conversación. Todo cambió cuando yo era el motivo de su cruce de palabras.
Ese hombre con el que Geovanny estaba hablando eras tú; mi padre, era el protagonista y villano de todas estas setenta y cuatro cartas para ti. Yo solo quiero ser feliz contigo y una explicación del porqué hiciste lo que hiciste, todo eso decidirá si te quedas o no conmigo, pero para Geovanny yo no merecía ser feliz, para él tú nunca me ibas a amar más de lo que lo hicieron Guillermo y Leticia.
Te abracé cuando Geovanny se había ido, físicamente no eras como te había imaginado. Las dudas se estaban esfumando, tu tonta razón para abandonarme fue que no estabas preparado para ser padre no me servía de nada. Ya no te quiero cerca, quiero que te vayas de mi vida para siempre, si sobreviví a quince años de ausencia puedo hacerlo por lo que vaya a durar mi eternidad, ¡¿qué cinismo y descaro el tuyo?! ¡¿Ahora ya estás preparado para ser padre?!
Me abrazaste, ¿qué ganabas dándome ese abrazo? ¿Quitaste toda la falta que me hiciste? No, las noches en vela llorando e implorando al cielo que alguien me amara, el regreso de una persona que no estaba preparado para ser padre, quise callar todo lo que mi mente gritaba, hacer que todo este tiempo que te estuve esperando, que las cartas escritas con lágrimas en los ojos escribiéndote lo mucho que te necesitaba valiera la pena. Quería olvidarme de todo lo que había transcurrido y me dejé llevar por el momento, volví a aquellas noches imaginando tu regreso en este momento, quería perdonarte porque yo habría querido iniciar de nueva cuenta contigo y ser todo lo que no habíamos tenido la posibilidad de ser; padre e hija.
Pero no, simplemente no puedo perdonarte y darte una oportunidad como si todo lo que sentí no significara nada. Yo sufrí y la mayor parte de la culpa es tuya, si tú nunca me hayas abandonado nada de esto estuviera pasando. ¿Tú crees que a mí me agrada esta estúpida situación? ¡Yo siempre quise un padre y nunca tuve uno! ¡Nunca te tuve!
Esperé que tu abrazo fuera reconfortante, esa paz cuando tienes mucho tiempo sin ver a esa persona amada, pero no, no sentí nada. Tu abrazo fue tan vacío como mis brazos extendidos esperándote o que alguien me diera un poco del amor que tú me habías negado. No sentí absolutamente nada por ti, solo abracé a la nada, a un recuerdo que nunca pudo pasar, porque tú así lo quisiste.
¿Perdón? ¿Qué arreglamos con eso? Es solo una absurda palabra para deslindarnos de toda la culpa que sientes. Y no, esto tú lo quisiste así. Yo no tengo la culpa de tus decisiones, fuiste tú quien decidió abandonarme. Quédate con todo lo que construiste porque a mí jamás vas a volver a tenerme. No, no voy a mentirte diciendo que te perdonaré, porque sinceramente no sé si algún día podré hacerlo. Iba a dejar esta carta aquí, porque aquí termina todo, se acabaron las razones para que vuelvas. Mis dudas ya estaban resueltas, ya no tendría a quien llorarle en las madrugadas, ya no añoraría tu ausencia esperando tu regreso, ya por fin había aceptado tu abandono, que fui tu basura y que eres el hombre que nunca me amó.
Solo eres la nulidad de toda mi vida. No tengo un padre. Esta será la última carta para ti, que no sé si te las voy a entregar, no tiene caso, no significas nada. Y no voy a escribirte nada más que esto, ni como terminó mi día, no te interesa. Fui, soy y siempre seré tu basura, arrepiéntete de todo, porque es lo único que te quedará cuando ya no puedes tenerme.
Tú no eres mi padre, tú eres lo que siempre quisiste ser; el hombre que nunca me amó.
Hasta nunca.
Angélica.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top