Se acabó. El sufrimiento a llegado a su fin. Has estado luchando en una constante agonía durante mucho tiempo, y nosotros no hemos sabido acompañarte como necesitabas y estar contigo al 100% hasta que aparece la sombra de la guadaña acechando desde una cierta pero pequeña distancia. Eres fuerte amama, eres más fuerte de lo que muchos pensaban. Eres incluso más fuerte de lo que tú mismo creías.

He visto el terror en tus ojos. El terror por la oscuridad, el terror por lo que habrá después, el terror por dejarnos, el terror por romper corazones... Y yo he querido agarrarte la mano hasta tu último suspiro.

Gracias por todas tus comidas, gracias por todas las películas que vi contigo de pequeña, gracias por tus tortillas con ensalada en las cenas de los sábados, siempre recordaré como con mucha paciencia le quitabas la piel al tomate porque sabías que me gustaba más así. Recordaré todos esos helados de after diner que guardabas para mí, las mini-oreo, tus oraciones antes de empezar cada comida, y a aitite y tu cantando juntos después del postre. Ahora podréis cantar juntos para siempre.

Pero lo que más recordaré de todo, será tu sonrisa estos ultimos años. Recordaré el brillo de tus ojos que se encendían cada vez que nos veías entrar por la puerta. Recordaré tu risa cuando te hablaba de las movidas en la uni, las tonterías con las locas de mis amigas, o los dramas amorosos, porque como tú, yo siempre he sido una maldita romántica empedernida.

Ya ni hay más oscuridad amama, ahora estás en el cielo, en paz, junto a los que más quieres ahí arriba y recordándote para siempre aquí abajo. No es un adiós, pues en un futuro estoy segura de que volveré a reírme contigo. No es un hasta pronto, todavía me queda mucho que aprender y mucho camino que recorrer hasta cumplir mi misión en este mundo. Es, como dicen en una serie, un "que Volvamos a vernos"... Una promesa de que aunque yo no pueda verte, nunca dejaré de sentirte a mi lado.