Placer
Corría calle abajo,
temiendo no poder verte,
pues desde que te conocí
uno de mis mayores placeres
era escucharte recitar.
Por fin llegué a la puerta
Y, al mirar a través del cristal,
ahí estabas tú,
tan preciosx como como siempre.
Entré y me escondí entre la gente
esperando con ansia tus versos.
Pues esos versos eran balas perdidas
que atravesaban mi corazón por completo.
No podía dejar de mirarte.
Mis ojos se habían fijado en tí,
viva obra de arte.
La vida es corta,
y no debemos privarnos
de los pequeños placeres
que hacen que esta sea maravillosa.
Y es que en medio de mi caos de vida,
tú eras mi pequeño placer.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top