Tonta.
Siempre había buscado tener el universo entre mis manos,
y ahora que lo tenía no hacía más que mirar una y otra vez hacia otro lado.

Reflejo.
Tú eras mi yo del pasado,
la bombilla más brillante que ocultaba una inmensa oscuridad en su interior.

Mentira.
Sabía que habia superado muchas de las sombras que mantenían viva esa oscuridad oculta bajo la luz.
Sin embargo, ¿realmente podía afirmar que ese "yo" ahora solo era parte del pasado?

Deseo.
Estabas roto. Pedías ayuda  a gritos en medio de un mar en el que nadie podía escucharte.
Nadie hasta que aparecí yo; fue entonces cuando mi mayor deseo se convirtió en sanar todas las heridas abiertas que hacían desangrarse a tu corazón.

Pánico.
Mi corazón latía cada vez más y más por tí, mi latido era tan fuerte que retumbaba por todo el firmamento.
Pero tenía miedo de hacerte daño, tu alma era tan maravillosa que jamás me perdonaría destruirla.

Sueño
Y a pesar del pánico, seguía soñando con nuestro cuento idílico de Disney, en el que juntos combatiéramos monstruos y sombras, en busca de un paraíso en el que sólo fuéramos tu y yo.