¿Por que me odias?
¿Qué he hecho para que me tengas tanto rechazo?
¿Acaso te he hecho infeliz?
¿Acaso te he hecho daño?
¿Tan grande es el pecado de querer conocerte?
¿Tan terrible es querer complacerte?

Si te he hecho daño, perdóname.
Si te hago daño, házmelo saber.
Pero por favor, no me odies,
porque me mata saber
que me quieres lejos de tí,
sin tan siquiera ser consciente
de qué he hecho,
de qué ha pasado,
de por qué me odiabas
y me sigues odiando.