23:59
Llego a casa con una sonrisa de oreja a oreja.
Ya tenía ganas de tenerte cerca.
Con un brillo especial en mi mirada,
cojo mi cuaderno y mi pluma
y me tumbo en la cama.
Escribo un par de versos tontos pensando en tí.
y es que tu simple recuerdo
me hace muy feliz.

Estoy muy cansada,
el sueño está a punto de atraparme.
La noche anterior la pasé entera sin dormir,
estaba nerviosa y a su misma vez emocionada.
Tú eres el mayor de mis insomnios,
tu recuerdo es el ladrón que mi sueño roba.

Cada semana,
contaba los días que faltaban
para volver a verte.

Pero llegó aquel miércoles,
en el que con la mirada llena de pena,
disparaste aquella bala
que me atravesó el corazón.
Y se repente,
los miércoles dejaron de ser
el día más bonito de mi semana,
para pasar a ser el más triste...