Me siento egoísta. Por un lado quiero que te vayas, pero por otro te aferraria a mí para poder tenerte hasta el fin de mis días.
Soy una egoísta. Llevas años sufriendo, sufriendo en silencio, un silencio en el que sin embargo pedías ayuda a gritos, pero ninguno de nosotros fuimos capaz de escucharlos.
Perdoname por no haber sabido permanecer a tu lado cuando más me necesitabas. Perdoname por no haber sabido como devolverte la sonrisa y dejar que tu luz se haya ido apagando poco a poco.

Pero a pesar de mis "perdones", sigo siendo avergonzantemente egoísta. Quiero que te vayas ya, quiero que le cojas de la mano a Aitite Martín y os vayáis juntos. Quiero que dejes de sufrir, porque ya no soporto verte sufrir más. No soporto verle a aita devastado, no soporto verle a amatxu decaída, pero sobre todo, no soporto más este dolor, está angustia. Yo me creía fuerte, pero está claro que tu siempre has sido más fuerte que nadie.

Quiero que descanses en paz, que vuelvas a ser feliz junto a tu abuelo, junto a tu padre, y junto a tu marido.
Hemos pasado poco tiempo juntas. Ahora echo la vista atrás y lamento no haberte podido "explotar" más. Soy un desastre, lo sé. Ojalá supiera aprovechar mejor mis oportunidades.

Lo que tengo clarísimo es que no pienso dejarte sola ahora, que es cuando más nos necesitas. Te agarraré la mano, aunque la tuya ya no tenga la fuerza que tenía hace unos días para decirme que todo iría bien. Ahora te digo yo, amama: todo va a ir bien, no tengas miedo porque estamos todos, los que estamos aquí y los que ya se fueron, contigo. ¿Te acuerdas de lo que solía decir Aitite Martín? "Valiente, amama, valiente".

El ser humano es uno de los mayores desastres que ha creado la naturaleza... Pero aunque muchas veces seamos unos egoístas, aunque muchas veces no sepamos expresar muy bien lo que sentimos... Te quiero, amama Agurtzane, te quiero.