1
El sudor resbalaba de mi frente movía los brazos, pero estos no respondían.
La desesperación se estaba apoderando de mi, pero las risas de la muchedumbre fueron el impulso que necesitaba, así que empuje mi cuerpo para arriba y después jale el brazo, mi oponente no vio venir aquel movimiento acto que provocó que perdiera el equilibrio aproveche ese insignificante error y le di la vuelta.
Ahora yo estaba arriba de él sintiendo como intentaba jalarse y no podía, la referí se acercó a nosotros.
—3, 2, 1. Estás fuera. —dijo, sé escucharon muchos aplausos y levanté las manos en señal de mi victoria.
—El ganador ya perdí la cuenta cuántas veces es Ethan. —los gritos y aplausos se hicieron presentes en el círculo y después.
Natasha se acercó y me dió una cajita.
—Ahora lárgate. —dijo en tono serio tan típico de ella sonreí y le mandé un beso, cosa que no vio ya que le estaba prestando atención a alguien más. Bufé y baje del escenario porque lejos de ser un ring yo lo sentía de esa manera.
Ya que la mayor parte del tiempo la gente venía a hacer apuestas y a ver a hombres musculosos golpear a otros hombres.
—¿Quién es él? —pregunte señalando a Nathan claro que lo conocía él era la razón por la cuál había tenido que viajar a Rusia.
—Nathan Kozlov. El más grande del círculo y toda la región. — escuchaba al enano que me daba referencia sin apartar la vista de él ya que tenía posada su mano sobre la espalda baja de la morocha. Apreté las manos en un puño y sentí unos pinchazos en el pecho.
Me iba acercar a decirle que alejara sus sucias manos de mi chica, pero entonces tuve el paso, Nat no era mi chica, ella simplemente era parte del objetivo. Trague saliva y salí del lugar. Odiaba sentirme de esta manera, pero más odiaba perder el rumbo de mis objetivos en la ACC nos habían educado y entrenado para alejar cualquier tipo de sentimiento, pero cada que estaba junto a ella lo olvidaba.
Y era bastante extraño ya que en toda mi vida jamás me había sentido de tal manera.
Salí del escondite y al llegar a la superficie el aire frío de Rusia no era suficiente carga calórica el dar unos cuantos golpes a un individuo.
Camine a dónde mi motocicleta sé encontraba estacionada y entonces escuché algo que imaginé era una conversación privada.
—Es mi hermano, no puedo fallarle. —decia una voz.
—¿Prefieres entonces desobedecer órdenes del jefe? Serás muy su mano derecha, pero en un segundo puede cambiarte además La Bestia está muy ocupada siendo niñero. —esa última frase me hizo comprender que de quién estaban hablando era de Nathan.
Las voces de detuvieron y estuve a punto de seguirlos, pero entonces alguien tocó mi espalda al girar estaba ella.
—¿Y bien? —dijo mientras metía sus manos a las bolsas.
—Ya me iba. —dije mientras buscaba las llaves de mi motocicleta, ella sonrió y se acercó a escasos centímetros de mi, invadiendo mi espacio personal.
— Pensé que eras más divertido. —dijo y me empujó, al estar distraído caí sobre el acento de la moto, ella aprovecho para colocarse enmedio de mis piernas, trague saliva.
—Escucha con atención niño bonito, no me interesa saber quién eres, si tienes un perro o gato, si eres casado, divorciado o un asesino suelto.
Lo único que espero encontrar contigo es diversión, sexo sin compromisos y con muchos beneficios.
¿Aceptas? — aquellas palabras retumbaban en mis oídos, pensaba que sería más difícil acercarme a ella, me sorprendía lo fácil que había sido.
Me acerque a ella y la tomé de la cintura haciendo que subparte intipa pegará en mi rodilla, tal acción causo que ella soltara un leve gemido, cosa que sé me hizo maravillosa.
—Acepto. —dije finalmente a lo que ella selló nuestro acuerdo pegándo su cuerpo al mío causando un sin fin de sensaciones.
El sexo y la diversión no eran parte del trabajo, pero podría ser un gran plus.
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