Capítulo 27: Últimos detalles.

Segunda competencia, 29 de mayo.

Había llegado fin mes y estaba en el Chambelan School para la última competencia que les quedaba. Jazmín los estaba alentando desde las gradas, todos muy eufóricos, Jamie se había peleado con Rocío hacía un par de horas y ésta dijo que no iba a competir, por lo tanto tenían una baja que, para mala suerte de todos, era la segunda que se sabía los giros a la perfección. Había gente de afuera de los institutos escolares, entre los directivos y demás, casi 500 personas entraban en ese colegio.

-¿Cómo que no viene Rocío?- pega un grito Josefina que aturde a todos los de su alrededor.

-No, no viene- dice Jamie con tono seco- pero no se preocupen. Tengo pensado algo, Samuel necesitamos tu ayuda.

-Jajaja sé lo que estas pensando, no creo que funcione- responde señalando con la cabeza a su novia que miraba su celular como algo que era normal en ella desde la butaca de la primera fila.

-Vamos, a mi no me habla desde que le dije que no compita- mintió- y seguro que si se lo pedís te dice que si.

Lo convenció y en menos de dos minutos pasó por entre medio de la gente y se acercó a su chica.

-Amor estas re linda- ella levantó la mirada y sonrojada sonrió- necesitamos un favor tuyo, y digo "necesitamos" porque no soy solo yo el que te quiere cerca.

-No voy a competir si es lo que venís a pedirme con esa sonrisa que me derrite- arqueó una ceja y siguió- no tengo el vestuario, no compré el que tocaba para este mes.

-Usas el de Rocío, ella lo dejó acá- se arrodillo con una pierna enfrente de ella- Dale Jazi, no tenemos a nadie más y los giros te salen perfectos, encajas con Bruno a la perfección para esto.- Ella lo miró intrigada ¿desde cuando le prestaba atención a su baile?, encima esos ojos, ¡Dios como odio que sea tan comprador y manipulador! y encima... puff, mentiroso.

-Bien vamos. Te quiero- le besó en los labios, fue un beso profundo por parte de ella, y a él le hizo recapacitar varias cosas luego de que la veía que caminaba tras el telón donde se encontraban los vestuarios. Estaban todos sus amigos, cuando la vieron, empezaron a gritar y las chicas a ayudarla a vestirse lo más rápido que podían, ya que eran los primeros en abrir el show. Moños negros, telas rojas y verdes, cordones y maquillaje por todos lados, tenía que admitir que sus amigas eran las mejores a la hora de arreglarse, ella después de empezar con Sam había perdido esa parte de su femineidad, por lo menos, en el sentido del maquillaje.

-Bien chicos, hagamos la rondas- Jamie estaba eufórico, sudor en la frente, la camisa casi pegada al cuerpo y unos jeans negros que le quedaban de maravilla, a Jazmín no le daban los ojos de tanto admirarlo, se había puesto en el lugar de Barcaroli y estaba abarcando con todo, eso era muy sexy en un hombre y ella no podía evitar pensarlo en cuando se conocieron en Londres y en el momento que pasaron juntos. Se dio cuenta de que alguien lo miraba y sus ojos se encontraron con los de Jazmín.- Gracias por aceptar- siguió hablando como si no hubiera dicho nada a alguien en especial- ¿prefieren cantar ahora algo corto o mientras baila el otro grupo?.

-¡DESPUÉS, ES HORA DEL SHOW, VAMOS!- gritaron todos, chocaron manos y se dispusieron a subir al escenario.

Pasaron los demás grupos, después de esperar una hora, los jueces deliberaron. Como no estaba planeado, quedaron en 1er lugar. Pensaron que no iban a lograrlo, estaban todos cansados, eufóricos, felices y asombrados, no habían tenido buenos ensayos, pero iban 2/5 en 1er lugar y 1/5 en 2do lugar, no se iban a dar por vencidos.

Luego de que se despidieran de sus amigos de los otros grupos, decidieron ir a comer al piso donde se había mudado Jamie, se había ido a vivir solo luego de que Dan se fuera del grupo, al igual que Roland y Tristan. A las 20:30 ya estaban todos entrando, aunque Jazmín dijo que no tenía ganas, Samuel la convenció, aceptó ir de renegando, y se asombró al llegar. Solo aceptaron ir Viny, Bruno, Guido, Samuel, ella. Las chicas, como siempre, no querían y los demás del grupo debían estudiar para los exámenes.

-Wow, ¿acá vivís?-hizo una pausa- Esto no tiene aspecto de "soy un hombre soltero, nadie me controla y me cuido solo"- hizo una mirada rápida a la habitación mientras soltaba una carcajada y sus amigos también; había un sillón de cuero negro con un solo almohadón y tenía un hueco que dejaba ver el relleno de goma espuma, tenía una mini cocina, heladera, y una mesa con 2 sillas y tres bancos plásticos- igual está lindo.

-Jajaja no sos graciosa.- le dio un golpe en el hombro- siéntense, le voy a pedir sillas a la vecina, a ver si tengo suerte, sino, cambio de planes- levantó los hombros y salió nuevamente por la puerta. Luego de cinco minutos volvió.- Ayúdenme, conseguí sillas y...-miró a Jazmín, pensó antes de hablar y siguió- después tendremos postre.

-Vamos- se levantó Samuel soltando a su novia sin voltear y salió rápido por la puerta, seguido por Guido. Tristan y Roland estaban acomodando la cocina, ellos iban a hacer las pizzas y la salsa casera, Viny y Bruno habían ido a comprar para tomar, fiambres y otras cosas que hacían falta. Ella se quedó sola, sentada en el sillón, revisando y acomodando los últimos detalles de música para el Baile de Invierno, quedaban 3 semanas y no podía salir mal. Era el puente para poder hacer la fiesta de fin de curso en el mismo lugar, el enorme zoom del Pretty Land School of Arts. Mientras veía como entraban las sillas sus flacos pero con fuerza llamados "amigos" recibe un mensaje de texto: "Nena, en cinco minutos, salí a la terraza, agarra mi cigarrillos. J", cuando levantó la mirada vio que Jamie no había vuelto, sacó el mensqje justo cuando su novio se acercó y le dio un beso en la frente antes de decirle que se iba a encontrar en el almacén con Viny y Bruno para traer las cosas.

Una vez que él salió, ella se puso una campera de Guido y camino por el pasillo, subió un par de escalones y abrió la puerta que dirigía a la terraza y ahí estaba Jamie, su altura por momentos asustaba, pero a ella la volvía loca.

-¿A qué estás jugando rubio?- le tocó el hombro y éste se giró sobre talones, con el cigarrillo en la boca y una sonrisa de lado, tenia los ojos brillantes.

-¿Yo?-, arqueó una ceja, se acercó y quedaron a pocos centímetros de distancia, ella tuvo que echar la cabeza hacia atrás para mirarlo, si que era alto- creo que la pregunta sería, ¿a qué esta jugando tu novio?.

-No entiendo, no me hables con adivinanzas cuando se trata de Samuel, yo..-la interrumpió.

-Ahí está de nuevo, ¿por qué no lo tuteas?, no le decís Rastita, Sam, amor, novio- enfatizó la última palabra.

-¿Cómo decir esas cosas a una persona que sabes que te miente en la cara?- se puso de puntas y se acercó a su boca, él tragó en seco- sé que me está engañando, son todos los hombres iguales, pero, la pregunta es, ¿a vos qué te importa a que juega mi novio, James?.-él no respondió con palabras, la tomó de la cintura con una mano, le quitó el cabello del rostro con la otra con la mano en su nuca y la besó, como a ella le gustaba, con pasión, amor y algo de tristeza en cada gemido.

-Me importa porque te amo,-otro beso- me cansa verte con cara triste cada vez que se va, porque ahora sé que con esa expresión me mirabas a mi y hay algo que no sabes y ya estoy podrido de que me evites.- no la dejó hablar, volvió a besarla, esta vez ella lo rodeo el cuello con los brazos para profundizar el beso.

-No quiero saberlo ahora.- se alejó jadeando un poco para mirarlo, tenía las pupilas dilatadas por la excitación, su respiración agitada, ese era el chico de Londres del que ella se había enamorado- espera hasta el baile.- él asintió y ella continuó hablando- hasta entonces, vayamos, ya veo que volvieron y estamos acá.

-Roland y Tristan lo saben, Bruno y Viny también, solo Guido no tenía ni idea de porqué solo vos venías. Pero le van a contar seguro. Vamos- la agarró de la mano, caminaron por el pasillo hasta la puerta, le dio un beso en la comisura izquierda de los labios y entraron. Los chicos no habían vuelto, Guido estaba jugando Candy Crush en la notebook, Roland sonrió pícaramente al verlos, Tristan les guiñó el ojo, Jamie se acercó a ellos y Jazmín se sentó al lado de su amigo, le encantaba escucharlo renegar con ese vicioso juego.

-No saben lo que era el mercado- entró renegando Bruno con Viny y Samuel detrás- nunca mas voy a comprar en esta parte de la ciudad.

-Tampoco para tanto, además, las chicas estaban lindas- dijo Viny riendo.

-La mas linda está acá- dijo Sam y se acercó a Jazmín- toma amor- le dio un chocolate.

-Ay que lindo, gracias- le beso la mejilla- bueno, pone música Guido, ya son las 22 y no puedo quedarme mucho...-fue interrumpida.

-No- dijo Roland desde la cocina en un grito rotundo- hoy te quedas hasta tarde, no me vengas con excusa de trabajo.

-No es por trabajo, tengo que juntarme con Nahuel a preparar el repertorio para el baile, el va a poner música.- dijo y miró a sus amigos esperando ayuda.

-Cancela, lo haces mañana.-estaba enojado, se notaba, pero ella no entendía él por qué.

-Bueno, espera..-<<Hola Nahuis, no puedo ir, Roland no se siente bien, lo dejamos para mañana ¿dale?...-escuchaba a su amigo y miraba a Samuel, no le prestaba atención, había algo raro en su mirada ¿enojo? ¿decepción?, no lo sabía.- Genial, gracias por entender. Te quiero.- cortó.

-Yo, creo que no me quedo más que la cena- hablo Samuel sin levantar a mirada- tengo que hacer algo.- miro a su chica- ¿querés venir conmigo?.

-Vemos después, pero, necesito que hablemos amor.-él asintió, se levantaron y salieron al pasillo. Los chicos siguieron con lo suyo, no dijeron nada y continuaron preparando todo.

-¿Qué pasa bonita? Me estás preocupando, desde que empezamos estas últimamente rara, admito que yo también, pero te noto triste.- pregunto tomando su mano y dándole un beso.

-¿Sabes lo que pasa? Estoy cansada amor, cansada de que actúes de la misma forma que lo hacía James cuando estábamos juntos, y no-lo paro con el dedo- no me niegues que no lo estás haciendo, porque me duele tener que decirte esto. Vos cambiaste, desde que lo "hicimos oficial", ya no sos cariñoso, me dejas colgada en la mitad de las charlas. La verdad, estoy triste porque siento que me estás engañando y quiero que seas sincero, ¿estás con alguien más?.

-No Jazmín, no estoy con nadie más.- respondió ofendido- Yo no soy de esos y acepto que he perdido mi parte afectuosa, me desquito con vos que no tenés la culpa. Dejame que lo corrija por favor, no quiero terminar.- agacho a mirada y sus ojos se pusieron vidriosos.- Sos lo mejor que me pasó desde que llegué a Buenos Aires.

-Entonces espero que te pongas los pantalones y no me dejes mas como si fuera una más del montón.- se acercó a él y le rodeo los hombros con los brazos- porque yo te quiero- le dio un beso y se alejo caminando por el pasillo dejándolo atónito de sorpresa.

Luego de cenar, se pusieron a jugar Xbox 360 y a escuchar música a todo lo que daba, se reían, la pasaban bien. Había llegado Valeria, la vecina de Jamie con postre, una torta de chocolate, él la tenía sentada en su regazo, hablaban pegados casi como si fueran a besarse, pero había algo raro, ella no dejaba de mirar a Samuel, pero él no le devolvía la mirada, sin embargo, tenía los hombros tensos; Jamie le dijo algo a la chica, esta le beso la mejilla, se levantó y desapareció por la puerta.

-Bueno, ¿hago café o mate?-todos dijeron opción dos, así que el rubio se levantó, puso la pava y llamó a su amiga con derecho.-<<Hola pelirroja, vení para casa cuando te desocupes, te espero.>>- cortó y Tristan lo miraba, había algo raro en el ambiente, pero nadie quería preguntar.

Dos horas después, siendo las 3 am del miércoles 30 de mayo, tocan la puerta, uno de los chicos abre y ahí estaba, Francisca, vestida con un corsé negro con un escote prominente, una calza blanca y negra y unos tacos de 9 cm.

-Hola a todos-saludó con la mano y una sonrisa- espero no interrumpir su diversión- agachó la cabeza mientras se retorcía uno de sus rizos.

-No molestas- habló Jazmín y las miradas se clavaron en ella- de echo, con mi novio ya nos íbamos, los dejamos divertirse- le guiñó un ojo a Viny, que quedó sorprendido y con a boca abierta al igual que los demás, pero había entendido el código "me debes una charla"- ¿vamos amor?-tomó la mano de su novio, que nunca le respondió y se fueron, dejando a todos como si hubieran visto un fantasma.

-¿Qué fue todo eso?. Vos no sos así.- le dijo Samuel con un tono áspero cuando cruzaban la vereda y le abría la puerta para subir al taxi.

-¿Querés quedarte?. No tengo problema, me voy con Nahuel- no le respondia- Si mejor, quédate con la rubia, la vecina de Jamie que no te quitaba los ojos de encima.- le dijo subiendo y cerrando la puerta de un golpe. Y para su sorpresa, Samuel nunca se sentó a su lado, le dio indicaciones al taxista, la miró con sus ojos verde pardo como nunca lo había echo, con despreció, ella a punto de llorar lo vio mientras él volvió al hotel.

3 semanas después, jueves 21 de junio.

Después de la cena en la piso del hotel donde Jamie se había mudado, todo había cambiado en casi 3 semanas, había algo, un secreto o algo que ocultaban en su grupo de amigos, en el grupo whatsapp hablaban muy poco o en código masculino, Jazmín estaba casi a punto de salirse cuando Felipe la nombró.

Felix: Nena, ¿estás por ahí?

Jazmín: Si, ¿qué paso?

Felix: Queremos que nos des tu opinión sobre los trajes para el baile.

Mati: Si nena, no nos dan los talles, por favor.

Jazmín: Jajajajaja bueno, diganme en donde están y voy para allá, de paso, me compró una tableta de glitz nuevas.

Jamie: Estamos en Gabanna's, si venís acompañada mejor, están las amigas de Rocio.

Samuel: Saltó el guardaespaldas, tranquila amor, te esperamos.

Jazmín: No saben como odio que... puff ni me gasto, y AMOR, no te cuesta nada buscarme, son dos cuadras, voy con Cadi. Chau feos. *visto 18:00 pm*

Salió del departamento, vestida con un short negro, una musculosa rosa, auriculares y cartera. En la entrada la esperaba Luciano, con una sonrisa de oreja a oreja mientras hablaba por teléfono, supuso ella, con Lali. Se saludaron con un abrazo, él seguía hablando por teléfono, ella iba escribiendo un whatsapp a Samuel: "Amor, no quiero pelear. Sin celos por favor, queda claro que vos no haces nada malo, yo tampoco, sino, después lo hablamos, como adultos en privado.", no recibió respuestas, solo el visto y eso ya significaba algo, casi por cumplir el mes, las cosas no iban a llegar muy lejos.

Jazmín podía ser muy bipolar con respecto a sus sentimientos, algunas personas la trataban de "chica fácil" por haber terminado con Jamie y al poco tiempo, haber empezado con Samuel. A ella no le importaba, tenía bien claro algo, ella amaba a James y si estaba con su novio actual fue solo porque su ex le había ocultado cosas y hasta que no tuviera coraje, nada iban a poder superar. Pero sabía que Samuel estaba con ella por interés, lo había escuchado en clase contándoselo a un grupo de sus compañeros de comedia musical "Jazmín es un amor, pero no es la chica ideal, tengo otras preferencias...es buena y me trata bien, se hace respetar y eso la vuelve sexy. Pero, en realidad, solo puede darme algo que ninguna otra puede, menos intimidad, no la veo capaz de ser tan buena en la cama, pero, mejor después lo hablamos.", como si fuera una muñeca, ya te voy a sacar la careta, pensaba ella.

Aunque era cierto que no tenían una relación fogosa donde, después de cada cena o paseo, terminaban en la cama. Todo lo contrario, cada uno dormía en su respectiva casa y se veían al otro día. De cualquier modo, el cariño no se demostraba con lo físico, ella quería echos y los iba a tener, porque ya estaba cansada de aparentar que tenía una relación que, al principio, fue de lo más armoniosa y linda que pudieron tener. Antes de volverse oficial, obviamente, era un chico totalmente dulce y atento, pero al final, resultó ser peor que Bruno y eso hablaba más que decir que James era un "santo". Mientras intentaba hablar con Luciano sobre lo ocurrido en el último mes, le contaba lo que planeaba hacer en el baile, le decía que mañana su vida iba a cambiar junto con la de la persona que amaba, el músico y mejor preparador de panqueques, Jamie Campbell Bower, esperaba su consejo y éste se lo dio justo en la puerta del local donde, a través de las ventanas, se veían sus amigos llenos de ropa encima acompañados de las vendedoras y las amigas de Rocio a uno metros de ellos.

-Sabes que pase lo que pase, voy a estar con vos para lo que sea.-le agarró las manos y entrelazo sus dedos- sos mi hermana del alma, nada ni nadie va a lastimarte de nuevo, después de 3 años de haberte superado con lo de Bruno y el accidente con Facundo, no voy a dejar que ningún Rasta-man te lastime.

-¿PERO?- la pregunta salió de sus labios con solo ver la mirada inquisitiva de su amigo.

-¿Amas a Bower tanto como para volver a ser la chica alegre que conocí a los 9 años?- trago saliva nervioso, sabía a donde llevaba esta charla y continuó- Porque de ser así, estoy dispuesto a todo, extraño a la chica atrevida que dejaba todo con tal de luchar y no dejar que nadie la pisotee y, la que veo ahora, es un desastre marca me-dan-ganas-de-matarte.

-Lo amo Cadi-su ojos se llenaron de lágrimas- lo amo tanto que, estaría dispuesta a volverme a Londres con él y dejar todo si me lo propusiera.-su amigo abrió los ojos como platos, al parecer, la respuesta lo descolocó, pero, así y todo, la abrazó, le abrió la puerta del local y la dejo ir con el resto de sus atolondrados amigos.

-Muy bien, acá llegó su salvación- abrió lo brazos y todos rieron- hola Greta, hola Mary- saludó a sus amigos y a las vendedoras.

-Gracias a Dios- dijo Damián y la agarró del brazo- yo primero- le mostró dos trajes grises, uno con puntos blancos y el otro negros- me estoy volviendo loco.

-Jajajja, el que tiene puntos blancos, te va a resaltar los ojos, ¿quién sigue?- miró a Samuel y él le tiro un beso volador, se sonrojó, pero lo pudo disimular.

-¿Camisa blanca o negra?- era Ringo desde uno de los probadores.

-Mmmmm, date la vuelta- giró y ella siguió- blanca, si, definitivamente blanca.

-¿Y vos que te vas a poner?- aparece Jamie desde otro probador con un traje negro en conjunto con pantalón, camisa blanca debajo y la corbata desanudada negra, oh dios que hermoso, pensó ella- Samuel nos contó que tenías una sorpresa preparada.

-Arreglate esto- se acercó y le armó el moño en la corbata, sentía la mirada de Samuel en la nuca, lo estaba probando y al parecer, Jamie captó la intención y se relajo- ahora si, si usas eso mañana, tu novia va a quedar impactada. Y si, el regalo de hace 3 años de Bruno, va a servir para algo- lo miró y éste hizo una mueca- pero no puedo decir mas- todos rieron y siguieron probándose trajes y corbatas.

-Mi novia... Si, vamos ver que tal se lo toma...- el único que amagó a reír fue Bruno, pero no lo hizo, Jazmín sospechó y Samuel seguía ignorándola, ya se estaba cansando.

Después de dos horas, por fin, decidieron todos lo que iban a comprarse, ella consiguió glitz para poner en su vestido y se fue caminando con Felix, Damián y Samuel unas cuadras hasta que se quedó sola con su novio.

-Estás muy linda hoy, te queda bien el pelo atado de esa forma- le decía mientras caminaban por la plaza.

-Gracias- sonrojada se acomodó la manga de la musculosa que le caía- ¿cenamos hoy?.

-Me iba a quedar en la radio, tengo que armar todo para mañana, ya que es el baile, pedí la noche.

-Bueno entonces me voy a cenar con Roland- lo dejó sin habla, le dio un beso en los labios y se alejó caminando- ¡nos vemos!.- Llegó a su departamento, saludó a Ruca, le dio un par de indicaciones y fue directo al ascensor, justo salía su anciana vecina del piso 16, la saludó cordialmente antes de que las puertas se cerraran.

<<-Hola Roland, ¿cómo estás?, necesito que me hagas un favor.-estaba nerviosa, su voz temblaba.

-Si decime nena, ¿qué necesitas?- tenía la voz como si hubiera estado gritando, casi no se le entendía.

-Que hagas todo lo posible para que Jamie no venga hoy a casa, me dijo que quería hablar y no estoy de ánimos.

-No te preocupes, Tristan se está encargando de eso, ¿a qué hora necesitas que pase?.

-Vení en media hora, Ruca te va a dejar entrar, por favor, no le digas a nadie, de verdad.

-Tranquila, en media hora o tal vez un poco más, estoy ahí. Chau, futura Señora Bower.>>

Así se despidieron, Jazmín apuró el paso desde el ascensor a su piso, tenía que ordenar todo para el gran momento que se le venía encima, mañana por la noche su vida iba a cambiar y nadie iba a arruinar sus planes. Luciano tenía razón, ella era fuerte y no podía echarse abajo.

Media hora mas tarde, 20:30 pm.

Jazmín salió de la ducha, estaba vestida con un buzo deportivo arriba y abajo en conjunto azul, tocan la porta y pega un grito diciendo que estaba abierto, una vez que se voltea terminando de acomodar el sillón, ve a Roland vestido con la misma ropa que hacía unas horas.

-Dios, el rubio si que es observador-ella abrió los ojos como platos- tranquila, me llenó de preguntas, pero ya tenía todo planeado, no me siguió nadie, ¿por dónde empezamos?- se frotó las manos una con la otra como cómplice de un crimen.

-Ya me estabas asustando, mi habitación, tengo un desastre y sola no puedo ordenar.- dicho esto, ambos se dirigieron al cuarto, estaba lleno de ropa tirada por todos lados, él como hombre se rió a mas no poder, ella como mujer le dio un codazo en el costado y empezaron a ordenar, después de una hora, se sientan en el borde de la cama y Roland le da una bolsa azul con un moño negro.

-¿Qué es esto? Te dije que no quería que gastes plata Ro.- dijo con una mueca triste pero intrigada.

-Si no te gusta, lo devuelvo, pero tenes que mirar todo detalladamente.- ella asintió y sacó el contenido, había un par de medias arriba de la rodillas de red azules, un conjunto de ropa interior de encaje negro con azul y un porta ligas negro.

.¡DIOS QUE LINDO! Me encanta, espero no sea una propuesta- ambos rieron y ella siguió- creo que mi cuerpo no me da para ponerme esto- se miró y señaló.

-Jajajajajaja no me hagas reír, según lo que escuché, desde que empezaste a salir a correr, tenes un "culito de dioses"- hizo una pausa mientras ella evitaba reírse- si esas palabras uso el futuro Señor Bower de la morocha-tonta-que-me-hace-enojar.

-Bueno gracias, de verdad estoy nerviosa y espero salga todo bien mañana. ¿Te puedo preguntar algo?.

- Si nena, lo que quieras.

-¿Por qué Jamie se tomó tantas molestias en ocultar al principio su relación con Rocío?- él la miró con ojos de compasión- no me mires así, de verdad, necesito saberlo.

-Y lo vas a saber, pero yo no te puedo responder eso. Lo único que si puedo decirte, es que, a pesar de que está con la pelirroja, esa Francisca, no deja de romper la paciencia con vos.

-Sé que no es verdad, pero voy a optar por creerte, yo...-se interrumpe cuando suena la puerta, ambos se miran- ¿quién será?, espera acá. ¡YA VOY!- grita y sale disparando a atender.

-Emm... hola Jazi- era Samuel, con su chaqueta de cuero, unos jeans negros y una remera blanca- ¿puedo pasar?-

-Si, pasa amor, estoy con Roland- se dieron un beso y Roland salió de la habitación cerrándola y bajando las escaleras rápidamente- mira quien vino- le dijo con una sonrisa disimulada en los labios.

-Hola man- chocaron puños- bueno nena, creo que ya entendí todo para mañana, paso por lo de Nahuel a dejarle esto- agarró el pendrive de la mesa- mañana es el Gran Baile, ya quiero ver a tus amigos vestidos de traje- le dio un beso en la mejilla, abrazo corto con Samuel y se fue dejándolos solos.

-Creí que te quedabas hasta tarde amor, ¿querés que cocine algo?- él no respondió, se acercó a ella, le tomó el rostro con las manos y la besó, dulce, apasionado, como la primera vez en el sillón de su vieja casa, ella tardó en reaccionar, pero luego de hacerlo, lo tomó por el cuello de la chaqueta y él a rodeo con sus brazos por la cintura.

-¿Comer? mmmm... si a vos, definitivamente debe ser la comida mas deliciosa para probar- ella se ruborizó pero siguieron besándose mientras él la tomaba en brazos y la llevaba hasta el sillón y la recostaba suavemente, no quiso perder tiempo en ir a la habitación.

-Wow- dijo excitada por el apasionado beso- esto si que me toma de sorpresa, ¿qué pasó Sam?.

-Quiero hacer el amor- se puso de rodillas encima de ella que estaba tendida en el sillón- quiero terminar lo que nunca llegó a ser en tu antigua casa.-ella asintió totalmente ruborizada, era la primera vez que iban a tener ese tipo de intimidad, sabía que algo pasaba, pero no quería arruinar el momento, tal vez único, en descubrir si él de verdad solo la estaba utilizando para seguir ganando amigos o si había sentimiento alguno por ella.

-¿Sabes que no es obligación que lo hagamos verdad?-ella tenía miedo, miedo a que no sea como lo había imaginado, miedo a no dar lo que recibiera o no poder entregarse a él, después de todo, no era el chico jovial y atento que le había gustado meses atrás.

-Lo sé, pero, me gustaría poder hacerlo, demostrarte de alguna forma que no sean palabras lo que siento por vos- la besó en el cuello, ella gimió de placer al contacto de sus labios- pero ¿vos querés hacerlo? No te puedo obligar, sino sería violación y lo que menos quiero es lastimarte.-otra vez esa frase haciéndose el bueno, pensó ella.

-Si, quiero hacerlo- los ojos verdes de Samuel se dilataron cuando ella posó sus manos en su abdomen en el intento de quitarle la camiseta, estaba excitado y tenía un cuerpo marcado, ella era la primera vez que lo veía semi-desnudo- pero despacio, hace bastante no hago nada- agachó la cabeza y él la tomó entre sus manos.

-Lo vamos a hacer como vos quieras amor- la besó y le quitó suavemente el buso, quedó en corpiño y él la observaba, parecía estar encantado con lo poco que ella tenía de atributos, la hizo ruborizar, sonrieron ambos nerviosos, como después de su primer beso, la sentó en sus piernas, comenzaron a besarse y acariciarse. La previa, eso llamaba Jazmín a ese inicio pasional con besos, caricias, gemidos y preparación antes de llegar al éxtasis de sus cuerpos desnudos unidos. Luego de media hora, la tomó en brazos y se dirigieron a la habitación, Jazmín recordó cuando entro con Jamie ahí la primera vez, ese había sido su sitio, su nido de amor en uno de los momentos que marcó a ella para siempre, cuando se entregó como jamás lo había hecho, pero dejó de pensar, tenía que centrarse en Samuel ahora.

La dejó parada al lado de la cama y volvió a besarla, ambos desnudos, él tenía un cuerpo increíble, muy sensual y ella no podía dejar de pensar que era la primera vez que lo veía así y la última, porque, sacando conclusiones, luego de esto, uno de los dos iba a romper... Lo empujó y derrumbó en la cama y empezó a excitarlo con su boca, él gimió, ella sonrió malévola y continuó con el acto, cuando quiso correrla, ya era tarde, le había colocado la protección y lo dejó casi sin palabras. Ella le hacía el amor a su chico, mientras la tomaba de su trasero y la ayuda a subir y bajar en su centro de intimidad, habían empezado a tener su primera relación íntima, cambiaban de lugar, se daban mutuo placer y cuando ambos están llegando algo ocurre que terminó con el que podría haber sido el mejor momento de su relación.

-Oh...Jazi, voy a llegar, oh amor para- gemía, estaba realmente excitado, ella no quería parar.

-No puedo, OH Sam, no no pares, amor- lo besó y él aumentó el ritmo mientras rozaba sus pechos con sus manos.

-OH NO, !VALERIA!- ese gritó terminó con lo que había quedado entre ellos...

-¿Va- valeria?- dijo entre cortada Jazmín- ¿Valeria la vecina de Jamie, Sam?.

-Oh no.- se alejó de ella mientras veía como las lágrimas se asomaban en sus castaños ojos marrones.- Yo, Jazi, amor..

-No me digas así- espetó a punto de llorar- me querías hacer el amor para no lastimarme y cuando acabas me decís otro nombre- miró el reloj de la mesa de luz, eran las 4:00 am, volvió a hablar- te vas de mi casa, ahora.

-Dejame que te explique por favor.-rogó, pero ella no respondió, señaló la puerta sin mirarlo, sino se mantenía firme, sabía que iba a caer en sus hermosos y seductores ojos verdes nuevamente.

Se tapó el cuerpo con la sábana mientras veía como su ahora indeciso novio se vestía y la miraba de reojo esperando a que hablara, pero ella no iba a decir nada, no en ese momento.

-Te, te veo a la noche.-dijo el nervioso, iba a darle un beso y ella le corrió la cara.

-Si, tengo que pensar muchas cosas, chau.-cerró despacio y cayó apoyada contra la puerta, no había lágrimas en sus ojos aún, pero su corazón estaba roto, decepcionado, fuera de órbita. Y algo era seguro, había gato encerrado y sus amigos se la iban a pagar...

-Espero que tu secreto valga la pena rubio idiota- gruñó con la voz quebrada y comenzó a llorar con la cabeza entre sus rodillas.

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