Se acercaba el final de las vacaciones, un 19 de enero, ya era hora de ir a tomar el vuelo, luego de pasar 4 meses en Inglaterra, Londres, su tiempo de volver había llegado, Jazmín no quería saber nada. Pero bueno, al pasar las 13 horas de viaje y recuperar la señal, el móvil no dejaba de sonar, los chicos ya empezaban a organizar la cena de encuentro para ponerse al día y demás. Mientras tanto la joven delgada, altura media, pelo castaño y ojos marrones, había llegado a su casa, estaba en el cuarto, con el bolso a medio desarmar, solo se asomaban los libros y el álbum de fotos antiguas, obsequio familiar en recuerdo de las fiestas; el viaje fue extraño, lindo, loco, tantas cosas ocurrieron que anhelaba no haber vuelto a casa...

Pero bueno, cosas que pasan. La felicidad dura poco cuando te limitas y todavía no tenes autoridad de tu propia vida. Aunque, que lindas estuvieron, pensaba entre que sacaba más prendas del bolso...

Suena el teléfono, era Gonzalo, su mejor amigo, uno de los pocos que había conservado luego del accidente; el típico chico sexy, sonrisa perfecta, labios finos, flaco y con músculos que se hacían ver abajo de cualquier prenda que usara, pero sus ojos verdes profundo y que te atrapaban con solo decir "Hola" eran los que llamaban más la atención... Ella no quería atender, pero ya el sonido era molesto para concentrarse en lo que estaba intentando hacer.

-Hola- dijo Jazmín sin ánimo.

-¡Hey! Hace rato te estoy llamando, paso a buscarte en 2 horas, ¡no quiero un NO por respuesta!- se adelanto a decir Gonzalo- Dale va a ser genial, van a estar todos.

-Mmmm. No tengo ganas, ¿pueden dejarlo para mañana?. Estoy agotada por el viaje.- en realidad, solo quería estar sola.

-Dije que no iba a aceptar un no por respuesta. Todos estamos cansados, yo ahora estoy en el trabajo, te veo luego. Beso linda..- Colgó Gonzalo móvil el y silencio apacible volvió a inundar la habitación. La verdad, no tenía ganas de festejar, era la típica chica que se colocaba auriculares para aislarse del mundo y vivía apuntando cosas en su teléfono y sacando fotografías; además de su pasión por cantar y muchos hobbies más. "Ya es hora de prepararme" pensó y fue a darse una ducha.

El agua caía por sus hombros, y comenzaba a recordar lo que había vivido en sus vacaciones. Las personas que había conocido, el reencuentro con su familia y el chico rubio de los ojos celestes como el cielo, Jamie, lo pensaba y temblaba todo su cuerpo, como si le dieran escalofríos. Al pasar la hora, ya estaba lista, con un vestido azul corto arriba de las rodillas, el pelo recogido dejando un mechón como si fuera el flequillo y unos tacos a tono con la prenda; un collar que le regalo su abuelo y unos pendientes recuerdo de su abuela que había fallecido hacían ya 2 años y la amaba tanto que al recordar se le indudaban los ojos de lágrimas. Pero no era momento de llorar, pronto llegaría su querido amigo a buscarla y tenia que estar ya lista porque el muchacho era muy impaciente.
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-Guau, estás super linda, Te sentó bien el viaje a Londres, lamento no haberte podido acompañar- dijo su amigo mirando el suelo apenado- Pero te lo voy a compensar. ¡Vamos!

-Jaja, siempre tan dulce, gracias bombón, dale vamos- se abrazaron y sus miradas se cruzaron con un brillo especial, fogoso y no recordando su lazo amistoso, pero no se besaron, salieron y se subieron al pequeño pero cálido auto gris con vidrios polarizados del muchacho.- ¿Y porque decidieron juntarse hoy? -preguntó intrigada.

-Mi hermano, sabes como es Bruno, se le mete algo en la cabeza y no lo para nadie- dijo levantando los hombros indiferente- y bueno, los chicos se prendieron y las chicas no se quedaron atrás.

-Tu hermano me la debe.-Recordaba a Bruno, con su cabello castaño, ojos verdes tirando a miel, labios semi gruesos... su primer novio, como no acordarse, el chico alto de cabello largo que con su voz cálida y casi gruesa le volaba la cabeza.- Si me pongo de mal humor, él será el único culpable-prosiguió.- Gonzalo largo una carcajada y arrancó el auto, mientras manejaba hacia el bar, Bristo era lujoso a la antigua y contemporáneo, especial para gente de 18 a 30 años, lugar de encuentros, peleas, reconciliaciones y cualquier cosa que fuera en grupo o parejas, el lugar perfecto...

Llegaron y ahí se encontraban ya todos sus amigos, los hermanos Josefina (Fina para sus amigos) la chica intelectual y divertida del grupo y Matias, deportista amante de la tecnología visual; después los "3 mosqueteros" como solían llamarlos todos, Facundo, Alan y Guido, inseparables desde jardín de niños como nacidos en la misma cuna, a su lado por la izquierda, el famoso Bruno, mostrando su sonrisa de Soy el mejor y todos me aman, después Felipe el bailarín y Santiago, alias "el gordo" el chef oficial del grupo; más allá estaban las mellizas Sol y Belén, las inseparables que siempre terminan la frase de la otra, estaba Tamara (Tami, la bella y tranquila del grupo) parecía modelo, sus facciones eran perfectas y sus ojos verdes pardo hipnotizaban junto con su gran sonrisa, estaban las "coquetas imbancables" Antonella, Pia, Caterina y Luciana, nadie las bancaba, pero ellas se invitaron solas y fueron a la reunión, y sentada en el paredón del lugar, estaba Patricia (Patito) la hermana de Jazmín, ansiosa del encuentro con su hermana después de 4 meses de no verla...

-Por Dios, ¿a quién trajiste Gonza?, ella no es Jaz ni ahí.- dijo Bruno con voz burlona y una media sonrisa mientras se acercaba y la tomaba de la cintura para abrazarla- Estas preciosa, te extrañé.-susurro al oído, la besó en la mejilla y se alejó con el cuerpo acalorado, sin explicación del por qué. Lo suyo habia sido hace mucho, no había explicación para estar nervioso.

Después de que todos saludaran a la adorable chica, hicieron un abrazo grupal y entraron al lugar para empezar la celebración.

Estaba lleno de gente, pero por suerte ellos tenían su lugar reservado así que solo entraron y comenzaron a sentirse como un gran grupo de extranjeros, eso decían las chicas.