22
— ¡Siete de la mañana! — Grito otra vez — ¡Son las siete de la mañana!— vuelvo a poner las cobijas sobre mi cabeza. —Mel, sabes que haría muchas cosas por ti, pero no me hagas levantarme a las siete de la mañana en un día feriado, por favor no.
—Nadie está diciendo que tienes que llevarme— la escucho caminar por la habitación. —Demonios, ¿dónde puse esa camiseta?
—¿La rosada?
—Yep.
—En el armario, la pusiste ahí para que no se arrugara.
—Gracias— se puso su camiseta y la escuche tomar su bolso, esa era mi señal, si no me levantaba y la llevaba a su ensayo ella probablemente iba a enojarse conmigo por ser un mal novio, incluso aunque ella decía que no importaba.
Me levanto tan rápido como puedo de la cama y corro hasta el baño, lleno mi cepillo de dentífrico y en el camino a mi habitación me cepillo los dientes. Con el cepillo aún en la boca busco unos pantalones que no estén tan arrugados para no avergonzar demasiado a Melanie, busco una camiseta que no apeste y hago una nota mental de lavar la ropa cuando regrese, la más asombrosa de las ideas cruza por mi mente y tomo mi mochila antes de regresar corriendo al baño tan rápido como puedo y me enjuago la boca justo a tiempo para alcanzar a Melanie en la puerta.
Ella tiene esa sonrisa de oreja a oreja que tiene siempre que obtiene lo que quiere y... demonios si me encantaba esa sonrisa.
Unos minutos después estaciono el auto frente al edificio y antes de poder decir adiós, ella ya está afuera. Antes de que se vaya sin darme si quiera un beso, tomo mi mochila del asiento trasero y salgo del auto.
—Mel— me quejo, la tomo del brazo. Ella se hace la que no sabe lo que quiero, pero sabe que me avergüenza un poco besarla frente a todos sus amigos. Me mira esperando que diga algo, un par de chicos nos observan mientras entran al edificio y otras tres o cuatro personas nos observan con diversión.
No puedo evitar gruñir, ¿Cómo le explicaba a Melanie que no quería besarla porque probablemente sus amigos estaban pensando mierda sobre mí?
Cada vez que ella quería besarme frente a sus amigos me sentía extraño, de una mala manera. Durante los tres meses que habíamos estado saliendo, nos habíamos encontrado con más de un par de personas que se burlaban de la pareja que hacíamos e incluso había personas que me señalaban y se reían, lo que les juro que no me molestaba hasta que comencé a salir con Mel. Normalmente el primer pensamiento que la mayor parte de la población tiene al ver a un chico... como yo y a una chica como ella era que o tenía mucho dinero o era extremadamente bueno en la cama y la última vez que revise mi billetera no había dinero suficiente como para ser considerado un millonario.
Soportar burlas sobre mi peso era bastante complicado de por sí, pero soportar burlas sobre la pareja que Melanie y yo hacíamos era casi imposible.
Y sé que ella sabía que era bastante complicado para mí hacer caso omiso a los ofensivos comentarios de personas extrañas, incluso aunque eran solo eso... personas extrañas. Y también sabía que ella intentaba hacerme superar el asunto, intentaba hacer que dejara de importarme lo que las personas decían no solo sobre mi peso, sino también sobre la razón por la cual estábamos juntos. Y lo apreciaba, de verdad, pero a menos que estuviera en mi lugar, no podrá comprender por lo que estaba pasando.
Dejo a un lado mis inseguridades y sacudo mi mochila. —He estado pensando en esto un par de días, —me paso una mano por el cabello —pero necesito que me digas si te parece una buena idea, porque creo que es una de las mejores ideas que he tenido en un par de años, entonces traje mis cosas por si tu respuesta era sí, pero si dices que no, no tengo ningún problema y...
— ¡Matt!— me grita con una sonrisa. —Solo dime que es lo que quieres.
—Bueno— tomo un poco de aire. — ¿Recuerdas que te hable sobre ese video que tengo que entregar dentro de dos meses?
—Uh... sí, no tienes ni las más mínima idea sobre qué hacerlo. Y si no mal recuerdo creo que ya deberías estar haciéndolo si no quieres que se junte con tus exámenes y trabajos finales.
—Bueno, pues ahora si tengo idea— me mira esperando que continúe. —Bueno, estaba en casa comiendo ese extraño y colorido cereal que trajiste y estaba pensando sobre el video y el tema del video, pero entonces empecé a pensar en cómo demonios era posible que te gustara ese cereal si sabía literalmente a colores y...— sacudo la cabeza. —Me estoy desviando del tema. El asunto es que termine pensando en ti y en el video y entonces recordé que mi hermosa novia— Melanie se sonroja un poco pero a pesar de su vergüenza me regala una pequeña sonrisa —es una asombrosa bailarina de ballet y... ¿entiendes a donde quiero llegar?
—Uh... tal vez.
—Quiero hacer mi video sobre ti... o más bien, sobre lo que haces. Sobre tu vida como bailarina— espero una reacción de su parte y cuando su cara refleja confusión el temor de que ella vaya a decir que no, me invade.
—Bueno... es una gran idea, pero...— piensa un poco sus palabras antes de hablar. —Cariño, ¿estás seguro de que quieres hacer el video sobre... esto? — hace un ademan hacia el abandonado edificio frente a nosotros.
—Si no estuviera seguro, no estaría preguntándote esto. Mira— suelto un suspiro. —No es algo que se me haya ocurrido esta mañana, incluso si parece que fue así. He pensado en eso durante unos días e incluso he comenzado a planear las tomas que quiero y cuando quiero grabarte y...— me relajo un poco, mi exagerada emoción estaba asustando a mi novia.
—No estoy diciendo que no... estoy preguntando si estas totalmente seguro de esto, es un trabajo muy importante y...
— ¿Estás diciendo que si?
—Sí, si— suena desesperada. —El punto es que necesito que estés seguro de si esto va a funcionar como tu trabajo final... si es lo suficientemente... — no la dejo terminar, le doy un beso rápido, tomo su mano y camino con ella hasta el edificio.
—Ellos dicen que están bien contigo grabando aquí y todo, mientras no les pidas que actúen de una manera, o grites ¡CORTE! — me rio, no había pensado en ninguna de esas cosas. —Así que voy a...— con su mano derecha soba su brazo izquierdo, nerviosa —estirar ¿está bien?
Ver estirar a una chica antes de hacer ejercicio era algo caliente, pero ver a Melanie estirar era algo extra caliente. ¿Qué? Un chico quiere lo que quiere.
Después de un buen rato de estiramiento y de que he capturado un par de minutos, alguien que supongo es la cabeza los reúne a todos, me coloco detrás de él, en un lugar en el que estoy seguro no estorbare. La música comienza a sonar y todos parecen aguantar el aliento hasta que una chica en la esquina comienza a moverse, después toda su fila lo hace y en seguida Mel comienza a bailar.
Podré olvidar ocasionalmente el cumpleaños de mi sobrina, donde dejé algunas cosas, el día en que conocí a Melanie o incluso la primera vez que me dijo que me amaba, pero si del algo estoy seguro es de que nunca podría olvidar ni siquiera muerto la primera vez que había observado a Melanie bailar.
Había otras quince o quizá veinte personas en esa habitación, pero la única que importaba ese día en ese momento era ella, la única persona a la que podía y quería observar era Melanie.
Era la manera en la que se movía a través de esa habitación que fungía como su escenario, era la manera en que sus pies apenas rosaban el suelo, la forma en que sus manos se movían en el aire, ese momento en el que se detenía antes de comenzar otra parte de la canción... pero sobre todo, era la manera en que su sonrisa iluminaba la habitación, no era que ella no fuera hermosa cuando sonreía o que yo no creía que su sonrisa era brillante... era que cuando bailaba su sonrisa era completamente diferente de las que yo había visto durante el tiempo que habíamos compartido juntos.
Bailar para ella no era algo que simplemente hiciese por diversión o para matar el tiempo, no era uno de sus hobbies, bailar, entregarse completamente a la pieza musical, lo era todo para ella.
Bailar era para ella lo que el cine era para mí. Ella amaba bailar. Bailar era y seria su pasión durante mucho, mucho tiempo.
Verla entregarse al baile había sido una de las mejores experiencias que habría podido jamás experimentar, porque ver a alguien hacer algo con tanta pasión y dedicación como Melanie demostró en menos de treinta minutos era algo que podría no volver a presenciar durante mucho tiempo.
Podía sentir la felicidad de Melanie desde el otro lado de la habitación. Yo había pensado que Mel era una buena bailarina, pero una vez que la vi bailar supe que no podía haber estado más equivocado, ella era una magnifica bailarina. No solo te transmitía los sentimientos correctos con cada paso que daba, también te hacia desear estar allí, con ella.
Recordé que Mel me había hablado sobre la razón por la que no asistía a una academia de baile y no pude evitar enfadarme porque ella no había intentado una vez más entrar en esa academia, claramente bailar la hacía más feliz de lo que jamás le había visto.
Entonces decidí que el video podía ser usado para algo más que para darme una fabulosa calificación.
zT
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