No así

— Te creía más inteligente Bra — comento — ¿te dejaste engañar por las divagaciones de una niña?

– No te burles de mi idiota.. si no son esas tus intenciones ¿Por qué quieres que entrene entonces?

Antes de que pudiera responder unos leves golpes en la puerta lo interrumpieron.

— ¡Mierda! ¡¿Que demonios quieren ahora?! - grito abriendo la puerta viendo la figura de la azabache saiyajin -

— Lamento si lo interrumpi señor, pero es hora del entrenamiento de la princesa.

— Está bien, no interrumpiste nada Caulifla - contesto Kakarotto- ¿no es así Bra?

— ¡Púdrete!

— Espera afuera Caulifla, ahora saldrá la princesa - le ordenó molesto -

— ¡Como ordene señor!

Luego de cerrar la puerta se acercó lentamente a Bra para tomarla bruscamente del brazo y agitarla.

— Vuelves a comportarte así delante de mis subordinados y juro que te arrepentirás Bra - gruño molesto - una irreverencia más de tu parte no la toleraré, así que más te vale te comportes ¿Entendiste?

— S.si - respondió- su.. suéltame me duele..

— ¡Pues no pretendo hacerte caricias niña!... ¡ahora vístete y vete a entrenar sin rechistar! - ordenó soltandola bruscamente - más tarde hablaremos del asunto.

Bra con los ojos cristalinos por las lágrimas se refregaba el brazo tratando de mitigar un poco el dolor.
Mientras que Kakarotto salía hecho una furia de aquella habitación, seguramente con la intención de desquitarse con alguien.
Lentamente se acercó a su armario y tomo su vestimenta de combate para poder entrenar. Luego de vestirse fue por un poco de agua al cuarto de baño mientras se acercaba a su escondite dónde tenía guardada sus preciadas pastillas y sin más se tomó una.

— ¿Que estás haciendo niña? - pregunto detrás suyo su instructora -

— ¡Ahh! - jadeo de la sorpresa dando un leve respingo por ser descubierta infraganti - Yo.. yo solo estoy tomando algo.

— Pues, yo ví que te llevaste algo a la boca - acusó - ¿acaso es una especie de comida?.. déjame ver - dijo mientras se acercaba -

— ¡No, no es comida! - exclamó mientras escondía detrás suyo celosamente la tableta de píldoras -

— Si no es comida ¿por qué las escondes entonces? - inquirio-

— Porque son píldoras para el dolor de cabeza - mintió - y no quiero que me la quites.. ¡ahora vete! yo ya salgo.

— ¿Porque tomas píldoras para el dolor de cabeza? Es tecnología anticuada, para eso están las cápsulas regeneradoras.

— ¡Porque no quiero sumergirme allí!

— Como sea.. deja de gritar y muévete hay que entrenar — dijo Caulifla volteandose para salir de la habitación —

— Maldita entrometida —gruño por lo bajo la peliazul—

   Sin muchos ánimos la siguió para que comenzarán su entrenamiento en aquella habitación un tanto alejada de su habitación.

.

.

.

Los ecos de sus pisadas se oían en aquellos infinitos pasillos que formaban parte del castillo.
Su mirada era fúnebre, se podía percibir un ambiente tenso cuando pasaba por al lado de sus subordinados, y era mejor no provocar al saiyajin si querían seguir convida.

Pocas cosas lograban sacarle de sus casillas a Kakarotto, y una de esas eran los arranques de histeria de Bra, así que enterarse que Pan influia en su comportamiento tan irreverente poniéndole ideas en la cabeza que estaban muy lejos de la realidad, lo enfurecia a más no poder.
Mentiría si dijera que el carácter de la peliazul no le gustaba, pero su rebeldía a veces era una migraña insoportable, por eso siempre trataba de mantenerla a raya. Pero había veces dónde se le escapaba de la mano, pero ahora tomaría cartas en el asunto y arrancaría con la base del problema que era Pan. Estaba cansado de que  lo tomarán a la ligera y menospreciaran su liderazgo.

Entro en aquella habitación importándole poco si interrumpía algo, el rey no se encontraba y esa era demasiada autorización para el saiyajin.
La pequeña azabache se exaltó al ver la figura de su abuelo irrumpir en su habitación, pero ni tiempo le dió a reaccionar cuando ya tenía encima al saiyajin.

— A ti te estaba buscando Pan— hablo con un tono frío el saiyajin—

— Su..suéltame me lastimas— se quejo la azabache de su brusco agarre —

— Oí bien lo que te voy a decir, porque no lo pienso volver a repetir ¿entendido? — dijo en el mismo tono frío y duro de antes—

— S.si — asintió adolorida Pan—

— No quiero que te vuelvas a acercar a Bra de ninguna forma... O te mataré si lo haces ¿entendido? — amenazó el saiyajin —

— Yo.. yo no le hecho nada a Bra.. no se de qué me hablas —trato de defenderse la chica—

— ¿Ah no?,  ¿Crees que no me enteré que te escabuyes en su habitación para asediarla? No me tomes por idiota y alejate de ella.

— Tu no eres quien para darme órdenes a mi.. a la reina del planeta —replicó con despreció — 

— ¡Ja!.. No me hagas reír niña, tu no eres más que el juguete sexual de Vegeta, el objeto con el que se saca las ganas, solo para abrir las piernas es lo único que sirves... Así que no te creas más que eso, porque no eres más que una prostituta de clase baja para él — refutó en tono burlón recibiendo automáticamente  una ligera bofetada de parte de Pan, que lo miraba con infinito despreció mientras sus ojos brillaban por las lágrimas que amenazaban con escurrirse de sus ojos— Hump — sonrió ladino mientras la agitaba con más fuerza— Nunca olvides que estás aquí gracias a mi, porque si fuera por ti jamás hubieras tenido nada de Vegeta — Pan lo miro desconcertada ante sus palabras—

— ¿De que hablas? — cuestionó asustada la saiyajin—

— No es sorpresa para mí que tú estés ”enamorada" de Vegeta, de hecho lo estás mucho antes de que todo esto sucediera —afirmo triunfante el saiyajin al ver la reacción de desconcierto de la saiyajin— también soy conciente de que el sentimiento no es recíproco. De hecho juraría que el aún sigue tan aferrado a esa humana que asesiné tiempo atrás que aún no puede dejar de amarla. Así que deberías estar agradecida de que te haya despejado el camino maldita mocosa...

— ¿Que haces en mi aposento Kakarotto? — la voz de Vegeta resonó por toda la habitación cortando con aquel espectáculo que estaban montando Goku y Pan— ¡responde sabandija! — grito arrugando más su entrecejo por la furia.

— Vine a arreglar unos asuntos con Pan — respondió despreocupado el saiyajin menor— últimamente me está dando muchos problemas.

— ¿Y por eso la tienes sujeta de esa forma tan brusca? — inquirió fastidiado el rey— suéltala de una vez Kakarotto — ordenó.

Y el susodicho la soltó al instante.

— Bien, ¿que problemas tienes con ella? — inquirió —

Pero antes de que pudiera responder Pan lo interrumpió.

— ¡El se apareció aquí para amenazarme con matarme si me acercaba a Bra!

— ¡Cierra la boca, no te pregunté a ti mocosa! — la callo furioso el ex principe saiyajin— ¿qué tiene que ver con todo esto Bra, Kakarotto?

— Pues me he enterado que su compañera en reiteradas ocasiones concurrió al aposento que comparto con la princesa para asediarla y meterle ideas en la cabeza que incitan al comportamiento irreverente de la misma — respondió el susodicho con suma tranquilidad— pero ya hemos hablado del asunto y creo que le quedó claro a su compañera que tiene prohibido acercarse de nuevo a la princesa... O se abstiene a las consecuencias por no obedecer.

— De acuerdo Kakarotto.. yo mismo me encargaré de que no te moleste más Pan— hablo el saiyajin mayor — pero recuerda que ella lleva en su vientre un hijo mío, futuro heredero del trono del planeta saiyajin... Y si la vuelves a tocar de esa forma, te asesinaré sabandija.

— Entiendo su majestad, lo siento — se disculpo — ahora con su permiso me retiro.

Y sin más se fue de aquella habitación dejando a Vegeta y Pan solos.

— Muchas gracias por ayudarme Vegeta.. — agradeció Pan con cierta ilusión por su comportamiento—

— Me tiene sin cuidado lo que te hagan — la interrumpió bruscamente a la azabache— pero en tu vientre llevas un hijo mío, y eso es motivo suficiente para no permitir esta clase de comportamientos.

Después de dedicarle esas duras palabras el saiyajin se fue de allí dejando a una Pan muy desconsolada ante tan crueles palabras.

.

.

.

Aquel problema ya estaba resuelto así que se dispuso a ir a su habitación para descansar un poco de aquel día tan agotador y estresante.
Tenía la pequeña ilusión de encontrarse con la peliazul para apaciguar un poco ese estrés, y de paso como no, darle una lección de modales como el sabía.
Pero cuando por fin llegó a su cuarto se percató de la ausencia de la chica, alertado se dispuso a buscarla rastreando su ki y pudo sentirlo junto al de Caulifla. Suspiró aliviado, por un momento creyó que la chica había huido se había olvidado que ahora su princesa entrenaba arduamente con una de las Saiyajines más fuerte del planeta por ordenanza de él.

— Aún falta tiempo para que finalice el entrenamiento de Bra — pensó en voz alta mientras observaba un artefacto parecido a un reloj—

Quitó la vista de este para entrar en el cuarto de baño pero un ruido en el exterior llamo su atención.
Se acercó a paso lento a aquel gran ventanal que daba una gran vista al exterior y pudo ver gran parte de la ciudad en un completo caos. Su raza era muy salvaje e indomable y podía confirmarlo ante tales actos que cometían justo enfrente de el, si los Saiyajins eran mucho más que ruines.

No pudo evitar esbozar una sonrisa siniestra sintiéndose satisfecho de que todo aquello era a causa de él y de su ambición. Dió un leve giro sobre su propio eje para volver al cuarto del baño y refrescarse un poco, pero un agudo dolor de cabeza lo azotó desestabilizandolo por completo. Se agarró fuertemente la cabeza con las manos mientras gruñía del dolor, un millón de recuerdos comenzaron a azotarlo sin piedad agudizando más el dolor, aquellos recuerdos eran los que él vivió siendo aquel alegre saiyajin criado en la tierra, eran sus recuerdos siendo Goku.
Preso del dolor comenzó a llevarse  todo lo que había por delante dejando aquella habitación un completo desastre. Su tortura no duró más que unos escasos minutos y pudo incorporarse nuevamente, el dolor había cedido un poco. Cuando estuvo lo suficientemente lúcido pudo percatarse del desastre que había hecho, pero eso no era lo que llamaba su atención en ese instante, más bien era esa pequeña cajita rosada que estaba tirada en el suelo.

Se acercó lentamente para indagar de que se trataba, la abrió y de ella sacó una tableta con píldoras demasiadas pequeñas.

— ¿Que diablos es esto? — se cuestionó el saiyajin mientras observaba aquel medicamento — seguro debe ser de Bra. — asumió el saiyajin— pero para que las tiene..— y como si fuese una revelación una conclusión formuló su cabeza. Una que no le gustaba en absoluto— ¡Maldita mocosa!

Y sin más se llevó una pastilla de esas de muestra para después salir a paso apresurado de allí.

En el camino se encontró con una de las tantas esclavas que había en el castillo asi que aprovecho el momento para ordenarle que vaya y limpie el desastre que hizo en su habitación, la mujer asintió instantáneamente.

—Y quiero que esté todo ordenado antes de que la princesa termine con su entrenamiento... Tienes 15 minutos para hacerlo, y si no terminas te asesinaré — le advirtió el saiyajin para después seguir su camino.

Horroriza aquella mujer salió disparada a hacer lo que le ordenaron, no planeaba morir ese día.

Ese día el personal médico estaba disfrutando de un momento de ocio ya que no tenían que cumplir con ninguna labor al no haber  pacientes que atender. Todos los soldados estaban en sus misiones y hasta que no volvieran de ellas el cuarto donde se albergaban las cápsulas regeneradoras se encontraba sin actividad. Hasta que Kakarotto irrumpió bruscamente en la habitación exaltando a todo el personal al instante.

— Se..señor Kakarotto — saludo el jefe del equipo—¿que solicita?

— Toma esto — ordenó el saiyajin mostrando aquella píldora pequeña que se encontraba en su mano.

— ¿Quiere que consuma eso? — pregunto asustado el doctor.

— ¡No imbécil!... Quiero que la analices y me digas cuál es su función —respondió furioso el saiyajin—

— Si..si al instante señor — tartamudeo el hombre mientras tomaba aquella píldora para llevársela a analizarla.

— ¿Cuánto tiempo les va a llevar hacerlo? — inquirió el saiyajin algo irritado—

— No sabría decirlo con exactitud... Pero creo que más de una hora y media no tardará el análisis mi señor.

— Muy bien — respondió Kakarotto para después quitarse su armadura ante la vista atónita de todos los presentes y meterse en una de las cápsulas regeneradoras— quiero que me hagas un control general de mi estado. Y cuando me des el parte médico más vale que no omitas nada ¿Entendido?

— Si.. si señor.

Luego de esas palabras se colocó el respirador artificial para después activar la cápsula.
El líquido regenerador  comenzó a inundar aquel espacio lentamente hasta llegar al tope, mientras que el respirador que es el que enviaba oxígeno al saiyajin soltó un gas especial que hacía que el paciente entrara momentáneamente en un estado de inconsiencia estimulando la actividad cerebral para dar un diagnóstico más certero del estado de la persona.

— ¿Que es eso jefe? — pregunto uno de los asistentes mientras observaba esa pequeña píldora en la mano de su compañero que anteriormente le había dado Kakarotto—

— Al parecer es una clase de medicina humana.. he visto cientos de estas cosas en mis inspecciones en el planeta— explicó el doctor — tendremos que analizarla para ver cuál es su función... Los resultados del señor Kakarotto estarán en una hora así que es mejor que nos apresuremos.

— O si no se enfadara..— completo la oración su servidor— traeré los materiales para analizar su composición — anuncio  el asistente.

Y así todo el equipo se dispuso a trabajar en la orden que le dió Kakarotto.

[...]

Estaba más que agotada el entrenamiento había sido duro pero estaba satisfecha con los resultados. Mientras se secaba el sudor con una toalla pequeña en la otra mano tenía una pequeña botella de agua con la que se hidrataba, solo podía pensar en el baño que tomaría al llegar a su habitación cuando la voz de Caulifla la saco de sus cavilaciones.

— Estuviste bien princesita hoy — halago la saiyajin— por lo que veo no es necesario usar una cápsula regeneradora para tus heridas... Pero si no quieres arruinar tu bello rostro puedes hacerlo — dijo en tono burlón.

— Te he dicho que mi nombre es Bra, no princesita ¿oíste? No me vuelvas a decir así — amenazó la peliazul enfadada— Y no iré a esas cosas.. no me agradan.

— Como quieras — respondió la saiyajin con desinterés.

El resto del camino fue silencioso hasta la llegada a la entrada del cuarto que compartía Bra con Kakarotto.

— Nos veremos mañana... Bra — se despidió Caulifla.

Poco le importó que esa haya sido la primera vez que escuchaba su nombre de parte de su entrenadora, estaba muy cansada como para percatarse de esos detalles así que sin más se dispuso a entrar a su habitación. Su sorpresa fue grande al ver que había alguien que no fuera Kakarotto o en su defecto Caulifla o Pan.

— ¡Oh me asustaste! —exclamó la joven saiyajin.

— Lo.. lo siento princesa, el señor Kakarotto me ordenó que limpiará aquí — se disculpó la mujer — ya he terminado.. me iré así la dejo tranquila.

— No es necesario que te disculpes — le sonrió Bra para reconfortarla— ve tranquila.

— Si..si — tartamudeo levemente la mujer, pero antes de poder salir de allí se acordó de algo — oh.. tome esto princesa — dijo algo avergonzada entregándole la caja de píldoras— no sabía dónde dejarlas.. lo siento.

Bra palideció al instante, ella recordaba perfectamente que las había escondido.

— ¿Dónde la encontraste? — inquirio asustada la muchacha—

— Estaba tirada en el suelo — respondió natural — bueno me voy.

Y sin más la dejo sola a Bra, el solo hecho de pensar que Kakarotto las pudo hacer visto hizo que temblará ligeramente del temor. Observó aquella pequeña caja en sus manos para después analizar los posibles lugares donde podía ocultarla de manos indeseadas.

.

.

.

Lentamente recupero la conciencia mientras el líquido era absorbido por los paneles de la cápsula regeneradora. Se quitó el respirador de un solo jalón para después salir de una buena vez de allí bajo la atenta mirada del equipo médico.

— Y bien.. ¿cuáles son los resultados? — pregunto sin rodeos el saiyajin—

— Hemos hecho un análisis general de su estado señor Kakarotto y todo se encuentra bien.. exceptuando por una ligera irregularidad en la corteza cerebral— comentó el jefe del equipo—


— Dime de una buena vez que sucede — exigió el saiyajin.

— Los resultados arrojan que usted sufrió una fuerte contusión cerebral.. seguramente habrá entrado en un periodo de amnesia y de apoco ahora se está recuperando... Son buenas noticias señor, nada grave.

Kakarotto solo asintió no muy convencido enmarcando más su ceño fruncido.

— Y la píldora que te di para que es?.

— Bueno es una píldora combinada  hormonal conformada por estrógenos y progesterona que evitan la ovulación de una mujer...

— ¡No entiendo un carajo de lo que me dices!  — gruño molesto el saiyajin— ¡ve al grano de una maldita vez!

— Son píldoras que evitan que una mujer quedé embarazada para ser más específicos — explicó el doctor algo nervioso— aunque no son cien porciento eficaces.

— Así que es eso..— comento molesto el saiyajin— Muy bien los felicito por su gran trabajo muchachos — dijo despidiéndose de ellos.

Se vistió lo más rápido que pudo para después salir de allí a paso ligero pensando en que haría con su pequeña princesa.

Estaba molesto, si pero no era razón suficiente como para desquitarse con ella. Así que trato de calmarse en esos minutos que tardo en llegar hasta su pequeña habitación.

Cuando abrió la puerta dispuesto a entrar allí pudo verla recostada en la cama incorporándose al instante después de que cerrará la puerta detrás de el un tanto fuerte.
Se acercó hacia el filo de la cama lentamente sin sacarle la vista de encima a la pequeña peliazul que lo observaba con un dejo de temor al creer que tal vez fue descubierta. Sin ánimos de continuar esa pequeña batalla de miradas cargadas con reproche, Kakarotto decidió ir al grano con el asunto en cuestión.

— Levántate Bra — ordenó con el tono más frío y duro que pudo.

Ella no espero a que se lo volviera a repetir, por su mirada podía percatarse de que esa orden no dejaba lugar a réplicas, así que se incorporó lo más rápido que pudo quedando justo en frente de el.

Kakarotto la observó de arriba había abajo tratando de intimidarla un poco algo que logró al instante.

— ¿Con que ingieres pastillas para no embarazarte? — cuestionó el saiyajin pero no recibió más que la mirada incrédula de Bra como respuesta —

— Yo.. yo — tartamudeaba la chica sin poder lograr articular una oración.

— Me ofende que no quieras tener una descendencia conmigo pequeña... No te das una idea de los poderosos que saldrían nuestros hijos, si unieramos nuestras sangres — le dijo Kakarotto en un tono algo sugerente mientras acariciaba la mejilla de Bra.

Bra lo empujó levemente para después mirarlo con profundo odio.

— Tu ya tuviste hijos.. y los mataste sin un atisbo de piedad — dijo Bra con despreció — yo jamás tendría un hijo con un monstruo como tú.

Kakarotto sonrió ladino ante sus palabras cargada de odio.

— ¿Hablas de esos híbridos llamado Gohan y Goten?..Ellos eran una escoria, se merecían la muerte — declaró sin una pisca de remordimiento— la descendencia para un saiyajin es muy importante — dijo mientras volvía a acercarse a Bra — pero ahora no pretendo tener hijos.. no cuando se a que costó debo pagar ese servicio.

— ¿De que hablas? — inquirió Bra

— Hmp! — bufo el saiyajin— lo sabrás a su debido tiempo princesa... Por ahora puedes seguir tomando esas píldoras yo no me enfadare contigo.

Y sin más le dió un beso en los labios que fue aumentando progresivamente la intensidad.

— Ahora solo me encargaré de disfrutarte princesa — gruño exitado.

Bra no se rehusó al tacto del saiyajin después de todo, muy en el fondo y para disgusto de ella, lo deseaba más que a nada.





[...]


Después de un poco más de un mes pasado era rara la vez en la que podía descansar. Para su suerte Kakarotto estuvo muy ocupado con algunas misiones lejos del planeta, así que estuvo un largo tiempo sin verlo.
Aprovechando su ausencia pudo persuadir algunas veces a Caulifla de no entrenar aunque era rara la vez que su entrenadora aceptaba su propuesta si no había un buen trozo de carne de por medio.
Aún así pudo estar más tranquila este último tiempo pero todo empezó a marchar mal desde hace una semana atrás.

Cualquier aroma hacia que le agarrara fuertes arcadas, sufría de mareos y algunos desmayos también. Todos aquellos síntomas eran muy bien conocidos por la muchacha pero la conclusión no era de su agrado, si todo eso se debía a un embarazo sus esfuerzos resultaron  en vano.

En esos días dejo de entrenar por los fuertes malestares y aunque Caulifla insistió en llevarla a una cápsula ella se negó, tenía miedo de que se lo confirmarán así que sin ánimos se encerró en su habitación prohibiendo la entrada a cualquier ajeno de esta. Aunque su mayor temor era la reacción del saiyajin.

Fue en una mañana en la que pudo sentir el ki de el cuando llegó al planeta, estaba algo débil aunque no tardaría mucho en recuperarse en aquellas cápsulas. Y así fue, luego de una hora el apareció en su habitación con un marcado ceño fruncido y lo primero que hizo al verla fue clavar su mirada en su vientre, y ella como en un acto reflejo se lo cubrió con sus manos como si fuera una niña que trata de ocultar una travesura de sus padres.

— Caulifla me informo de lo sucedido — comento el saiyajin—

— Yo.. yo estoy bien — dijo algo dudosa— solo debe ser algo que comí que me cayó mal — trato de explicar, pero ni ella se creía eso.

— ¡Demonios! — grito el saiyajin— no me tomes por idiota.. creí que te estabas cuidando — espeto — ya se que estás embarazada.

— No.. yo no.. — trato de hablar pero no podía por las lágrimas— yo no puedo estar embarazada..

— Lo estás.. puedo sentirlo.... Pero creeme que esa no es la peor parte.

— ¿Qué quieres decir con eso?

— Lo sabrás cuando te tenga que llevar frente al rey.

Y sin más Kakarotto se fue de allí furioso dejando a una Bra muy confundida y asustada ante sus palabras.
Después de un largo tiempo cayó en cuenta de lo que estaba pasando, estaba embarazada del asesino de su familia. Del ser que más odiaba en el mundo ahora sería padre del hijo que ella estaba esperando.

De repente sus ojos se llenaron de lágrimas, sus piernas temblaban y su respiración se hacía cada vez más agitada. Definitivamente no era así como quería que sucedieran las cosas, no era así como quería acabar. No, no así.




























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Capitulo largo pero creo que no les va a molestar después de todo me tarde más de un mes en actualizar.

Me llevo mucho tiempo escribirlo :'v así que espero que le den a la estrellita pls jajaj.

Bueno, tengo preescritos los próximos capítulos pero debo terminarlos así que si tengo suerte estaré actualizando pronto (aunque no prometo nada) y sorry si les aburre un poco que sea largo el capítulo pero me gusta ser muy detallada, odio los fics que no son así xd.

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