Arcoíris
Capitulo IX
Estaba motivada y muy decidida, hoy era el día, no se acobardaría y le aria cara a sus sentimientos, podía ser muy orgullosa, estricta y a veces muy dura o directa, pero claramente tenia sentimientos, ya tenían casi el mes en Magnolia, y era el mejor momento para tomar acción en el rumbo de su vida, por lo mismo estaba en ese lugar se notaba su nerviosismo a kilómetros de distancia.
-Perdona la demora- El rubio al que había estado esperando durante todo ese tiempo por fin llegaba, portando esa sonrisa tan característica suya y que lograba tranquilizarla, tras unos momentos ella le devolvió la sonrisa y entraron a un bonito lugar donde se sentaron en una pequeña mesa ya previamente acomodada, ella se encontraba bastante nerviosa pero no lo dejaba notar, era la primera vez que iban a estar solos de verdad desde que estaban en Magnolia.
-Gracias por aceptar mi invitación Sting- Sonrió un poco mientras esperaba a que el mesero los atendiera, el maestro de Sabertooth la miro con una sonrisa notando a su compañera un tanto extraña, nunca hubiera esperado una invitación a desayunar de parte de la bella morena, además de que tenía un asunto MUY importante ese día por la tarde, desvió su mirada alrededor del lugar, era bastante refinado, aunque se sentía más a gusto en la cafetería donde desayunaba con los demás no podía rechazar la oferta de Minerva.
-Bueno, ¿De qué quería hablarme Señorita?- Volvió su mirada a mujer a la que respetaba bastante, de cierta manera siempre había admirado su fuerza y la manera en la que siempre se enfrentaba a los problemas, pero no estaba interesado en conocerla de otra forma, era de las pocas mujeres que nunca le intereso cortejar, al igual que Yukino. Minerva frunció un poco el ceño, aquel título que siempre le había dado era demasiado cortante, sabía que él sentía respeto por ella pero ya no quería eso, por una sola vez deseaba que Sting la llamara por su nombre.
-Directo al grano, Sting, ¿Por qué te aferras tanto a acercarte a la miembro de Fairy Tail? Juvia-san es una gran persona pero... nos iremos en 2 meses, si no es que antes, hemos estado trabajando muy rápido y... me preocupas, no creo que sea sano el que nos llevemos tanto con ella, luego la separación será muy difícil- No solo hablaba por él, también por los demás, incluso por ella, porque aunque no lo admitiera en voz alta, ella también se había encariñado un poco con la maga de agua.
-No le veo el problema- Contesto sin interés, sinceramente él también lo había estado pensando durante mucho tiempo, pero ahora ya tenía una respuesta clara- Nos la llevamos con nosotros y se acabó ¿No?- Miro la taza de café y lo dijo como si fuera lo más natural del mundo, Minerva casi se atraganta con su té al escuchar esa respuesta.
-¿Qué?- Fue todo lo que pudo decir cuando escucho eso, su corazón dio un rápido vuelco mientras un sentimiento algo deprimente la envolvía, aunque de cierta manera ya estaba preparada para lo que él tenía que decir.
-Lo eh estado pensando, y creo que no podría separarme de ella- Era momento, ya no ocultaría más sus sentimientos o bueno, ya no podía ocultarlos, amaba a la peli azul, y era buen momento para empezar a dejarlo claro- Ella es... hermosa, optimista, trabajadora, de un carácter único, y... no sé, creo que especial, no creo poder compararla con ninguna otra- Lanzo un largo suspiro mientras se frotaba el cabello y reía, era cursi, Juvia lo había hecho así- Además, ni usted Señorita puede negar que ella ya es parte importante del equipo, por eso llegue a la conclusión de que en estos 2 meses... me encargare de que ella se valla con nosotros, en Fairy Tail tiene lazos, pero con nosotros formara lazos aún más fuertes-
-Pero... No te precipites, tal vez encuentres a la mujer que sea para ti en cualquier momento- En vez de un buen consejo había sonado como un medio un tanto desesperado para confirmar aquellas palabras, era doloroso, no tanto como se lo había imaginado pero demonios si qué dolía.
-Señorita... Eh pasado mi vida de una a otra, y no es novedad un amorío pasajero pero... esta vez mi corazón y mi mente me dejan claro una sola cosa... - Minerva escucho cada palabra, sintiendo una punzada en el pecho, pero por alguna razón se alegraba de que Sting hablara tan dulcemente- No voy a perderla- Concluyo su frase con una sonrisa y un leve color carmín en sus mejillas, Minerva parpadeo un par de veces mientras aceptaba la información que recién llegaba a su cerebro para después ahogar una risita al verlo así, apenado o avergonzado, no podía diferenciar.
Había perdido, eso estaba claro, Sting había dejado claros sus sentimientos y la fuerza que tenían estos, pero por alguna razón ella no se sentía ni deprimida ni destrozada, solo un tanto triste pero nada más, tal vez sus sentimientos no eran tan fuertes como pensaba o como decía Juvia, el encontrar a la rival que sabes que tiene el potencial de vencerte es un momento en donde también te redescubres a ti misma, era algo cómico el hecho de que la maga de agua y ella fueran tan cercanas a pesar de ser rivales, ya lo había pensado pero ahora lo reafirmaba Juvia era un rival de temer pero por lo mismo ella tampoco se rendiría tan fácilmente, después de todo eso se lo había enseñado su "digna rival" , tal vez si no se hubiera encariñado con la chica en esos momentos no le molestaría destrozarla, pero en esos momentos solo le daba un poco de risa mirar a la extraña pareja, pero a partir de ahora tendrían muchos problemas, y entre todos los resolverían porque, definitivamente, Juvia Lockser se iría con ellos a Sabertooth.
-¡VAMOS JUVIA!, Ese te ha quedado hermoso no lo niegues- Yukino rio ante el rostro enrojecido de su amiga mientras esta se encerraba en el vestidor nuevamente y era perseguida por los pequeños Exceed quienes le aseguraban lo bonita que se veía. Pero estaba realmente contenta y orgullosa, ese día Juvia y ella habían fortalecido más su amistad ya que la peli azul por fin le había dicho lo único de lo cual no hablaban aun...Su nuevo amor. Desde el día en que le dejo claro que realmente quería a Sting no habían vuelto a hablar más del tema, de hecho, no había visto a Juvia hacer algo para acerársele más, ni le había dicho nada a ella respecto al tema.
Pero ahora su querida amiga peli azul había madurado, ya no se encontraba más confundida, lo podía ver en sus ojos, todavía quedaba un pequeño rastro del amor que sentía por Gray Fullbuster, pero era tan poco que ni la peli azul se percataba, ese querer ahora era eclipsado por el amor que sentía por el maestro de Sabertooth.
Tal vez aun no sabía cómo era amar de verdad, ya que su primer amor había sido solo una relación unilateral en la que la maga de Fairy Tail le daba todo a él, se entregaba por completo pero él nunca le daba nada a cambio, ni siquiera una respuesta concreta solo una serie de confusas indirectas, por lo que estaba muy orgullosa de que ahora su querida amiga estuviera resuelta a empezar a actuar por su amor.
Flash Back
-Por favor ayude a Juvia- Con mucho nerviosismo se había dado el valor para contarle todo a su querida amiga peli blanca, mientras bajaba la mirada y sentía su corazón revolverse y bajar a su estómago, claro si aquello era posible, para cuando miro a Yukino está ya la estaba abrazando con una alegre sonrisa.
-Pues claro había estado a que me lo pidieras Juvia-san- Realmente estaba feliz, desde hace mucho se había dado cuenta de que Juvia no miraba a Sting como un simple amigo o compañero, no, la tierna peli azul tenía la misma mirada que ella tenía cuando el dragón de las sombras estaba cerca, una mirada llena de amor y cariño profundo era muy notorio que estaba más que perdida por el rubio ya no estaba confundida respecto al tema de Fullbuster pero Juvia aun no le había dicho nada, ni actuado de ninguna manera, y ahora escucharlo de su boca y pidiendo su ayuda para que el rubio también se enamorara de ella la hacía muy feliz.
-Muchas gracias Yukino-san, la verdad es que... Juvia se animó a invitar a Sting a la playa por la tarde pero... no sabe que más hacer- Le había contestado sinceramente ella nunca había salido con nadie ni se había animado a hacer ese tipo de cosas por lo que no sabía qué hacer.
-No te preocupes, se exactamente que aremos- Sonrió cálidamente mientras notaba como la maga de agua sonreía enorme mente, hablando sinceramente sabia de sobra que no era necesario hacer nada ya que Sting también estaba loco por ella pero... aunque no lo dijera en voz alta, la tierna chica la había cambiado, desde siempre había sido introvertida y no se animaba a hacer más de lo necesario, pero el ser amiga de Juvia la había cambiado, ahora podía disfrutar más de sus días y se animaba a más cosas, incluso a hacer una que otra travesura y valla que iba a divertirse esa mañana.
Fin Flash Back
No se arrepentía, toda la mañana se la había pasado entre risas y alegría al ayudar a Juvia a ver que iba a hacer cuando estuviera con Sting por la tarde, ya habían pasado unas 4 horas desde aquello y seguían haciendo lo mismo que cuando empezaron, buscarle ropa bonita a Juvia, en especial un traje de baño; habían pasado a por los Exceed a la biblioteca ya que las compras se hacían más divertidas con ellos 2, encargándoselo todo a Rogue, Rufus y Orga quienes aceptaron más de malas que nada pero aun así les había dado risa la situación, era muy típico, todos ellos se daban cuenta de lo que sentían los dos claro excepto ellos mismos, por lo que aceptaron y desearon suerte a la peli azul.
-Juvia-san ese era perfecto- Volvió a decir a su amiga que seguía encerrada en el vestidor, y es que el problema era que la maga era, a pesar de todo, era bastante tímida con lo que respectaba a su cuerpo, y a pesar de que no era la primera vez que usaba uno de esos, el solo hecho de pensar en el rubio la ponía muy nerviosa.
-¡Juvia! Ya dejémonos de juegos y sal de una vez, Sting-kun no te esperara toda la tarde- Lector golpeo un par de veces la puertita del vestidor, el muy orgulloso gato había escogido la ropa de la que el sabia seria próxima novia de su querido amigo, y a decir verdad su gusto no fallaba, era perfecta, pero con una venia saltando de su frente empezó a golpear un poco más la puerta, era paciente, pero 4 horas para que no se decidiera era demasiado.
-S...Si- se escuchó un tímido susurro cuando se abrió la puerta, y realmente los 3 sonrieron cómplices, era simplemente... perfecto, el color, el corte, la manera en la que se ceñía al cuerpo de la chica, perfecto.
-Fro piensa que Juvia-chan quedo hermosa- El adorable gatito verde se pegó a sus blancas piernas con una gran sonrisa, mientras Yukino y Lector chocaban las palmas con orgullo, sin duda siempre hacían maravillas con la chica.
Para cuando se percataron de la hora, Juvia salió corriendo en dirección de la playa, no quería llegar tarde, ninguno de los tres pudieron detenerla, caminaron un rato hasta llegar a la biblioteca donde tendrían que regresar a trabajar, encontrándose con Minerva y Sting caminando hacia ellos, ambos charlando amigablemente y con sonrisas, y aun que la morena se veía un poco decaída Sting brillaba más de lo normal, en cuanto los noto camino hacia ellos con una sonrisa.
-Eh perdonen la demora, ¿han visto a Juvia?- Sting se rasco vagamente la parte baja de su nuca mientras sonreía tontamente, Yukino rio un poco al ver que tan flechado estaba su Maestro pero al mismo tiempo miraba de reojo a Minerva, no era tan distraída como para no darse cuenta de lo obvio, Minerva también estaba interesada en el rubio, aunque extrañamente este no se percataba en lo absoluto de que las dos peleaban por él.
-Está esperándote Sting-kun buena suerte- Lector le levanto el pulgar (o que se yo, no sé cuántos dedos tiene un gato) y sonreía orgulloso de él como normalmente lo hacía, Sting sonrió asintiendo y salió disparado como tren bala del lugar, Yukino se adentró en la biblioteca junto con el gato castaño, mientras Minerva y Frosch miraban como se alejaba el dueño de la cabellera rubia. No quería aceptarlo, pero Juvia le estaba ganando terreno en el corazón de Sting.
-Fro cree que Sting-kun y Juvia-chan son lindos juntos- El muy ingenuo y adorable gato verde disfrazado de rana rio un poco mientras miraba en la misma dirección, Minerva escucho eso y sintió un escalofrió recorrerle toda la espalda, mientras una leve vena empezaba a resaltar en su frente.
-Cállate Maldito gato- Soltó enojada y a regañadientes se metió en la biblioteca, aun no perdía como para que un desdichado gato se burlara de su suerte, por otro lado Fro se quedó pensando que le sucedía, para después solo reír un poco y también meterse en el lugar.
Llego algo cansado al lugar, una bonita playa en la que había quedado de verla, aun no era muy tarde, el cielo apenas empezaba a tener esos tonos anaranjados que le daban un bello aspecto al paisaje, tras relajarse y tomar aire se cambió su ropa usual a solo unos short largos color azul rey, empezó a buscar a la chica, nada, pero tras unos momentos pudo divisarla aunque en un principio quedo sin aliento.
Ella caminaba lento por la orilla del mar, con el aire salado volando su ondulado cabello azul, traía un sombre playero color crema que la cuidaba del sol, y vestía un vestido sencillo, de tirantes color blanco con un moño que se amarraba a su cintura resaltando su bella figura femenina, era largo hasta un poco más arriba de las rodillas con un encaje sencillo en la terminación de la falda, aquella ropa en pocas palabras la hacía lucir como un ángel, con su pálida piel brillando con los rayos de sol y su ligero andar; tras unos momentos ella noto su presencia y volteo a verlo, al instante se sonrojo y se miraron ambos apenados en silencio unos minutos.
-Sting... ¿Por qué no le aviso a Juvia que había llegado?- Pregunto un tanto nerviosa evitando verlo directamente a los ojos, él se acercó a ella con paso firme pero a la vez como si no estuviera su mente presente en el momento, Juvia lo miro extrañada, chocando sus orbes azuladas oscuras con las azuladas claras de él.
-Pe... Perdona es que... me quede sin palabras al ver lo hermosa que te ves- Contesto con dificultad sin poder apartar la mirada, sumergiéndose lentamente en la bella mirada de la mujer que amaba, noto como se le volvían a subir los colores, lo cual le dio gracia, Juvia era muy tímida, se sonrojaba con facilidad al igual que se enojaba con facilidad, tendía a tener reacciones como las que tendría una niña pequeña, a veces tenia explosiones de alegría y era algo eufórica, tenía una imaginación endemoniadamente grande y tendía a mal interpretar las situaciones, a si era Juvia, ante la mirada atenta de ella se acercó un poco más tomándola de los hombros gentilmente y sin pensarlo, planto un dulce beso en la frente de ella, ella volvió a sonrojarse, a si era ella, así... era su amada Juvia.
-S... Sting... ¿?- Ella elevo su mirada a la de él, mientras él seguía mirándola con una mirada que hacía que el corazón de Juvia latiera más rápido de lo que nunca había hecho mientras su respiración era pausada y lenta, el rubio después de unos segundos parpadeo un par de veces y se apartó de un salto, por dios, lo había hecho de nuevo, sonrió junto con una elegante risa mientras la maga de agua solo lo miraba preocupada, tal vez ya se había vuelto loco, y podría ser así, estaba tan enamorado de ella que ya no podía controlar lo que sentía y lo único que sabía, era que tenía la necesidad de amarla.
Tras respirar y recuperar un poco la cordura volvió a su actitud juguetona de siempre y empezaron a tener un buen rato jugueteando en la playa y de vez en cuando mojándose el uno al otro, la tarde caía más rápido por lo cual no había podido entrar a nadar, pero aun así rieron y jugaron todo lo que quisieron, hasta que de pronto una ligera lluvia cayó sobre ellos, por lo cual tuvieron que refugiarse bajo un conjunto de palmeras donde tomaron asiento, al ver como el cielo empezaba a oscurecerse Juvia suspiro fuertemente desanimada, cuando Sting lo noto al instante le cuestiono el porqué.
-La lluvia arruino todo, la lluvia es deprimente- Contesto decaída mientras abrazaba sus piernas y escondía su rostro entre estas, de pronto sintió como su acompañante la abrazaba por la espalda de tal manera que ella quedo sentada entre las piernas de él, sintió como su cuerpo se calentaba y un sentimiento parecido al alivio se guardó en su corazón.
-Ya te lo había dicho Juv, no es deprimente, cuando la veo me recuerda a ti, además... alza la mirada- Escucho la voz de su encantador acompañante en su oreja, levanto la cabeza y el cielo volvía a brillar, aun llovía pero el sol tomaba lugar en el cielo, creando un bello arco de colores brillantes sobre el mar- Sin la lluvia, la luz no podría crear los arcoíris- Tomo un poco de aire pensando en lo que iba a decir, no sabía cómo iba a reaccionar ella pero... quería decirlo, y soltando un leve suspiro miro el arcoíris- A si somos tu y yo Juv, cuando estamos juntos cosas maravillosas se forman a nuestro alrededor-
-Sting...-Juvia volteo la mirada sonrojada, aquellas palabras la habían hecho irracionalmente feliz, de pronto, volvió a sentir aquel contacto que sus labios ya tanto se habían acostumbrado y ahora esperaban para volver a sentir, mientras ella cerraba los ojos, él no quería hacerlo, quería recordar, grabar en su memoria cada expresión de ella, mientras se unían en un dulce y placentero beso que ambos deseaban, ella mostraba un bello sonrojo y una ligera sonrisa mientras seguía los movimientos que el imponía, con cada movimiento de sus delicados labios él sentía que un calor intenso lo llenaba, nunca se había sentido así en su vida, desde muy joven había aprendido a besar, cada mujer tenía una manera de hacerlo, pero siempre sentía lo mismo al besarlas, pero con ella, la única mujer que había logrado que se sintiera tan vivo, era como aprender a besar de nuevo, cada rose, cada segundo que se separaban para tomar aire, cada sutil movimiento, todo, lo incineraba y era como renacer en sus besos.
Tomo el rostro femenino entre sus manos y le dio un poco más de profundidad al beso, mientras ella volteaba por completo su cuerpo y colocaba sus delicadas manos sobre las de él, para ella todo eso era nuevo, pero no se arrepentía de nada, ella podría no saber aún que eran exactamente, pero se sentía feliz con saber que él deseaba besarla, y que de alguna manera, era feliz a su lado. Tenía cerrados los ojos, pero podía imaginarse sus expresiones, tal vez parecidas a las de ella, mientras sus manos tomaban con sutileza su rostro, era feliz, realmente feliz, en brazos de Sting siempre se sentía querida y protegida, como si estuviera en casa, y era un placer tan adictivo que sentía que no necesitaba nada más que no fueran sus besos, con aquella suavidad y delicadeza que él la trataba, entonces la imagen de un hombre pelinegro y de sonrisa ladina apareció en su mente, pero ya no sentía nada, porque Gray Fullbuster le había mostrado el sol, pero Sting Eucliffe... se había convertido en SU sol.
Sting bien sabía que era el momento de parar, que aunque no lo deseaba, no quería ir rápido, quería que cada momento con ella fuera especial, paso a paso, la separo con suma delicadeza con la excusa de tomar aire, ella tenía la cara sonrojada y los labios enrojecidos, pero sonreía como siempre lo hacía, el rubio sonrió ante aquella escena, acariciando con ternura su mejilla derecha con la yema de sus dedos, no sabía exactamente que le iba a decir a hora pero no hubo necesidad de pensar algo, ella lo abrazo con fuerza y le susurro un ligero "llévame a casa". Tanto él como ella tomaron sus cosas y sin decir nada más fueron a Fairy Hills, nunca se dijeron nada, ni siquiera se despidieron, pero con las sonrisas que se dirigieron cuando Juvia estaba por entrar a su habitación eran suficientes para decirlo todo.
Cuando Sting caminaba de regreso a la posada donde se hospedaba con los demás, miro de lejos la ventana de su amada doncella, y sonrió soñador, era algo extraño como el amor cambia a la gente, de un caza nova experto paso a ser un hombre enamorado que aria todo lo posible para estar a su lado.
-Buenas noches... mi linda princesa-
De alguna manera aquella imagen le había dado un largo escalofrió que le recorrió la espalda entera, sentada cómodamente en su cama, mientras veía una ligera brizna caer fuera del lugar, enredando vagamente su cabello en uno de sus dedos sin siquiera haber reparado en su presencia se dedicaba a mirar el paisaje que ofrecía la ventana.
No sabía si debía siquiera respirar, sentía que si se daba a conocer aquella bella morena acabaría con su vida sin que siquiera pudiera gritar, trago fuertemente mientras su cerebro procesaba rápidamente cual sería lo mejor que pudiera hacer en esa situación.
-¡KYYYAAAA!- Pego un gran grito al sentir una presencia tras de ella, y tras un pequeño brinco callo justo en frente de su "rival del amor 2.0" o bueno, su "digna rival" quien en cuanto la noto volteo a verla sorprendida, claramente también le había pegado un susto.
-¿Juvia-san?- Yukino miro a su querida amiga en el suelo y a la otra que con su mirada impactada pedía una explicación, traía una pequeña charola con tres tazas de té recién hecho, Juvia las miro a ambas por un momento parpadeando lentamente para adaptarse a la situación.
-¿Qué hacen en la habitación de Juvia?- Pregunto sin más rodeos, directamente mientras se levantaba y sacudía un poco, Minerva chasqueo la lengua cerrilmente mientras Yukino solo rio un poco nerviosa.
-Un "Hola" estaría bien supongo yo, ya que nos hemos tomado la molestia de venir a verte hasta acá- Minerva se levantó de la cama y se acercó a ella un poco brusca, causando que por reflejo Juvia diera pasos a atrás hasta quedar contra la pared, miro a su amiga peli blanca un tanto confundida y pidiendo respuestas pero Yukino solo bajo un poco la cabeza y miro a otro lado, y de pronto, ya estaba pegada contra la pared brutalmente mientras Minerva tomaba el cuello de su camisa mirándola amenazante.
-¿Mi...Miner...va-san?-
-Cállate- Sin ningún tono melodioso la miro penetrantemente, Juvia la miro con los ojos en blanco con solo una idea en la cabeza "quiere matar a Juvia" aunque bueno, la entendía, después de todo, Sting la había elegido a ella, mientras que a Minerva no la había tomado en cuenta siquiera- Si lo lastimas estas más que muerta ¿De acuerdo?- La soltó con rapidez y volvió a sentarse tranquilamente mientras aceptaba la taza de té que le ofrecía Yukino, Juvia se tranquilizó un poco, debía estar enojada, y mucho, después de todo ella había ganado, o bueno, algo así, pero la morena solo la había amenazado como lo aria cualquier compañero del rubio, inclusive sabía de ante mano que Gajeel le diría lo mismo a Sting cuando se vieran cara a cara, entonces ¿Por qué? Se esperaba más que eso.
-¿Minerva-san no está molesta con Juvia?-
-Ni siquiera vale la pena enojarme, conociéndote suplicarías mi perdón muchísimas veces y prefiero utilizar mi tiempo en algo más productivo- Contesto Minerva evitando mirarla mientras Yukino solo sonreía complaciente, en un principio se preocupó de cómo llevarían las cosas esas 2, pero no pasaba nada, más que rivales parecían un par de niñas pequeñas que pelean por un juguete aun sabiendo que sin importar quien gane jugaran siempre juntas- Además... el que eligió fue él, tu solo diste lo mejor de ti, pero que quede claro esto...- Se acercó a la peli azul con firmeza mirándola a los ojos- No me eh dado por vencida- Dijo esto último con una sonrisa, mientras miraba a su querida rival con superioridad.
-¡Minerva-san!- Después de un pequeño salto Juvia ya abrazaba eufóricamente a una Minerva que se resistía con un pequeño e imperceptible sonrojo, Minerva tenía razón, nadie podía enojarse con la peli azul, al menos no ellos, después de todo eran un "equipo".
-oh... pero ¿Cómo supieron de lo que paso?- Juvia después de pensarlo un poco llego a esa duda, ya que todo había pasado muy rápido por lo que se suponía nadie debía haberse enterado aun.
Tras irse Sting, sin que nadie dejara su puesto ya se habían puesto de acuerdo entre todos, Lector y Fro habían seguido a la pareja y habían presenciado el beso, con lo que salieron disparados a contárselo a todos, y aun que el pobre de Lector casi muere a manos de la morena, sonrió derrotada y decidió ir a donde Juvia junto con Yukino, así es como se habían enterado
-Y así fue- Termino Yukino quien reía al recordar la cara de Lector cuando estaba a merced de Minerva, Juvia poco comprendía del asunto, pero al parecer, ella y Minerva no solo eran rivales, eran amigas y ese lazo superaba el hecho de quien había ganado el corazón del rubio, a pero claro, ya estaba advertida, Minerva no se daría por vencida de una manera tan fácil.
Aquella noche se la pasaron bastante bien entre las 3, aunque Minerva se mantuvo serena no podía negar que el pasar el rato con Juvia era divertido, y de muchas formas, la chica era divertida, pero también daban gracia sus modos de actuar, algo que causo la extrañes de Minerva ya que Yukino parecía disfrutar de hacerle maldades a la peli azul, pero cuando ellas se fueron, a Juvia le quedo una sola duda después de platicar con ellas 2.
¿Qué son Sting y Juvia?-
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