Capitulo 13: Emboscada


Estaban ocurriendo tantas cosas en tan poco tiempo, tenia tanto que pensar, tanto que analizar y aun así tantos enigmas que resolver. Y como si eso no fuera suficiente, ahora tenia que ver como carajos iba a sacar a Alice de la casa sin que Sheela se diera cuenta. 

— ¿Que haces aquí?— Dije separándome un poco de ella.

— Te traje sangre.— Contesto señalando el bolso sobre mi cama.

Lo había olvidado por completo, hoy le correspondía traerla, pero siempre la traía temprano no se porque la traería a esta hora.

— Vamonos.— Solté sin pensar.

— ¿A donde?

— No lo se, solo salgamos de aquí.

Alice me miro un poco extrañada, no entendía porque mi decisión de salir sin rumbo fijo casi a media noche. La verdad lo hacia para que Sheela no notara que ella estaba en mi habitación pero también quería hablar con Alice, ¿que fue lo que había pasado hace unas cuantas horas? ¿por que lo hizo?, había muchas cosas sobre ella que yo no entendía, y definitivamente necesitaba saberlas. 

Alice se dispuso a abrir la puerta de mi habitación para salir pero rápidamente me interpuse para evitarlo.

— ¿Que pasa?

— Salgamos por la ventana.

— ¿Que? ¿por que?

— No creo que a mi padre le cause gracia que estuvieras aquí a estas horas. 

Alice se me quedo viendo un momento y luego agacho la cabeza.

— Esta bien.— Musitó.

Pase seguro a la puerta y salimos por la ventana sin mucha dificultad a pesar de que mi habitación estaba en el piso de arriba. Comenzamos a caminar por las oscuras y silenciosas calles de Penteo, no había muchas personas o bueno, no había nadie; había luna llena y esta iluminaba con una tenue luz los rincones mas oscuros, calles y callejones penumbrosos; mi sentido de la vista había mejorado bastante y podía ver mucho mejor en la oscuridad.

— ¿Y bien? ¿a donde vamos?— Pregunto Alice.

— No lo se... ¿A donde quieres ir?

— Déjame pensar,— Alice se detuvo y se llevo una mano a la barbilla en una postura pensativa.— ¡Vamos al centro!

— ¿Al centro? ¿que tiene de interesante el centro?

— No has ido de noche... ¿O si?—Se quedo mirándome con una picara sonrisa.

Negué con la cabeza.

— Bien... Entonces vamos.— Hablo tomándome de la mano para luego empezar a caminar a paso rápido. 


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El centro de Penteo estaba bastante lejos de mi casa por lo que fuimos caminando hasta la estación de tren mas cercana, "Victoria". Penteo era una ciudad muy concurrida y el subterráneo trabajaba 24 horas al día, a pesar de las altas horas de la noche en la estación había algo de gente y la cantidad de personas iba en aumento a medida que nos adentrábamos en la ciudad.

Alice y yo estábamos sentados en el primer vagón del tren, era el que menos gente tenia y por ende el mas cómodo. Alice tenia la cabeza recostada en mi hombro y yo la mía sobre la suya. No hablamos. El viaje se me estaba haciendo fastidiosamente largo, no veía la hora de llegar, mire la hora en mi teléfono y ya eran las 12:15 de la noche, pensé en mi papá, si se habría dado cuenta de que no estaba ahí, pero le pensamiento no duro mucho porque Alice se levanto de golpe cuando llegamos a la estación "Hefesto".

— Es aquí.

— Pensé que nunca llegaríamos, y francamente tengo algo se sueño.— Solté, el viaje se me hizo tan largo y aburrido que me dejo bastante cansado.

— Tranquilo, pronto desaparecerá.— Refuto la rubia.

Alice se bajo del tren y yo detrás de ella, la estación "Hefesto" estaba repleta de personas, eran muchas mas de lo que esperaba. Hombres y mujeres con ropas elegantes, ancianos y varios chicos que aparentaban ser de mi edad, algunos de ellos incluso tenían el uniforme de preparatoria. En cuanto a la estación... ¡era enorme!, una verdadera joya arquitectónica, era a cielo abierto pero note a los lados una especie de placas metálicas, seguro que en días lluviosos o con mucho sol estas se moverían automáticamente para sellar de manera hermética la estación. Tenia cuatro andenes por donde circulaban las personas y a donde sea que voltearas había escaleras, tanto mecánicas como fijas de concreto, y a lo largo y ancho de toda la estación se esparcían unas lamparas esculpidas con un nivel de detalle fascinante, me hizo recordar un poco la herrería de Dante. Aún no retiro mi espada. Algo que me pareció verdaderamente impresionante era que ninguna lampara era igual a la otra, cada una tenia un modelo distinto; esto, era algo sublime, y pensar que tan solo era una estación del subterráneo, ¡una jodida estación de trenes!

— Hey,— Hablo Alice.— ¿podrías dejar de babear?

— E-es que esto es...

— ¡Ja!... Pueblerino, que sepas que esto es solo una estación.

No podía esperar a salir de este lugar, si esto tan solo era una estación ¿como seria afuera?. Alice me tomo de la mano y empezó a caminar abriendo paso entre las personas, había demasiadas a pesar de ser mas de media noche, definitivamente la ciudad de Penteo nunca duerme.

Caminamos y caminamos y aun estábamos en la estación, era verdaderamente inmensa, al salir del área de abordaje por donde miraras había tiendas, tiendas y mas tiendas, incluso logre ver un "Shichi", una famosa cadena de supermercados, ¿que tan grande es este lugar y porque habría un supermercado en una estación de trenes?

Por fin llegamos a las escaleras mecánicas que nos sacarían a la superficie, eran excesiva mente largas, ¿tan abajo estábamos?. Cuando llegamos arriba, parecía que estuviera en otro lugar, otra ciudad, otra dimensión. La cantidad de personas que había en las calles era exorbitante, los enormes edificios y rascacielos estaban iluminados casi en su totalidad, todo estaba repleto de luces led y neón, no había lugar que nos estuviera iluminado, parecía una ciudad futurista de esas en las películas, solo faltaban los autos voladores.

— ¿Y bien? ¿que te parece?— Pregunto Alice posicionándose frente a mi.

— Es lo mas asombroso que he visto.— Fue lo único que pude decir.

Tras esto Alice me tomo de la mano y comenzó a caminar a paso acelerado.

— ¿Que pasa?— Pregunte mientras me arrastraba entre la gente.

— Cazadores.

Cuando escuche sus palabras sentí un escalofrió que me recorrió todo el cuerpo, ¿estaban aquí? ¿como nos habían identificado entre tantas personas?, no podía pensar con claridad, tenia miedo, la ultima vez que nos enfrentamos a ellos acabaron con  casi todo el ejercito y termine convertido en un asqueroso chupa sangre.

Alice caminaba cada vez mas rápido, no podía seguirle el paso, chocaba constantemente con las personas en nuestro camino y eso me dificultaba mucho el avanzar.

 De un momento a otro, me soltó.

El rió de gente me arrastraba y yo no podía hacer nada para evitarlo, había una cantidad insana de personas, ¡era casi la una de la madrugada! ¿¡como podía haber tanta gente!?

— ¡Alice!— Grite inútilmente,— ¡Alice!— no hubo respuesta.

La multitud me llevaba a un paradero desconocido, estaba entrando en pánico, no sabia la ubicación de los cazadores y eso me aterraba aun mas ¿que habrá visto Alice? ¿donde los habrá visto?

De un momento a otro y sin darme cuenta la multitud ya no me arrastraba, había mucha menos gente lo que me dejaba ver y moverme con un poco mas de facilidad. Voltee en todas direcciones buscando a Alice pero fue inútil, no la veía por ninguna parte.

De repente vi algo que me corto la respiración por un breve instante. Un cazador, estaba parado justo frente a mi, lo lograba ver entre las personas que pasaban ¿acaso nadie mas que yo lo notaba?, lo detalle un poco mas y me di cuenta de algo, era el mismo con el que nos habíamos enfrentado en las alcantarillas, el cazador del sable largo y la mascara de cuernos, el que mato a aquel orco de manera grotesca y si un ápice de piedad. 

Lo vi fijamente, como desenvainaba su largo a afilado sable, era oficial ¡nadie mas que yo podía verlo! ¿¡como era posible!?. De pronto, solo desapareció, se fue, no estaba mas; no entendía que era lo que había pasado pero algo tenia claro... Nos estaban observando, esperando el mejor momento para matarnos, entre tanta gente no podrían hacerlo.

Sentí como una mano rodeaba ni antebrazo, mi corazón se detuvo hasta que la escuche...

— Vamonos,— Soltó Alice.— fue una mala idea venir aquí.

— ¿Que paso? ¿por que nadie mas los ve?

— No sabemos como lo hacen pero siempre pasan desapercibidos entre las personas, ahora salgamos de aquí.

Nos movimos de inmediato, nos estábamos alejando poco a poco de la multitud y para nada me pareció una buena idea.

— Alice, no podemos alejarnos tanto, estamos mas seguros entre la multitud.

— Coloque una puerta por aquí cerca, iremos a Terranova.

No replique, lo mas seguro era definitivamente ir a Terranova. Nos estábamos alejando cada vez mas, era impresionante como todo había cambiado en un parpadeo ¡a la mierda el paseo! ¡quiero irme de aquí!

Algo que llamo mi atención era como como todas las personas se concentraban en la estación "Hefesto", todas las zonas aledañas estaban repletas de personas pero unas calles mas abajo era tan solitario como un pueblo fantasma. Ya habíamos tomado bastante distancia de todo aquel gentío, casi no se escuchaban las voces ni los autos, me estaba preocupando.

—Ya estamos cerca.— Hablo Alice.

Estaba a punto de responder pero varios ruidos llamaron mi atención, las luces se apagaron de repente dejando todo a oscuras, escuchaba pisadas como si vinieran corriendo, sonidos metálicos y finalmente, el accionar de una ballesta. No se que fue lo que paso, pero mi cuerpo se movió por si solo posicionandome en frente de Alice, para que finalmente una flecha impactara en mi rodilla.

— ¡Zack!— Grito Alice al escuchar el fuerte alarido que hice.— ¡Mierda mierda mierda!

El dolor que sentía era insoportable, en mi vida había sentido algo parecido, quemaba, quemaba demasiado, comencé a sudar frió y a perder el conocimiento. Tenia la vista nublada pero logre observar como varios cazadores nos empezaban a rodear, entre ellos el que había visto hace un rato.

— ¡Zack! ¡Zack!— Grito Alice, pero no le pude responder.

Sentí como tomo la flecha y con fuerza la saco de mi rodilla, el dolor se incremento de manera violenta haciendo que gritara de nuevo a causa del dolor, pero con la misma violencia el dolor disminuyo y pude recuperar mi aliento.

— Malnacidos...— Musitó Alice.

La rodilla me seguía doliendo brutalmente pero era mucho menos que antes.

— ¿Que mierda era eso?

— Una flecha de plata.— Contesto Alice.

Eso tenia mucho sentido, no podía ser una flecha normal, note como la sangre salia a chorros de de mi herida manchando mi pantalón y el suelo del color carmesí. Los cazadores seguían ahí, no se movían, solo ahí parados como idiotas; entre ellos se encontraba el de la mascara de cuernos, tenia su sable en mano y con su mano libre... Chasqueo los dedos.

Ese sonido me hizo recordar toda esa masacre, todas las muertes, toda la sangre, toda la desesperación que sentí. Quede paralizado, completamente en blanco, por mas que trataba no podía moverme.

¡Zack corre!— Vi como los cazadores corrían de forma frenética hacia nosotros, pero yo no me podía mover.— ¡Zack maldición muévete!

 Alice se volvió a los cazadores y sus manos se iluminaron en ese color azul brillante que tanto me gustaba y a la vez me llenaba de miedo. Los cazadores se acercaban cada vez mas a nosotros, yo no podía hacer nada, no podía moverme y si pudiera, mi rodilla no me lo permitiría... Estábamos acabados.

— ¡Alto!

Una voz femenina que ya conocía bastante bien nos salvo de una muerte segura... Sheela. Estaba parada en una esquina, mirando todo en primera fila.

— Déjenlos irse.

Todos los cazadores quedaron extrañados pero aun así obedecieron y se apartaron de nuestro camino, volviendo a esconderse en las sombras.

— Primera y ultima, niño... Primera y ultima... Quedas advertido.— Dijo antes de marcharse y perderse entre la penumbra de aquella calle. 

Las luces volvieron de nuevo dejando ver todo el lugar, mirara por donde mirara, no había rastro de los cazadores. Ya podía moverme, me sentía un completo inútil, los cazadores estuvieron apunto de asesinarnos y yo no hice nada ¡nada maldita sea!

— Zack...— Hablo Alice, tenia la mirada fija en el suelo, su rostro reflejaba un profundo terror y a la vez ira, una ira desenfrenada.— ¿Que es lo que acaba de pasar?

— Yo...— Antes de poder terminar de hablar Alice volvió la mirada hacia mi, de nuevo un escalofrió recorrió mi cuerpo, note como varias lagrimas se escapaban de sus ojos.

No sabia que hacer o que decir, esta situación era muy complicada, las palabras de Sheela mandaron todo a la mierda, Alice... Alice ya no confiaba en mi. Levanto su mano hacia un lado y con fuerza la halo hacia el lado contrario, tras esto, sentí un fuerte golpe en mi cabeza y luego... Todo se volvió negro.


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Hey, antes de que se vayan quería agradecerles por las 300 vistas, de verdad lo aprecio mucho.

Quería informarles que a partir de esta parte los capítulos serán mas cortos, pero con actualizaciones mas frecuentes :)

Sigan apoyando esta historia, se acercan muchas revelaciones impactantes y giros argumentales... Nos vemos en el siguiente capitulo.

Adiós, se me cuidan el dulce.




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