BT 8 | El mejor

El mejor.

Corriendo de un lado a otro, poniendo esto aquí esta otra cosa haya, a modo que todo se vea increíble y ordenado. La decoración para la fiesta de Cristhian está resultando todo un desafío ya que es algo nuevo para nosotros, estábamos acostumbrados a salir a comer, bailar, bueno hacer todo lo que les guste a ellos, y ya que yo no soy muy de fiestas pero por su día lo hacía, aunque a comer si me gusta.

—Ya esta todo listo —comenta Mía —. Solo falta que lleguen los chicos.

—¡Por fin, te juro que por poco y arranco todo! —digo con drama, como a toda chica le gusta bueno por lo menos a mí. Volteo a ver interrogante para ver si algo se nos olvida —. ¿Ya esta todo en la mesa, la comida y los refrescos? —pregunto.

—Si, solo falta el vino y el alcohol pero eso ya lo trae Ulises —dice y yo solo asiento satisfecha de que ya hayamos terminado de decorar y ordenar todo.

Christian no ha ni de imaginar esto, se supone que a eso de las 9 de la noche saldríamos a comer por su cumpleaños y a pasear un rato pero no sabe la sorpresa que le espera. Sinceramente Christian ha sido una persona increíble, él nos apoyó a mí y a Mía en situaciones difíciles, cuando no sabíamos que hacer. Diría que por él ahora hemos salido adelante, es de esas persona en la cual no dudas ni un poco de su amistad.

Se merece esto y más.

—¡Ya llegué! —escucho a Ulises gritar, camino a recibirlo y al verlo, noto rápido que viene acompañado y es nada más y nada menos que Fabián (él señor no sonrió) le doy un abrazo fuerte a Ulises y a Fabián con una sonrisa y un simple hola basta. Eso es lo que a él le gusta, la simpleza.

—Traje a Fabián para que nos ayudara —dice Ulises.

—No será necesario ya terminamos con Mía pero esta bueno que lo trajeras, talvez le haga bueno convivir con más gente y así se le pueda quitar su cara de enojado —digo, río y Fabián solo sonríe conmigo, obviamente de manera sarcástica.

—¿Hay algo para beber? —dice Fabián con su típico tono de chico serio.

—¿Si claro, deseas refresco, agua, jugo? O quieres empezar con el alcohol que trajo Ulises —digo yo bien amable porque después de todo, él es amigo de Ulises así que quiero tratar de llevarme bien con él y talvez en un futuro ser buenos amigos. Uno nunca sabe.

—Con agua me basta.

Le digo que me sigan a la sala de estar y que esperen allí, camino a la cocina a traer el agua de Fabián, rápido le comento a Mía de su llegada y ella como siempre preguntando, ¿Y ese tal Fabián? ¿Que tal? ¿Es guapo? Y yo solo le digo que ahí están, que vaya a verlo ella misma.

Y adivinen, ni conté hasta tres cuando ya había salido de la cocina.

Sirvo el líquido en un vaso y rápido camino a la sala, al llegar veo como Mía trata de hablar con Fabián pero él ni atención le presta. Lo que me provoca un poco de risa, admito.

—Aquí esta —le doy el vaso.

—Mía, necesito que me ayudes —le comento a mi amiga, yo la conozco bien y va a insistir con Fabián para poder sacarle una palabra pero al verlo a él, eso va a ser imposible.

Ella rápido camina y me sigue —. ¿Que sucede?

—Sucede que mi amiga está quedando como una tonta frente a un chico y no lo puedo permitir —digo como si fuera la hermana mayor que nunca tuvo.

—Ese chico parece que fuese mudo —comenta chistosa.

—No le prestes atención, él es así, aunque me gustaría ver la primera ves que una chica lo ponga de rodillas.

Mía ríe.

En eso tocan la puerta, yo camino a ver de quién se trata y Cristhian no puede ser porque apenas son las 7 de la tarde y el llega a las 9. Abro la puerta y me sorprendo de ver a la persona que esta parada frente a mí.

—¡Matías! ¿Que haces aquí? —digo extrañada ya que tenía días que no lo veía, bueno desde aquella vez que nos hizo el favor de traernos a la casa.

—Bueno, está... ¡Matías veniste! —escucho a Mía decir a mis espaldas.

Díganme que hacer con esta chica, la cuelgo con una soga o le pongo mata rata. Es que enserio, le dije que dejara de comunicarse con Matías, sabía que no lo iba hacer pero de invitarlo a un evento tan especial para nosotras. Creo que es algo que tuvo que haberme consultado.

Ahora tendré que dejarlo entrar esperando que de por favor no se vaya a formar un relajo ya que Ulises también está y estos dos no se toleran.

—Pasa —le digo —. Si quieres algo solo pídelo.

—Que amable —dice con una sonrisa.

—Simplemente es cortesía... nada más —Camino a la sala y Mía y Matías me siguen detrás.

Al llegar veo a Ulises bien entretenidos hablando con Fabián, llegamos y ni se percata de Matías. Me le acercó y en eso me voltea a ver y rápidamente cambia su mirada hacia donde Matías.

—¿Y tú que haces aquí? —al parecer no le agradó la idea de que Matías viniera a la celebración.

—Me invitaron —la mirada de Matías es retadora —. ¿Y tú que haces aquí hermanito?

Me voltea a ver y yo simplemente señalo a Mía. Obviamente no podía hacer nada, ella no me avisó y aunque a mi tampoco me gusta la idea, no nos queda de otra que aguantar hasta que termine.

—No eres bienvenido aquí y yo por otro lado, ayude con la fiesta —Ulises sonríe.

—Tranquilos chicos, yo invité a Matías porque es mi amigo y espero se comporten como personas que son —mi amiga dice a vos alta —. De todos modos la fiesta no es de ninguno de ustedes.

Todos nos callamos, es de las pocas veces que Mía actúa como una mandamás y me gustaría decir que me agrada un poco esta parte oculta de ella.

En eso pasa el tiempo y solo quedan pocos minutos para las nueves, estamos arreglados, listos y conociendo a Cristhian, él pronto llegará. Solo nos queda esperar. Todos sentados en la sala esperando, como a diez minutos para que sean las nueves, escucho la puerta sonar.

Al escuchar le hago una señal a todos para que apaguen la luz de la sala y no hagan ruido. Yo camino a la puerta y rápidamente abro.

—¿¡Como esta la nena hermosa!? —la vos de Cristhian me provoca alegría.

—¿¡Y como esta él cumpleañero más guapo!? —lo abrazo fuerte —. Felicidades amigo.

Entra y le digo que camine a la sala que iré por un poco de agua. Pero es mentira. Cristhian camina y solo escucho que dice —¿Por que esta todo apagado?— y bomba.

¡Sorpresa! Gritamos todos al unísono, mi amigo se asusta pero rápido se compone.

—¡Gracias! —dice mi amigo con una gran sonrisa.

Todos se acercan para abrazarlo y yo solo estoy feliz por esto.

Cristhian es increíble.

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Amistad igual a confiar ❤

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