Capítulo XXXIX
El agente accedió a regañadientes. Logró convencer al director de comenzar un poco más tarde las grabaciones, alegando que tenía que ver un asunto urgente con su cliente primero. Se reunieron en su cuarto casi una hora después, Katsuki paseándose de un lado a otro, Kirishima más perdido que nunca y Keigo junto al de seguridad del hotel revisando algo en su laptop.
—¿Nada? —preguntó el rubio, impaciente.
—Que no, niño —suspiró hastiado—. Si pudieras explicarte, me sería más fácil entender todo este show que estás armando, Katsuki.
—Solo apúrense —gruñó, acercándose a ambos hombres. El de seguridad algo molesto por la exigencia de último minuto.
Con Katsuki también casi encima de la pantalla, iban pasando por varias horas de grabación de la cámara de seguridad del pasillo del cuarto piso. Cámara que daba hacia el cuarto del actor y Ochaco. Si sus cálculos eran correctos, había pedido buscar algo en las fechas de cuando se "destapó" su relación con la belleza canadiense. Uraraka ya no le hablaba de entonces, así que podría estar tranquilo que su relación se viera descubierta por más gente.
Keigo seguía reclamando que esto era una pérdida de tiempo, que no comprendía porqué quería hacer todo ese show y a la vez se disculpaba con el encargado de las cintas, avergonzado por el infantil actuar de su cliente. Estaba en medio de eso, cuando Katsuki casi saltó hacia el botón de pausa.
—Eso era lo que buscábamos, Keigo.
Todos se reunieron a observar las imágenes: Katsuki había salido a su trote matutino. Pasada casi una hora, se veía como Kathie se metía a hurtadillas a su cuarto y cerraba. Estaba en pijama, su cabello desordenado. Luego se veía a Uraraka y Naomi salir del cuarto de enfrente, Kathie también. Habían hablado un poco. Ochaco se marchó y Kathie miraba que realmente así hubiese sido. Luego se ve que desaparece por el pasillo hacia otro lado. Se adelantaba un poco la grabación y Katsuki volvía a aparecer, regresando de su ejercicio.
—¿Qué demonios es esto?
—Eso —apuntó el actor— se llama intrusión. Y es un puto delito.
Los demás se miraron algo dudosos. Eso hizo hervir la sangre de Katsuki.
—Bueno, técnicamente, ella es tu novia, viejo —empezó Kirishima, sintiéndose algo incómodo—. O sea, me entiendes. Que ella entre a tu cuarto sería lo normal, ¿no?
Takami suspiró y le indicó al de seguridad que se marchara, agradeciendo su tiempo. Katsuki alcanzó a gritarle que necesitaría una copia de esa parte específicamente, aunque logró asustar un poco al otro hombre.
—Niño, ¿qué pasa? Haces que estas últimas escenas se retrasen, armas un escándalo en seguridad, te traemos el bendito video y ¿para qué? De verdad que no me lo explico. Kirishima tiene razón.
—¡Ninguno tiene razón, joder! Esa mujer está arruinándolo todo. ¿Qué no lo ven? Una cosa es aparentar frente al estúpido público que somos pareja, pero otra es hacer este tipo de actos aquí. Todo el mundo en este hotelucho sabe como funciona esta porquería de publicidad.
Tanto Kirishima como Keigo se miraron entre sí. El primero sabiendo obviamente hacia donde iba todo el asunto, y temiendo un poco que su amigo/jefe se delatara.
Takami suspiró hastiado, tirando su cabeza hacia atrás.
—Ya basta, Katsuki. En serio —comentó, reprendiéndolo con la mirada—. Déjame recordarte que todo este montaje es por culpa tuya, ¿sí? Por andar de secretito con Dios sabe quién, armamos esto. Así que menos quejas y lleva tu trasero de vuelta a ese puto set ¡ahora!
El actor no respondió. Simplemente le dedicó una mirada llena de odio a su representante, saliendo furioso del cuarto, con Kirishima detrás de él. Sin embargo, el mayor detuvo al chico pelirrojo colocando una mano sobre su pecho.
—¿A qué se refería con "está arruinándolo todo", Kirishima?
El muchacho tragó algo nervioso.
—No lo sé, Hawks. Ya lo conoces, a veces dramatiza demasiado.
Keigo entrecerró sus ojos sin confiar demasiado, pero optó por dejarlo hasta ahí. Le indicó que no lo dejara solo el resto del día y que se encontrarían en el lobby al finalizar.
Takami no era estúpido. Tenía más o menos una idea de lo que pasaba, pero quería saber qué tanto tiempo su cliente estrella podría mantenerlo.
A pesar del retraso producido por Katsuki, las grabaciones lograron finalizar a tiempo. Con el último "¡corte!" del director, se dio por terminada esa aventura internacional, todos en el set aplaudiendo emocionados. Tanto el director como los productores dieron palabras de agradecimiento, destacando el gran trabajo de todos y cada uno de los involucrados en ese proyecto que esperaban que fuera un gran éxito.
Ochaco escuchaba todo desde atrás, no sentía que realmente debía estar al frente como todos los demás. No estaba del todo atenta, su vista no podía evitar irse hacia Bakugo, quien se encontraba cruzado de brazos, pero Kathie a su lado parecía estar enganchada de uno, su cabeza apoyada en su hombro. El actor no parecía siquiera intentar apartarla y eso solo la desanimó más.
Solo quería regresar al hotel con su sobrina, arreglar sus maletas y volver a casa, a su realidad. Olvidaría todo lo que pasó en ese viaje, simplemente lo de ellos nunca...pasó.
Cuando el director los dejó ir, ella apresuró sus pasos hacia el tráiler de maquillaje a recoger sus cosas, evitando la marea de gente que se abrazaba entre sí despidiéndose, algunos con lágrimas y promesas de volver a reunirse. Logró su objetivo de esquivar a varios, tomar sus cosas y marcharse al hotel en cuestión de minutos.
—No puedo creer que ya debamos regresar —dijo Naomi con un puchero, en lo que arreglaba su maleta—. ¿Volveremos algún día, Ocha?
La castaña se encogió de hombros.
—Tal vez —contestó, guardando de a poco sus cosas.
—Ojalá que sea antes de que se le ocurran tener hijos con Todoroki —bromeó.
La maquilladora solo forzó una sonrisa, sin que su sobrina se diera cuenta. Pasado un rato, le dijo que salieran, que podrían continuar después, así aprovecharían de dar un último paseo por la ciudad. Obviamente Naomi aceptó encantada, y cuando estaban por salir, se toparon con Tsuyu en el pasillo, quien rápidamente se les unió al plan.
Al llegar al lobby, notaron a varias personas del equipo, entre ellos a Bakugo, Hawks, Kirishima conversando bastante serios... Y Kathie, pegada como una sanguijuela. A su lado, su manager también escuchaba atento lo que Takami decía. Ochaco no pudo evitar sentir su pecho oprimirse al verlo; pero las cartas ya estaban puestas sobre la mesa.
—Esa bruja... —sintió a Tsuyu murmurar, llamando su atención—. Antes de encontrarnos, me acerqué al señor Takami para preguntar algo, pero la loca pensó que iba hacia su noviecito y por poco me echaba a empujones.
—A mí me mira feo cada vez que paso por su lado —agregó Naomi, ya despreocupada—. Llego a sentir lástima por Kacchan. ¿Cómo se pudo fijar en una mujer así?
—Uno no escoge a quien amar —murmuró Ochaco, aún con su vista pegada al grupo. Suspiró y negó con su cabeza—. Ya vámonos. No nos queda mucho tiempo aquí.
Tanto Naomi como Tsu se dieron una mirada algo confusa, pero decidieron dejarlo pasar, siguiendo a la castaña. Decidieron ir por algo de comer por el centro, Naomi quería comprar unas últimas cosas y así pasaron varias horas divirtiéndose las tres.
Ya de noche regresaron al hotel, se encontraron con Kirishima dirigiéndose precisamente al cuarto de las muchachas. Con una sonrisa les dijo que las buscaba para que fueran a cenar, esta vez solo el equipo japonés, Naomi incluida obviamente. Tanto Tsu como la adolescente aceptaron de inmediato, volviendo a sus habitaciones para cambiarse rápidamente, mientras que Uraraka parecía complicada. Al verse solos, el pelirrojo le dedicó una pequeña sonrisa.
—Entiendo que no quieras ir. Pero creo que deberías hacerlo. No es necesario que hables con él.
—Estoy cansada, Kiri. Gracias, pero paso. Además, debo llamar a Sho y... Bueno, ya sabes. Te encargo a Naomi, ¿sí?
El muchacho asintió despacio, despidiéndose de la chica. A los minutos ella quedó sola en su cuarto, las maletas a medio armar, y con sus pensamientos invadiéndola a mil por hora.
Al igual que en su viaje de ida, el de regreso sería más o menos a la misma hora, por lo que todo el equipo se hallaba desde muy temprano en el aeropuerto, chequeando las maletas o comprando los últimos souvenirs. Naomi dormía con su cabeza apoyada sobre el regazo de Ochaco, quien acariciaba despacio su cabello en lo que esperaban la llamada para subir al avión, tratando de ignorar la constante mirada del actor sobre ella, quien estaba sentado un par de lugares frente a las muchachas.
Desde esa última conversación en el tráiler no se habían vuelto a dirigir la palabra. Claro, para Ochaco quizás ese fue el cierre y ya no había nada que más hablar, sin embargo, para Katsuki, no todo era así. Pero no había forma de poder acercarse, no había manera alguna de explicarle ese malentendido.
Porque no podía.
Ese día en el lobby, conversando todos juntos, se llegó al acuerdo que si bien lo que hizo Kathie no estuvo bien, no podía considerarse algo grave. Así que la actriz se disculpó falsamente, pero defendió su postura alegando que lo hizo para que nadie dudara de nada. Y Mark, el viejo representante de Kathie, sutilmente obligó a Keigo y a Katsuki no revelar esas grabaciones. Así que, contractualmente, estaba atado de manos.
Claro, podía contarle, pero ¿qué chance habría de que ella le creyera? Ese video era la prueba perfecta y ya no la tenía.
Al menos había logrado que la perra no se les uniera en el viaje de vuelta.
La llamada a embarcar no tardó en ser anunciada, todo el mundo colocándose de pie para formar la fila y avanzar. Naomi arrastraba sus pasos adormilada, Ochaco guiándola afirmándola de sus hombros. Al llegar a sus asientos, cayó en cuenta que irían de la misma forma que la vez anterior: Naomi en medio y ella en pasillo, al lado de Bakugo. Se sentía algo de tensión cuando se acomodaron, por suerte la menor volvió a caer dormida de inmediato en cuanto su cabeza se acomodó en la almohada que Eijiro le había pasado en el primer viaje, así que al menos por su lado, podría estar tranquila.
Varias horas de viaje, todo el mundo dormido o viendo una película, una misma playlist repetida casi tres veces y la misma página del libro que releía una y otra vez no le ayudaban. Cada tanto daba miradas furtivas a su lado, notando que Bakugo estaba concentrado en lo que sea que estuvieran dando en la pantalla de frente.
Suspiró rendida, cerrando su libro, sacándose sus auriculares y acomodándose para tratar de dormir un poco. Aún les quedaba bastante, y ya no quería seguir en su tren de pensamientos.
Se removía bastante, tratando de buscar la comodidad, pero le era imposible. Y al parecer Katsuki había notado eso, pues le tendió una pequeña almohada y una manta.
—Ten. Acomódate bien.
La castaña parpadeó un par de veces, aceptando algo titubeante.
—Gracias —murmuró. Colocó la almohada detrás de su cabeza y cubrió sus piernas con la manta—. ¿Qué hay de ti?
—Tengo otra aquí —levantó el objeto a su vista—. Duérmete. Falta mucho aún.
—Creí que ya no me hablarías —soltó de la nada. Bakugo frunció su ceño.
—¿Hay algo más de qué hablar? —contestó, su vista aún frente a la pequeña pantalla.
Ochaco sintió una punzada en su pecho con ello.
—Lo siento —murmuró—. Es solo que... Todo es tan incómodo ahora entre nosotros. Y, no lo sé, eso... Eso no me agrada.
Katsuki suspiró, apagando su pantalla y volteando a verla.
—A mí tampoco. Pero así es como se tornaron las cosas, Uraraka. Ya no podemos volver atrás.
La castaña mantuvo una expresión triste en su rostro.
—Te voy a extrañar.
El actor se mantuvo en silencio, negando con su cabeza. Eso fue suficiente para que Ochaco entonces se girara un poco, tratando de dormir. Ese era el cierre entonces.
Katsuki no pudo evitar pensar en ello todo el resto del viaje. Recordaba con amargura que cuando emprendieron esa primera travesía, hablaron todo el trayecto, se rieron, se conocieron mejor. Quizás nunca debió permitir que la barrera de la amistad con ella se rompiera, pero no, él debía ser tan ambicioso que una simple amistad con ella no lo dejaría tranquilo...
No supo en qué momento se durmió, solo que despertó gracias al anuncio de la azafata indicando que estaban por aterrizar. Se acomodó mejor, notó que tanto Ochaco como Naomi ya estaban totalmente despiertas hablando de todo lo que debían hacer al llegar a casa, y Kirishima a su lado le golpeaba despacio para que abrochara su cinturón.
Fue prácticamente de los primeros en obtener su equipaje de regreso, por lo que no le quedó de otra que esperar que tanto Keigo como Eijiro salieran a su encuentro. Revisaba su celular, tenía cientos de mensajes de Kathie, cosa que ignoró, llamó al hotel de mascotas para avisar que ya iría por Dynamight, ignoró como siempre los mensajes de sus padres y checó rápidamente sus redes sociales.
Un chillido de emoción lo alertó, levantando su vista de inmediato para luego arrepentirse en el momento: Ochaco corría emocionada hacia el bastardo de Todoroki, quien la estaba esperando con un jodido ramo de flores. Ella se lanzó a sus brazos prácticamente, logrando que giraran un poco y casi caer, besándose anhelosamente bajo la mirada de los demás pasajeros que encontraron la escena en extremo romántica.
Naomi se les acercó poco después, Todoroki revolviendo su cabello graciosamente. Tomó la mano de su novia y con la otra llevaba el carro que traía su equipaje, perdiéndose los tres a la salida.
Ella en ningún momento volteó.
—Aw, que bonito —la voz de Hawks llegando a su lado le hizo enojar—. ¿Estás listo, niño? Debemos ir por tu perro ahora.
—Solo vámonos.
Molesto con todo el mundo tomó su maleta y aceleró el paso hacia la salida.
Eso había sido todo.
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Ya regresaron y la aventura internacional ya acabó :( pero, ¿los problemas igual? chan chan chaaan! (?)
Todo le está maliendo sal al Kacchan, me llaga a dar penita :C pero así es la vida, así es TNT (???)
Buenos mis chiquis, agradeciendo como siempre de toooodo corazón su amorcito, me despido por esta semana! Nos leemos prontito 💖🦋
Recuerden tomar awita y apreciar lo bonito de la vida 💖💖
Los tkm!!!
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