Capítulo XXVI




—¿Sho? —la castaña se acercó a su novio quien le daba la espalda. Estaba afirmado sobre la isla de su cocina, respirando pesadamente—. ¿Cariño? Por favor, dime algo.

—No puedo creer que hayas aceptado una idiotez como esa, Ochaco. No quiero hacerlo.

El ambiente era tenso. Horriblemente tenso.

Después de hablar con su jefe y con Keigo, se encontró a su sobrina tal como le había indicado. No le dijo nada, y le pidió que por favor se fuera a casa de Yaomomo, que debía hacer algo antes de volver. La adolescente obedeció claramente confundida, y en cuanto se fue, Ochaco llamó a su prometido para pedirle verse en la casa de él.

Porque sabía que la noticia sería algo difícil y fuerte de digerir.

Ella había aceptado. Tampoco fue algo sencillo para ella decir que sí. Se sintió en parte presionada, pero Keigo le aseguró que todo estaría bien.

Y creía en él.

—Shoto, ¿me escuchas al menos?

El hombre volteó a verla. Sus ojos demostraban toda su rabia y dolor por lo que se novia estaba haciendo.

—De verdad que quiero entender qué pasa por tu mente, Ocha.

La castaña se acercó a él y tomó sus manos despacio.

—Es una oportunidad grande, amor. Mi trabajo de algún modo se verá afuera, imagina mi nombre siquiera apareciendo en los créditos —fingió una sonrisa—. La paga es buena, mucho mejor que la que tengo ahora y solo serán dos meses. Pasarán volando.

El de cabello bicolor suspiró y desvió su mirada hacia sus manos entrelazadas. Acarició despacio el anillo de compromiso de la chica.

—¿Y la boda? ¿Cómo la planearás si no estás?

—Sabes perfectamente que Fuyumi tomó cargo de eso. Justamente me reuní con ella y Yui esta mañana y según vi, solo necesitan que me coloque el vestido y dé el sí.

Todoroki no alzó la vista hacia ella en ningún momento.

—Sho, volveré un poco antes de la fecha si eso te preocupa.

Todoroki no admitiría que esa era una preocupación mínima, al lado de la que sentía por el solo hecho de saber que su mujer estaría lejos, cercana a un tipo que no soportaba.

—Pudiste haber dicho que lo pensarías al menos.

—Necesitaban una respuesta. Me sentía presionada, esos tipos son bastante intimidantes —bufó sin ánimo—. Tomemos esto como un ascenso.

Todoroki fijó sus ojos en los marrones de su novia. Los de él parecían estar apagados, sin embargo, los de ella le demostraban la emoción que sentía por ese nuevo trabajo. Llevó una mano hacia la mejilla de su novia, acariciándola suavemente.

—No me pidas que acepte esto tan fácil, Ochaco. Porque no lo haré. No sé que tanto necesitas de esa "buena paga", si sabes que conmigo nada les faltará ni a ti y a Naomi. Si quieren que nos vayamos a otro país de vacaciones, lo haremos. Pero no quiero que seas tú solamente.

La expresión de Uraraka cambió a una de decepción. Nunca había escuchado a Shoto decir las cosas que precisamente su familia pensaba de ella. Que solo estaba tras su dinero. Pensaba que al trabajar, ella demostraba lo contrario.

Se alejó de él y suspiró, cruzándose de brazos y desviando la mirada.

—La decisión ya se tomó. Tengo este tiempo para ver el tema de los pasaportes y visa, avisar a la escuela de Naomi y organizar todo.

Hubo un silencio tenso entre ambos. Ninguno se atrevía a mirar al otro, y solo se podía oír el sonido de sus respiraciones pesadas. Ochaco se sentía dolida, ella tenía la imagen de su prometido apoyándola siempre en todo. Desde que se conocían que él la instaba a seguir sus sueños, que buscara la forma de crecer, de ir cerrando bocas en el camino, pero ahora parecía ser todo lo contrario.

Shoto por otro lado, no podía evitar recordar las cosas que su hermana le informaba. Claro que él sabía que Fuyumi estaba prácticamente a cargo de la boda, se lo comentó unos días atrás cuando lo visitó en su oficina. Sabía de la organizadora, de los planes, de las reuniones... Así como también sabía que últimamente Katsuki Bakugo parecía estar distrayendo mucho a su novia.

—No quiero pensar mal, Sho, pero ¿no es raro? —le comentaba por teléfono—. El tipo siempre aparece cuando estamos viendo temas relacionados con la boda. Pude deshacerme de su invitación sin que notara que fue a propósito. Lo último que necesitamos es un escándalo en su día.

Shoto ni siquiera sabía que Ochaco lo había añadido a la lista de invitados. Nunca se lo dijo.

Y ahora pensar que el maldito la presionó para que se fueran juntos... No lo iba a tolerar.

Se acercó a su novia y tomó su rostro entre sus manos, besándola profundamente. La chica se vio algo sorprendida, pero no tardó en ceder, llevando sus manos a la cintura de su prometido. El chico rompió el beso y la miró directo a los ojos.

—Júrame que nada va a cambiar entre nosotros. Júralo por la memoria de tu hermano, Ochaco.

La castaña no entendía a lo que se refería. Le costó unos segundos procesar y ni le dio tiempo para responder cuando tenía la boca de Shoto devorando la suya nuevamente. Era un beso lleno de desesperación, de posesión. Ella solo enroscó sus brazos alrededor de su cuello, dejándose llevar por la pasión que sentía y Todoroki la guio hacia el sofá, dejándola caer despacio y él sobre ella.

El hombre no cesó sus besos, recorriendo el cuello de ella, sus manos perdidas en la piel de su cintura subiendo y bajando, pellizcando a ratos, casi sin dejarle tiempo para que ella respirara cuando volvía a atacar sus labios.

Dejaría marcas en su piel, la iba a poseer cada día hasta que ella se marchara, con tal de dejarle en claro a ella y al actor que Ochaco Uraraka solo pertenecía a una persona.

—Me estás jodiendo.

—Nop.

—¿De verdad? —el actor miraba incrédulo a su agente—. Keigo, te juro que-

—¡Que no es broma, niño! —exclamó ya cansado—. Aceptó. Yamada también.

Katsuki se dejó caer en su sofá, soltando un suspiro de alivio. Keigo le miró enarcando una ceja, cruzándose de brazos mientras lo miraba con sospecha.

—Katsuki, como que me entere de algo, se acabó todo. No hay película, volvemos y partes de cero.

El actor frunció el ceño, mirando al mayor sin comprenderlo. Bufó y se acomodó en lo que Dynamight llegaba a su lado.

—¿Algo como qué? Ya te dije: me gusta trabajar con ella. Es buena en lo que hace, necesito gente así en mi equipo. Es todo.

Keigo suspiró y se sentó a su lado, mirándolo de una forma distinta, casi paternal. Bakugo no pudo evitar sentirse algo incómodo, y desvió su mirada hacia su can.

—Te conozco. Y nunca te habías encaprichado tanto por tener a alguien específico en tu equipo. Yo estoy depositando toda mi confianza en ti, niño.

Katsuki siguió sin mirarle. Se mantuvo en silencio unos segundos, acariciando el lomo de su mascota, quien comenzaba a dormirse a su lado.

—Solo es... Es una amiga. Una amiga que trabaja bien, y que además se va a casar. No podría... No debería mirarla de otra forma.

Hawks entrecerró sus ojos por lo último. Sabía que algo pasaba por la mente de su cliente estrella, pero no iba a insistir. Había sido de por sí un día largo para ambos. Volvió a suspirar y se colocó de pie, caminando hacia la puerta.

—Mantén eso en mente durante el viaje y nos irá fantástico. Oh, por cierto —se detuvo al tomar el pomo de la puerta y volteó a verlo con una sonrisa cómplice—, no te quejes si te delego como niñero en algún momento. Tómalo como una pequeña venganza por tu berrinche.

Bakugo le miró sin entender. Hawks solo rio y salió de ahí, dejando a Katsuki bastante confundido. Seguro solo era alguna estupidez sin sentido. No tardó en sacar su teléfono de su bolsillo y rápidamente le envió un mensaje a Ochaco. Quería que ella misma le corroborara lo dicho por su representante, que no era una broma cruel (no es que desconfiara de Keigo, pero tener doble afirmación no estaba demás). Pero tampoco podía ser obvio y mostrar su felicidad absoluta por ello.

Bakugo   20:09 pm

Bienvenida al mejor puto equipo de todos, Cara Redonda.

Bakugo  20:09 pm

No te vas a arrepentir, te lo aseguro.

La chica no salía en línea, por lo que no esperó que le contestara de inmediato. Sin embargo, sentía algo de ansiedad y se notaba por la forma en como escribía y deshacía algo cada tanto.

Suspiró, pasó una mano por su rostro y finalmente escribió.

Bakugo  20:12 pm

Esto me pone feliz, Mejillas. Hablaremos mañana.

Rápidamente arrojó su teléfono a su lado, tratando de no pensar si ella le respondería o no. Había sido tan no él escribir algo así, pero de algún modo, sentía que era lo que tenía que decir.

De por sí, Ochaco Uraraka era una persona que le hacía sentir, decir o hacer cosas que no eran propias de él, de su personalidad. Ella tenía ese poder sin saberlo, y no estaba seguro si quería mantenerlo así o no.

Decidió que lo mejor era tratar de olvidarse del tema, tomar una ducha e irse a dormir. Podría molestar a su maquilladora en el trabajo, ver si ella estaba tan entusiasmada como él por esta oportunidad de trabajo... De poder pasar un poco más de tiempo juntos.

El grito de Naomi se pudo oír prácticamente hasta la calle siguiente. Ochaco tapó sus oídos, mientras que Shoto negaba con su cabeza en lo que servía algo de café para él y su novia. Estaban los tres desayunando en el apartamento de Uraraka cuando la maquilladora vio que era el momento de darle la nueva noticia a su sobrina. Si bien creyó que Naomi se emocionaría, no esperaba que fuera así.

Lo siguiente que se escuchó fue un golpe en la puerta de la castaña. Mientras Naomi hiperventilaba, Ochaco trataba de calmarla, por lo que Shoto fue quien se acercó. Sonrió amable al ver a Momo con un semblante de preocupación en su rostro.

—¡¿Están bien?!

—Buenos días —saludó primero el hombre con una leve sonrisa. La pelinegra se sonrojó abruptamente al darse cuenta quien estaba frente a ella y como la corregía por su apuro—. Descuida, estamos bien. Pasa.

Shoto se hizo a un lado para dejar entrar a la chica, quien entró despacio. Ochaco volteó a verla y le sonrió, gesticulando un "lo lamento" mientras le echaba aire a la menor.

—¿Pasó algo?

—¡¿Algo?! ¡¿ALGO?! PASÓ MÁS QUE ALGO, YAOMOMO —reaccionó la chica de inmediato.

La pelinegra miró a los demás esperando una mayor explicación. Uraraka rio y se acercó a su amiga para saludarla con un breve abrazo.

—Tengo un nuevo trabajo y por eso está así —explicó rápidamente—. Te contaré después, cuando la enana se haya calmado.

—¡¿Cómo quieres que me calme si me dices de la nada que nos vamos con Katsuki Bakugo a Canadá?!

La castaña miró hacia el techo algo incómoda. Shoto cambió su expresión a una de molestia y se dirigió a la cocina antes de decir algo, Yaoyorozu en cambio, dirigió su vista hacia su amiga y luego hacia Naomi.

—¿De verdad?

—Pues... sí —suspiró la castaña—. De verdad, te contaré después. Debo... Arreglar algo.

Siguió a Todoroki hacia la cocina mientras lo llamaba. Yaomomo, en cambio, se quedó en su lugar, tratando de procesar la noticia. Notó a Naomi demasiado enérgica y se acercó a ella, colocando una mano sobre su hombro para que le bajara un poco.

—¿Te emociona tanto?

—No tienes idea —sonrió la menor—. No esperaba para nada algo así. Cuando me dijo que tenía algo importante que decirme, creí que me diría algo como que estaba embarazada.

La chica rio bajito, mientras que Yaoyorozu solo forzó una sonrisa.

—Entonces... ¿se van? ¿los... los tres?

Naomi dejó de reír y miró a su vecina parpadeando un par de veces. Cuando comprendió la naturaleza de su pregunta, frunció su ceño.

—No. Pero no será por siempre, Yaomomo, tenlo en cuenta. Nosotras volvemos, ellos se casan y los tres nos mudamos de aquí.

Dijo eso con tanta seriedad, que Momo no pudo evitar sentirse algo incómoda.

—Mi tía confía en ti. Y yo, tengo una habilidad divina de enterarme de todo.

Eso definitivamente parecía una amenaza. Yaoyorozu suspiró y miró hacia la cocina antes de dirigirse nuevamente a la menor.

—No digas esas cosas —murmuró—. No sé que tanto piensas de mí, pero nunca me metería entre Ochaco y Todoroki. Ella es mi amiga mucho antes de conocerlo a él.

—Como quieras —se encogió de hombros—. Solo no te hagas ilusiones de que mi tío esté por aquí las semanas que no estemos. No tendría porqué, ¿verdad?

La pelinegra no contestó. Naomi fingió una sonrisa y se dirigió también a la cocina, llevando su taza ya vacía.

Yaoyorozu simplemente estaba teniendo un conflicto interno. Lo que le dijo era cierto, ella antepondría su amistad, pero sus sentimientos eran también cada vez más fuertes. No sabía a ciencia cierta por cuanto tiempo sus amigas estarían fuera, pero Naomi tenía razón: Shoto no tendría motivos para ir al edificio.

Y era lo mejor que así fuera, aunque le doliera en su corazón.

Ochaco llegó como cada mañana a su estación de trabajo, ordenó todo y comenzó su labor. Debía apurarse, conociendo el horario del actor, sabía que estaba pronto a llegar, y como eran oficialmente amigos, había una especie de trato invisible que volvía a acordar que él solo se dejaría arreglar por la castaña.

Terminó con Iida rápido y en cuanto él salió de la sala, revisó la hora en su teléfono. Se dio cuenta que las notificaciones de los mensajes de Bakugo seguían ahí, puesto que no quiso contestarle la noche anterior.

Todo había sido demasiado. Había discutido con su novio, se habían acostado, aparentemente arreglado, volvieron al apartamento de ella donde durmieron abrazados y al parecer sin ninguna molestia por su nuevo trabajo. Shoto estaba actuando algo distinto últimamente, en especial si se tocaba el tema de su trabajo y Bakugo. Por lo mismo, decidió que lo mejor era ignorar sus mensajes esa vez.

Aunque no pudo evitar sonreír un poco al leer el último en su pantalla. Ella también estaba feliz. Sentía que todo su esfuerzo estaba valiendo la pena; si alguien tan exigente como el rubio la quería en su staff a toda costa, es porque algo estaba haciendo bien.

—¡Buenos días, hermosas! —saludó alegremente Kirishima. Sintió un carraspeo de Aoyama a lo lejos—. Y hermoso.

—Alguien anda de muy buen humor —sonrió Kendo—. Buena noche, tal vez.

—Cállate —Mina enrojeció, lanzándole una fina tela sobre su cabeza.

Todos rieron en la sala, comenzando a molestar a la pareja. Mina seguía roja como un tomate mientras trataba de hacer como si estuviera super concentrada en su trabajo, con Eijiro riendo levemente mientras besaba su mejilla.

—Tsk, tanto escándalo.

El rubio mantenía su ceño fruncido ante el ruido. A excepción de unos pocos (Setsuna, principalmente), los demás ya no se dejaban intimidar tanto por el actor, por lo que las risas y charlas continuaron. Katsuki simplemente gruñó y se dirigió a paso firme hacia la castaña.

—Oi, revisa tu celular, ¿sí?

—Lo hago, créeme —Ochaco le sonrió—. Y gracias, por cierto. Por la bienvenida.

Bakugo rodó sus ojos y negó con su cabeza, tratando de ignorar lo acelerado de su corazón al escuchar la risa de la chica.

—No hagas que me arrepienta, Mejillas.

Ochaco sonrió levemente, mientras que el actor tomaba asiento frente al espejo. Ochaco colocó sus manos sobre sus hombros, se inclinó lo suficiente como para que sus labios quedaran a la altura de su oído y mirando hacia el reflejo de ambos, sonrió.

—Nunca.





______

Me encanta actualizar 💖 me da vida, jajaja

Así que nuestra maquilladora favorita aceptó 👀 ya saben lo que dicen, para cada acción, hay una reacción, y al menos la de Todoroki ya se manifestó(?)

Qué irá pasaaaar, Dioh mío? En serio, díganme porque no sé (?) no mentira, jajaja

Pasando a otro asunto, en nuestro grupo junto a Saba May, MENTES CREATIVAS, subimos la lista de nuestro Fictober. Dejaré el link en un mensajito por si quieren y les tinca participar en algún día 💖

Me despido no sin antes manifestarles todo mi cariño hacia cada uno, por su apoyo, sus votos y comentarios que me dan más vida en serio se los agradezco!

Nos estamos leyendo prontito! 💖

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top