Capítulo XVI
Ochaco era la última en salir del área de maquillaje como siempre. Cantaba la misma canción de la mañana, terminando de guardar sus cosas en su maletín y acomodar su bolso. Shoto le había avisado que no podría ir por ella, por lo que no tenía apuro en guardar todo y salir corriendo como casi siempre.
—...Oh baby, pleaaaaaase, give a little respeeeect to meee —cantaba alegre mientras apagaba las luces de su espejo.
—Joder, Mejillas, como cantante eres mejor maquilladora.
Uraraka se sobresaltó al escuchar la voz del actor en la sala. Volteó hacia el lado de vestuario, notando como Katsuki salía de un probador, acomodando su chaqueta. Un rubor se apoderó de su rostro de inmediato.
—¿B-Bakugo? Pensé que ya te habías ido.
—La loca de tu amiga me hizo probar un par de camisas antes. Pero la muy maldita se fue apenas se las devolví —se encogió de hombros, acercándose a ella—. Yo creí que tú ya te habías ido.
Ochaco acomodó un mechón de cabello detrás de su oreja y suspiró.
—Siempre soy la última. Es una costumbre. Aparte, Sho no vendrá por mí hoy, así que no me apresuro tanto. Además, Naomi queda con Yaomomo y sé que estará bien.
El rubio sintió una molestia al escuchar el nombre de aquel sujeto. Decidió ignorar aquello y suspiró, metiendo sus manos a sus bolsillos en gesto despreocupado.
—¿Naomi es tu... hija?
Preguntó, tratando de no mostrar su genuina curiosidad... Ni que había oído una conversación hace unas semanas entre ambas. Ochaco le miró parpadeando un par de veces antes de sonreírle.
—No, es mi sobrina. Soy su tutora. Tiene quince.
Bakugo arrugó su ceño algo intrigado.
—Si tiene quince, no creo que sea necesaria una niñera. A esa edad son casi independientes.
Aquel comentario hizo que la sonrisa de la castaña se borrara de a poco. Katsuki lo notó y no pudo evitar sentirse algo nervioso por ello.
—Es... una larga historia —murmuró la chica.
Se armó un silencio incómodo entre ambos por varios segundos, sin embargo, ninguno parecía querer moverse del lugar. Bakugo desvió su mirada al piso, estirando su mano hacia el maletín de la chica.
—Te ayudo.
Dijo a modo de distender el ambiente y cambiar el tema. Ochaco alzó su mirada hacia él algo sorprendida, y con un dejo de inseguridad le pasó el maletín al actor. En silencio, ambos salieron de la sala y de la misma forma recorrieron ese largo pasillo hasta la salida principal. La chica avanzó hasta la parada de buses cercana, pero el actor pareció algo extrañado con ello. Se detuvo a medio camino y Uraraka volteó a verlo para indicarle que le pasara sus cosas.
—¿Qué haces?
—Um, ¿ir a esperar el autobús para ir a casa? —contestó como si estuviese mal aquello—. ¿Tú que haces?
El rubio bufó y se acercó un poco más a ella.
—Estás loca en pensar irte en un maldito autobús cargada como un jodido burro.
—Bueno, señor exitoso, no todos los mortales tenemos un chófer a nuestra disposición. Y no, Sho no cuenta.
—No tengo un chófer. Es de el idiota de Hawks.
—Es lo mismo —se encogió de hombros, lo que provocó una leve sonrisa en el rostro del rubio.
—Agradece que ese viejo no está cerca y te oiga —tomó con firmeza el maletín de la chica—. Vamos. Tomemos un taxi, un Uber o lo que sea y te ayudo.
Uraraka miraba sin creer realmente lo que el chico frente a ella decía. Accedió sintiéndose algo tímida, aunque ella odiaba la idea de subir a algún taxi, pero al menos no estaría sola.
Katsuki Bakugo la acompañaría hasta su hogar. Esperaba que su sobrina no tuviera un ataque si llegaba a verle.
El actor no tardó en solicitar un auto por su celular y en menos de diez minutos, ambos se estaban embarcando hacia el hogar de la castaña.
Las casualidades pueden ser una real pesadilla a veces: pasando en su vehículo, cierta persona vio justo el momento en que ambos se subían al móvil, ella con una sonrisa en su rostro.
Todoroki suspiró, mientras llevaba una de sus manos a su sien y la masajeaba despacio. Aún estaba encerrado en su oficina, rodeado de documentos que le faltaban leer y firmar, un vaso venti del café más cargado que pudo pedir a su lado a medio beber y un silencio tan horrible que ni el ruido de las hojas, el reloj de su pared o el lápiz que Midoriya movía lo ayudaba a mantenerse cuerdo.
—Oye, creo que hay volver a revisar el contrato de ese restaurant. Algo no me está cuadrando, y- —el de cabello ondulado miró a su jefe, quien mantenía sus ojos cerrados—. Hey, ¿estás bien?
El de cabello bicolor solo asintió, aún sin mirarle. Izuku frunció el ceño y tras suspirar, dejó de lado tanto papeleo.
—¿Sabes? Déjame todo esto y vete a casa. Podemos revisarlo mañana juntos.
—No, no podemos —contestó plano—. Hay que llevar esos contratos mañana a primera hora.
—Necesitas descansar —añadió el chico de pecas—. Ve con Ochaco, de seguro te espera.
Shoto pasó su mano por su rostro, suspiró y volvió a tomar la carpeta que había estado revisando.
—Sabes que no vivimos juntos, así que dudo que me espere —comentó. Shoto tenía ese nivel de confianza con Midoriya, pues lo consideraba uno de sus amigos más cercanos—. Además, ella sabe todo el trabajo pendiente que quedó por las fiestas.
Izuku suspiró derrotado y asintió, volviendo a enfocarse en su trabajo. Unos minutos después, el sonido del teléfono de su jefe vibrando contra el escritorio llamó su atención: el de ojos heterocromáticos frunció el ceño al ver quien era y simplemente no contestó. A los pocos segundos volvió a avisar de la llamada, y así estuvo al menos un buen rato.
—¿Ochaco?
—No —cortó por quinta vez—. Touya. No sé que quiere, no me interesa.
Una nueva llamada entrante.
—Parece urgente, jefe. Contesta, yo sigo avanzando.
Shoto realmente no quería hacerlo, sabía que lo que sea que su hermano necesitaba, no era algo bueno. La comunicación entre ambos era un asco, pero si el mayor parecía insistir tanto, debía ser por algo. Dejó escapar un gruñido de cansancio, tomó su teléfono y salió de la oficina para contestar.
—¿Qué?
—Hola, hermanito —saludó con sarcasmo—. ¿Qué tal estás?
—Ocupado. ¿Qué mierda quieres?
Touya soltó una carcajada.
—Saber cómo estabas. Mamá está dolida porque no fuiste a pasar Año Nuevo en familia.
Shoto sintió que su dolor de cabeza se intensificaba.
—Debe ser una broma, ¿de verdad llamas para eso?
—Oh, no. Bueno, en parte para pasar el mensaje de mamá, pero también para decirte algo bastante interesante.
El publicista no estaba de ánimos para los extraños acertijos de su hermano.
—Habla rápido, tengo mil cosas que terminar y honestamente, hablar contigo me desagrada, así que-
—Vi a tu novia. Curioso, ¿no? Tengo entendido que siempre vas por ella y esta vez, la vi subirse bien sonriente a un auto que no es el tuyo, ¿y adivina qué? Nada más ni nada menos que con Katsuki Bakugo.
Shoto frunció el ceño.
—¿Tu punto es...?
—Oh, nada. Me llamó la atención que cuando no puede contar contigo, aprovecha de buscar algún otro reemplazo. Ya sabes, para cuando tu matrimonio fracase y ella necesite... Otros medios.
Cortó. No iba a tolerar esos comentarios, nunca más. No sabía realmente qué pretendía Touya al comentarle eso. ¿Ponerlo celoso? ¿Provocar una discusión con su prometida por algo tan insignificante como saber con quién se fue?
Aunque que fuera el actor sí le llamaba la atención. Ella en más de una ocasión le afirmaba que era un alivio cuando Bakugo no estaba en set porque había paz y todo eso, ¿y ahora se iba con él?
Shoto confiaba en su novia. Pondría las manos al fuego mil y una veces por ella, así que si es que era verdad lo que el mayor le dijo, seguro fue para ver su reacción. Claramente su hermano estaba inventando cosas para provocar roces entre ellos. Era lo que la mayoría de su familia quería: alejarlos a como dé lugar.
Sí, seguro era eso.
Entonces, ¿por qué llevaba varios minutos pensando en ello? Abrió el chat que suele mantener con la maquilladora, su última conexión fue cuando le dijo que no iría a recogerla. ¿Qué estaba haciendo? Eso de revisar últimas conexiones no era más que una estupidez casi infantil que solo las personas inseguras y tóxicas se fijaban.
Simplemente le dejó un mensaje:
¿Llegaste a casa? ¿Todo bien?
Envió. Esperó un par de segundos y mandó otro:
Te amo.
No tardó en recibir la respuesta, pero lejos de aliviarlo, solo le provocó un dejo de inseguridad:
Todo bien.
____
Ya, va a terremotiar. Junten, luz, agua, internet y fanfics Kacchako pa' sobrevivir porque: COOOMO QUE DOS CAPÍTULOS SEGUIDOS?! (?)
Aprovecho mi último día libre ;-; un capítulo un poquito más cortito, pero ya entrando en problemas... o tal vez no? O tal vez sí? Que chinguen a su madre los Todoroki? (?)
Espero que les haya gustado! Quizás ya de aquí me pierda una semana porque no descansaré sino hasta... Una semana *derp*, pero seguiré avanzando en mis momentitos libres.
Graaacias por su amorcito! Por los nuevos seguidores que se han ido uniendo estos días, por sus votos, comentarios y apoyo. Los quiero muchito!
Besitos! 💖💖💖
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top