Capítulo XV
Habían sido días bastante tranquilos.
Demasiado tranquilos.
A pesar del ajetreo que significaba una festividad como lo era Navidad, su cumpleaños y posterior Año Nuevo, para ella todo pasó con calma. No podía decir que no lo pasó bien, al contrario: pasó Navidad con Naomi, su cumpleaños con su familia y amigas, y año nuevo con su sobrina y su prometido. Su suegra había llamado para saludarla, había insistido en que pasaran con ellos Nochevieja, pero tuvo con declinar al ver la cara de Shoto al oír lo que decían. Aún así, habría rechazado la invitación de todos modos; no tenía humor para lidiar con el drama de los Todoroki. Al menos no en fechas que se suponen ser de unión familiar.
Aún así, y volviendo al inicio, sentía que algo le hizo falta esos días fuera del estudio, pero no podía definir exactamente qué.
Y por lo mismo, el día que tuvo que levantarse temprano para alistarse para su trabajo, lo hizo con un extraño buen humor. Se duchó rápidamente, se peinó, maquilló y vistió con calma, tarareando una canción de los ochenta.
—¿Y a ti qué demonios te pasa?
Naomi hizo su aparición en su cuarto. Venía recién levantándose, aprovechando los últimos días de vacaciones de invierno.
—Nada —contestó la mayor mirándose en el espejo—. ¿Vas a desayunar ahora o esperarás a Yaomomo?
—Voy a dormir —informó con un bostezo—. Tu horrible canto me despertó temprano. Ten piedad, 'Chaco, es mi última semana de vacaciones.
Ochaco rio, terminando de alistarse. Se acercó a su sobrina y besó su frente haciendo un exagerado sonido que sabía que la adolescente odiaba, y luego fue hacia la cocina.
Mientras preparaba un poco de café para llevar a su estudio, sintió el timbre que le avisaba la llegada de su amiga. Dejó a Naomi vigilando las tostadas en lo que fue abrir y sonrió al ver que no solo Momo estaba ahí; Shoto había llegado también.
—Ambos a tiempo. Me encantan —sonrió. Saludó a Momo con un breve abrazo y a su novio con un tierno beso en los labios.
Naomi se dio cuenta del gesto de incomodidad de su vecina. Y honestamente, no le agradó del todo.
—¡Buenos días! —saludó fuertemente, llevando una tostada a su boca. Los adultos la miraron de inmediato, mientras ella fingía la mejor sonrisa—. ¿Estás bien, Yaomomo? ¿Tienes fiebre? Estás toda roja.
La chica de cabello negro negó con su cabeza rápidamente, desviando la mirada hacia el piso.
—Naomi tiene razón —añadió Uraraka, soltando el abrazo de su novio para acercarse a su amiga—. ¿Segura estás bien? Puedo llamar a alguien más o llevarme a Naomi al canal si así prefieres.
Momo volvió a negar, tratando de calmarse totalmente. Una espina de culpa la atacó, puesto que la castaña se mostraba preocupada mientras que ella solo podía pensar en esos leves celos que le provocaba verla con Shoto.
No era una buena amiga. Hasta Naomi lo notó y se lo dijo incluso una vez.
—Estaré bien, Ochaco. S-Será mejor que vayan. Yo vigilo a Naomi.
La castaña terminó por convencerse después de varios segundos de debate. Finalmente, ambos se despidieron de las muchachas, saliendo ya un poco retrasados, y en cuanto quedaron a solas, Naomi le dedicó una mirada bastante severa.
—¿Qué?
—Nada —terminó de comer su tostada—. ¿Sabes algo? Mi mamá solía decir que la envidia hacia una amiga no es una verdadera amistad.
Yaoyorozu se quedó quieta sin mirarla.
—Tengo quince, no soy estúpida. Y no es primera vez, Yaomomo.
Dijo, antes de anunciar que volvería a dormir y dejar a la chica sola en la sala del apartamento.
No tardó en llegar a su trabajo. Se despidió de Shoto con un beso y una sonrisa y entró saludando al guardia de la garita. Se identificó como siempre, entró casi a trote y buscó la sala de maquillaje para instalar sus materiales y dar inicio a una nueva jornada en un nuevo año.
Poco a poco fueron llegando Kendo y Mina, además de algunos nuevos asistentes para cada una -algo bastante novedoso, puesto que estaba acostumbrada a hacer todo ella-, por lo que una vez que todos se presentaron, Ochaco comenzó a instruir a quien le habían asignado: una chica llamada Setsuna Tokage. Era un par de años menor que ella y estaba recién iniciando en la profesión, por lo que requeriría mucha práctica.
Mina estaba con Yuga Aoyama, un chico bastante brillante. Literalmente, su ropa podía dejarte ciego si la mirabas directamente al sol, pero con su personalidad había logrado ganarse por completo a la vestuarista. Kendo, por otro lado, contaba con una chica de nombre Pony Tsunotori, alguien que se veía bastante tranquila.
Esperaba que todos se llevaran bien por el tiempo que trabajarían juntos.
Ochaco había comenzado a explicarle a Setsuna como ordenaba las cosas, el recambio de brochas obligatorio después de cada uso, algunas técnicas que usaba, pero la chica frente a ella parecía inquieta por otra cosa.
—¿Es cierto que él es tan temperamental como se dice?
—¿Él? —Uraraka parpadeó un par de veces—. Oye, necesito que te concentres. Los actores van a llegar y tendremos mucho trabajo por delante.
—Sí, sí, lo siento —dijo sin sentirlo realmente—. Es solo que es primera vez que voy a trabajar con alguien tan importante y-
Ochaco suspiró y rodó sus ojos. Mina y Kendo rieron bajito, comprendiéndola de inmediato.
—Créeme: Bakugo no es la gran cosa. Es un ser humano, sí, es alguito temperamental, pero es persona al fin y al cabo. Que sea actor no lo hace un dios griego, Tokage.
La chica de cabello oscuro frente a ella no respondió. Parecía una estatua.
—Es bueno saber tu opinión sobre mí, Kirby —Ochaco se volteó al sentir la voz del actor tras de ella. Inconscientemente sonrió y él le devolvió el gesto levemente. Uraraka tuvo el impulso de abrazarlo, sin saber porqué.
—Bakugo —mantuvo su sonrisa—. Feliz año nuevo.
El rubio resopló y asintió una vez. Se quedaron mirando unos pocos segundos, pero para ellos pareció que fueran minutos. Era casi como si todos a su alrededor hubiesen desaparecido y solo estuvieran los dos en esa sala.
Katsuki nunca lo diría en voz alta, o tal vez solo a Kirishima, pero había extrañado ver a la maquilladora.
Y Ochaco se dio cuenta que había extrañado su voz elevada en los pasillos y el caos que solía ocasionar su mal humor. Por eso había sentido sus vacaciones demasiado quietas... y hasta aburridas.
—S-Señor Bakugo —una voz que para él le era totalmente desconocida les hizo reaccionar. La asistente de Uraraka se acercó un poco, algo sonrojada—. Mucho gusto. Soy Setsuna Tokage, trabajaré junto a usted.
Katsuki enarcó una ceja y todo rastro de calma pareció desaparecer al escucharlo.
—¿Acaso te vas, Cara Redonda? —preguntó, ignorando a la otra chica.
—Oh no. Ella es mi asistente. Y creo que quiso decir que trabajará con todos aquí, ¿no, Tokage?
La chica se ruborizó aún más al darse cuenta de sus palabras, mas no se disculpó. La risa de Mina desde el fondo de la sala se hizo notar.
—Pero cuando te vayas después de la boda ella va a quedar aquí, 'Chaco.
Ese maldito recordatorio. Katsuki frunció el entrecejo un poco molesto, y mejor avanzó hacia su puesto para que lo alistaran. Ochaco negó con una sonrisa ante lo dicho por su amiga, y finalmente volteó hacia el actor, colocando sus manos sobre sus hombros y dándole una leve palmada.
—Bien, hoy Setsuna se hará cargo de ti. Tokage, recuerda: pregunta qué escena, ponte en contexto y manos a la obra. Oh, recuerda-
—No.
La voz firme de Bakugo destacó. Ambas maquilladoras le miraron sin entender.
—Hoy hay mucho trabajo. No quiero una maldita novata.
La pelinegra pareció ofenderse.
—No soy una novata, Bakugo. Tengo experiencia en teatro, no te preocupes.
—Y no recuerdo haberte dado la libertad de tutearme, niña.
La tensión generada por sus palabras era más que notable. Itsuka, Pony, Mina y hasta Aoyama estaban pendientes de que pasaba en la pequeña estación.
—Um, lo siento, señor Bakugo —carraspeó un poco—. Pero, volviendo al tema: debe aceptar las condiciones de trabajo que se presenten. Uraraka tiene que ver otros temas al ser el primer día, y-
—No podría interesarme menos —tiró su cabeza hacia atrás en actitud de cansancio—. Yo solo trabajo con Ochaco. Con nadie más.
La castaña sintió algo extraño cuando le escuchó llamarla por su nombre. Llevó una mano a su estómago disimuladamente, y apretó un puño sobre éste.
—Bien —la voz de Kendo irrumpió el tenso silencio. Se acercó hacia los demás y colocó sus manos en su cintura—. Se hará así por ahora. Pero, señor Bakugo, debe entender que no siempre Ochaco estará disponible. Solo por ser el primer día será así.
Uraraka dejó salir el aire que tenía retenido en sus pulmones. LE dio una mirada de gratitud a su amiga, quien solo asintió y volvió a su puesto. Tokage aceptó ya sin rechistar, y se apartó, dejando a la castaña hacerse cargo.
—Muy bien, ¿qué demonios fue todo eso?
Mina se apoyó sobre la mesa de trabajo de Ochaco, quien terminaba de ordenar sus cosas. Estaban solas, ya que los actores habían ido al set y Kendo junto con los asistentes se dirigieron a la cafetería. La castaña alzó su mirada hacia su amiga, quien sonreía de forma cómplice.
—No tengo idea qué hablas, Mina. Córrete, necesito limpiar ahí.
Apartó la mano de la chica, quien solo se apoyó con más fuerza e inclinó su cuerpo hacia la maquilladora, mirándola fijamente.
—¿De cuándo tanta cercanía, eh? ¿No más "señor Bakugo", no más temor al gremlin explosivo?
Ochaco la miró y suspiró.
—No le llames así. No es tan malo.
—Le oí gritarle a Eiji desde el pasillo hasta aquí, 'Chaquito. Así que tiene ese título más que ganado.
Uraraka negó con su cabeza, guardando sus herramientas de trabajo rápidamente. Sentía la mirada inquisitiva de Ashido sobre ella, y conociéndola como la conocía, sabía que insistiría hasta el cansancio.
—¿Qué quieres saber, Mina? ¿Acaso quieres que te diga que Katsuki Bakugo se ha enamorado perdidamente de mí y planeamos huir un día antes de mi boda? —notó la sorpresa en la cara de la pelirrosa—. ¡Es mentira, Ashido!
—Dios, casi me da un infarto —dijo, llevándose una mano al pecho—. No bromees, Ochaco. No con esas cosas.
—Entonces no entiendo qué quieres saber —acomodó su bolso sobre su hombro y se cruzó de brazos—. Solo que nos llevamos mejor, creo. No sé, hablamos bastante en la fiesta de Navidad y llevamos semanas trabajando juntos. Supongo que está acostumbrado a mi método y eso le acomoda, yo que sé.
La chica de cabello corto frunció sus labios sin convencerse.
—Es que es raro, nada más. No sabía que tenían ese nivel de confianza, es todo.
—Solo es trabajo, Mina. No te imagines otras cosas —sonrió al recordar un detalle que casi pasaba por alto y que serviría para distraer a su amiga del tema—. Al contrario de ti y "Eiji" —hizo las comillas con las manos.
Mina se sonrojó de inmediato, desviando la mirada de su amiga.
—Es un apodo de amigos. Nada más.
—Ajá, claro —resopló—. Yo recuerdo haberlos visto bien juntitos en la fiesta. Y agradece que no te acosé cuando vi que pasabas mensajeándote con él en mi cumpleaños.
La chica se mantuvo en silencio mirando sus pies.
—¡Habla!
—¡No! —le sacó la lengua infantilmente. Ochaco rio y apoyó una mano sobre su hombro.
—Es un buen muchacho. Solo espero que te cuide como te lo mereces.
Ashido sonrió un poco, sintiendo la vergüenza calcada en su rostro.
—Lo hace —murmuró.
Uraraka no podía estar más feliz por su amiga. Ambas salieron camino a la cafetería para su descanso, charlando de la naciente relación de su amiga junto al asistente de Bakugo.
Sin embargo, Ochaco no podía evitar recordar la forma en como Katsuki se refirió a ella y lo bien que la hizo sentir.
____
SORPRESAAAAAA AAAAA AAAAA (?)
Dios, pidan un deseo que esto no ocurre a menudo xD hoy tuve día libre y me dio un atacazo. Así que nuevo capitulito para todos ustedes, mis chiquiwawis 💖✨
Nuevos personajes, más incógnitas(?) Weno no xD pero sí más acercamiento 👀
Espero que les haya gustado! Tengan una linda semanita y beban awita 💖
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top