Capítulo XLII


—Mi cliente favorito —saludó Keigo apenas vio a Katsuki entrar a su oficina esa mañana.

El rubio rodó sus ojos hastiado y se dejó caer en la silla frente a su escritorio, se cruzó de brazos y pareció hundirse un poco más.

—¿Qué mierda es tan importante que no lo podíamos hablar en mi casa?

El mayor suspiró, reclinándose un poco en su propia silla.

—Mark llamó. Quiere que vayas a Canadá pronto, la prensa allá está algo... intrigada.

—No pienso ir a ningún sitio, Hawks, apenas regresé.

Keigo frunció su ceño algo molesto.

—Mala suerte, niño. Recuerda que estamos bajo un puto contrato, ¿y gracias a quién? A don "no pude contener mis hormonas en público". Así que deja el berrinche y acepta lo que te digo.

Un profundo silencio se hizo notar un par de segundos. Katsuki parecía removerse incómodo en su lugar, sin mirar a su representante a la cara. Keigo suspiró, llevando una mano a su rostro de forma cansada.

—¿Has... Has sabido algo de esa mujer? La verdadera "mujer misteriosa".

El actor se encogió de hombros, aún sin mirarle.

—Siéndote sincero, a pesar de que me agregas seis años encima por cada tontería que haces, admiro eso de que quieras... protegerla. Aunque tú te hayas metido en este embrollo.

Bakugo seguía en silencio, mirando el piso sin expresión legible.

—Quizás —continuó el mayor—, si me dijeras quien es, podría ayudarte a buscar otra solución, algo que nos desligue de Kathie porque es obvio que la chica no te agrada en lo absoluto. Y tal vez, no sé, que te reencuentres con tu chica...

Katsuki sabía que Hawks tenía buenas intenciones y lo decía en serio. No era por simplemente chismear y ya: sabía que realmente quería ayudarlo. Y también sabía que podía confiar en él...

—Ella... —se tomó unos segundos. Suspiró profundamente—. Esa mujer misteriosa era Ochaco. Nosotros tuvimos "algo" en Canadá y Kathie nos descubrió.

Keigo parecía una estatua en su escritorio. De alguna forma lo sospechaba, pero ahora que lo confirmara por sus propias palabras era otra cosa. Katsuki se atrevió a mirarlo, notando la seriedad en el rostro del mayor, sus manos entrelazadas sobre la superficie de roble, notando lo apretadas que las mantenía.

—¿Ochaco Uraraka? ¿La maquilladora que está comprometida con Shoto Todoroki? —repitió lentamente.

Katsuki solo asintió despacio.

—La misma —llevó una de sus manos a su cabello, desordenándolo un poco—. Soy un imbécil, lo sé. No debí involucrarme con ella, menos en público y sabiendo que tiene un maldito novio.

—Bakugo...

—Pero, ya no importa. De verdad —prosiguió, levantándose y caminando lentamente alrededor de la oficina—. Ochaco supo lo del jodido accidente, ahora me odia y seguirá su "perfecta relación" como si nada. Y... Y está bien.

Hawks notó como las manos de su cliente temblaban ligeramente. Pocas veces había visto a Katsuki Bakugo así: reprimiendo sus emociones a tal punto. Se acercó a él, colocando ambas manos sobre sus hombros para detener su nervioso paseo.

—No está bien. Varias cosas no lo están: la primera, que me hayas ocultado esa pseudo relación que tuvieron. La segunda, que Kathie esté utilizando eso mismo para su propio beneficio y la tercera, que Uraraka se haya enterado de todo. Había un acuerdo.

—Esa mierda ya me da igual, Hawks —apartó las manos de su representante, volviendo a tomar asiento—. Solo... Solo quiero terminar con esta pesadilla y ya.

—¿Y cuándo crees que será eso? —preguntó, apoyándose ligeramente sobre su escritorio y cruzándose de brazos.

—No lo sé —murmuró, hundiéndose un poco más—. En unos días, cuando ella dé el sí y ya nunca pueda ser mía.

Takami suspiró nuevamente, manteniéndose en silencio unos momentos. Estaba algo molesto, pero no podía evitar sentirse mal por su cliente al verlo tan desanimado.

—Lo lamento, niño —dijo luego de un rato—. Podríamos intentar hablar con Mark y terminar ese estúpido trato-

—No —interrumpió—. Kathie podría hablar y, aunque no me agrade la idea de ver a Ochaco con ese idiota, no quiero meterla en problemas. Solo quiero que esté bien... y feliz. No más jodido drama en su vida.

Hawks asintió despacio sin decir nada más. Pudo entonces, lograr que Bakugo aceptara volver a Canadá, aunque seguía sin convencerse.

Así, partiría en una semana.

Ya había perdido la cuenta de la cantidad de gente que había saludado, sentía sus mejillas entumecidas de tanto sonreír y pretender que todo estaba de maravilla. Aferrada al brazo de su (muy pronto) futuro marido, agradecía su asistencia a quienes iban llegando, personas que ni ella recordaba conocer, pero que los Todoroki saludaban tan familiarmente.

Se sintió un poco más aliviada cuando vio a sus amigas llegar: Kendo y Mina junto a sus respectivos novios, saludaron con entusiasmo a la maquilladora. Mina casi saltó a abrazarla, cosa que la organizadora reprendió de inmediato.

—Ignórala —susurró la castaña a su amiga, sonriendo cómplice—. Me alegra verlas, chicas. No saben como las extraño.

—Nosotras también, 'Chaco —la chica de cabello rosado hizo un puchero—. El canal no se siente lo mismo sin ti.

La chica sonrió enternecida, volviendo a abrazar a sus amigas. Enseguida saludó a Tetsutetsu, el novio de Kendo, y a Kirishima, quien la abrazó afectuosamente. Eijiro no dijo mucho, solo le sonrió fraternalmente y colocó una mano sobre su cabeza, dándole a entender que todo estaba bien.

Ochaco suspiró, volviendo a tomar su posición al lado de su prometido. Shoto la observó en todo momento, dándose cuenta de como su actitud cambió con la llegada de sus amigos.

—Cariño —se agachó un poco para hablarle al oído—, ve con ellas. Yo me encargo un rato.

La castaña le miró algo sorprendida. No esperaba que Shoto le dijera eso, no en especial después de como todo parecía tenso entre ellos luego del almuerzo con su familia.

Todoroki le sonrió un poco antes de besar su mejilla e indicarle que fuera, cosa que ella agradeció con una genuina y bella sonrisa. Salió rápido de ahí, dirigiéndose hacia sus amigos, quienes estaban charlando entre ellos en el bar.

—Aquí viene la novia —canturreó Sero, haciendo reír a todos—. Bonita fiesta.

—Solo dilo: fiesta de gente estirada —sonrió la maquilladora, pidiendo una copa para acompañarlos—. Debo decir que, si no fuera por ustedes, no conocería al menos al 90% de los invitados.

—Pero, aún faltan, ¿no? Iida dijo que llegaría un poco más tarde.

Ochaco asintió mientras bebía de su champagne.

—Momo dijo que vendría también, pero no ha llegado —se encogió de hombros—. Naomi está por ahí con Fuyumi, Camie y mis padres, mis suegros conversando por allá con, ¿Quiénes demonios son? En fin, y Sho está recibiendo a los invitados. Y listo, esos son todos los que conozco.

Kendo y Mina se miraron algo incómodas.

—Yo pensé que tu amigo actor también vendría —dijo Tetsutetsu, quien recibió un ligero codazo por parte de su novia—. Auch, ¿y eso por qué?

Ochaco alzó ambas cejas mientras volvía a beber, sin contestar de inmediato.

—Sí, bueno, tendrá sus razones —evitó mirar a sus amigos a la cara.

—Seguramente la canadiense no lo dejó—se burló Sero. Esta vez fue Kirishima quien le dio un leve golpe y le miró mal—. A ver, tú eres su mejor amigo. ¿Qué sabes?

Eijiro miró rápidamente a Ochaco, quien había enfocado su atención totalmente a su copa. Su semblante había cambiado, pero por suerte nadie parecía notarlo... aparentemente.

—No más que lo que todo el mundo sabe: que están juntos —trató de parecer que el tema no le era relevante.

—Hay rumores de que esa chica vendría pronto y que Bakugo la presentaría a su familia —añadió Kendo, sin percatarse de como su castaña amiga se tensó ante el comentario—. O eso escuché de Setsuna.

—Aoyama me dijo que una amiga que tiene una prima que conoce a la ayudante de la estilista de Kathie escuchó que al parecer van a comprometerse.

Eijiro frunció el ceño ante tan rebuscado chisme.

—Solo son rumores —añadió Kirishima, tratando de que olvidaran el tema.

—Bueno —Tetsutetsu volvió a tomar la palabra—, ya sabes que a veces todo va cargado con algo de verdad.

Ochaco sintió marearse un poco. Se había mantenido callada todo el momento, porque hablar de ese tema específicamente no era algo que quería hacer. Tomó aire profundamente, sintiendo que las voces de sus amigos ya se perdían con el ruido ambiente, aunque solo podía oír con claridad cuando su nombre era mencionado. Dio un breve vistazo a Kirishima, y le agradeció internamente que trataba de disuadir la conversación y cambiarla, pero todos parecían empecinados en mantenerlo.

Ya no podía estar ahí.

—Disculpen —sonrió fugazmente sin mirar a nadie y salió de ahí en dirección al baño.

Prácticamente trotó hasta el sitio, abrió la llave y remojó un poco su rostro. Al diablo su maquillaje, podía arreglarlo después, en ese minuto solo quería dejar de sentirse tan mal por algo que nunca iba a prosperar.

—No dejes que se meta más en tu cabeza, mujer —murmuraba para sí misma, apretando sus puños sobre el lavabo y cerrando sus ojos—. Basta.

—¿Qué cosa que no se meta más, 'Chaco?

La castaña volteó rápidamente al sentir la voz de su mejor amiga. Mina estaba apoyada en la puerta, mirándola con preocupación.

—Uh, n-nada. ¿Qué haces aquí?

—Viendo que mi mejor amiga no está bien en su cena de ensayo —contestó simplemente. Se acercó a ella y tomó su rostro entre sus manos, casi examinándola para ver si tenía algo—. ¿Qué pasa? Estabas muy bien cuando estábamos hablando, hasta que se nombró a Bakugo y-

Ochaco agachó la vista. Mina no tardó en conectar los puntos.

—Dios. Mío —llevó una mano hacia sus labios en sorpresa.

—No, no, no. N-No es lo que estás pensando, yo... —suspiró rendida—. O tal vez sí.

La alegre chica de cabello rosa ahora mantenía una seriedad que Ochaco podría jurar nunca haber visto antes.

—¿Quieres... Quieres contarme?

Bastaron esas simples palabras para que Ochaco rompiera en llanto y casi se lanzara a sus brazos. Mina entendió el mensaje, acunándola y acariciando su cabello despacio, sabiendo cuanta contención la chica necesitaba.

Y es que Uraraka no había podido decirle a nadie. Era horrible para ella mantener todo aquello para sí misma, no sabiendo a quien recurrir para algún consejo o simplemente para escucharla y que no le juzgara... Y se sentía algo mal que sabiendo que Ashido reunía todo eso, no acudiera a ella.

La vestuarista esperó a que se calmara un poco, y sin presionarla, Ochaco comenzó a hablar. Le contó como esos pequeños acercamientos terminaron por enredarla con el actor, de ese primer beso en el baño de su habitación, de su primera vez juntos, de como sentía dudas que la atormentaban.

Mina solo la oyó, sin interrumpirla. Tenía mil preguntas, pero no la iba a hostigar con ello. Sabía que su amiga le diría a su debido tiempo.

Cuando terminó, se mantuvieron un silencio unos momentos. No se habían soltado para nada, y al diablo que sus vestidos se vieran arruinados por resto de lágrimas y mocos.

—Yo... Yo no sé que hacer, Mina —murmuró luego de un rato—. De verdad que no lo sé.

—Mi 'Chacolate —respondió, dándole ese apodo que le decía cuando se habían conocido. La castaña sonrió un poco al oírla—, yo creo que lo más justo y sensato, no solo para ti, sino también para Todoroki es que no te cases. No vas a ser feliz, amiga.

—No puedo hacer eso.

—Claro que sí —la apartó un poco, limpiando su rostro con sus pulgares—. Y es lo que debes hacer, amiga.

—Mina —negó con su cabeza— no puedo. Yo... Yo amo a Sho, de verdad —Ashido enarcó una ceja—. Llevamos tanto tiempo juntos, y tú misma sabes lo difícil que ha sido todo, y-

—Corazón —la interrumpió—, lamento ser la portadora de malas noticias, pero tú estás acostumbrada a Shoto. Es tu zona de confort que no quieres dejar. Porque, y lamento la brutal honestidad, si realmente lo amaras, no te habrías involucrado con Bakugo... Y no estarías tan colapsada como estás ahora.

Ochaco no alcanzó a contestar, cuando el sonido de la puerta cerrarse las hizo voltear con nerviosismo hacia la chica que había entrado al baño.

Yaoyorozu parecía impactada, ambas manos tras su espalda como asegurando que nadie más entrara.

—Tú ¿e-engañaste a Todoroki? —preguntó en un hilo de voz.

Y toda celebración que ocurría afuera pareció ser olvidada por las chicas en ese rato.




______

ª

Hola mis chiquis! Lamento lo desaparecida otra vez, pero me estoy alistando para mis vacaciones y aparte que estoy en cuarentena preventiva y eso ha sido un factor jevi metal de estrés. Pero les traje capítulo :B je

Cada vez más personas van sabiendo todo, conchalalaaaraaa, por qué hago esto?! (?)

Weeno, esperando que les haya gustado y agradeciendo INFINITAMENTE su apoyo a mis distintas historias, les dejo un abrazo de lejitos bien apretado! Estoy algo ansiosa y nerviosa porque el final del fic ya se huele y pos... igual me da penita, jaja.

Muchas gracias por todo, perdón por tan poco uwu 💖 y cuídense, que el bicho está pegando fuertón :(

Nos leemos! 💖💖

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top