Enseñame a amarte

Enséñame a amarte

Soltó un suspiro mientras continuaba mirando aquellos documentos en donde mostraban todas las regiones que habían sido invadidas en las ultimas semanas... era un dolor de cabeza tener que ver todas esas cosas, había recibido muchas cartas de diferentes reinos pidiendo ayuda de su ejercito... no podía hacer nada pero odiaba quedarse de brazos cruzados, mientras que esos malditos invasores se internaban cada vez más él simplemente se podía quedar de brazos cruzados... por lo menos por unos pocos días más... para colmo se tendría que casar con esa niña caprichosa. Lanzo todo lo que estaba sobre su mesa al suelo provocando que algunas tazas se quebraran, justo en ese momento un chico de cabellos negros y ojos verdes que ocultaba detrás de unas gafas entro al lugar un poco sorprendido por la acción del emperador de aquellas tierras.

- Veo que estas más estresado de lo que creí que estarías... venia a ver si querías un poco de té pero creo que mejor...

- Quédate – ordeno sentándose, suspiro mientras el recién llegado cerraba la puerta corrediza detrás suya – lo siento... creo que estoy un poco estresado por todo lo que esta sucediendo...

- No es para menos, dentro de poco tiempo es tu boda y los hunos se están propagando como una enfermedad...

- Son una enfermedad – gruño el emperador de cabellos oscuros – y no me menciones nada sobre la boda... tan solo pensar que tendré que casarme con esa caprichosa...

- Su majestad Hua puede ser un poco...

- ¿Insoportable?

- Iba a decir molesta... pero si quieres verlo así... me parece bien.

- ¿Por qué no puedo casarme contigo?

- ¿Tengo que responder?

Vicent rió al oír la respuesta de Scott, realmente... su concubino era la única persona que podía hacerlo sonreír en momentos como esos.

- Esta noche iré a tu habitación – susurro besando los labios de Scott.

- A este paso me sorprende que aun no tengamos hijos... majestad...

- Seria lindo verte con una pancita...

- Tengo cosas que hacer – susurro volviendo a besar los labios del futuro emperador, para después despedirse con la mano y salir del lugar – te espero esta noche...

- Nos vemos esta noche – se despidió soltando un suspiro cuando la puerta se cerro dejándolo solo en su estudio otra vez.

Su nombre real era Xen Zî, aunque le llamaban Vicent por razones desconocidas, actualmente era el emperador del imperio Zî y estaba comprometido con la princesa Hua Jin, hija del emperador de uno de los reinos vecinos desde hacía un año con la intención de hacer una alianza cuando el imperio Zî estaba a punto de caer... Para Vicent nunca había sido un problema aquello, había aceptado el compromiso con Hua desde un principio sin poner oposición de ninguna forma, todo hubiera salido bien sino hubiera sido porque la princesa era incapaz de tener hijos...

FLASHBACK

La mujer de cabellos castaños golpeo la mesa donde se encontraban reunidos, Vicent soltó un suspiro en contraste con sus padres y el padre de su futura esposa que dieron un salto cuando esta se había enfadado por una simple sugerencia... una semana atrás le habían dicho que ella no iba a ser capaz de engendrar vida en su interior, en un principio ambos imperios pensaron en que lo mejor seria romper aquel compromiso que nunca daría fruto alguno, pero en eso, uno de ellos tuvo una idea con la cual veneficiar a ambos imperios, una concubina para su majestad.

- ¡Me niego a que tenga una amante! – grito la princesa.

- No seria una amante, querida – trato de calmar el padre de Vicent – se trata de una concubina, una mujer con la cual pueda tener hijos para el imperio, seria tu esposo pero...

- ¡NO! – grito poniéndose de pie – ¡No quiero que ninguna mujer se acerque a él! ¡Si va a ser mi esposo yo seré la única mujer a la que pueda ver o tocar!

- Siento decir esto, Zî, pero mi hija tiene razón – secundo el padre de Hua – el trato era que mi hija seria la única esposa de su hijo... así que si llegara a tener una concubina, el trato estaría roto, lo siento... pero hay que buscar otra forma para tener un heredero.

- Sus majestades – llamo el medico que se encontraba entre ellos – tal vez no deba de meterme... pero hay otra forma en que su majestad pueda darles un heredero sin necesidad de traer otra mujer a su hogar...

- ¿Puede hacer que la princesa Hua engendre? – pregunto la emperatriz mirando a la chica.

- No, eso, me temo, me es imposible... pero, si su majestad no quiere que su futuro esposo este con otra mujer, tal vez ella acepte que sea un hombre – todos los presentes en la mesa se miraron unos a otros, Vicent simplemente levanto la mirada hacía el médico, curioso – hace no mucho tiempo, no muy lejos de aquí, encontramos a un joven que es capaz de engendrar vida en su interior... como una mujer... no estamos muy seguros de lo peligroso que esto pudiera resultar, pero es una alternativa si ustedes desean intentarlo...

- Si es un hombre... no veo problema – hablo Hua mirando a su padre – no creo que Xen pueda enamorarse de un hombre...

- Xen – lo llamo su madre – ¿Estarías dispuesto a intentarlo?

- Lo intentare.

La verdad era que a Vicent le parecía igual cualquier cosa que sus padres dijera o hicieran... desde que era niño había sido así, no le importaba que sucediera con su vida, había aceptado todas y cada una de las cosas que sus padres habían decidido para él, había aceptado que sus padres solo le veían como el futuro emperador y no como su hijo, había aceptado ser simplemente el futuro emperador de aquellas tierras... no le importaba con quien tuviera que casarse para proteger a su reino o con quien tuviera que acostarse para tener un heredero, Vicent estaba muerto en vida.

.

.

.

En un pequeño pueblo, no muy lejos del palacio, vivía una familia de granjeros, el menor de los nueve hermanos, Shaiming Xiong, era como su nombre lo decía, una luz para su familia. Su cabello negro y sus ojos verdes lo hacían resaltar entre sus hermanos, siempre iba con una sonrisa mientras hacía sus labores, era uno de los hermanos más laboriosos de todos, un chico apuesto que amaba la vida, todo lo contrario a lo que el joven emperador era a pesar de que tenían prácticamente la misma edad. Shaiming era especial en muchos sentidos, uno de ellos era que podía engendrar vida en su interior... desde que había cumplido 17 años y había tenido un pequeño incidente en cierto periodo del mes.

Desde antes sus padres habían notado que no era como todos los chicos de su edad, su figura era mucho más fina y su voz algo aguda, como la de una mujer... los médicos confirmaron que él no era como todos los chicos, a pesar de que sus padres se vieron afectados por aquella noticia, Shaiming siguió siendo él mismo como siempre... decía que aquello no tenia que afectarle, incluso llego a verlo como una bendición... eso hasta cierta tarde cuando el ejercito lo visito en su hogar.

- ¿Quieren que nuestro hijo sea concubina de su majestad? – pregunto impresionada la mujer – pero... él...

- No puedo permitir que algo así suceda – gruño su padre poniéndose de pie – podemos ser simples campesinos sin importancia ¡Pero no permitiré que mi hijo se convierta en una concubina de su majestad!

- Sus majestades prometieron pagar una buena cantidad por su hijo, señor, conocemos sobre el don de su hijo y creemos que seria un honor que sea él quien le otorgue un heredero al reino... – ofreció el soldado – lo siento, pero no puedo irme de aquí con un no como respuesta, haré lo que sea para que me entregue a su hijo.

- Sobre mi cadáver se lo llevaran.

- Si así lo quiere.

- ¡No! – se interpuso Shaiming entre su padre y el soldado – yo... lo haré...

- ¡Shai...!

- No puedes detenerme, padre – interrumpió – he tomado una decisión... solo... sus majestades deben de prometer que no tocara a mi familia nunca y que pagara una cantidad apropiada por mi... es lo único que pido...

- Usted sera alojado en los terrenos del palacio mientras sea de utilidad a su majestad, el tiempo que lo sea su familia recibirá una cantidad generosa por parte de su majestad...

- No tienes porque hacer esto – le halo del brazo uno de sus hermanos mayores – no tienes porque convertirte en concubina de su majestad por nosotros, Scott...

- Esta bien, Tian... quiero hacerlo – se giro a los soldados – acepto la oferta de su majestad...

- Despídase de su familia y tome sus cosas... partiremos esta noche al palacio.

Tal vez para Scott lo más difícil fue despedirse de su familia, no tenia muchas cosas, así que solo había llevado consigo un amuleto que su padre le había dado que había sido de sus padres... Esa misma noche, Scott termino despidiéndose de sus padres y había subido a la carroza junto con los guardias del palacio, fue doloroso ver a su madre llorando mientras la carroza se alejaba.

El viaje no fue muy largo, o no lo sintió de esa forma, se quedo dormido a mitad del camino antes de llegar a lo que eran los terrenos del palacio, se sorprendió de lo grandes que eran estos y de toda la vegetación que había en estos terrenos, llego a sentirse intimidado por el interior del palacio al mismo tiempo que estaba impresionado de esta, no podía creer que ese seria el lugar donde ahora viviría, lo habían llevado hasta una habitación que habían indicado seria la suya... le sorprendió ver que esta era incluso más grande que su propia casa.

- Debe de ser impresionante para ti estar en un sitio como este ¿verdad? – se sobresalto al escuchar una voz atrás de él, pego un salto girándose a donde venia la voz encontrándose con un hombre de tez algo morena, cabellos negros un poco largos y ojos violeta, el hijo del emperador, Xen Zî – disculpa... no quería asustarte, soy...

- Sé quien es, su majestad – interrumpió haciendo una reverencia.

- Deja esas formalidades, parece que tendremos una relación muy cercana a partir de ahora – ese comentario hizo sonrojar a Scott, aparto la mirada avergonzado – llámame simplemente Vicent.

- ¿Vicent? – Scott levanto la mirada al futuro emperador – esta bien... en ese caso... usted puede llamarme Scott, es un honor para mi tener el privilegio de...

- No lo digas – interrumpió – lamento que tengas que hacer esto... si Hua pudiera tener hijos por su propia cuenta no hubieras tenido que aceptar esto, lo siento.

- Esta bien... la princesa debe de ser muy hermosa ¿verdad?

- No lo sé realmente...

- ¿Cómo no lo sabe? – pregunto sonriendo – digo... esta enamorado de ella ¿verdad?

No dijo nada, aquel silencio respondió la pregunta de Scott quien borro la sonrisa de su rostro de inmediato bajando la mirada, era un matrimonio por conveniencia... había visto muchos como esos y siempre había estado en contra de ellos... odiaba que las personas hicieran ese tipo de cosas...

- Lo lamento...

- No lo hagas... no es la gran cosa, solo me casare con ella...

- No... digo... yo creo que todos merecen estar con quien aman... no eso... Me parece tan injusto que tenga que casare con una persona a la que no ama...

- Es igual para mi, nunca he conocido lo que es el amor – Scott miro sorprendido a Vicent, este le miraba sin expresión alguna – no sé que es el amor... ademas... tu te vas a entregar a mi ¿No estamos en la misma posición?

- Tal vez – Scott volvió a bajar la mirada, sonrió – pero... tal vez pueda enseñarle a usted a amar.

- ¿Qué?

- Si voy a estar aquí – Scott se acerco hasta Vicent, abrazándole por el cuello, por inercia Vicent rodeo la cintura del otro acercándolo más a él, unieron sus labios en un beso, su primer beso – mientras estemos juntos en este lugar, quiero enseñarle a usted a amar... deseo enseñarle lo que es el amor, majestad.

- Parece ser interesante... que así sea... Scott... pero mejor llámame solo Vicent.

- Entonces, te llamare solo Vicent – sonrió Scott acariciando los cabellos del futuro emperador.

Ninguno de los dos pudo describir la sensación que tuvieron al verse por primera vez a los ojos o lo que sintieron con su primer beso... incluso para Vicent aun era difícil explicar bien como fue estar por primera vez con Scott, como fue tenerlo por primera vez en sus brazos y acariciar cada rincón de su cuerpo o como fue despertar con el peli-negro abrazado a él... era difícil entender que era lo que sentía en los momentos que estaba con Scott. Había cumplido su promesa, le había enseñado a amar... al mismo tiempo que lo había enamorado, y Scott también se había enamorado de Vicent.

FIN FLASHBACK

La noche había llegado, Scott se encontraba en su habitación solo con una túnica blanca sentado en la orilla de su cama, habían pasado varios meses desde que había llegado a aquel lugar, ¿Extrañaba a su familia? Claro... las noches en las que estaba solo no podía evitar mirar por la ventana las estrellas y pensar en como se encontrarían sus hermanos o sus padres en esos momentos, habían veces en las que deseaba poder salir de aquel lugar e ir a ver a su familia... pero no podía hacerlo... sin notarlo ahora se encontraba frente a aquella ventana mirando las estrellas y preguntándose como estaría su familia en esos momentos, sus hermanos, sus padres... su pueblo...

- ¿En que piensas? – escucho la pregunta justo cuando unos brazos le rodeaban por la cintura, levanto la mirada encontrándose con los ojos azul-violeta de Vicent.

- Nada importante – mintió girándose para quedar frente a frente con el emperador – solo... solo pensaba en mis hermanos... espero que la guerra no haya afectado mi pueblo natal, no quisiera que le pasara nada a mi familia...

- Las aldeas que se encuentran aun en terrenos del palacio siguen a salvo – susurro besando el cuello del peli negro – no te preocupes... si algo llegara a suceder yo mismo ordenare que les protejan...

- No deberías hacerlo...

- Quiero hacerlo...

- Desperdicias los recursos del reino, Vicent, tienes que tener cuidado si no quieres que el reino caiga por tu culpa en poco tiempo... no puedes proteger a todos los campesinos de las tierras de tu familia... aunque quisieras hacerlo...

- Y dices que eres un simple campesino... pareces mi padre.

- Estoy comenzando a evaluar la propuesta de tu padre sobre convertirme en tu consejero – bromeo, Vicent hizo un gesto de disgusto ante esas palabras, hacia un par de meses atrás el padre de Vicent, el emperador, le había ofrecido a Scott el convertirse en el consejero de su hijo al ver que era mucho más racional que su hijo, claro, esto implicaría el dejar de ver a su hijo durante las noches de esa forma – es una broma... no es un gran puesto el que tengo pero me gusta...

- Odio el que tengas que ser simplemente esto – susurro besando los labios del contrario – te amo...

- Cuando vine a este lugar... jure que te enseñaría a amar... simplemente eso hice – devolvió el beso – aunque no imagine que seria yo quien también aprendería a amarte...

- ¿Te molesta?

- Al contrario...

Vicent recostó a Scott en la cama mientras le besaba, Scott rodeaba el cuello del mayor son sus brazos tratando de pegar su cuerpo aun más con el del mayor, se sentía tan bien... poco a poco su túnica iba resbalando poco a poco dejando su cuerpo completamente al desnudo, Vicent rio al ver esto, al parecer alguien lo esperaba. Comenzó por acariciar el pecho del peli negro fijando su atención en los rosados pezones del joven campesino que tenia bajo suyo, Scott soltaba leves gemidos que trataba de callar en su garganta al sentir las caricias que el otro le propinaba, dejo salir un gemido fuerte y agudo al sentir como mordía uno de sus pezones y comenzaba a acariciar su vientre con su mano fría, las manos de Vicent siempre estaban frías...

- Tus manos... están... frías – jadeo mirando al futuro emperador.

- Pronto ya no lo sentirás – susurro jadeando sobre el pecho del otro y bajando poco a poco hasta la entrepierna del pelinegro.

- N-no hagas eso... es... sucio...

- Pero te gusta – beso la punta del miembro de Scott provocando que este soltara un gemido – hare que esta noche disfrutes mucho más que otras...

Tuvo que morder su mano para no dejar salir un gemido cuando Vicent metió todo su miembro en su boca comenzando a subir y bajar, a lamer y de vez en cuando morder levemente. A pesar de todo el tiempo que había pasado en ese lugar, a pesar de que desde un principio solo había llegado para eso... para tener un hijo con "su majestad"... aun sentía vergüenza de que alguien los escuchara haciendo esas cosas.

Trataba de callar los gemidos y jadeos en su garganta cuando sintió como Vicent comenzaba a penetrarlo con sus dedos, primero uno y después dos hasta llegar a un tercero... se sentía tan bien... logro sentarse un poco sobre el colchón quitando la ropa del futuro emperador y dejandola caer, tocando la morena piel del contrario y besando los labios de este, nunca pensó llegar a estar tan enamorado de alguien... alguien que era imposible para él... se puso de rodillas frente al otro quien se había terminado sentando en el colchón.

- ¿Vas a montarme, Scotty? – pregunto con una seductora voz mirando al otro.

- Es injusto que solo yo disfrute – aparto el cabello oscuro del rostro del otro – ojala tuviera tus ojos... ah... Vi-Vicent...

- No hables de eso ahora – susurro besando y mordiendo el pecho del más bajo.

- N-no dejes marcas...

- ¿Por qué? Todos lo saben... no hay razón para que tengas vergüenza de lo que hacemos...

No pudo debatir esas palabras, miro molesto por un segundo al otro, aparto la mirada mientras comenzaba a auto penetrarse, Vicent le sujetaba por las caderas tratando de evitar que se hiciera daño. Al estar completamente dentro, se volvieron a besar mientras que Scott comenzaba a moverse lentamente, cosa que Vicent no soporto por mucho tiempo antes de tirarlo a la cama otra vez y comenzar a penetrarlo con mayor fuerza y velocidad provocando que no pudiera callar más sus gemidos. Llenaba su cuello y pecho de besos mientras recitaba dulces palabras a oídos de Scott, quien jadeaba y gemía por más...

- N-no... lo... más – jadeo enterrando sus uñas en los hombros del otro – m-me... vengo...

- Un... poco más – gimió Vicent.

Dio una ultima embestida antes que Scott se viniera entre ellos y sentir como su interior se estrechaba deliciosamente sobre su miembro, justo en ese momento dejo que su esencia llenara el interior del de cabellos negros, beso sus labios mientras lo recostaba en la cama jadeante, observo con detenimiento su rostro cansado, sonrojado y sudoroso que jadeaba en busca de aire, como su blanco pecho lleno de pequeñas marcas rojas subía y bajaba lleno de esa sustancia blanquecina que tenia tan buen sabor para su paladar, lamió un poco de esta pasado su lengua desde el ombligo del de cabellos negros hasta un poco más debajo de sus costillas.

- Pervertido – jadeo mirando al otro – ¿Te quedaras esta noche?

- Claro... sabes que adoro despertar a tu lado, eres muy lindo cuando duermes.

- Queda una semana – susurro Scott recostándose en el pecho del más alto – antes de que te cases...

- Desearía que esta maldita guerra terminara antes de que tuviera que casarme con esa crecida – gruño mientras jugaba con los cabellos negros de su amante – si la guerra terminara... podría hacer lo que quisiera, podríamos olvidar el compromiso, podría casarme contigo...

- Sabes que es imposible... nada podría terminar con una guerra de un día para otro.

- ¿Crees en los milagros?

- ¿Qué tonterías dices? – rió

- Yo si – suspiro mirando hacía la ventana, las estrellas que brillaban en la oscura noche junto a la luna llena, justo en ese momento paso frente a ellos una estrella fugaz, Vicent sonrió – desearía que sucediera algo... que algo evitara que me casara con Hua... y poder estar contigo, Scott... ¿Scott?

Miro al otro, sonrió al verle dormido en su pecho, con su respiración tranquila y sus ojos cerrados, beso su frente mientras se acomodaba tratando de no molestar al otro, fijando su mirada en la ventana donde pequeños copos de nieve caían del cielo... poco a poco fue cayendo dormido...

.

.

.

Tuvo que ponerse las zapatillas corriendo por los pasillos... a pesar de que era simplemente "concubina" de su majestad había sido invitado por el mismo emperador a comer con ellos todas las mañanas, claro... cuando a Vicent se le ocurría molestarlo dejándolo dormir más de la cuenta no era fácil el llegar a tiempo, era una grave falta el no llegar a desayunar con sus majestades a la hora indicada... abrió la puerta del comedor justo a tiempo entrando al lugar.

- Buenos días, Scott –saludo la emperatriz con una sonrisa.

- Pido disculpas, me quede dormido – hizo una reverencia frente a sus majestades – lo siento...

- No te disculpes – suspiro Vicent mirando al de cabellos negros – no eres el único que se quedo dormido.

Scott se sentó junto a Vicent como todas las mañanas, Hua llego un momento más tarde cuando la comida ya estaba servida, Scott no se sorprendió al ver que la princesa con mucha suerte había saludado a los emperadores y a su futuro esposo dejándolo a él como si fuera una pared, era típico de cada mañana desde que había comenzado a vivir en ese lugar. El desayuno fue tranquilo como todas las mañanas o casi... Pues llego un momento mientras que Scott estaba comiendo que llego un olor que le causo nauseas, trato de ignorarlas tomando algo de té, pero le fue imposible.

- ¿Scott? – le llamo Vicent cuando este se había quedado mirando a la nada por mucho tiempo – Scott ¿Te sientes bien?

- Y-yo...

No pudo responder, tuvo que ponerse de pie de un golpe y salir corriendo lejos del comedor, tanto Vicent como su madre se pusieron de pie al ver como el joven de cabellos negros había salido corriendo del lugar sin decir ni una sola palabra, Hua simplemente desvió la mirada continuando con su comida y su padre los miro a ambos. Vicent no espero más y salio del lugar para buscar al de cabellos negros al que encontró al poco tiempo.

- Scott – le llamo acercándose a él, estaba sentado en una grada frente a los jardines y con un pañuelo en la boca – ¿Te sientes bien?

- S-si... solo... creo que algo me hizo mal.

- Es imposible, ordenare que llamen al doctor.

- No es necesario...

- No aceptare un no como respuesta – sentencio – regresa a tu habitación.

- Si, majestad – se burlo poniéndose de pie con ayuda de Vicent – estoy un poco mareado...

- Vamos... te ayudare a llegar a tu habitación.

No dijo nada, simplemente asintió mientras era llevado por Vicent a su habitación y lo dejo recostado en su cama.

Paso una hora, el doctor llego rápidamente a la llamada del futuro emperador y fue a atender a Scott bajo ordenes de sus majestades, fuera de la habitación esperaban Vicent y su madre, cuando el médico indico que podían entrar, fue Vicent el primero en correr hasta donde estaba Scott recostado en la cama con una sabana cubriéndolo hasta el pecho, se sentó a su lado tomando su mano, Scott le sonrió, ya para los padres del futuro gobernante y ese médico que conocía desde hacía mucho tiempo no era secreto que había algo más entre ese par, y a Vicent no le importaba demostrarlo.

- Bien, majestades, tengo muy buenas noticias para ustedes – hablo el medico mirando a la emperatriz y a su hijo – al parecer, el joven esta en cinta.

- ¿Qué? – pregunto en un susurro Scott – eso es...

- Maravilloso – completo besando la mano del de cabellos negros – es una gran noticia...

- Si que lo es – secundo la emperatriz – gracias por sus servicios, doctor, por favor... dejemos a mi hijo y a Scott solos.

- Como ordene, majestad.

Ambos salieron dejando a los futuros padres solos en la habitación, Scott miraba hacía la nada mientras que Vicent jugaba con su cabello de forma cariñosa.

- Vamos a ser padres – susurro Vicent con una sonrisa.

- No... tu y la princesa Hua serán padres – corrigió mirando algo molesto al otro – ese fue el trato, por esto estoy aquí... no somos pareja, Vicent, estas comprometido y yo estoy aquí simplemente porque ella no puede tener hijos... no importa cuando quiera a este niño, no puedo ser su madre aunque lo desee...

- Scott... te lo dije, haré lo que sea posible para no casarme con ella... ella no es y nunca sera la madre de nuestro hijo.

- No, nunca lo sera... pero igual, ella sera tu esposa, yo simplemente soy... algo parecido a una concubina o un amante...

- Sabes que odio que digas esas cosas de ti.

- Si... pero es la verdad, no puedes tapar el sol con un dedo...

- No trato de hacerlo.

- Pareciera que si – suspiro girándose – ¿Puedes dejarme solo? Quiero dormir un poco...

- Si quieres comer algo, lo que sea, dímelo... haré que lo traigan de inmediato – Scott soltó un suspiro, Vicent beso su mejilla – escucha bien esto, Scott, no importa quien seas o que yo este comprometido con esa mujer... te amo y ese niño sera NUESTRO hijo... y ni Hua ni esta maldita guerra podra evitar que tu y yo estemos juntos.

Volvio a besar la mejilla del de cabellos negros antes de salir del lugar cerrando la puerta detrás de él, por su parte, Scott dejo correr un par de lágrimas por su rostro... había sido un tonto por haberse ilusionado con estar con Vicent desde un principio, nunca tuvo que haber dicho que le enseñaría a amar... nunca tuvo que enamorarse de él... cerro los ojos mientras dejaba que las lágrimas corrieran por su rostro, llevo una mano a su vientre... tenia miedo de lo que Hua pudiera hacerle a su hijo, tenia miedo de entregar su bebé a una mujer que lo odiaba...

Continuara...

Hola gente hermosa!!! ¿Qué les pareció el capitulo? Creo que este es el capitulo más largo que he escrito en este fic... no sé porque me dolio tanto escribir esa ultima parte D': y no... no puedo dejar que nadie sea feliz... por ahora... y disculpen las faltas de ortografía pero aun no tengo mi computadora y la de mi mamá sigo sin poder usarla bien -.-" pero bien... espero que les haya gustado el capitulo y la próxima semana tendremos lemon fonnie 7u7 sé que lo quieren, lo veo en sus comentarios (?) 

Y eso es todo por hoy gente hermosa!!! nos leemos la pronto!!!

P.D: Este si es el ultimo viernes que subo capitulo... tal vez... el martes comienzo clases TwT adios, hermosas vacaciones... se te van a extrañar mucho...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top