4. ¿Quién eres?

Escribir una historia, plasmar en papel una vida, llena de sueños y esperanzas, pero a la vez de tristezas y llanto.

Escribir todas las experiencias vividas y saber que alguien las leerá, saber que una historia cambiara la vida de muchas personas.

Decir es una historia real, mi historia de vida, llena de miles de sentimientos, emociones y experiencias.

Cada palabra, cada frase u oración lleva consigo el sentimiento de haber vivido ese momento.

Un día este libro no será suficiente para todas las cosas que quiero gritar, pero que no dejo de callar. Un día este libro será testigo de mi recorrido.

Ella colocó el libro en la cama, hoy no había escrito realmente mucho, se acercó a su ordenador portátil y lo encendió, busco el navegador e inmediatamente inicio sesión en sus redes sociales, muy pocas veces lo hacía, a veces terminaba lamentándose, miraba fotos de sus amigos y ellos se mostraban más que felices.

En esta ocasión en primera plana aparecían Valentina y Ruggero, estaban en el boliche donde ocurrió el suceso que cambió su vida. Estaban mirándose fijamente muy de cerca, mostrando unas amplias y sinceras sonrisas. En los comentarios los felicitaban, ese era el comienzo de una nueva relación.

De alguna manera se sentía feliz por ellos, ya no estaban en su vida, pero les tenía demasiado cariño.

Siguió revisando el tablero de noticias, nada nuevo, sólo fotos sin sentido y con frases que no tenían nada que ver, estaba a punto de cerrar la ventana, cuando vio una foto, era ella junto a Gastón y Ruggero. Esa foto había sido del último cumpleaños de Gastón que pasaron juntos, estaban llenos de pastel y se abrazaban como los hermanos que eran, muy unidos.

El corazón se le hizo pequeño ante los miles de sentimientos que se mezclaron.

— No quiero verte en mi vida —dijo ella con dolor, no quería a nadie cerca de su vida. —Quiero que te vayas de mi casa y de mi vida —volvió a repetir mirándolo con seriedad ante cada palabra.

Ruggero la miro sin poder creer lo que estaba diciendo, él sólo quería apoyarla, estar con ella en cada momento y decirle lo mucho que valía.

— Carolina, nada está perdido —comenzó a decir tranquilo, entendía el porqué de su actitud y no iba a molestarse.

— Si, mira mi rostro —dijo señalandose este mismo. Le habían realizado una operación y muy pocas partes de su rostro habían quedado "bien".

Esa había sido su esperanza de borrar todas esas quemaduras, a causa de algo que ella no tenía la culpa. A tres semanas de su accidente fue realizada, y no obtuvo los resultados esperados.

— Ya no te quiero como amigo, no quiero nada —dijo casi gritando. Salió corriendo del living y a toda prisa subió los escalones, entró a su habitación y la cerró con seguro.

Comenzó a llorar sin parar, fueron horas de llanto y siempre llegaba a lo mismo, no tenía nada que ver, a ella no debía pasarle.

Rápidamente saco esos recuerdos de su mente, no quería ponerse mal. Estaba bien y así quería seguir durante muchos meses.

Para ella las horas pasaban demasiado rápido, aunque en ocasiones no hiciera realmente nada productivo.
De nuevo esa voz, lo único que conocía muy bien de Agustín. Se acercó a la puerta queriendo escuchar mejor.

Después de un largo día universitario, Agustín, había llegado a su casa, pero en compañía. La rubia que le habían presentado y compañera de clases, le había agradado o gustado de cierta manera, o quizás era el amor que tenía hacia la música.

Al terminar de comer decidieron hacer lo que tanto amaban, cantar. Agustín se acercó al piano y comenzó a tocar, a los segundos las primeras estrofas se escucharon por la casa.

Ya no duele porque al fin te encontré, hoy te miro y siento mil cosas a la vez...

Carolina inmediatamente sonrió, estaba comenzando a amar esa voz.

Mira si busqué, mira si busqué, tengo tanto que aprender, todo lo que tengo es tu mirar...

Salió rápidamente a buscar su celular, intentaría grabar su voz aunque no se escuchará del todo bien. Una vez lo tuvo en sus manos se acercó a la puerta.

De mis recuerdos salen brisas a bordar...

Carolina rápidamente frunció el entrecejo al escuchar esa voz femenina, tenía mucha curiosidad de saber quien era, agarró la perilla de la puerta y la giró abriéndola, observó por el pasillo, no había nada. Salió y comenzó a caminar hasta la orilla de las escaleras, quedando detrás de la planta.

Las locuras que tú me quieras regalar...

Cantaba la rubia frente a Agustín, ambos sonreían ampliamente.

Mira si busqué, mira si busqué, tengo tanto para dar...

Carolina miraba atenta cada movimiento, ellos parecía que se complementaban perfectamente, la manera en que sus voces encajaban y las miradas que intercambiaban. Al final no grabó nada, ella sólo quería grabar la voz del chico.

Reconozco puertas que yo sé, se abren solamente alguna vez y así de poco

Desde cuando te estaré esperando, desde cuando estoy buscando...

Estaban cantando los dos, ella se sentó junto a él, mientras colocaba su cabeza en el hombro de él.

Tu mirada en el firmamento, vas temblando, te he buscado en un millón de auroras y ninguna me enamora como tú sabes
Y me he dado cuenta ahora

Puede parecer atrevimiento

Y es puro sentimiento

Dime por favor tu nombre

Desde cuando te estaré esperando

Carolina seguía viendo atenta cada movimiento de ellos, por su mente pasaban muchas ideas respecto a ellos, quizás se conocían desde más antes, aunque rápidamente negó, era imposible, Agustín, vivía anteriormente en Uruguay, o eso era lo poco que sabía, gracias a Marlon, que le había dicho que ahí vivía su hijo.

Desde cuando estoy buscando

Tu mirada en el firmamento, vas temblando

Te he buscando en un millón de auroras

Y ninguna me enamora

Y al final cuando te encuentro

Estabas sola

Terminaron de cantar esa maravillosa canción, se miraron unos segundos para luego abrazarse. En esos pocos días ya se habían hecho muy unidos.

Carolina se dio la vuelta y regresó a su habitación, por su parte ellos seguían en el abrazo. Se separaron a los pocos segundos.

— Salió perfecto. Nos irá bien en la presentación —dijo, Agustín, muy entusiasmado, les habían dejado en parejas realizar una presentación y a eso se debía su visita en esa casa.

— Si y como no, si tienes una excelente voz —dijo la rubia, sentándose en uno de los sillones.

— Tu voz también es espectacular —se acercó y se sentó junto a ella. El celular de Agustín comenzó a sonar, lo agarró de la mesa donde estaba. Llamada de su padre.

— ¿Papá? —preguntó al contestar.

Hijo, hoy no llegaremos con Sonia, salieron unos compromisos —comenzó a explicar su padre.

— Bien —contestó, Agustín, sin saber que más decir, total se estaba acostumbrando a pasar la mayor parte del tiempo solo.

Te cuidas, por favor —dijo su padre, antes de cortar la llamada. Ni tiempo tuvo de responder. Dejó el celular nuevamente en la mesa.

— ¿Todo bien? —preguntó, Chiara, mirandolo fijamente.

— Si, sólo era papá —dijo acomodandose en el sillón. —¿Te quedas? —preguntó alzando una ceja.

— No puedo, mi mamá llega hoy y tengo que recibirla —se puso de pie, ya estaba anochesiendo. Agustín la acompañó hasta la puerta.

— Nos vemos mañana —se acercó a ella y depositó un beso en su mejilla.

— Si —afirmó con una sonrisa, salió de la casa. Agustín cerró la puerta y se dirigió hacia su habitación.

En el camino iba observando cada detalle de la casa, frunció el ceño al ver la puerta del cuarto de uno de los Kopelioff un poco abierta, se iba a acercar cuando, Mirtha, salió de este, haciendo que ambos se sorprendieran.

— ¿Que hacías ahí? —preguntó, Agustín, viendo como rápidamente cerraba la puerta.

— Estaba limpiando —contestó rápidamente. Daba gracias que no había salido con la bandeja de comida.

Agustín asintió no muy convencido. —Papá y Sonia no llegarán a dormir.

— Si, hace unos minutos me avisaron —contestó Mirtha comenzando a caminar.

Agustín volvió a ver la puerta, comenzó a dar pequeños pasos esperando que Mirtha bajará los escalones, una vez lo hizo se acercó a la puerta y comenzó a tocarla.

Carolina se sorprendió al escuchar su puerta, no podía ser su nana porque justo acababa de salir, se acercó a la puerta sin hacer mucho ruido.

— ¿Hay alguien? —preguntó esa voz, no lo había escuchado hablar tan claramente, pero sabía de quien se trataba. —Responde, por favor.

Sentía que su corazón latía cada vez más fuerte, cerró los ojos conteniendo la respiración, presentía que en cualquier momento, él, la escucharía.

— Estoy quedando loco —escuchó del otro lado.

Agustín no se explicaba cuál era su interés por saber que había tras esa puerta. Negó varias veces y comenzó a caminar hasta su habitación.

Carolina se quedó varios minutos esperando escuchar nuevamente su voz, cuando se percató que ya no estaba, regreso a la mesa a seguir comiendo.

De su mente no salía que cada vez iba a ser más difícil seguir encerrada cuando había alguien más en su casa. Al terminar de comer se sentó cerca de su ventana a esperar un tiempo adecuado para darse un baño.

El tiempo fue transcurriendo hasta que ella ya estaba saliendo del baño con su pijama, un pequeño short y una camisa holgada. Miro su celular, había un mensaje de su padre.

Buenas noches, princesa.

Una sonrisa se formó en su rostro, su padre siempre tenía esos gestos con ella.

Ya era muy tarde, colocó su celular en su mesita de noche, estaba por tomar agua cuando se dio cuenta que su nana no le había traído. Últimamente se le estaba olvidando a su nana, pero en esta ocasión si tenía mucha sed. Se colocó sus pantuflas y tomo el valor de ir hasta la cocina. Todos dormían, la casa estaba a oscuras.

Al llegar a la cocina rápidamente agarró un vaso y sacó agua, quería llegar pronto a su habitación, sin saber que a partir de esa noche las cosas en su vida cambiarían.

— ¿Quién eres? —escuchó esa voz tras ella. En ese momento sintió que todo su mundo se iba abajo, no quería que la viera. Sólo esperaba un milagro.

Un milagro que la hiciera desaparecer de la vista de Agustín.






☆☆☆

Esta haciendo frío y con fuertes tormentas, tanto que hay zonas inundadas, así que dije Nuevo capítuloooooooo

Amo, amo escribir está historia y estuve leyendo sus teorías sobre Gastón, y están buenas. También, tuvimos sorpresas hoyyy, Agus y Chiara, Rugge y Valu.

¿Cuál fue su parte favorita?

El quien eres queda grabado en mi memoria, ¿en la de ustedes?

L@s quiero ❤

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