24. Caro

Capítulo dedicado a pauli_xdiv_

Carolina se encontraba sentada en el suelo, con el cuerpo levemente recostado hacia la cama y su cuaderno. Lista para decirle por medio de una carta todo lo que sentía a su madre.

Mamá, perdón.

Tal vez no sean muchas las palabras que utilice, pero las pocas serán suficientes para decirte lo mucho que agradezco tenerte como madre, a pesar de todo.

Lo que a pasado en los últimos meses es casi nada en comparación a todos los momentos que vivimos, a cada día de nuestras vidas que nos hiciste reír y a cada muestra de afecto que nos brindabas.

Probablemente no entienda las razones por las cuales te alejaste tanto de mi, yo no desee tener el rostro lleno de quemaduras, no desee que a causa de eso me dejaras de tratar como tu hija. Se que contigo nunca fue igual que con papá, e incluso con Marlon, pero ellos siempre me han dado comprensión, me han apoyado y me han dado amor.

No puedo reprocharte algo porque se que detrás de cada actitud hay una razón y solo espero un día saberlo.

Y así como empecé quiero decirte, perdón. Perdón por haberte tratado como lo hice hace meses pero el dolor, la impotencia, me hizo reaccionar de esa forma y como te diste cuenta, no solo fue contigo, mamá. También aleje a Valentina y Ruggero. Perdón por las palabras que emplee en ese momento.

Te amo y a pesar de todo no te quiero seguir teniendo alejada, quiero saber que aunque nos separen miles de kilómetros puedo llamarte, decirte todo lo que me esta sucediendo, hablarte de lo enamorada que estoy, decirte todo lo que siento.

Te amo y siempre serás de las personas más importantes en mi vida.

Carolina

Desde la noche anterior que habló con su madre no la había visto de nuevo, pero claro, eso no podía ser posible si ella llevaba encerrada esos dos días transcurridos.

Dejó su cuaderno a un lado y fue en busca de un sobre, donde guardaría la carta que sería entregada antes de irse. Arrancó la hoja con cuidado y viendo que se mirara presentable la dobló para colocarla dentro del sobre el cual guardo en uno de sus cajones.

Se sentó nuevamente en el suelo, dejando su cuaderno de lado, se sentía totalmente aburrida y por primera vez deseaba salir, disfrutar del día y de todo lo que la rodea, pero Agustín aún no regresaba de la Universidad. Su celular comenzó a sonar y al tercer llamado, contestó, totalmente sorprendida. 

— Te extrañaba tanto —dijo antes que pudieran responder.

— Aunque no lo parezca yo también —se escuchó un largo suspiro. —Te amo, y me hace tanta falta tu compañía —agregó con nostalgia.

— Te amo mucho más —respondió con una pequeña sonrisa aunque no pudiera verla. De fondo se comenzó a escuchar un ruido y otra voz. Una que no conocía y de chico.

— No se te ocurra —se escuchó en el fondo. Ella fruncio su entrecejo queriendo saber de quien se trataba. —Tarde —dijeron mucho más cerca del altavoz del teléfono.

— Hola, Carolina —dijo esa voz extraña para ella. La voz de su hermano, Gastón, se comenzó a escuchar, queriendo quitarle el teléfono a quien estaba hablando. —Tu hermano es muy insoportable, ¿lo sabías? —preguntó sin importarle su amigo.

— Suele serlo —dijo recordando las veces en las que no quería tenerlo cerca, pero ahora prefería eso a tenerlo a tantos kilómetros de distancia.

— Por cierto, soy Maxi —dijo con entusiasmo. —Con Gastón nos hicimos amigos pocos días después de su llegada. Soy sobrino de Clara, la esposa de tu padre —inmediatamente ella se alegro. Saber que su hermano tenía amigos, alguien con quien pasar buenos momentos la llenaba de mucha alegría.

— Me alegra y espero que lo estés ayudando cada día a tener buenos momentos —dijo poniéndose de pie. Comenzó a caminar hasta llegar a su ventana, donde observaba hacia la parte del jardín que era visible desde ese punto.

— Gastón, responde a eso —escuchó que decía, Maxi.

— Si, aunque él también es insoportable —respondió, Gastón. Carolina se hecho a reír, ahora entendía porque se llevaban muy bien. —No sabes, cuando se le mete algo en la cabeza ni quien lo aguanta —agregó recalcando cada palabra.

— Y él un terco —dijo, Maxi y así fue como comenzaron a transcurrir los minutos entre discusiones de ambos chicos; en cambio, Carolina solo escuchaba atenta y entre risas. Su hermano estaba siendo feliz, por lo tanto ella también y tenía toda la seguridad que Maxi lograba darle alegría a Gastón cuando compartían tiempo.

— Hace mucho no hablábamos así —dijo, Carolina, mostrando una sonrisa. No apartaba la mirada de su ventana, esperando ver que Agustín llegara. Deseaba presentárselo a Gastón aunque sea a través de la línea telefónica.

— Lo sé, lo extrañaba —respondió, Gastón. El timbre de la casa del chico comenzó a sonar. —Yo abriré, creo que vienen a dejar unos encargos de papá —le dijo a Maxi. Carolina solo escuchaba, pensando que dentro de unas semanas su vida sería estar con ellos y al menos ya había alguien que fuera su amigo.

— Gastón a cambiado mucho, Caro —dijo, Maxi, a los segundos que su hermano dejó el teléfono. —Me es mas fácil acortar tu nombre —agregó con un pequeña risa.

— No hay problema —dijo riendo. Gastón en algunas ocasiones también la llamaba de esa forma, eran muy pocas las personas que lo hacían y no frecuentemente. Ni siquiera Agustín la llamaba así. Siempre era por su nombre.

— Bueno, creo que te hablaremos otro día —dijo, Maxi, después de un tiempo en silencio. 

— Esta bien. Saludos a todos —dijo antes de cortar la llamada. Miró la hora en su celular dándose cuenta que hace más de media hora había llegado Agustín. Salió rápidamente de su habitación llevando con ella su celular.

Al llegar a la puerta de la habitación de Agustín sintió una especie de deja vu, era como si estuviera volviendo a vivir el momento donde decidió hablar con él. Cerró sus ojos segundos y al abrirlos nuevamente negó repetidas veces con la cabeza. En esta ocasión no existía aquel temor, no estaba siendo la chica de ese momento.

Sin tocar la puerta abrió, encontrándose a Agustín con la cabeza sobre la mesa de trabajo. Estaba durmiendo con uno de sus brazos sobre la mesa y el otro en su regazo. Abriendo la aplicación de la cámara de su celular, le sacó una fotografía. Recordando uno de los pensamientos con los que estaba de acuerdo, los momentos no necesitan ser capturados cuando nuestra memoria se encarga de tomar sus propias fotografías y guardarlas, haciendo que se vuelva a recordar ese momento perfectamente, pero también era bueno tener esa imagen por si un día nuestra memoria decidía no recordarlo claramente.

Se acercó a él con una sonrisa, pasando su mano por el pelo del chico. Después de unos minutos haciendo eso, esperando que él despertara dejo un beso en su mejilla. Finalmente logrando despertar a su enamorado.

— ¿Que? —dijo, Agustín, desorientado. Miró a Carolina y su habitación, recordando donde se encontraba. No se había dado cuenta en el momento que se quedo dormido, solo recordaba lo cansado que se encontraba.

— ¿Muy cansado? —preguntó, Carolina, parándose a un lado de él. Agustín asintió tallando con una mano su rostro. Se puso de pie, atrapando a Carolina entre sus brazos.

— Me quede hasta la madrugada terminado un trabajo —susurró en el oído de la chica. Ella lo apretó más a su cuerpo, mientras él cerraba sus ojos unos segundos.

— Te hubiera ayudado —dijo ella aún abrazados. Él negó separándose un poco.

— No porque ahora también estarías cansada —dijo llevando ambas manos a las mejillas de Carolina. —Eres muy hermosa —agregó cambiando su tono de voz por uno más tierno. Carolina sonrió abrazandolo nuevamente.

— Estamos muy cariñosos, ¿no crees? —preguntó, Carolina, riendo.

— Estas arruinando el momento, ¿no crees? —dijo, Agustín, de igual forma. Ambos rieron separándose.

Fueron hasta la cama, donde Agustín fue el primero en sentarse y llevando a Carolina a su regazo. Rodeo con sus brazos la cintura de la chica, haciendo que ella colocara sus manos sobre las de él.

— Deberíamos seguir con tus clases de piano —dijo, Agustín, en voz baja. Ya no recordaba de esas clases, solo había sido una.

— Debería, pero quiero estar un rato más así contigo —dijo con sus ojos cerrados. Estuvieron unos minutos en silencio, en los cuales Agustín se escapaba de quedar dormido. Realmente estaba muy cansado, una hora por mucho había dormido.

— Mamá te envío saludos —dijo, Agustín, entre bostezos. —Carolina, ¿que dirías si decido ir a Londres contigo? —preguntó antes que ella fuera a decir cualquier otra cosa. Carolina se separo rápidamente de él para verlo a los ojos, quería estar segura de lo que él decía.

— ¿Estas de broma? —preguntó aún sin poder creerlo. Agustín tenía una vida en Uruguay con su madre.

— Solo responde —contestó serio. Necesitaba conocer la opinión de ella, aunque le había dicho a su madre que no iría, necesitaba saber que pensaba Carolina.

— No quiero que dejes tu vida y todo lo que tienes por mi —dijo con la mirada fija en él. —Agustín, quiero que también cumplas tus sueños aunque no sean juntos, podemos vernos en vacaciones o hacer de todo por siempre estar juntos aún a la distancia, que nuestro amor siga intacto. Te quiero y eso implica que también logres que lo deseas, sin importar que sea en otro país —terminó de decir con una mano en la mejilla del chico. Él sonrió levemente, como podía arrepentirse de estar con ella si era todo lo que estaba bien.

— Mamá dijo que podía ir —comenzó a decir, Agustín. —Le dije que regresaría con ella —Carolina asintió, entendiendo a su chico. —Y no esta de acuerdo, pero... —se quedó callado.

— Agustín, está bien —dijo comprensiva. —Nosotros estaremos bien —agregó dando un corto beso en los labios del chico. Agustín la abrazo, colocando su cabeza entre el cuello y hombro de Carolina, guardando el aroma que ella exportaba.

— Te quiero y necesito siempre conmigo —dijo, Agustín. Estuvo unos minutos de esa forma, en el momento que se estaban separando le dio un rápido beso a Carolina. 

— Todo estará bien —repitió, Carolina, queriendo creer que todo estaría bien.

(...)

— No es así —decía, Agustín, riendo. Estaban nuevamente con sus clases de piano y Carolina no se concentraba, estaba tomando a broma todo lo que Agustín hacía sólo para conocer las reacciones de él.

— Me calmo —dijo igualmente entre risas. Respiro hondo, recogiendo su pelo en un moño alto desordenado. Centró toda su atención las notas musicales del tema que estaba aprendiendo.

Agustín estaba junto a ella, muy cerca, viendo atentamente a Carolina en lugar de prestar atención a las equivocaciones que cometía.

— Si sigues así, no podré seguir concentrada —dijo, Carolina con la mirada puesta en las teclas del piano.

— Vas bien —dijo, Agustín, sin saber realmente que decía.

— Claro, me esta saliendo muy bien como a Leonardo Da Vinci —respondió comenzando nuevamente con la canción.

— Si —afirmó, Agustín. —Espera —dijo reaccionando. Carolina siguió como si nada. —¿Que? —agregó casi en un grito.

— Presta más atención —dijo negando con una risita. Agustín siguió muy cerca de ella, pero estaba vez si estaba con la atención debida en lo que Carolina hacía. Estuvieron así durante más de una hora, hasta que llegó Marlon y los encontró abrazados.

Se acercó hasta ellos dejando en una de las mesas sus cosas. Los observó detenidamente, esperando que uno de los dos hablara. Agustín cuando se dio cuenta de la presencia de su padre, se separó rápidamente de Carolina, guardando una distancia considerable. Su padre nunca lo había encontrado de esa forma con una chica, nunca lo había visto con una, esa era la realidad.

— Hola, papá —dijo, Agustín, acercándose a darle un abrazo. Carolina también se acercó y después de una sonrisa brindada a Marlon, también imitó el acto de Agustín.

— ¿Sabías que Carolina es como mi hija? Vendría siendo tu hermana —comenzó a decir viendo a ambos. Agustín le dio una mirada confundida a su padre. —Es lindo que la cuides y protejas como hermanos —recalcó la última palabra.

— ¿Porque estas diciendo eso? —preguntó, Agustín, alzando una ceja.

— Así cuando ella tenga novio, alguien que la quiera y le de muchos abrazos, muestras de amor, tú estarás ahí para cualquier cosa —terminó de decir. Agustín no solo estaba confundido, también celoso por lo que había dicho su padre.

— Ya tengo quien me de abrazos —respondió, Carolina, con la mirada en Agustín. Marlon sonrió internamente, estaba disfrutando eso y todo era porque su hijo no le había dicho aún que eran pareja con Carolina. Gracias a Silvana de había enterado de todo lo que pasó en su viaje.

— Deberías presentárselo a Agustín —dijo viendo a su hijo. 

— No puede porque está saliendo conmigo —dijo finalmente Agustín.

— Te tardaste un poco, ¿no? —preguntó, Marlon, ahora si con unas risas. Agustín lo observó nuevamente confundido. —Tu madre me comentó lo del viaje. Ahora, tengo unas pequeñas condiciones —dijo alternando mirada entre ambos chicos.

— ¿Que condiciones? —preguntó, Carolina, con cierta preocupación. 

— Son tres, muy sencillas —comenzó a decir calmado. La pareja asintió mirándose entre ambos. —No dejen que nada arruine lo que tienen, apoyen y respeten la decisión del otro, y amen sin condiciones, sin límites —ambos chicos asintieron. Carolina fue la primera en abrazar a Marlon.

— Gracias —dijo antes que Agustín también se uniera al abrazo.

— Eres el mejor papá —dijo, Agustín, como lo había dicho hace tantos años. Marlon sonrió, su hijo estaba siendo feliz y al mismo tiempo Carolina, así que como no apoyarlos en su relación.

— Por cierto, ya se que te irás —le dijo a Carolina. Ella asintió elevando levemente la comisura de sus labios. —Deberías ir a cenar, tu madre llegará un poco tarde —agregó.

— Esta bien —respondió, Carolina. Se dirigieron hacia el comedor, donde Agustín y Carolina se sentaron uno al lado del otro y Marlon frente a ellos.

Eso era volver a vivir momentos en familia, revivir aquellas épocas donde eran tan feliz sin saberlo, donde estaba Gastón hablando sin parar sobre cualquier tema, Marlon prestando atención al chico, Sonia disfrutando de sus hijos y ella atenta a cada palabra o acción de parte de ellos.

Recordar es volver a vivir, pensó. Una sonrisa se mostró en su rostro.

Las cosas no eran como en ese tiempo pero tenía el amor y compañía de Agustín, su vida había dado nuevamente un giro en la cual estaba construyendo un nuevo camino, con más momentos por recordar en un futuro.


☆☆☆

Supuestamente las cosas ya estan bien con wattpad y su etapa de "no molesten, estoy en descanso" pero si aún no logran leer el capítulo anterior, dejen comentario.

No estoy lista para comenzar a hacerme a la idea que la historia llegara a su final. Nunca estaré lista. Definitivamente

Ahora si, dejen opiniones sobre que les parece la historia hasta ahora y que creen que sucederá.

¿Finalmente Agustín se irá a Uruguay o Londres?

¿Que les parece la amistad de Maxi y Gastón?

Gracias por todo y mucho amor hacia cada uno ❤

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