16. Eres diferente

Capítulo dedicado a BaronPerezBelquis

Agustín se encontraba alejado de todos los estudiantes, estaba evitando a sus amigos y a quien decía llamar novia. Se dejo caer en el césped, comenzando a dar largos suspiros, cada vez se sentía más confundido, no lograba entender que sentía por Carolina.

Nunca imagino que llegar a esa casa sería de tantas sorpresas, de tantas confusiones, de muchos sentimientos y sobre todo nunca pensó que diría, no quiero irme de esa casa, su hogar.

Miró al cielo, estaba de un azul radiante, totalmente despejado, una vista perfecta, se quedo con la vista fija, alejando su mente de todo lo que se encontraba a su alrededor.

— ¿Agustín? —decía, Chiara. El chico no escuchaba, por más que ella llevará varias veces llamándolo. —¡Agustín! —gritó de último, haciendo que él se asustara. La miro y toda su paz se fue, quería estar sólo y pensar en todo.

— ¿Pasa algo? —preguntó sentándose. Ella lo miro con timidez y se sentó a unos centímetros de él.

— ¿Me estas evitando? Casi no pasamos tiempo juntos, todo ha ido diferente, ¿es por ella? —preguntó, haciendo que Agustín se pusiera nervioso. El recuerdo del día anterior llegó a su memoria.

Sentía la respiración de Carolina tan cerca, sus labios estaban rozandose, se estaban dejando llevar por el momento, sólo siendo ellos y nadie más, el entorno haría que fuera un beso perfecto.

Sólo fueron segundos para que reaccionaran, en especial Agustín, se separó de ella y cerrando sus ojos se alejó varios centímetros.

— Lo siento, Carolina —dijo con pesadez, él tenía que ser fiel a sus valores. Ser fiel a la persona con la que estaba. —No puedo hacerle esto a Chiara.

Ella asintió con la cabeza, debería sentirse triste, pero descubrió algo más en Agustín y no cualquiera era capaz de eso.

— Entiendo, está todo bien —dijo con una pequeña sonrisa. Él negó repetidas veces, para él nada estaba bien.

— Te equivocas, todo a cambiado —dijo poniéndose de pie. Ella lo miró confundida, imitando su acto.

— ¿A qué te refieres? —preguntó frente a él, confundida.

— Olvidalo, ni yo entiendo —dijo, Agustín, sintiéndose molesto con él mismo, no quería decir algo y confundir a Carolina sin saber que estaba sintiendo.

Volvió a centrar su atención en la chica que tenía frente a él, Chiara. ¿Que responder? Con ella siempre era sincero y las cosas se tornaban más sencillas, menos complicadas de lo que eran.

— No es eso, sólo había estado centrado en otras cosas, perdón por eso... —hizo una pausa. Cerró sus ojos y se relajó unos momentos. —Sólo... no, realmente me siento confundido —agregó de último siendo sincero, como él consideraba que era lo correcto.

— ¿Me estas dejando? —preguntó ella con temor, aunque quizás no sintieran amor, ella estaba comenzando a acostumbrarse a su compañía, al cariño que él le brindaba.

— No, sólo creí que debías saberlo. Es complicado, Chiara. Por ella siento aquel deseo inmenso por ayudarla, por ser su compañía —dijo lo último en voz baja. —Soy feliz cuando ella sonreí, cuando disfruta lo que está haciendo, soy feliz cuando vuelve a vivir como si no hubiera pasado nada en su vida, la estoy comenzando a querer sin saber como sucedió —aunque le doliera a la chica que tenía enfrente, para él era mejor ser sincero.

— Cuando hablas de ella lo haces de una manera especial, tus ojos brillan de una manera única, hablas de ella como si estuvieras enamorado —dijo con tristeza, en el fondo ella sabía que con Agustín no llegarían lejos, porque ella tenía su corazón ocupado por alguien más y él no estaba lejos de encontrar a esa persona, que evidentemente no era ella.

Agustín se quedo pensando en las palabras de Chiara, si bien sabía que se podía enamorar de la persona menos esperada, en las circunstancias menos esperadas, temía por eso, todo lo relacionado con el amor siempre había sido tema complicado para él, siempre existía ese temor.

— No quiero lastimarte —dijo acariciando el rostro de Chiara, ella sonrió de lado. Ambos tenían que hacer lo correcto.

— Yo tampoco, por eso, buscaré a Aleks —Agustín la miro confundido, no entendía a quien se refería. —El chico que mi madre alejó de mi vida —agregó luego de unos segundos. Agustín asintió entendiendo como serían las cosas a partir de ese momento.

— ¿Siempre amigos? —ella ocupaba un lugar importante en su vida y no quería que por algo que sucedió se alejaran definitivamente.

— Por supuesto —respondió con una sonrisa, él inmediatamente la abrazo. —Recuerda que te dije que no me molestaría si me decías que sentías algo por Carolina —dijo por primera vez el nombre de la chica que se estaba apoderando de los pensamientos de Agustín.

— Espero lo encuentres y estés a tiempo de volver a intentarlo —dijo, Agustín, poniéndose de pie y evitando lo que Chiara había dicho anteriormente. Él le extendió una mano, a lo cual aceptó.

Comenzaron a caminar en silencio hasta las instalaciones, cada uno iba sumergido en sus pensamientos.

— ¿Sabes por donde comenzar a buscarlo? —preguntó, Agustín, a unos pasos de llegar hasta donde se encontraba Ruggero.

— Iré a buscarlo donde él vivía —dijo cuando llegaron donde Ruggero.

— ¿A donde vas? —preguntó, su amigo, pasando un brazo sobre los hombros de la chica.

— Donde vivía Aleks —contestó mirando a Ruggero. Él fruncio el entrecejo e inmediatamente observó a Agustín.

— ¿De qué me perdí? —preguntó más que confundido.

— Somos amigos con Agustín —respondió, Chiara con una sonrisa. Agustín asintió con una pequeña sonrisa.

— A penas unos días y ya cambio todo, ¿ahora que pasará? —dijo, Ruggero, tratando de sonar molesto con sus amigos por no decirle como estaba su relación.

— Acaba de pasar, no hagas drama —dijo, Chiara, con un pequeña risa. —Puede pasar que Agustín salga con Carolina —agregó, haciendo que inmediatamente, Ruggero, observará a Agustín, ¿con enojo? ¿celos?

— ¿Que? —preguntó casi en un grito. Chiara sabía porque la reacción de Ruggero, pero no era para que se lo tomará de esa forma.

— A Agustín le está comenzando a gustar, Carolina. No grites —le dijo a Ruggero, colocando una mano sobre su hombro. Agustín se encontraba sólo observandolos, sintiéndose confundido por la reacción de su amigo y escuchando lo que estaban hablando de él.

— Ya paren, mejor me voy —dijo con cierta molestia. Ya no quería seguir escuchando nada sobre él y Carolina.

Comenzó a caminar a pasos acelerados, sólo quería estar sólo en su casa, sin nadie que interrumpiera sus pensamientos, aún le faltaban dos clases pero ya no podía seguir en ese lugar. Durante el trayecto a su casa, iba pensando en la chica de linda sonrisa, con un espíritu encantador y llena de vida, aunque no viviera del todo.

Al llegar a su casa, todo era silencio, observó a su alrededor y se sintió peor, no se explicaba como ella había podido estar encerrada tanto tiempo, subió las escaleras rápidamente, deteniendo sus pasos frente a la habitación de Carolina. Elevó su mano dispuesto a tocar la puerta, pero a los pocos centímetros se detuvo, girándose hacia su habitación. Al entrar dejo las llaves del auto sobre la mesa, dejándose caer sobre su cama.

Carolina estaba viendo cuando Agustín llegó y notó que había algo diferente en él, sintió ese deseo de ir y saber que le sucedía, una forma de devolver todo lo que él ha hecho por ella en ese mes.

Tu puedes, Carolina. No es la primera vez, se repitió al salir de su habitación, se sentía nerviosa y no sabía el porque. Al llegar tocó varias veces la puerta, pensando que él no abriría, pero se equivocó, Agustín la recibió con un rostro confundido y un poco de sorpresa.

— Hola —dijo ella con cierta timidez, llevaba el pelo cubriendo un poco su rostro, más en la parte izquierda. —¿Estas bien? —se atrevió a preguntar a los segundos.

Agustín se quedo observandola durante unos segundos, sus ojos transmitían mucho, más que sus palabras, tenían un brillo único, especial, que muy pocos lograban mostrar. Si bien, tenía muchas quemaduras y en ese momento no podía apreciar su rostro porque lo andaba cubierto, no se podía negar que ella era y seguía siendo hermosa, esas eran unas quemaduras diferentes, no hacían que las personas se asustaran o les diera vergüenza de verla con ella, podrían ser vistas como una forma de demostrar que ella pudo seguir y eso no la detuvo.

— ¿Agustín? ¿Que te sucede? —pregunto preocupada, el chico inmediatamente reaccionó, se había dejado llevar por sus pensamientos.

— Perdón, estoy bien —dijo centrando su atención en ella. —Pasa —agregó haciéndose a un lado para que ella pasará. Carolina entró completamente en la habitación, aún sintiendo cierta timidez, se sentó en la cama de Agustín.

— Te notas muy extraño, como si algo te sucediera, puedes confiar en mi —dijo mirando fijamente a Agustín, él se acercó y se colocó frente a ella, estando de rodillas.

— Ya no tengo novia o lo que llegó a ser —dijo mirando a Carolina, quería ver su reacción. Ella elevó una ceja en señal de sorpresa, pero al mismo tiempo sentía esa punzada por ver que le había afectado o eso pensaba ella.

— Entiendo lo que se siente, ¿que sucedió? —preguntó con temor, estaban cerca, sólo centímetros los separaban. Ella estaba apreciando cada uno de los rasgos de Agustín.

— Cada uno tiene caminos separados, sólo podemos ser amigos —dijo con tranquilidad, eso no lo tenía de esa forma. —No estoy así por lo que pasó con ella, simplemente me siento confundido, ¿alguna vez has tenido miedo de enamorarte? —preguntó sorprendiendo a Carolina.

Ella se quedó pensando y recordando las experiencias amorosas que tuvo, hubo alguien que la confundió de una manera exagerada pero no había sido amor de pareja como ella pensó, no sintió lo que estaba comenzando a sentir por Agustín, por el chico que la estaba mirando de una manera penetrante.

— Creo que siempre existe ese miedo, pero nunca sabrás si fue algo bueno o malo, por así decirlo si no lo intentas. No pierdes nada con enamorarte —terminó de decir con una sonrisa.

— Un corazón destruido —afirmó ante lo último que expresó Carolina.

— Si, pero un corazón que puede reconstruirse y darse cuenta que por algo sucedió, no era la persona indicada y quizás te acerca a esa persona que estabas esperando —Carolina estaba haciendo un efecto único en Agustín, estaba haciendo que aceptará más lo que su corazón había comenzado a sentir.

— Hablar contigo siempre será la mejor manera de invertir mi tiempo —dijo con una sonrisa, acercó su mano al pelo de Carolina, apartandolo de su rostro. Quería que ella no se ocultara, que se mostrara libremente. Ella se sonrojo, ante la acción de Agustín.

— Eres muy diferente, Agustín —dijo con sinceridad. Cerró los ojos unos segundos y dejando todo nervio o temor, acercó su mano al rostro de Agustín, acariciando su mejilla.

— ¿Diferente en que? —preguntó confundido, no entendía lo que ella quería decir.

— Diferente a los demás, no cualquiera estaría aquí, conmigo. No cualquiera hubiera hecho lo que tu hiciste, atreverse a tocar la puerta de mi habitación y decirme lo que ocupaba para reaccionar. Terminar de darme ese empujón para despertar y salir de donde estaba —hizo una pausa, sin dejar de acariciar el rostro del chico de voz dulce. —Eres diferente porque llevas algo especial, aquí —dijo toacando donde se encontraba su corazón. —Algo único —agregó con una sonrisa.

— Tú haces que todo sea diferente —dijo Agustín con una sonrisa, comenzó a tocar su rostro, sus quemaduras. Quería sentirla más cerca, encontrar una respuesta a lo que estaba sintiendo.

— Hay personas que llegan y hacen que saques lo mejor de ti, personas que entran en tu vida sin pedir permiso, con el fin de hacerla mejor —dijo, Carolina y sin esperar lo abrazó, sentirlo cerca la hacía sentir bien, los efectos que él provocaba eran todo lo que estaba bien para ella, con él todo era diferente.

Al separarse, Agustín la quedo mirando fijamente con ternura, apreciando el brillo que mostraban sus ojos, guardando ese momento en su memoria.

— ¿Recuerdas la caja que envío mi padre? —preguntó Carolina acomodandose mejor en la cama. Él asintió con la cabeza sentándose en el suelo frente a ella. —Me invito a ir a Londres —dijo viendo a Agustín, él sintió un vacío al imaginar que ya no la tendría cerca.

— ¿Te irás? —preguntó con temor. Ella bajo la mirada a su regazo, los últimos días lo había estado considerando, las cosas iban mejor en su hogar pero quizás comenzar una nueva vida junto a su padre sería lo indicado, al igual que podría estar cerca de Gastón y mejorar su relación.

— Si, lo he pensado mucho y creo que es lo mejor, estaría cerca de mi padre, Gastón y mi nuevo hermanito —dijo con nostalgia, aún no tenía fecha de partida pero extrañaría a Agustín.

Agustín la miro con tristeza, se estaba acostumbrando a ella, a tenerla cerca, a compartir charlas, momentos únicos, sin duda su vida no sería lo mismo sin ella en ese hogar, ya podía sentir el vacío que dejaba en su vida.

— ¿Te olvidaras de mi? —preguntó alzando una ceja, en su voz se notaba tristeza, miedo.

— Nunca podría hacerlo —dijo con una sonrisa, se bajó de la cama y se sentó en el suelo cerca de él. —Nunca podría olvidar a quien ha cambiado mi vida, a quien con su voz me devolvió la luz —agregó con ternura.

Ella era la indicada, una voz llegó a Agustín, cambiando todo en él, sintiendo que era el momento de comenzar algo, de volver a sentir de la manera correcta, de hacer las cosas bien, sin rodeos.

— Y no quiero que lo hagas, quiero un futuro contigo —dijo con seguridad en sus palabras.

Él era diferente y ella también, ambos eran el complemento del otro, uniendo sus vidas podían luchar contra el mundo. Nada era imposible si estaban juntos, esa fuerza que los unía pocos la podían experimentar y vivir de la misma manera.






☆☆☆

Hola, a las que me leen y son de Honduras, me gustaría saber si están bien, quiero que tengan mucho cuidado 💙

Pasando a otro tema, tendré un espacio para publicar FanArts (dibujos, edits, portadas, frases, etc) sobre la historia, a todas las que quieran enviar pueden hacerlo por Instagram @hn_happiness o por Twitter @agus_cgrn. Espero se animen y recibir muchos.

No hubo beso, pero será en el momento indicado.

Carolina se va, ¿que piensan?

¿Que les gustó más?

Gracias por todo y l@s quiero ❤

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top