13. Hilo Rojo
Mini maratón 1/3
No puedo regresar el tiempo y tampoco me arrepiento del camino que elegí, fue algo que en su momento necesite y sigo necesitando.
Fue y sigue siendo mi tiempo, mi espacio para pensar, para decidir el camino a tomar en mi vida.
Es el tiempo que necesite para que mis heridas sanaran, para que entendiera que nunca podría haberlo evitado porque ya estaba destinado.
También fue el tiempo en el que me aleje de las personas que amo, el tiempo en que las cosas cambiaron completamente.
El tiempo en el que los demás siguieron con su vida y no se dejaron derrumbar por los obstáculos.
El tiempo que se fue y no regresará.
El tiempo que se llevo junto con el viento el dolor de unas quemaduras.
El tiempo que me mostró una vida diferente.
El tiempo que me hizo descubrirme y dedicarme más de lleno a la escritura.
El tiempo que no ha sido suficiente para que mi hermano sea el mismo.
El tiempo que ha transcurrido sin que mi madre se preocupe por lo que me sucede.
El tiempo que sólo ha sido oscuridad y soledad.
El tiempo que se ha transformando en mi aliado.
El tiempo necesario para que, Agustín, llegará a mi vida y la comenzará a cambiar completamente.
Es mi tiempo y el tiempo que se ha transformado en más que simples horas y segundos.
— ¿Puedo pasar? —se escuchó al otro lado de la puerta. Era Agustín.
Carolina dejo su pluma y cuaderno a un lado para ir a abrir la puerta ya que estaba con seguro. Al abrir, una sonrisa se formó en su rostro, la cual fue correspondida por Agustín.
Él entró viendo hacia cada parte de la habitación como acostumbraba a hacer, siempre temiendo encontrarse espejos quebrados o la habitación hecha un desastre, sonrió nuevamente al ver que su cambio era definitivo.
Ella cerró la puerta y se acercó a la cama, se sentó esperando que el chico hiciera lo mismo, fueron segundos para que lo hiciera. Él la quedo observando fijamente, su entrecejo se frunció al ver que una parte de pelo estaba cubriendo su rostro. Sin decir nada se acercó a ella y las retiro con delicadeza, al terminar colocó sus manos en el rostro de la chica y lo comenzó a acariciar por primera vez, él quería sentir sus quemaduras, tenía la idea que con ese acto podría imaginar lo que ella siente y está viviendo.
Carolina cerró los ojos, dejando su mente en blanco y sólo dedicándose a sentir las suaves caricias de Agustín. Fueron los segundos más eternos para ambos, en los cuales sus cuerpos reaccionaron como nunca lo habían hecho ante ese acto. Era una sensación inexplicable, cuando estaban juntos todo se tornaba diferente.
Agustín se acomodó en la cama y observó el cuaderno de Carolina.
— ¿Escribes? —preguntó señalando el cuaderno, ella asintió con un pequeña sonrisa. —¿Me muestras algo de lo que haces?
Ella sin dudarlo tomó su cuaderno que cuidaba con su vida, ahí se encontraban sus mayores secretos, los sentimientos que nadie conoció y algunas experiencias vividas en los últimos años. Se fue a las páginas de en medio, donde se encontraban algunas frases o escritos que surgían en los momentos que menos esperaba.
Sonrió al encontrar uno de sus favoritos.
— El escrito se llama Él —dijo, Carolina, dispuesta a comenzar a leerlo.
Él.
Tan distinto e igual a los demás.
En sus ojos se reflejaba su esencia.
Cada sonrisa transmitida con sinceridad.
Era el tiempo, los minutos y los segundos.
La alegría de tus mañanas. Tu último mensaje antes de dormir.
Era el comienzo de un nuevo despertar.
La inspiración para una nueva obra de arte.
Era el pincel, las pinturas y el modelo.
Él, era todo lo que querías en tu vida.
Agustín durante todo el momento que Carolina estuvo leyendo el escrito no dejo de observarla y preguntarse porque ella estaba provocando tantas cosas en él sin muchos esfuerzos. Él, quien sea, era un afortunado por correr la suerte de haberse cruzado en la vida de la maravillosa chica que tenía frente a él con una tierna sonrisa.
— Me ha encantado —dijo siendo lo más sincero que había sido en su vida.
— Gracias —respondió ella dejando el cuaderno en su mesita de noche. Carolina se sentía nerviosa, nunca le había mostrado a alguien las cosas que escribía y Agustín era el primero.
— Tienes mucho talento... —hizo una pausa y a los segundos continuó. —¿Van con dedicación? —pregunto dudoso.
—No -comenzó a decir la chica entre risas. —Parece, pero sólo surgen en el momento menos esperado. Es como si hubiera alguien que me inspira a escribirlos, pero a la vez no hay, ¿Me entiendes? —preguntó frunciendo el entrecejo. Sentía que había dicho cualquier enredo.
— Si, es como en mi caso, tengo mi inspiración pero a la vez siento que no está esa persona —decía, Agustín, sin dejar de mirar a Carolina. Ellos se entendían mejor de lo que pensaban. —O aún no sabemos quien es —agregó.
— Exacto —afirmó ella con demasiada ganas de escribir lo que Agustín había dicho. —La mayoría de escritos o frases parece que van dedicados.
— Aún no dedico una canción, siento que no ha llegado la persona especial —ambos no dejaban de mirarse, sus miradas estaban hablando por ellos, expresaban lo que ellos no pueden aceptar y decir.
— Quizás ya la tienes en tu vida y no te has dado cuenta —dijo, Carolina, haciendo referencia a Chiara y la relación que tenían con el chico. Él negó varias veces.
— Aún falta y la canción especial seguirá esperando —expresó muy seguro.
Ella sonrió negando y se puso de pie dirigiéndose hacia su mesa donde se encontraba la laptop y algunas películas.
— ¿Quieres ver una? —dijo enseñándole una de las películas.
— Por supuesto... iré por las palomitas —dijo poniéndose de pie, no espero respuesta por parte de ella y rápidamente llegó a la cocina. No quería dejar perder el tiempo.
Carolina comenzó a acomodar las cosas, vio cada una de las películas que tenía, todas ya las había visto más de tres veces sin embargo había una que nunca terminó de ver. Asintió al tomar la película y comenzó a ponerla.
Sonrió satisfecha al tener todo listo, tomo su celular dispuesta a dejarlo olvidado durante unas horas, pero un mensaje llegó dejándola sorprendida.
¿Crees que algún día podríamos hablar personalmente?
— Valentina
¿Cómo consiguió su número? No esperaba que ella le escribiera y le pidiera eso, pensó que la odiaba y no quería saber nada de ella. Se dejo caer en la cama pensando en que era lo correcto, pero su mente se llenaba de dudas. Era consciente que había lastimado a Valentina con sus palabras pero en ese momento ella sintió que se lo merecía, que era lo correcto.
Agustín entró a la habitación nuevamente sorprendiendo a Carolina. Ella cambio rápidamente todo rostro de tristeza o en su minoría culpa.
— Palomitas y refrescos —dijo enseñándole las cosas que traía para desarrollar un momento más agradable.
— Listo, ahora si podemos comenzar, ponte cómodo —se acercó y le dio reproducir a la película. Se sentó en medio de la cama con las piernas dobladas, Agustín sin pensarlo dos veces quito sus zapatos y se sentó con la espalda en el respaldar de la cama quedando detrás de Carolina.
— ¿Cuál veremos? —pregunto, Agustín, al no conocer de que película se trataba, cuando estaban viendo la introducción.
— El hilo rojo, nunca la he podido ver —le emocionaba ver esa historia porque una parte de ella creía en esa leyenda.
— Esta perfecta —dijo él comenzando a comer de sus palomitas.
Comenzaron a ver la película en silencio, sólo en algunos momentos se miraban durante cortos periodos de tiempo. Agustín en ocasiones dejaba de ver la película por observar cada uno de los gestos de la chica antes que las escenas, estaba tan concentrada que no sentía esas intensas miradas.
El tiempo iba transcurriendo, logrando que faltara menos de una hora para que terminarán de ver la historia.
— ¿Crees en esa leyenda? —pregunto, Carolina, girándose un poco para ver mejor al chico.
— Si, porque no, es como las almas gemelas —dijo cada vez siendo más seguro de sus palabras. —Todos tenemos una y en cualquier momento aparece en nuestras vidas.
— Al final siempre los caminos se cruzarán, aunque uno de ellos trate de impedirlo —siguió con lo que Agustín estaba explicando. —Como dice la leyenda, aunque estén a kilómetros de distancia, aunque estén con otras personas o tardes en conocerlo, ese hilo se podrá estirar, enredar pero nunca...
— Se podrá romper —dijo, Agustín, terminando por ella, haciendo que ambos formarán un concepto sobre esa leyenda y el amor.
— El destino siempre terminará ayudando a que se unan —dijo, Carolina, imaginando una historia de esa manera.
— No se puede ir en contra de lo que ya está escrito —la película había pasado a segundo plano, estaban concentrados sólo en ellos y en cada una de las palabras que expresaban desde el fondo de sus sentimientos.
— Y recuerda que uno no elige de quien enamorarse —eso fue suficiente para confundir completamente a Agustín, justo en ese día no sabía lo que sentía, no imagino que haber ido a la habitación de Carolina en busca de compañía y distracción lo haría cuestionar su mundo, las cosas que estaba haciendo.
— No lo olvido —dijo suspirando y dejándose llevar por un momento.
— Mejor sigamos con la película —dijo, Carolina, centrando su atención en la pantalla. —¿Puedo recostarme junto a ti? —se animó a preguntar temerosa, Agustín asintió rápidamente, se colocó de mejor manera y ella dejo reposar su cabeza sobre el pecho del chico.
Agustín inconscientemente comenzó a jugar con el pelo de la chica, al cabo de unos minutos ella cerró los ojos, ese acto la estaba relajando hasta el punto de casi quedarse dormida.
— Me gusta estar contigo —susurro, Agustín, como si se encontrará alguien más con ellos.
— Y yo te agradezco que estés aquí —dijo quedando frente a él con una hermosa sonrisa.
En ningún momento se dejaron de mirar, a cada segundo se iban acercando más y más, hasta el punto de sólo haber unos pocos centímetros de separación. Sus respiraciones encontrándose, sus miradas hablando por ellos y sus cuerpos quedándose sin reacción.
Los segundos más eternos para ambos, se acercaron nuevamente y dejándose llevar por lo que era correcto, un beso por parte de Agustín fue depositado en una de las mejillas de Carolina. Se separó sin muchos ánimos, al hacerlo ella repitió su acción y dejo un beso cerca de los labios del chico.
Se sonrieron tiernamente y miraron hacia la pantalla, la película ya estaba terminando.
— Conectados por un hilo rojo —dijeron al unísono, provocando que se miraran rápidamente. En ese día entre ellos habían pasado muchas más cosas de las que habían expresado.
Ellos tenían algo único y especial que por más que negarán, nunca podrían escapar de ello.
— Fue un placer haber pasado estas horas contigo, tenemos más salidas pendientes —dijo, Agustín, recogiendo todas las cosas que fueron utilizadas.
— No podría salir de aquí, no aún —dijo logrando acordarse del niño que vivía junto a él.
— Lo harás y no tenes que temer —agarro el tazón y las demás cosas para comenzar a salir. —Iremos a un parque todo el día —agregó antes de salir completamente.
Ella se quedo sin saber que decir o hacer, negó varias veces entre suspiros y se dejó caer en su cama.
— Estas provocando más de lo que quiero, Agustín —dijo en voz alta, esperando que no lo haya dicho a manera que Agustín escuchara.
— Carolina —dijo, Agustín, estando en la cocina.
— Me estas devolviendo a mi Carolina —dijo, Mirtha, provocando que Agustín se asustara ante su llegada.
— No tienes que agradecer —dijo el chico con una sonrisa.
— Lo se y se que ustedes tienen mucho camino juntos —las palabras de Mirtha sólo lograban confundir más a Agustín. —No podemos huir de lo que tenemos destinado —agrego con una sonrisa.
— No estoy huyendo —respondió un poco a la defensiva, suspiro pesadamente y tomó un vaso con agua dándole un gran sorbo.
— Nunca lo vayas a hacer —dijo por último la nana de los Kopelioff saliendo de la habitación.
Él siguió sus pasos y al no mirarla de nuevo, se limitó a decir: — No lo haría.
☆☆☆
¿Sorpresa? Mañana subo los otros dos capítulos, que están buenos.
El escrito Él, es mío, de los que publico en mi blog y este capítulo en especial por esa parte ella algo muy mío, mis escritos no van dedicados, simplemente surgen en cualquier momento.
¿Que les gustó más?
¿Algo que siempre vayan a recordar de este capítulo?
¿Considerarían este capítulo como una cita Aguslina?
¿Algo que hubieran cambiado del capítulo?
Espero tener sus respuestas a cada una de las preguntas.
Gracias por todo, y que cada día podamos ser más, más personas que logren encontrar un nuevo mundo con esta historia. L@s quiero ❤
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