A tu lado
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:D
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Estefan se había quedado dormido después de que su padre fracasara en sus primeros intentos por preparar un biberón, un niño no era entregado con instrucciones de cómo cuidarlo, más al ser su mayor sueño en la vida el imaginarlo no se comparaba con tenerlo junto a él. Sentado en el suelo de la habitación recargado a la cuna miraba su móvil encender y apagarse.
Melody.
Rechazo la llamada nuevamente veintitrés llamadas en toda esa noche, no podía apagar el móvil estaría al pendiente de las noticias que Bridgette pudiera o quisiera comunicarle sobre Marinette, por lo cual solo arrojo aquel aparato al otro lado de la pequeña alfombra.
-¡¿Cómo que REGALO A Estefan?!
-Como lo escuchas, ella solo llego y con una pequeña maleta me lo entrego, le dije que estaría mejor a tu lado y ella no dijo más nada.
-Deseaba verlo, conocerlo pero... no de este modo.
-Claude, lo que paso, paso y ya, tu hijo estará mejor contigo que conmigo que no fui madre solo para traer a mi hija al mundo, pero tú lo quieres y eso es lo que debe de importar.
-¿Qué hago si ella quiere quitármelo?
-Solo firma los papeles, te los daré más tarde... ahora solo quiero saber de Marinette.
Un gran bostezo salió de sus labios casi eran las dos de la mañana y faltaban cinco horas para levantarse e ir a trabajar, más se negaba a cerrar los ojos siquiera, tenía miedo de que su hijo fuera solo un sueño, que desapareciera con los primeros rallos de luz y él terminaría cayendo en una profunda depresión.
- Reacciona Claude, es tan hermoso y es real, no pasara nada, tu hijo no se ira a ningún lado.
Marinette se había quedado dormida, el calor del fuego producido para no temblar de frio aún se sentía a pesar de que el fuego ya se hubiera extinguido. Adrien luchaba por no quedarse dormido, mientras acariciaba el cabello de la azabache en sus piernas, el estar en esa casa abandonada no les aseguraba estuvieran fuera de peligro, al contrario había mucho por qué temer, hasta el más pequeño ruido era motivo para alterarse.
Sabine paso su brazo por detrás de la cabeza de Bridgette, la pobre sin quererlo se había quedado dormida mientras su mano apretaba con fuerza una cajita negra y la otra sostenía su móvil con un mensaje a medio escribir, lentamente le jalo hasta que la cabeza de su sobrina termino en su regazo, aun dormida Bridgette parecía luchar contra sus miedos y eso se notaba por las pequeñas lagrimas que se escapaban de sus ojos y rodaban por sus mejillas.
-Es una niña muy saludable.
Bridgette intento recuperar el aliento, tras esa agotadora lucha durante el parto, una de las enfermeras tomo a la niña llevándola a otro lugar, ella solo estiro su mano.
-N-no... no...- Ella solo observaba a la enfermera con su hija demasiado lejos. Sus pequeños llantos infantiles taladraban sus oídos, imaginando una súplica de auxilio.
La enfermera regreso, con la bebe envuelta en una pequeña sábana blanca, en su cabeza un gorrito blanco el cual tenía dos pequeñas orejitas de gato, la pequeña fue puesta sobre el pecho de Bridgette y ella de forma automática le abrazo, no con fuerza pero si aferrándola a su pecho dándole de su calor, en esos momentos los llantos cesaron, y ella solo miraba a ese pequeño ser con diversas mesclas de emociones. Tan pequeña, tan frágil, tan ella, tan de él... ¿Qué hacía ahora? Solo no podía parar de mirarla, toco su mejilla delicadamente con uno de sus dedos sintiendo su piel suave y tibia.
-Disculpe pero ¿Qué nombre tendrá la niña?- pregunto el medico escribiendo sobre una tablilla y esperando la respuesta.
-Marinette.
Al pronunciar su nombre la bebe hizo un gesto, una mueca similar a una sonrisa inocente al escuchar la voz de su madre... con un solo parpadeo la niña había desaparecido de sus brazos, la habitación se tornó oscura y al fondo podía ver a Félix con la niña en brazos comenzando a alejarse. Quiso gritar, peros su boca no se movía, ni su cuerpo, ellos se alejaban, le abandonaban como ella... como ella alguna vez lo hizo.
Su mano se abrió dejando caer la cajita que sostenía, fue en ese momento que ella despertó de golpe, recuperando la cajita, sintiendo su corazón latir con tanta fuerza que pronto saldría de su pecho, gruesas lagrimas rodaban por sus ojos, y su tía solo le miro sorprendía, un poco asustada por esos bruscos movimientos.
-Lo siento.- dijo mientras se limpiaba las lágrimas. ¿Cuánto tiempo se quedó dormida? Mejor aún ¿En qué momento?
-Parecías tener una pesadilla.- dijo Sabine tomándole de la mano, Bridgette ni siquiera la aparto con brusquedad.- lamento si me meto en lo que no debo.
-No, está bien... no era una pesadilla, solo un recuerdo que se transformó en una.- mirando a los cristales pudo ver que estos estaban cubiertos por las gotas de lluvia, no sentía el frio de los cristales gracias a la calefacción del auto. – parece que hubo una tormenta.
-Y eso es lo que me preocupa.- Tom miraba por el cristal. Bridgette le miro sin comprenderlo.
-Los chicos deben estar resguardados en esa casa.- dijo Paulette mirando a la parte de atrás, no lograba conciliar el sueño.- estar bajo esta tormenta les causara una hipotermia.
-Me preocupa más el hecho de que a Marinette le aterran las noches de tormenta, es un miedo que tiene des de pequeña.- respondió.- pero lo lamento, quizás ustedes no quieren escuchar estas cosas.
-Es imposible no generar un silencio incomodo, no tenemos nada que decirnos, a excepción de otra persona.- objeto Gabriel mirando a la azabache por el retrovisor, para después dirigir su vista al frente, no sedaría el lujo de distraerse mientras manejaba.
Gabriel junto a la patrulla que les seguía pararon en una gasolinera, el viaje era largo y el combustible se estaba terminando. La azabache miro la hora en su móvil, las cuatro veinte de la mañana. Sus ojos miraron al cielo aun oscuro.
-Treinta minutos.
Los sueños de Marinette, no eran sueños, tampoco recuerdos o pesadillas, eran imágenes, el dibujo de aquel libro y la fotografía de... sus padres, sus verdaderos padres, su cuerpo descansaba, pero su mente era otra cosa, no podía dejar de pensar ¿Qué paso en realidad? ¿Por qué ella? ¿Por qué esas personas? ¿Qué debía de hacer ahora? Sus padres que debían ser sus padres no lo eran... siempre supo que tenía algo diferente a ellos, siempre pensó que tal vez había heredado rasgos de sus abuelos, algo muy común con familias de diferentes nacionalidades, posiblemente.
Aquellas imágenes eran como grandes muros frente a ellas, muros que de un momento a otro caerían y ella no podría escapar siendo aplastada inevitablemente. Su cuerpo temblaba, pero no por el frio, era por esos sollozos que libera estando dormida.
Félix es tu verdadero padre.
Esas palabras retumbaban en eco en su mente, y las imágenes poco a poco se desintegraban, dudaba, dudaba incluso sobre quien era ella misma en realidad, cerrando sus ojos fuertemente, logro sentir una calidez que nunca antes había sentido, paz, armonía... protección, alguien que le abrazaba mientras acariciaba su cabeza con sumo cuidado como si fuese el ser más frágil que con solo soplar de desvanecería. La imagen de Félix ocupo toda su mente, su mirada seria, pero comprensible, cariñosa y tranquila.
Papá...
Sus ojos se abrieron de golpe, sentándose sobre el suelo, tallo sus ojos limpiando el rastro de las lágrimas. Observo a su lado Adrien estaba completamente dormido, y en ese momento recordó, recordó la paz y calidez de un abrazo, pero... si ella estaba recostada en sus piernas y él está completamente dormido ¿Quién le abrazo? ¿Quién le consoló en esa inmensa soledad que sentía en su interior? Seguro debía de haberse tratado de algún tipo de sueño, se incorporó un poco más hasta quedar sentada, algo pasó frente a sus ojos que le desconcertó, fue como ver una mariposa blanca o algo similar pasar bastante cerca de sus ojos, sacudió levemente la cabeza, encontrando una pluma blanca sobre sus rodillas.
-¿Una pluma?- se preguntó.
Miro a todos lados, era extraño la única ventana estaba levemente entre abierta y la puerta cerrada con seguro imposible que un ave entrara y esa pluma... la detallo, blanca en su totalidad, suave y desprendía un dulce aroma a rosas, la roso con la yema de sus dedos, cálida y suave. Como si alguien hubiese estado en ese lugar, no podía explicarlo pero así lo percibía. Observo por la ventana, la lluvia había terminado y el cielo se estaba tornando de un azul marino que pronto se aclararía trayendo el nuevo día consigo. Observo una vez más la pluma algo en su corazón le decía debía conservarla.
Cada vez faltaba menos para que la tortura de los padres se terminara... Paulette sentía en su cuerpo una oleada de nervios atacarle, por fin su angustia se terminaría, Bridgette solo miraba por la ventana del auto, para solo visitarlo una vez, el entrar a Cannes traía consigo imágenes borrosas, donde se supone debería haber un cartel había sido sustituido por un pequeño local, y donde debió haber una casa, se encontraba un enorme cartel... curiosa la forma de pasar el tiempo.
Claude se despertó gracias a los llantos de Estefan, no pudo evitar sonreír al ver a su hijo dentro de la cuna, no, no era un sueño él realmente estaba con él en ese lugar, su llanto lo regreso a la realidad y se sintió un idiota al no saber qué le ocurría al niño ¿Un pañal sucio? ¿Una pesadilla? ¿Hambre? ¿Todo junto?
Con cuidado tomo al niño entre sus brazos, sintiendo su ropita húmeda, eso era... un pañal sucio y posiblemente mal acomodado. Tomo un pañal nuevo y una muda de ropa esta vez procurando hacer un buen trabajo pero Estefan no paraba de llorar, lo meció entre sus brazos de forma torpe y tosca, debía ser cuidadoso como si de una gota de agua se tratara, pero el sabia lo mismo de niños que de pingüinos a volar... nada. Con el niño en brazos bajo a preparar un biberón, seguro tenía hambre. Le fue difícil preparar el biberón con el pequeño en brazos y lo mismo de la vez anterior ocurrió, pasaron por lo menos cuatro intentos hasta que el biberón quedara perfecto para ser ingerido por el niño.
-Necesito ayuda... en prisión lidie con tipos peores, pero un niño es más complicado.- sonrío, el pequeño le miro para después arrugar la frente y lanzar lejos la botella.- ¿Tan mal quedo?
Su ropita nuevamente estaba húmeda, rodo los ojos y mentalmente se golpeó en la frente, Estefan no paraba de llorar lo recargo en su hombro meciéndolo y dando palmaditas en su espalda, cuando subía las escaleras su hombro se sintió húmedo y el olor a leche agria lo invadió...
-Papá pedirá unos días libres, para aprender a cuidarte y no terminar con las camisas llenas de vómito y leche.
Siete treinta de la mañana, un terrible nudo se formó en el estómago de Bridgette cuando el auto dio una vuelta y observo una patrulla estacionada un par de casas lejos de la cual debían de vigilar, habían llegado y él momento de la confrontación también, dando un último apretón a la cajita la guardo en su bolsillo. Todos bajaron de la camioneta sintiendo el fresco de la mañana estremecerles.
-¿Ellos están en ese lugar?- pregunto Sabine, Bridgette asintió, no estaba del todo segura que estuvieran en ese lugar, pero cuando escucho Cannes fue lo primero que surgió en su mente.
-No vimos a nadie entrar o salir. Informo uno de los oficiales.- por lo tanto no aseguramos que sus hijos estén en esa casa.
-Pero es la única pista que tenemos.- Paulette miro a Bridgette quien sacaba la llave de esa casa, reprimió esos temblores que los nervios le causaban ¿y si ellos no estaban? ¿Si realmente se habían fugado? Sacudió la cabeza, caminando hasta Gabriel y entregándole la llave.
-Su hijo, su casa.- le dijo.- al final Félix fue criado por usted y usted fue su padre yo no tengo derecho.- Gabriel acepto la llave sin decirle nada.
-Yo entrare a investigar.- dijo a modo de orden, Paulette solo asintió esperando que su hijo estuviera en ese lugar sano y salvo.
Le costó un poco de trabajo abrir la puerta por lo oxidado de la cerradura, al mirar el interior no podía imaginarse que Mari Anne hubiese vivido en ese lugar la mayor parte de su vida, un lugar pequeño, acogedor y simple... en el piso de Arriba Marinette despertó a Adrien al escuchar ruidos abajo, estaba asustada, el rubio despertó algo alterado, podía escuchar los pasos subir por las escaleras, era lo malo de una casa abandonada todo se podía escuchar.
Gabriel observo las prendas en el barandal, una camisa, pantalón, chaleco, un overol rosa y una chaqueta negra, todo aun húmedo, no cabía duda seguían en ese lugar, el oficial comunico por la radio a otro de los oficiales que estaba afuera confirmando que los chicos estaban ahí dentro, los padres fuera de la casa, sintieron alivio al escuchar esa noticia.
-¡Adrien!- exclamo Gabriel.
-¿Mi padre?- pregunto en susurro, Marinette le miro sin comprender.- era su voz.
-¡Adrien Agreste, sé que estas en este lugar!
-Sí, es tu padre pero... ¿Cómo?- realmente ni Adrien tenía respuesta, no sabía cómo su padre había logrado dar con ellos. Nadie en su familia tenía conocimiento sobre esa propiedad.
El seguro de una puerta se escuchó, la puerta al fondo del pasillo se abrió lentamente y los chicos se asomaron como un par de pequeños temerosos de recibir un castigo por una travesura, aunque no estaban muy lejos de la realidad. Gabriel sintió un frio recorrerle de pies a cabeza su hijo estaba bien, y frente a él. Acortando la distancia Gabriel se les acerco, les miro por breves segundos para que después el sonido de una bofetada cortara ese infinito silencio.
-Señor...-advirtió el oficial.
-Nadie va a decirme cómo educar a mi hijo.- interrumpió, Marinette se mantuvo al margen, Adrien sabía que se tenía merecido ese golpe, pero después se sorprendió, una mescla de sentimientos, le invadió cuando su padre le abrazo.- nos tenías preocupados.
-Lo lamento... lo lamento...- susurro, Marinette bajo su mirada intentando bajar la camisa de Adrien y cubrir la ropa interior que él le había prestado para cambiarse, sus ojos se fijaron en aquella pluma blanca.
-Marinette.- ella se estremeció al escuchar su nombre por la voz del padre de Adrien, con las mejillas sonrojadas le miro, este acorto distancia hasta ella, levantando su brazo. El rubio se temió lo peor que también le golpeara, pero él solo coloco una mano sobre su hombro.- me alegra que los dos estén a salvo.
-S-si...- dijo quedamente.
-Ustedes par de niños idiotas nos han causado el peor dolor y sufrimiento a nosotros que somos sus padres, este no es momento ni lugar, así que los dos bajaran, verán el dolor en el rostro de cada uno por su maldita estupidez adolecente y les juro querrán pedir perdón de rodillas.- tal vez Gabriel estaba siendo extremista en sus palabras, pero nunca fue bueno para mostrar sus emociones, quería llorar y abrazar a su hijo con fuerza por a verlo encontrado. Pero no, a Gabriel Agreste le costaría un mundo poder hacerlo y más si había "testigos"
Apenas bajaron por las escaleras sintieron el fresco de la mañana que les hizo temblar, Adrien logro observar a su madre quien cubrió su rostro al verlo, el rubio salió casi corriendo a abrazar a su madre quien lo apretó contra ella llorando de felicidad, pues su niño estaba de regreso en sus brazos. Marinette salió tras de él con la mirada gacha, sin importarle que la vieran, también corrió hasta ellos, los que le cuidaron desde la más tierna edad para abrazarlos. Bridgette solo miraba la escena desde lejos, no merecía ser parte de aquello.
-Mi amor nos tenías preocupados.- Sabine tomo el rostro de la azabache entre sus manos, no podía dejar de llorar estaba feliz de verle otra vez.
-Lo siento, lo siento tanto, mamá fue...yo...
-Marinette, quiero gritarte, abrazarte, regañarte como nunca en mi vida lo eh echo pero más que nada agradecer al cielo que estés completamente a salvo.
-Lo merezco papá, lo merezco pero tenía que hacerlo, no podía seguir viviendo en... esta mentira.- sus padres se miraron y después le miraron.
-Mentira...
-Lose todo, ya lo sé, tuvieron sus motivos para mentirme y lo entiendo pero yo...- Sabine miro tras de sí, Bridgette estaba tan metida en su mundo tratando de ocultar sus lágrimas.
Marinette le observo, tan idénticas pero diferentes... entonces ella era... no, ella es... observo la pluma en sus manos, respiro profundamente cuando la imagen de Félix apareció en sus recuerdos nuevamente, se separó de sus padres dando un par de pasos al frente sintiendo la humedad del suelo bajo sus pies.
Sus labios temblaron, sus ojos ardían, sostuvo con firmeza la pluma blanca para darse valor.
-Mamá.
Bridgette levanto la mirada sorprendida por escuchar esa frase, Marinette le miraba fijamente, tranquila, directa y no pudo evitar mirar tras de ella la figura de Félix ¿Qué decía ahora?
-Eres tu ¿verdad? Tú eres Bridgette, eres mi Mamá.
-N-no merezco me digas de ese modo, pero sí, soy... yo soy...- sin saber cómo o quien, sintió un ligero empujón en su espalda que le hizo avanzar e intentar acortar la distancia, sus brazos se cerraron alrededor de Marinette apretándola contra su cuerpo, del mismo modo que hizo cuando ella nació.- Perdóname Marinette
-¡Mamá!
Marinette correspondió fuertemente a aquel abrazo, desde el fondo de su corazón no quería deshacerlo, la pluma se liberó de su mano siendo llevada por el viendo elevándola hacia el cielo.
Notas finales:
Quiero llorar xD cada vez más cerca del final... ok ya... Claude se imaginó siendo padre pero ahora la realidad es demasiado diferente necesita mucha xD Aun no es el final de Melody faltan unos cuantos detalles muajajaja. Adrien y Marinette han sido encontrados, Gabriel no sabe de qué modo expresar sus emociones y Marinette por otro lado tuvo la visita y ayuda de un ángel (cursi pero cierto y ya saben quién es xD) y si no es del todo que Marinette le perdonara faltan cosas por resolver.
Se podría decir que este es el penúltimo capítulo, pero todo depende del siguiente a ver si se extiende a otro más antes del último especial xD
Espero les gustara.
Dudas, preguntas, aclaraciones lo que sea todo es bienvenido.
Hasta la próxima actualización
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