II: Bajo el muérdago

- ¿Y ya? ¿Ni siquiera un beso?

Lisa rodó los ojos mientras lavaba los platillos, pero una sonrisa se coló en su rostro al volver a recordar el toque de Jungkook y su aroma varonil entre sus fosas nasales. Si no fuera por la llamada de su hermana, no estaba segura de cómo hubieran terminado las cosas.

- Nos conocemos desde los ocho años, Anong. Es como un hermano para mí.

Aunque esa palabra le parecía tan lejana para describir su relación.

- Ajá - soltó Anong, cruzándose de brazos -. Si es así, Joonie también es como un hermano para mí.

Lisa alzó las cejas y una ligera risa salió de sus labios.

- Rara comparación.

- A lo que me refiero, hermanita, es que quizás su amistad se deterioró debido a que lo que tenían no era, precisamente, una amistad.

- No te entiendo.

- Jungkook me confesó sobre los besos que compartieron.

Qué idiota.

Las mejillas de Lisa enrojecieron. Dejó los platos en el fregadero y cerró la llave del agua antes de girarse hacia Anong, quién mantenía una expresión burlona en su rostro.

- Solo fue un beso.

- No, fueron tres en realidad -respondió Anong con una sonrisa maliciosa.

Lisa alzó las cejas, sorprendida ante semejante afirmación. Imposible, no podían ser tres. Los recordaría; tenía buena memoria para ese tipo de sucesos, sobre todo si se trataba de Jungkook.

- Independiente de cuántos fueron, no es asunto tuyo lo que hice o no con Jungkook.

- Los mejores amigos no se besan -insistió Anong -. Es una ley de vida. Uno se podría perdonar, ¿pero tres? Vaya, Lisa, estabas hambrienta por ese pobre hombre.

Lisa apretó los labios, controlando su temperamento. Había olvidado lo que era convivir con su hermana mayor entrometida y directa con la fantástica habilidad para hacerla perder la paciencia.

- Quedó en el pasado, no hay sentido alguno para continuar este tema.

- ¿Te lo sacaste del sistema?- preguntó con falsa inocencia. Lisa arrugó la cien, sin entender a lo que se refería -. Jungkook. ¿Ya no sientes nada por ese tonto?

Lisa desvió la mirada, sintiéndose de repente acorralada.

Podía decirle con firmeza que no, que Jungkook y ella habían sido grandes amigos, pero que su amistad se vio deteriorada por la distancia. Pero, ¿y si había sido solo una tonta excusa para no enfrentar la verdad?

Jungkook encendía algo en ella con tan solo su presencia, y cuando se mudó a Seúl, dejó de tenerlo cerca. Fue un golpe de realidad entender que se encontraba sola en una ciudad tan grande, sin tener a quien abrazar ni quien acudir cuando se sentía mal.
Las visitas de Jungkook solo lograban herirla, y no tuvo mejor excusa como la distancia para terminar una amistad que, hasta ese punto, no podía ser catalogada de esa forma.

Porque Lisa comprendió, al ver la silueta de Jungkook alejarse, que sentía algo más por ese hombre.

- No tengo ganas de hablar sobre eso.

- Eso es lo más cercano a un sí para mí -canturreo Anong, avanzando algunos pasos para llegar al lado de Lisa y darle una suave toque en el hombro al notar su semblante -. Sé que no debería insistir, pero noté lo absorta que te encontrabas cuando Jungkook comenzó a cantar y como lo alteraste con tan solo tu presencia.

Si, también se había dado cuenta de eso.

- Solo haz lo que te diga tu corazón, no te detengas a amar solo por el miedo.

(🎄⛄💌)

-

La fiesta navideña comenzó a realizarse un año después de que te fuiste a Seúl - comentó Namjoon, mientras sostenía una caja repleta de luces navideñas -. Tu hermana, como siempre, quiso participar en este tipo de cosas y terminó arrastrandonos a Jimin y a mí para que la ayudáramos con las preparaciones.

El lugar era amplio y luminoso, ideal para decorar e invitar y albergar a cientos de personas si era necesario. Aunque sonara extraño, tenía un toque hogareño que te invitaba a disfrutar de lo que sea que estuviera ahí dentro.

Namjoon dejó la caja en el suelo acompañado de Lisa, ambos mirando la maravilla que los rodeaba. El árbol de navidad se imponía ante el resto de las decoraciones con sus adornos y luces.

- No fue la excepción este año, por supuesto - continuó, con una sonrisa cansada -. Pero siempre estoy dispuesta a hacer lo que sea con tal de hacer el peso más liviano para ella. Además, a Jimin siempre ha tenido una fascinación con la navidad y puede promocionar la cafetería con su exquisitez en la cocina.

Lisa sonrió en grande.

- Lamento no haber estado antes - dijo sincera, bajando la mirada.

- Descuida, Lisa. Nunca es tarde para volver a comenzar -contestó Namjoon, poniendo la mano sobre el hombro de Lisa como forma de consuelo.

El tan esperado veinticuatro de diciembre había comenzado. Desee muy temprano, la nieve comenzó a cubrir las calles, y los niños jugaban entre risas, acompañados por la fría brisa del invierno. Los muñecos y los ángeles de nieve decoraban los jardines mientras las canciones navideñas inundaban las radios. Sin embargo, también habían otros que preferían la soledad de sus hogares bebiendo de una taza de leche caliente frente al televisor lejos del bullicio.

La nostalgia se hacía inevitable en estas fechas. Lisa era parte de esas personas que se volvían sentimentales al dar un discurso en la cena. Durante las noches, la memoria de sus padres la acunaban en sus mejores sueños. Lo que más atesoraba de ellos era el aroma de cada uno: su madre olía a almendras, un perfume cálido que la devolvía a las fiestas navideñas de la familia, mientras que su padre llevaba consigo el rastro de metal y aceite de autos, que le recordaba a esos días de verano en Tailandia.

Cuando fallecieron, significó la pérdida de una infancia alegre llena de niñerías. Todo se transformó de una manera tan abrupta para una niña de siete años y para una joven de dieciséis.

La fiesta comenzó alrededor de las veinte horas y como era de esperarse, los invitados comenzaron a llegar. Al momento de entrar observaban el lugar con tanta admiración que Lisa no pudo evitar sentirse orgullosa de Namjoon y Jimin.

- Hice galletas de chocolate - dijo Anong colocándose a su lado y abrazándola por los hombros -. Con formas de muñecos de nieves, corazones y árboles de navidad.

Lisa sonrió y dejó caer su cabeza sobre el hombro de su hermana.

- Amo tus galletas- respondió, mientras observaba a las personas que llegaban al lugar. Algunas admiraban las decoraciones; otras iban directamente a los puestos de comida-. Intenté hacerlas muchas veces, pero nunca me resultaron.

- Eso es por qué nadie puede hacerlas como yo. Todo viene desde el corazón, ¿sabes? Cuando veo a Namjoon y Haneul acompañándome...

Lisa dejó de escucharla en cuanto vio las puertas abrirse, dando paso al único hombre que podía robarle el corazón. Jungkook caminó entre los presentes con un abrigo largo y una camisa negra debajo. Su imponente figura encendió en ella pequeñas chispas que hace bastante no sentía, las mismas que surgieron en su juventud y que creía enterrada desde entonces.

Todo parecía estar en cámara lenta. No podía apartar la mirada de él incluso si eso significaba ignorar a su hermana.

- ¿Lisa?- la llamó Anong, moviendo ligeramente su brazo -. ¡Vaya, así que te atreves ignorar a tu hermana mayor, eh!

Lisa se encogió de hombros y realizó una reverencia a modo de disculpa.

- Lo siento, yo...

- Sé que estás enamorada de Jeon, pero ¿realmente a tal punto de no escucharme? -interrumpió, casi alzando la voz. Lisa hizo una mueca cuando Anong soltó una carcajada.

- No, no es...- Lisa suspiró, negando con la cabeza - No estoy enamorada de Jungkook.

Anong se cruzó de brazos, arqueando una ceja.

- Me acabas de ignorar por su culpa.

- ¿Qué? Yo no te estaba ignorando.

- Ajá.

- ¿Qué discuten las hermanas Manoban?- interrumpió Namjoon, colocando su brazo alrededor de Anong.

Lisa bufó, volviendo a observar a su alrededor para buscar a Jungkook pero él ya no se encontraba por ninguna parte.

- Tu esposa es un dolor de cabeza, oppa.

Namjoon soltó una pequeña risa, abrazando con cariño a Anong.

- Lo sé, ¿pero qué sería de esta familia sin ella?- respondió él. Anong le dio un leve codazo con una sonrisa en su rostro.

Lisa río, sin evitar vagar la mirada por el salón en busca de Jungkook. Estaba inquieta y era consciente de ello.

Más tarde, cuando la velada iba en su mejor momento y los invitados se sumergían en conversaciones sobre la noche buena y los ricos postres hechos por Jimin, Lisa decidió salir un momento para tomar aire. Nunca fue muy fanática de las multitudes y del ruido que está generaba. Cuando puso un pie afuera, la nieve la recibió junto al fresco de la noche. La diferencia de la temperatura la atrapó con la guardia abajo, obligándola a juntar sus manos para calentarlas mientras avanzaba por el jardín.

Se detuvo ante un pequeño árbol decorado con luces navideñas, brillando bajo los copos de nieve. El suspiro que brotó de sus labios llenó el silencio de la noche mientras observaba el color de las luces.

- No has perdido la costumbre -la voz detrás de ella la hizo girar de inmediato, sintiendo a su corazón acelerarse. Jungkook estaba de pie con el abrigo entre sus manos, observándola con esa mirada que la invitaba a sonrojarse.

- ¿Costumbre? -preguntó con torpeza, el rubor cubrió sus mejillas cuando Jungkook le colocó el abrigo sobre los hombros.

- La costumbre de escabullirte de las fiestas. ¿Recuerdas tu último cumpleaños aquí, cuando decidiste dejar a tus invitados y salir al jardín? Anong se molestó contigo por días.

Lisa soltó una risa suave, enternecida de que Jungkook recordara esos detalles.

- Lo recuerdo- murmuró, mirando de reojo el perfil de Jungkook. Buscaba las fuerza para poder soltar las palabras -. Y tú siempre has tenido la costumbre de buscarme.

Jungkook sonrió.

- Sí, bueno, es fácil notar cuando no estás a mi alrededor -dijo, ocultando las manos en su bolsillo. Relajado, como si esa palabras no hubieran calado en el corazón de Lisa.

- ¿Y sentiste mi ausencia?- preguntó, sin poder dar vuelta su rostro.

No obtuvo una respuesta de inmediato y solo pudo escuchar la respiración de ambos en el silencio que se había formado.

- Contaba los días para volverte a ver, si soy sincero; aún sabiendo que ya no había un lazo que nos uniera.

Lisa pudo sentir como el vello de su cuerpo se erizaba frente a la declaración, su corazón latiendo desenfrenado y queriendo entregarse a Jungkook.

- Lamento como acabó todo- musitó Lisa, aclarando su voz -. Fui una tonta, yo...

- Fue mi culpa, quizás si nunca te hubiese besado esa vez, tal vez... tal vez...

No pudo evitar que la tensión se apoderaba de ella al escuchar sus palabras, y sus ojos finalmente se atrevieron a mirarlo, pero no a su rostro, sino a sus labios. La sensación de sus bocas unidas en la oscuridad de su departamento regresó a su mente, recordando el tacto de Jungkook en su rostro.

- Soy una tonta -murmuró para sí misma.

- No, no, Lisa. Fui yo el tonto, yo...

Lisa siempre había sido muy impulsiva, toda su vida. Anong le advirtió que eso siempre le traería problemas y consecuencias que ella no podría enfrentar. Sin embargo, en un pestañeo, lo tomó de las mejillas y estrelló sus labios con los suyos.

En el instante en que sus labios se unieron, todo se desvaneció a su alrededor. El roce entre ambos le envió una descarga eléctrica por toda su piel mientras sus alientos se mezclaban en un beso que solo lograba incrementar las emociones de cada uno. Jungkook le respondió con la misma urgencia, llevando una de sus manos al cuello y la otra a la cintura, atrayéndola más a él. Lisa bajó sus manos hacia la cintura de Jungkook, soltando un ligero suspiro entre su cercanía. El frío pasó a segundo plano y fue reemplazado por el calor que desprendían. Sus bocas realizaban un baile que, pese a que había pasado bastante tiempo, seguía siendo perfecto y armonioso.

Cuando sus labios se separaron, ambos se miraron con la respiración entrecortada, pero en ningún momento se alejaron. Jungkook acarició su mejilla, intentando comprender lo que había sucedido.

- ¡Jungkook, Jungkook!

Al escuchar la voz de Jimin, Lisa se separó abruptamente de Jungkook.

- Necesito de tu ayuda en la cocina -dijo Jimin, visiblemente agitado al llegar hasta ellos -. Lo siento Lisa, te pediría ayuda pero sé que tus dotes culinarios son nulos.

- ¿Y por que no le preguntas a Anong?- preguntó Jungkook, intentando ocultar su molestia.

- Está ocupada. Así qué... - contestó encogiéndose de hombros

Jungkook se giró hacia Lisa, mirándola fijamente.

- Lo siento -murmuró, sintiendo la suavidad de los labios de Lisa en su memoria.

- Descuida.

Jimin tomó del brazo de Jungkook, arrastrándolo hacia el salón comunitario. En cuanto los vio desaparecer por la puerta, volvió a sentir la suavidad de Jungkook sobre sus labios y llevó las manos hacia sus mejillas ruborizadas, intentando calmar el calor de su rostro.

La nieve seguía cayendo con suavidad, y ocultó sus manos en los bolsillos del abrigo de Jungkook. Al tocar una pequeña caja de terciopelo, lo sacó del bolsillo con curiosidad y sin pensarlo, la abrió para ver lo que había dentro. Un collar con una pequeña figura de una cámara. Conocía la astucia de Jeon y estaba segura que había dejado la cajita en unos de los bolsillos para que ella pudiera abrirlo.

Su corazón dio un vuelco ante el gesto tan tierno de Jungkook. Continuó mirando el collar con admiración mientras una lágrima resbalaba por su mejilla.


- Hoy es nochebuena, se supone que debes sonreír y no mantener esas cejas ceñudas -comentó Jimin burlón, ordenando las galletas de Anong.

Jungkook bufó, sirviendo el vino en las copas vacías, mientras recordaba una y otra vez a Lisa. Pensó que la edad podría haber disminuido la impulsividad que tanto la caracterizaba, pero el beso fue una prueba de que, aunque Lisa pudo haber cambiado su apariencia, seguía siendo la misma Lisa que le daba besos robados cuando estaba ebria. La diferencia ahora era que estaba completamente sobria.

Chistó para sí mismo, molesto por la interrupción de su hyung.

- No se irá a ninguna parte, bobo- continuó Jimin, tomando una bandeja vacía -. Anong me dijo que Lisa se quedaría hasta año nuevo, tienes tiempo de sobra para pasar con ella.

Jungkook rodó los ojos, pero el comentario de Jimin lo irritó aún más. Él no sabía lo que había sucedido hace unos minutos atrás, cuando Lisa decidió que era el momento adecuado para besarlo. Siempre conseguía la forma de volverlo loco y dejarlo plasmado como idiota entre el público. Estaba acostumbrada a hacer eso, de besarlo y luego olvidar lo que había sucedido.

No, no podía permitir que todo acabara ahí. Pero tenía que planear una cita primero, si es que Lisa así lo deseaba.

Volvieron al gran salón, dejando el plato de galletas sobre la mesa junto a las copas de vino. En la pista de baile habían parejas de todas las edades y algunas familias disfrutando a la par de las canciones navideñas, una de ellas era Haneul junto a Namjoon bailando en la pista, mientras Anong capturaba la escena a través del lente de la inconfundible cámara de Lisa.

Jungkook tomó una copa y la bebió de un sorbo, observando a los invitados bailar "Until I Found You" de Stephen Sánchez, sin dejar de pensar en Lisa.

- ¿Bailas conmigo?- la voz de Lisa lo trajo de vuelta, sonriéndole y estirando su mano como invitación.

Jungkook estiró sus labios en una sonrisa, sin dudar en tomar su mano. También notó que aún llevaba puesto su abrigo, pero lo que más le llamó la atención fue ver el collar que adornaba su cuello. Aquél que había dejado estratégicamente en el bolsillo del abrigo antes de colocarlo sobre los hombros de Lisa.

Cuando llegaron al centro de la pista, ella le rodeó su cuello con sus brazos y Jungkook llevó sus manos a la cintura de Lisa, moviéndose en un vaivén de la música.

- Antes de que digas algo, quisiera ser sincera contigo -dijo Lisa, rompiendo el silencio que se había formado entre ambos. Jungkook juntó las cejas, sin decir nada -. La última vez que nos vimos, hace cinco años atrás, lloré como magdalena al comprender la gravedad del asunto. Creí que si acababa con nuestra amistad, el dolor se haría pequeño y que en algún momento me acostumbraría, sin esperar tu visita todos los meses. Pero me equivoque.

Jungkook relajó su rostro, entendió hacia qué dirección iba la conversación.

- No terminé mi amistad contigo por el beso que me diste. En realidad, lo disfruté bastante -. las mejillas de Jungkook se cubrieron de un rosa pálido, logrando que Lisa soltara una pequeña risa antes de continuar-. Tuve miedo de lo que podría suceder más adelante, y creí que lo mejor era acabar con todo lo que teníamos.

Jungkook llevó su mano a la mejilla de Lisa, acariciándola.

- Sé que no puedo enmendar mi ausencia por los años que pasaron, pero si me lo permites, quisiera que me des una oportunidad para demostrarte que puede ser diferente el futuro - finalizó, con la voz cargada de sinceridad.

Los milagros de navidad existen. El primero ocurrió durante las vísperas de navidad del dos mil cinco, cuando una pequeña familia conformada por dos hermanas se mudaron al lado de su casa. El segundo sucedió en la fiesta de graduación de su último año de secundaria, cuando Lisa lo besó por primera vez en el campus de la escuela y el tercer milagro se encontraba frente a él en ese instante.

- Así qué, disfrutaste del beso que te dí esa vez -dijo Jungkook juguetón, aligerando el ambiente entre ambos -. Entonces, eso te hizo caer ante mis encantos.

Lisa arqueó una ceja, tratando de ocultar su sonrisa.

- ¿Caer ante tus encantos?- repitió -. Tu caíste ante los míos.

- Quizás -admitió -, aunque el primer beso fue un tanto curioso. Tu boca sabía a menta y cerveza.

Lisa abrió ligeramente los ojos, intentando de evocar aquel recuerdo en su memoria. Pero nada aparecía.

Jungkook soltó una pequeña carcajada.

- Fue en la graduación -explicó-. No sé cómo entró la cerveza a la fiesta, pero me di cuenta cuando ya estabas ebria entre mis brazos y sin más, me robaste un beso.

Lisa se quedó en silencio, procesando lo que acababa de escuchar. Siempre había sido débil en cuanto se trataba del alcohol, así que no dudaba de que Jungkook decís la verdad. Entonces, recordó la conversación que había tenido con su hermana ayer. Erróneamente, Lisa pensó que el beso que Jungkook le dio en su departamento, la última vez que se vieron, había sido el primero.

- ¿Y cuál fue el segundo?- preguntó con curiosidad, sin apartar sus ojos de él.

Jungkook sonrío.

- Estábamos en mi casa. Apareciste en la mañana y no te fuiste hasta la medianoche. Estabas enfadada con Anong, por lo que bebiste mucho soju y... me volviste a besar.

Hasta ese punto, Lisa sintió el calor subir a su rostro con el intenso sonrojo. No por el hecho de que hubiera olvidado por completo los primeros besos, sino porque Jungkook recordaba cada detalle de lo que había sucedido.

- Así qué, prácticamente, tú caíste por mí con los primeros besos que te robé.

- Sí, y también con el que me diste allá fuera. Siempre tan impulsiva, Manoban.

Lisa sonrió y sin tardar más, tomó las mejillas de Jungkook para volver a probar sus labios.

- Esto quiere decir que, ¿me das otra oportunidad, Jungkook?- preguntó Lisa, rozando su boca.

Jungkook besó la punta de su nariz antes de responder.

- Ya no habrá necesidad de contar más besos, Lisa.

Lisa río suavemente, inclinándose lo suficiente para besarlo.

A la distancia, Anong observaba la escena con una sonrisa traviesa, alzando la mirada hacia el muérdago que colgaba sobre la pista.

- Astuta -dijo Namjoon a su lado, sosteniendo a una dormida Haneul en sus brazos -. Así que, ¿tendremos un nuevo miembro a la familia?

- ¿Cuanto crees que tarden en casarse?- preguntó Anong.

- Cinco años es el límite -. contestó Jimin, con una taza de café en sus manos mientras observaba a la pareja en la pista.

Y así, sin darse cuenta que estaban bajo el muérdago mientras los rodeaba la magia de la Navidad, Jungkook y Lisa continuaron sumidos en su mundo. Ya no volverían a ser separados.

"BAJO EL MUÉRDAGO"

Ha pasado bastante tiempo desde que he escrito en esta plataforma y volver siempre ha sido grato para mí. Disculpen por mi inactividad, pero este año año entré a la universidad y con mucha ayuda divina logré finalizar mi primer año, por lo que estoy muy orgullosa de mí y quise sorprenderlos con este escrito cursi 🥳

Espero que hayan disfrutado de leerlo como yo escribiéndolo ❤️

Jungkook y Lisa no han tenido interacciones, y dudo que en un futuro suceda, sin embargo en mi perfil siempre encontrarán alguna que otra historia sobre ellos como ship.

Recuerden dar amor, cariño y apoyo a cada miembro 😊

¡Feliz navidad!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top