I: De regreso a casa
Para una lectura más amena (no tiene orden obligatorio) ❤️
• Snow Flower - V, Peakboy
• Yes or No - Jungkook
• Chocolate - DAY6
• Let you break my heart again - Laufey
• Christmas Tree- V
• Mona Lisa - PRYVT
• Rain is falling - D.EAR
• Still with you - Jungkook
• Try Again - Jaehyung x D.EAR
• Crystal Snow - BTS
• 10000 Hours - Jungkook (Cover)
• Still - Niall Horan.
Lalisa contempló las luces que adornaban la casa de su hermana mientras una sonrisa se apoderaba de sus labios. Luego de una terrible temporada en su trabajo, no tuvo más remedio que tomar la decisión de pasar la navidad junto a ella.
Desempeñarse como fotógrafa en la magnética capital de Corea del Sur era un trabajo que conllevaba sacrificios mentales. La creatividad era necesaria la mayor parte del tiempo, pero cuando tenías bajo techo a un hombre anticuado y aburrido, que solo se dedicaba a ver la televisión en sus horas libres en vez de buscarse un trabajo real, la dirección de tu trabajo solo se manchaba de quejas y poca imaginación. Así es como, terminó con su relación de un año y medio con Jaemin, cinco meses antes de las vísperas de las fiestas.
Otra persona en su lugar se encontraría devastada llorando por un corazón roto, pero su amor por él se había acabado tan rápido como cuando comes una bowl de maníes en la soledad de tu habitación.
Sin embargo, no deseaba pasar las fiestas de esa manera. Aunque quisiera, no podía negar que echaba de menos las tradiciones de su hermana mayor.
Pasó sus manos por la ropa para calmar su ansiedad después de tocar la puerta y cuando estuvo a punto de volver a realizar la acción, alguien abrió la puerta.
- ¡Tía Lili!
La pequeña de siete años no tardó en dejarse llevar por la emoción y rodear la cintura de la castaña en un abrazo necesitado.
Sintió como una lágrima resbalaba por su mejilla y quiso bufar por ser una mujer tan emocional.
- ¡No sabes cuánto te extrañe!
Pudo escuchar el murmullo de una persona acercándose a la puerta y cuando llegó, la mujer tampoco pudo contener la alegría. Su hermana se acercó a ella y le dio un sonoro beso en la mejilla antes de rodear su cuerpo en un cálido abrazo.
No pudo ocultar sus lágrimas.
Anong la abrazó por la espalda cuando llegaron a su antigua habitación. Nada había cambiado en su cueva, pero se sentía como si hubiera sucedido algo nuevo allí.
Las paredes, las fotos enmarcadas e incluso las sábanas estaban acomodadas como la última vez que las dejó, sin embargo todo parecía tan lejano para ella.
- Haneul no paraba de preguntar por ti- le comunicó Anong, sentándose en la esquina de su cama -. Tuve que decirle fecha y hora exacta para que me dejara en paz.
Lisa sonrió mientras observaba a su alrededor.
- No sabía que iban a estar aquí. ¿Y Namjoon oppa?
- Se inauguró una nueva tienda en el parque central, así que se detendrá allí por unas horas.
Mientras divagaba por la habitación, con curiosidad tomó una fotografía de su escritorio y abrió los ojos de par en par al reconocer al hombre junto a ella.
- Jeon Jungkook - nombró su hermana, acomodándose a su lado -. Trabaja con Joonie en la cafetería de Jimin-ssi.
Lisa pudo sentir como la piel se le erizó cuando el recuerdo de Jungkook cubrió toda su mente.
Recordaba ese día. Estaban en el parque de diversiones, un día antes de año nuevo, para celebrar el fin de año y también el fin de la secundaria
Año 2014, 20 de diciembre.
"- ¿Por qué eres tan inteligente cuando quieres y otras veces no?- le recriminó el muchacho, mientras la acomodaba en su espalda.
Quizás si había sido una mala idea ponerse los zapatos con plataforma ese día. Creyó que podía soportar caminar con ellos puestos durante la tarde entera, pero cuando cayó la noche, simplemente desistió de contener el dolor.
- Quería lucirlos - se justificó, mirando los puestos de juguetes -. No es mi culpa que sean bonitos.
- Y muy incómodos - añadió él. Lisa no pudo evitar sonreír ante la molestia de Jungkook, porqué pese a que la culpa fue de ella al querer utilizar los zapatos, él se estaba haciendo cargo de su dolor al llevarla sujeta a sus espaldas. - No eres tonta, Lisa. Pero hoy actúas como una.
- Y así me quieres, Kookie. Te aguantas. - dio por zanjado la conversación, tomando desprevenido a Jungkook al darle un beso en la mejilla y manchandolo de paso con su labial.
El resto de la noche, ninguna queja salió de Jungkook".
- Cuando estabas en la universidad, solía visitarnos casi todos los días preguntando por tu regreso - no pasó desapercibido el deje de melancolía en el tono de su hermana -. Aún no entiendo porque decidiste irte lejos cuando tenemos una preciosa universidad aquí.
Se encogió de hombros, observando la fotografía.
- Entonces, ¿dejó de visitarlos?
- Para su mala suerte. Ya sabes, la universidad y el trabajo hicieron de la suyas, pero siempre que visito la tienda de su padre, le regala los dulces de almendra que tanto le encantan a Haneul.
Lisa soltó una ligera risa. Por supuesto, Jungkook seguía siendo el mismo chico encantador de siempre. Lamentaba cómo habían terminado las cosas entre los dos. Hace cinco años que decidió dar un final a la amistad que habían conservado desde los ocho años. Dejó de seguirlos en sus redes sociales, perdió su número de teléfono y su atención se dirigió a otros caminos.
- ¿Qué sucedió entre ambos? Jungkookie nunca me quiso comentar al respecto.
Se cuerpo se tensó y su pecho se llenó de una sensación amarga y triste al volver al pasado.
Año 2019, 15 de diciembre.
- Ni siquiera sé por qué estás aquí ahora -exclamó Lisa, apagando la televisión. Se levantó del sillón y caminó hacia la cocina, visiblemente molesta. Con tan solo escuchar la profunda respiración de Jungkook le hirvió la sangre.
- Tengo derecho a visitar a mi amiga -respondió Jungkook, siguiéndola-. Aunque ella no haga lo mismo -añadió en un murmullo.
- Sabes que no tengo el tiempo ni el dinero para viajar. Lo sabrías si me pusieras atención.
- ¿Crees que no te presto atención? -preguntó indignado-. Así que, ¿es eso? ¿Estás molesta conmigo porque, según tú, ya no te doy la misma atención de antes?
- No desde que empezaste a salir con Eunji.
- Es solo una amiga.
- ¿Y si es solo una amiga, por qué siempre tienes que estar pendiente de sus mensajes?
- Te molestas conmigo por tus celos, y ahora resulta que yo tengo que hacerme cargo de eso.
- No son celos.
- Entonces, ¿qué es, Lisa? -preguntó Jungkook, deteniéndose. Su voz sonaba apagada -. Porque desde que llegué, siento que no soy bienvenido a tu vida.
- Tal vez no lo seas -dijo en voz baja, aunque ni ella misma creyó sus palabras.
Jungkook entrecerró los ojos y cruzó los brazos, apoyándose contra el marco de la puerta de la cocina.
- No es mi culpa que nuestra relación se encuentre así. Tu decidiste marcharte.
Lisa se giró para mirarlo.
- ¿Y qué querías que hiciera? -preguntó, con la voz rota-. No podía quedarme en Busan toda mi vida, tenía que hacer algo por mí, por mi futuro.
- ¿Y crees que no entiendo eso? -replicó Jungkook, dando un paso hacia ella-. Pero parece que desde que te mudaste, dejaste de incluirme en tu vida.
- No te dejé -lo interrumpió ella, sintiendo que las lágrimas amenazaban con salir-. Solo... solo necesitaba un cambio. ¿Es tan difícil de entender?
Jungkook respiró hondo, tratando de mantener la calma.
- ¿Entonces, por qué siento que te estoy perdiendo? -susurró.
- Porque tal vez ya no sabemos cómo ser los mismos -admitió con un hilo de voz.
- ¿Eso es lo que quieres? -preguntó Jungkook, acercándose más. Esta vez no había enojo en su rostro.
Lisa levantó la mirada para encontrarse con la de él.
- No lo sé -dijo, dejando caer los hombros.
Jungkook la observó por un momento, intentando descifrar lo que realmente sentía. Entonces, sin pensarlo más, cerró la distancia entre ellos y la besó."
- ¿Lisa?- llamó Anong, intentando traerla de vuelta al presente.
Lisa sostuvo la fotografía entre sus manos temblorosas, deseando que los recuerdos dejaran de atormentarla.
- Todo cambió entre nosotros desde que me mudé lejos de Busan, unnie - confesó con la voz apagada -. A veces pienso, y creo que irme lejos solo empeoró las cosas entre los dos.
Anong esbozó un leve puchero mientras colocaba su mano al hombro de Lisa, acariciándolo para tranquilizarla.
- ¿Sabes? Nunca es tarde para recuperar una amistad.
Amistad... No estaba segura si era el término correcto de definir lo que tenían. Porqué luego del beso, definitivamente todo había cambiado para mal. Además, el tiempo había hecho de las suyas. Lo más probable es que Jungkook ni siquiera la recordara de la misma forma en que ella lo hacía.
¿Era posible olvidar una amistad de casi quince años?
La pregunta rondó por su cabeza la noche entera. Después de la conversación con su hermana y haber cenado junto a su familia, su mente la obligó a vagar entre los recuerdos que creó junto a su viejo amigo. Y es que Jungkook había sido su compañero de aventuras, al primero que sus ojos buscaban cuando estaba apunto de derramar algunas lágrimas, ese refugio que la rodeaba de calidez y el primero en conocer cada rincón de su corazón. ¿Por qué tuvo que cambiar?
Ay, Jeon Jungkook...
Sus ojos observaron el techo de su habitación intentando controlar su agitada respiración. Pese a que el invierno había llegado, sentía como su cuerpo desprendía de un calor que hace bastante había dejado de sentir. Por supuesto, solo una persona podía ser causante de tal hecho.
¿Cómo es posible, después de tantos años, soñar con su antigua mejor amiga?
Su recuerdo lo perseguía a cada paso, como si su presencia nunca se hubiera desvanecido de su vida desde aquel lejano diciembre. Aunque respetó la decisión de Lisa de acabar con el confuso vínculo que tenían, para él fue imposible olvidarla. ¿Cómo se podía siquiera superar a una persona como ella? Lisa dejaba una huella en cada corazón que tocaba.
Lo último que supo de Lisa es que había conseguido una pareja que, al igual que ella, se dedicaba a la fotografía.
Pero el sueño... fue como si su más profundo deseo se hubiera cumplido.
Namjoon hyung se lo comentó tantas veces: "Jungkook, si solo era una mejor amiga, ¿por qué sientes que tu corazón late desenfrenado cada vez que respiras su aroma?"
Pasó las manos por su rostro, intentando olvidarlo. Solo le hacía daño atesorar esos recuerdos, y el sueño le confirmaba que, tal vez, ya era tiempo de soltar su mano y avanzar sin su memoria a su alrededor.
Su corazón lo delataba.
- Llegas más temprano de lo usual. Ni siquiera Joon-hyung está aquí- comentó Jimin al verlo cruzar el umbral, dejando los cubiertos sucios en el fregadero. Frunció el ceño y entrecerró los ojos al verlo tan callado -. Dilo de una vez, Jungkookie. Te ves pensativo.
Jungkook dejó su chaqueta en el perchero y, haciendo un gesto con sus labios, restó importancia al asunto.
- Odio la nieve - murmuró, observando a través del cristal los copos de nieve que caían mientras amarraba las cuerdas del mandil detrás de su cintura.
Jimin esbozó una ligera sonrisa.
- Los jóvenes ya no valoran las pequeñas maravillas que nos entrega la madre naturaleza - dijo, caminando a su dirección -. Somos jóvenes, Jeon. Recuérdalo cada vez que sientas el odio gobernar tu corazón.
Jungkook alzó las cejas manifestando su incredulidad.
- ¿Desde cuándo eres tan...?
- Quizás la navidad está haciendo de las suyas- interrumpió, mirándolo con la misma ternura de siempre -Presiento que será un gran día.
Jungkook negó con la cabeza y una sonrisa se apoderó de sus labios. Había sido contagiado por la felicidad navideña de su hyung.
- Hoy es el micrófono abierto -dijo en un murmullo, recordando la lista de los inscritos.
- Sí, y tú serás el último en cerrar la actividad. Tendrás tiempo para prepararte - respondió Jimin, golpeando suavemente su espalda.
Ambos levantaron la mirada al escuchar el tintineo de la campanilla y observaron entretenidos a Namjoon, quién los observó confundido y levantó su muñeca para ver su reloj.
Jungkook soltó una carcajada.
Lisa se quedó quieta, mirando intrigada el muérdago que colgaba sobre la puerta de la tienda.
Jamás creyó que una planta como esa llamaría su atención, pero verlo ahí, dándole la bienvenida, le recordaba la tradición familiar que se había formado sin querer gracias a ella.
Cuando visitaba la casa de la abuela Dara en estas fechas, la anciana se encargaba de organizar a sus nietos y sentarlos frente ella para relatar la historia de amor que había iniciado con su esposo. Los protagonistas no eran ellos, sino que la mítica planta venerada por el mundo entero: el muérdago.
Dara decía: "El muérdago fue testigo de nuestro primer beso y desde entonces, nunca más me separé de su abuelo". Pensó que eran patrañas, cuentos de hadas que las abuelas inventaban para engatusar a sus nietas y convencerlas de seguir una regla cursi y ñoña. Sin embargo, comenzó a creer en esas historias cuando antes de morir, su madre decidió contarles como el muérdago había unido su vida para siempre con la de su fallecido padre.
Más tarde, Anong confirmó la teoría cuando besó a Namjoon bajo el muérdago, sellando así su destino con el hombre que sería el padre de su futura hija.
- ¿Lisa?
Volvió al presente cuando escuchó esa voz. Se giró, encontrándose a un, hombre de melena rubia y ojos de medialuna, mirándola emocionando y aturdido a su vez.
- ¡Jimin oppa! -gritó efusiva, avanzado algunos pasos para rodearlo en un abrazo.
- Es una grata sorpresa verte aquí, Lis -dijo Jimin cuando finalizó el abrazo. Una grata sorpresa para Jungkook, pensó.
Lisa movió la cabeza de arriba hacia abajo, tal como una niña pequeña lo haría. Verlo ahí solo le traía buenas memorias de Busan, la vibra relajada y amigable de Jimin siempre lograban ese efecto en ella.
- Creí Anong se encargaría de esparcir la noticia -comentó con una gran sonrisa en su rostro -. ¿Me extrañaste, oppa?
- Por supuesto, todos lo hacen - se sinceró.
La ausencia de Lisa nunca pudo ser reemplazada. El grupo no consiguió a ser el mismo tras su mudanza. Además, nadie le hizo la compañía en sus travesuras como ella, y pudo reconocer la tristeza de Jungkook al tenerla tan lejos.
- Me alegra oírlo - estiró su mano para tocar un mechón de cabello del hombre, consiguiendo la timidez de Jimin -. Rubio, ¿eh?
- Sí, sí. Bueno, siempre quise experimentar y creí que los treinta eran un buen comienzo para eso.
- Definitivamente. Se ve bastante natural.
- ¿Y tú? ¿Qué me dices de esto?- preguntó, apuntando a su frente descubierta -. Ya no existe el flequillo.
- Mm, decidí abrir una nueva era para mí.
Jimin escondió sus manos en los bolsillos de la chaqueta, admirandola con su corazón lleno de orgullo.
Cuando conoció a Lisa en la primaria, algo dentro suyo lo obligó a adoptar el título de hermano mayor para ella, pese a que solo existía una diferencia de dos años. En aquella época, Lisa solía ser una niña insegura y temerosa que encontró refugio en sus únicos dos amigos y hermana, luego de mudarse a Corea tras el fallecimiento de sus padres.
Verla realizada y atreviéndose a soltar las ataduras del pasado logró enternecerlo, lamentándose que la distancia se ocupara de llenar el vacío.
- Me siento muy feliz por ti, Lili -Jimin esbozó una sonrisa -. Y con tu llegada solo puedo confirmar una teoría.
- ¿Cuál es?
- Existen los milagros de navidad.
(⛄🎄💌)
- Sé que Haneul lo hará excelente, y me parece grandioso que participe en ese tipo de cosas pero, ¿es necesario que yo asista? La puedes grabar para mí.
Anong aparcó el auto en el lugar señalado, ignorando las palabras de su hermana. Cuando Lisa estaba nerviosa, solía hablar sin detenerse. Anong ya estaba acostumbrada a ese tipo de actitudes, así que dejó que las palabras llenarán el vacío.
- ¡Llegamos terroncito de azúcar!- exclamó, girándose para despertar a Haneul. La pequeña había cerrado sus ojitos para poder descansar de las palabras alborotadas que salían de la boca de su tía, por lo que el sueño terminó por atraparla - Lili y yo estaremos en primera fila para escuchar tu presentación.
- ¿Y también estará papi allí?- murmuró la niña, aún soñolienta.
- Sí, cariño. Además, Jiminie y Jungkookie también verán tu presentación.
Al escuchar el nombre de su mejor amigo sintió como la piel se le erizaba de los nervios. Contuvo la respiración, atrapada por los nervios.
- No estoy lista para volver a verlo -confesó Lisa, mientras Anong se desabrochaba el cinturón.
-Entonces, ¿tardaste una hora eligiendo tu atuendo para estar encerrada en el auto?- preguntó Anong con una sonrisa traviesa. La situación le resultaba divertida -De igual manera, quizás Jonnie o Jimin ya le dieron las buenas nuevas.
Anong salió del auto, y acto seguido, se dispuso a ayudar a su hija a bajar.
Lisa, por su parte, dejó que su mente se oscureciera con un torbellino de escenarios fatídicos: las palabras que él podría pronunciar, las miradas incómodas... O peor aún, la posibilidad de que Jungkook ni siquiera se atreviera a mirarla. Pero, en lo más profundo de su corazón, una esperanza se aferró con fuerza. Era la oportunidad de enmendar la situación entre los dos, lo que tanto había anhelado se encontraba frente a ella por fin, y el miedo le estaba quitando la oportunidad de volver a ver los ojos de Jungkook.
- Lamentamos llegar tarde -murmuró Anong al acercarse al rincón en donde se encontraban Jimin y Namjoon, quién tomó en brazos a su hija y le besó la frente con dulzura.
- Descuida, ni siquiera es el turno de Eulie -contestó Jimin en el mismo tono, acariciando los mofletes de la niña, quién le dedicó una gran sonrisa, una parecida a la de su tía.
El lugar estaba más concurrido de lo habitual, lo que alegraba a Jimin. Las mesas y sillas estaban ocupadas por los comensales, mientras los camareros iban y venían con los pedidos. Al frente, el escenario lucía decorado con adornos navideños y un micrófono listo para los participantes.
- ¿Y Jungkookie?- preguntó Anong, mirando a su alrededor.
Namjoon frunció el ceño, siguiendo el gesto de su esposa.
- No lo sé, quizás está ocupándose de los problemas técnicos - respondió Namjoon, acomodando a Haneul entre sus brazos -. ¿Y Lisa?
Anong estuvo a punto de confesar que su hermana se encontraba en el auto y que no saldría para evitar cualquier contacto con Jungkook. Pero el tintineo de la campanilla llamó la atención de Anong a través de bullicio y Lisa se encaminó a paso lento observando a su alrededor.
- Le dijeron a Jungkook, ¿no?- pregunto a los hombres para evitar las sorpresas. Jimin asintió con la cabeza, apuntándose a sí mismo para avisarle que había sido él el encargado de soltar la noticia.
Anong comprendió entonces. Jungkook no se encontraba con ellos por Lisa.
- ¡Hey, Lili! -saludó Jimin.
Lisa sonrió ampliamente, sin importar que los nervios estuvieran interesados en arruinarle la tarde.
Cuando el anciano dejó el escenario entre aplausos, tras declamar un poema de su autoría, el presentador sonrió y miró al público con entusiasmo.
- Y ahora, para continuar nuestra noche, recibamos con un fuerte aplauso a una pequeña estrella: ¡Kim Haneul!
Una ola de aplausos llenó el lugar mientras Haneul subía al escenario acompañada de su padre. Antes de bajar por las escaleras, Namjoon le susurró un "eres talentosa, no lo olvides", deseándole suerte. El resto solo podían admirarla desde abajo con un súbito orgullo, aplaudiendo con gran entusiasmo.
Haneul comenzó a cantar "My Old Story" de IU, su voz suave y angelical eclipsando a todo aquel que la escuchara mientras movía con gracia su vestido de invierno. Lisa, distraída por sus propios pensamientos, no pudo evitar sonreír al ver a su sobrina cantar de esa manera con tan solo siete años.
Anong limpiaba las lágrimas de su rostro mientras alentaba a Hanuel y Namjoon la observaba orgulloso a través de la pantalla de su teléfono, grabando el momento.
Al finalizar, los aplausos y los halagos no se hicieron esperar. Haneul bajó de las escaleras y antes de caminar hacia sus padres, se dirigió al pasillo que se encontraba al costado del escenario, sonriente.
- Debe ser Jungkook- dijo Jimin en un murmullo, teniendo la intención de que Lisa no escuchara ese nombre. Pero ella lo hacía hecho, y un fuego incendió por dentro.
Haneul avanzó hasta sus padres y con una sonrisa, abrazó las piernas de Namjoon.
- ¿Cómo lo hice, papi?- Namjoon la tomó en brazos como de costumbre y miró a su esposa.
- Creo que tenemos a una futura idol en nuestra familia - comentó orgulloso.
Lisa quiso concentrarse en su sobrina, pero cuando escuchó el nombre de su ex mejor amigo en el ambiente, se obligó a sí misma a levantar la mirada.
- Y para finalizar esta hermosa actividad, patrocinada por nuestra estupenda cafetería en celebración de sus cinco años de inauguración, le damos la bienvenida a nuestro camarero estrella: ¡Jeon Jungkook!
El presentador le dio el pase a Jungkook para que subiera al escenario y cuando Lisa fijó sus ojos en él, tuvo que detener su respiración para contener de alguna manera sus emociones. Claro, era un micrófono abierto, cualquiera podía subir y mostrar el talento que tuvieran al público, pero había olvidado lo increíblemente talentoso que era Jungkook si del arte se trataba. Durante la secundaria, estaba acostumbrada a ser desplazada por, en aquel entonces, su mejor amigo en actividades como la pintura, dibujo, canto e incluso, baile. Jungkook había nacido para conquistar el mundo y Lisa siempre deseó que lograra el éxito en lo que decidiera elegir. Estaba segura de que incluso era el mejor camarero.
Una sensación levemente vibrante en su estómago la volvió a molestar, sintiendo como si algo se estuviera agitando dentro de ella. Dios, ya no era una niña, ¿por qué seguía sintiendo esas cosas por él?
Admitía que Jungkook era guapo. Aún recuerda el regreso a clases del año dos mil catorce, en séptimo grado, cuando lo volvió a ver después de las vacaciones. Si no fuera porque en aquel momento eran amigos, Lisa le hubiera pedido una cita. Su rostro maduro y el cuerpo atlético habían sido suficientes para encender el fuego interior de una adolescente como ella.
Pero... Jungkook ya no tenía diecisiete años, no, habían pasado ya diez años desde eso y podía darse cuenta. El cabello negro de Jungkook caía por su frente desordenado y libre, y más largo que de costumbre. La fuerza de su quijada contrastaba con la suavidad de sus labios, cuyos belfos escondían ese lunar que tanto le encantaba en su barbilla. También pudo notar algunos dibujos decorar su mano derecha. El aura sencilla y despreocupada de Jungkook seguía ahí, al igual que sus ojos redondos y grandes que tanto quería.
Porque seguía sintiendo un gran aprecio por ese hombre, pese a que ya habían acabado su amistad hace cinco atrás.
- Muchas gracias por estar presentes el día de hoy. Espero que puedan recomendar a sus cercanos que nos visiten - dijo, su voz cálida resonando por toda la cafetería y consiguiendo que los presentes aplaudieran. Lisa notó cómo algunas chicas se arreglaban atentas a Jungkook, haciéndola reír. - Hace unos años compuse una canción, y finalmente, pude terminarla hace unos días. Espero que les guste. El título es: "Still With You"
El lugar se sumergió en el silencio, todos expectantes a Jungkook y cuando la melodía comenzó a sonar, el corazón de Lisa se aceleró.
Recordaba esa canción. Jungkook se la comentó tantas veces y estuvo presente cuando se frustraba al no poder terminarla. Pero nunca le mostró la letra, y cuando intentaba indagar en eso, Jungkook cambiaba de tema. Entendía porqué.
Cuando te vea de nuevo, te miraré a los ojos y te diré: "te he extrañado"
¿Jungkook le estaba diciendo lo que sentía a través de la canción? Lisa no lo sabía, solo se limpió las lágrimas. En aquel momento, todas sus dudas fueron olvidadas.
La voz de Jungkook causaba un efecto conmovedor en las personas, y en algunas, como Lisa, la sensación más cálida y pacífica que podrías imaginar. Lisa notó como todos los presentes lo admiraban en silencio e interesados, casi absortos en la dulce voz de Jungkook.
Cuando esta niebla se disipe, correré hacia ti con mis pies mojados y por favor, sostenme en tus brazos.
Jungkook cerró los ojos, dejándose llevar por la melodía y sosteniendo con fuerza el micrófono. Siempre había sido así de apasionado: incluso si cantaba en una cafetería para una actividad cualquiera, daba lo mejor de sí mismo sin importar el lugar ni el momento. La ultima vez que lo vio, Jungkook había decidido sorprenderla en su departamento con flores y una deliciosa comida preparada por él mismo. Aquel gesto logró enternecerla tanto que no pudo evitar llorar sobre el hombro de su amigo. Nunca, ni siquiera sus parejas anteriores, se habían esforzado de esa maner. En ese instante, Lisa comprendió que nadie podría superarlo.
No apartó su vista de él. Era como si un magnetismo inevitable los conectara, como si estuviera destinado a ser de esa manera. Todo lo que rondaba en su cabeza eran recuerdos, y poder observarlo sin tener que forzar a su imaginación a proyectar su imagen, era un suceso que había deseado hace tanto, aunque temiera admitirlo ante el resto.
Sin embargo, toda acción genera una reacción. Su mirada provocó que Jungkook abriera sus ojos encontrándose con los de ella. Lisa pudo jurar como el mundo ya no tenía sentido alguno en aquel instante. Solo existían Jungkook y ella, su mundo juntos una vez más.
Detrás de tu débil sonrisa que esta mirándome, me gustaría pintarla de un hermoso color púrpura.
Jungkook había sido un romántico empedernido desde muy pequeño. Siempre soñando con encontrar a su damisela en apuro y salvarla del temible dragón escupefuego. Por ello, nunca cuestionó aquellas frases que el mundo consideraba cursilerías sin sentido.
En ese momento, cuando sus ojos encontraron a los de Lisa entre la multitud, sintió un ardiente deseo en su interior que lo empujaba a ir tras ella y no dejarla ir nunca más.
Estaba preciosa; en realidad, siempre lo había sido. Pero ahora, en ese momento, al tenerla a tan solo unos metros, su belleza se volvió una necesidad que él deseaba tener entre sus brazos. Se había dejado crecer el flequillo dejando al descubierto su frente y su cabello había dejado atrás el rubio para abrirse a un castaño oscuro. Creyó que nunca dejaría ese tono, pero el cambio le entregó un nuevo aire de madurez, un aviso de que la Lisa del pasado no volvería.
- Muchas gracias, disfruten del resto de la tarde -dijo sin apartar la mirada de ella y bajó del escenario entre aplausos para caminar a su dirección.
Pero en el momento en que ya se encontraba fuera de la vista de todos, un repentino mareo lo deslizo al suelo.
Tal vez fue su imaginación que le jugaba una mala pasada, pero creyó haber visto entre su inconsciencia a un ángel, uno muy parecido a Lisa.
Año 2015, 23 de diciembre.
"- Siento que me detestas -dijo Lisa con una sonrisa ladeada -. ¿Podrías decirme que hice mal, amigo?
Jungkook frunció aún más el ceño, intentando disfrutar de su vaso de whisky en paz, pero Lisa tenía demasiada energía.
Había tenido un sueño -más bien una pesadilla- en el que Lisa conseguía pareja y se alejaba de su lado para siempre, y en unos terribles términos.
Despertó con unas de las peores sensaciones de su vida y estuvo a punto de cancelar los compromisos que tenía por la mañana, pero al abrir sus ojos, encontró a Lisa sentada en la silla de su escritorio.
- ¿Quién es Frederick? -preguntó cauteloso, intentando esconder su mal humor.
Lisa alzó las cejas.
- ¿Anong te habló de él?- bufó -. Vaya, que entrometida.
- ¿Te gusta?
Lisa lo miró de una forma que no supo descifrar. Luego soltar una carcajada que logró irritarlo.
- ¿Por qué te ríes?
- No me gusta nadie -pronunció, dejando caer su cabeza en el hombro de Jungkook, cerrando los ojos -. Hace bastante que dejaron de atraerme las personas.
Jungkook quiso entender sus palabras y cuando estuvo a punto de volver a preguntar, escuchó un hipo proveniente de Lisa.
- Creo que ya hizo efecto el alcohol - suspiró Jungkook, intentando acomodarla en el sofá. Sin embargo, Lisa se quedó quieta, sosteniendo las manos masculina entre las suyas.
- Tuve un fugaz amorío con Frederick en las vacaciones, cuando regresé a Tailandia - confesó, vencida por el alcohol en su sistema.
Antes de que Jungkook pudiera decir algo, tratando de controlar su molestia, Lisa bajó la mirada hacia los labios de su mejor amigo.
- ¿Sabías que eras mi crush en la adolescencia?
- Pero somos mejores amigos.
- Por eso nunca te lo dije.
Dejándose llevar, Lisa estrelló sus labios con los suyos y Jungkook pudo saborear el soju que había bebido anteriormente su amiga"
Jungkook estiró sus labios en una leve sonrisa, y poco a poco, abrió los ojos, parpadeando para acostumbrarse a la intensa luz artificial.
Reconoció el cabello rubio de Jimin, y soltando un profundo suspiro, murmuró:
- Creo que vi a una ángel antes de dormirme.
El sonido de distintas risas resonó en el ambiente, pero eso no lo detuvo de dar detalles.
- Tenía el cabello oscuro y unos ojos grandes - añadió, volviendo a cerrar los ojos -. Era como Lisa... igual de bonita que ella.
Jimin se sorprendió, dejando escapar una risita y mirando a Jungkook con una mezcla de preocupación y entretención.
El parlante comenzó a reproducir "Time after Time" de Cyndi Lauper, consiguiendo que Jungkook comenzará a tararear.
- ¿Me puedes pasar el vaso de agua, por favor? - preguntó Jimin, con un tono demasiado dulce para su gusto. Jungkook se obligó a sí mismo a sentarse en el lugar que estaba y, esta vez, se atrevió a abrir los ojos para poder observar a las personas a su alrededor.
Santo Dios.
Definitivamente, no había sido un sueño: Lisa estaba sentada en un sillón aparte, mirándolo con una sonrisa preocupada en el rostro.
Jungkook volvió a sentir un cosquilleo recorrer su cuerpo.
- Ten, debes beber algo -le dijo Jimin, extendiéndole el vaso de agua. Jungkook lo tomó, casi perplejo, y desvió la mirada.
- Eres un tonto, uno muy irresponsable -exclamó Namjoon, cruzado de brazos cerca de la puerta-. Si te compro almuerzo es para que lo comas, no para que lo dejes olvidado en una mesa.
- Eso provocó tu desmayo -aclaró Jimin con voz suave-. Bueno, es nuestra hipótesis. No estuviste inconsciente tanto tiempo.
- No, solo cinco minutos -añadió Lisa, atreviéndose a hablar por primera vez.
Jungkook solo asintió con la cabeza. Había olvidado por completo que se había desmayado, así como la razón detrás de ello. No haber almorzado no parecía motivo suficiente. Quizás se debía al torrente de emociones abrumadoras e intensas que lo estaba invadiendo al volver a ver a su antigua mejor amiga.
Sin evitarlo clavó nuevamente su mirada en ella.
- Fue maravilloso lo que hiciste allá arriba. Hace bastante no escuchaba tu voz- habló Namjoon, relajando los hombros mientras guardaba su celular en el bolsillo trasero. - Eulie se enamoró de ti.
- No fue la única- agregó Jimin, con una sonrisa aludiendo a las chicas del público.
Lisa se removió en su asiento, sin saber que decir.
- ¿Y tú?- preguntó Jungkook de pronto, sujetando su mirada en ella -. ¿También te enamoraste?
Era un pregunta que tenía bastantes connotaciones y Jungkook tenía toda la intención de que fuera de esa manera, sin embargo la presencia de Lisa continuaba aturdiéndolo, rozando la vulnerabilidad de su corazón.
Lisa quiso responder, pero al entreabrir la boca, ninguna palabra fue expulsada. Eso no significó nada para él. Sin importar cuantos años pasaran, podía firmr con una seguridad inaudita de lo que realmente sucedía en la cabeza de su ex amiga.
Absorto en su propia inspección, apenas se percató de que sus amigos habían desaparecido de la escena con discreción, dejándolos a solas. La tensión era palpable, obligándolos a cerrar el ciclo que tanto los carcomió.
- Han pasado cinco años desde la última vez que te vi, y aún así, te ves incluso más hermosa que en mis recuerdos, Lisa.
Ella parpadeó, sorprendida por las palabras, mientras una tímida sonrisa se hacía dueña de sus labios. Jungkook logró disipar cualquier molestia, demostrandole que, tal vez, tenía devuelta a su amigo.
- Y tú sigues siendo el mismo chico con la facilidad de soltar palabras como esas.
Jungkook observó a Lisa levantarse de su asiento para caminar a su dirección y acto seguido ya se encontraba de pie, en espera de lo que sea que sucediera.
Se detuvo frente a él, siendo separados por unos centímetros de distancia y antes de que él pudiera decir algo, Lisa rodeó sus brazos en el fornido cuerpo de Jungkook, descansando la cabeza cerca de su cuello. El calor de la cercanía los envolvió en un gesto cargado de emociones sin decir. Así que, Jungkook le correspondió sin dudarlo y bajó sus manos por su espalda, escondiendo su cabeza entre el hombro y el cuello de Lisa, oliendo su aroma.
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