-Mierda... -suspiró recogiendo su ropa y se encerró en su habitación, finalmente se había acostado con Jimin en plan sexual.

Planeaba hacerlo de todas formas, porque tener a alguien de un cuerpo tan formidable dando vueltas bajo el mismo techo y no hacer nada era pecado.

Además, eran pareja, o eso se suponía. Jimin le había pedido salir hace un par de meses y Yoongi había aceptado sin darse cuenta debido a su pésima percepción para esas cosas, pero tampoco le molestaba, pues Jimin le dedicaba la atención que nadie antes le había brindado.

Es sólo que, no había pensado en que tendrían que besarse, darse la mano o hacer otras cosas melosas. Por eso, cuando el menor le dio un pequeño beso una semana después de comenzar esa "relación", reaccionó violentamente, pero con la persistencia de Jimin, no le costó mucho acostumbrarse a esos besos improvisados. Y aunque seguía fingiendo molestia cada que recibía un beso, los nervios lo traicionaban, le encantaban los besos de Jimin.

Había aprendido a quererlo con el tiempo, pero no significaba que quisiese avanzar así de rápido.

-Malditas fresas... -murmuró yendo a ducharse.