El sol se estaba poniendo en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos dorados y rosados. T/n y Sabrina estaban sentadas en su jardín, rodeadas de las flores que T/n había plantado con tanto amor. Habían superado mucho juntas, pero en ese momento, todo parecía perfecto, como si el universo las estuviera celebrando por todo lo que habían logrado.

Sabrina (mirando a T/n): "¿Sabes? Siempre pensé que encontrar el amor verdadero sería algo complicado, lleno de obstáculos. Pero contigo, T/n, todo ha sido más fácil de lo que imaginaba."

T/n (sonriendo suavemente): "El amor no tiene que ser difícil, Sabrina. Lo que tenemos es simple. Nos entendemos, nos apoyamos, y eso es lo más importante."

Las dos se quedaron en silencio por un momento, disfrutando de la tranquilidad que solo la compañía del otro podía traerles. El sonido de las hojas moviéndose con la brisa y los pájaros cantando creaba una atmósfera mágica que las envolvía.

Un par de meses después, en una noche llena de estrellas, Sabrina organizó una sorpresa para T/n. Había planeado todo con esmero, desde las luces suaves hasta la cena al aire libre. Quería que ese momento fuera especial, el cierre perfecto de un capítulo que había cambiado sus vidas.

Sabrina (mirando a T/n con una mirada intensa): "T/n, quiero hacerte una promesa. Quiero que siempre recuerdes que, no importa lo que pase, yo siempre estaré a tu lado."

T/n, sorprendida por la sinceridad de Sabrina, no pudo evitar sonrojarse.

T/n: "¿Qué tipo de promesa?"

Sabrina (con una sonrisa traviesa): "La promesa de un futuro juntas. Un futuro donde, sin importar lo que venga, lo enfrentemos de la mano. Un futuro donde sigamos creciendo, aprendiendo, y amándonos aún más."

T/n la miró, con los ojos llenos de amor y gratitud, sabiendo que este era el momento que marcaría el inicio de su siguiente capítulo juntas.

Sabrina (sacando una caja pequeña de su bolsillo): "Sé que ya estamos juntas, pero quiero sellar esta promesa. Porque no hay nada en este mundo que quiera más que pasar mi vida contigo. T/n... ¿quieres casarte conmigo?"

Las palabras quedaron suspendidas en el aire, y T/n se quedó sin aliento. No pudo evitar que las lágrimas se formaran en sus ojos. Había soñado con este momento, pero nunca imaginó que sería tan perfecto. En su corazón, ya sabía la respuesta.

T/n (con voz temblorosa, pero llena de emoción): "Sí, Sabrina. Sí, quiero casarme contigo."

Sabrina, al escuchar la respuesta, dejó escapar un suspiro de alivio y felicidad. Colocó el anillo en el dedo de T/n, y ambas se abrazaron con fuerza, sabiendo que, a partir de ese momento, sus vidas estarían entrelazadas de una forma aún más profunda.

Las estrellas brillaban sobre ellas, como si el universo estuviera aplaudiendo su amor. El futuro, ahora, parecía tan brillante y lleno de posibilidades.

La vida de Sabrina y T/n no fue fácil, pero lo que tenían era verdadero, y eso era lo que las hacía invencibles. Juntas, habían superado obstáculos, dudas y miedos, y ahora, al mirarse a los ojos, sabían que su amor sería lo que las llevaría a cualquier lugar.

No había finales felices, porque para ellas, ese "final" era solo el comienzo de una nueva aventura. El amor que compartían era eterno, y no importaba lo que el destino tuviera preparado, porque siempre se tendrían la una a la otra. Y eso era todo lo que necesitaban para ser felices.

Y así, con las estrellas como testigos, Sabrina y T/n dieron el paso más grande de todos: un compromiso inquebrantable, una promesa de amor eterno. Y en ese momento, supieron que, sin importar los caminos que la vida les pusiera, siempre caminarían juntas, de la mano, hacia su futuro.

FIN.