Era una tarde lluviosa en Los Ángeles, cuando T/n, una fan de Sabrina Carpenter, decidió asistir a una pequeña presentación acústica en un café local. Nunca imaginó que ese día cambiaría su vida para siempre.

Al llegar, se sentó en una mesa cerca del escenario, ansiosa por escuchar a su ídola cantar en vivo. T/n había seguido la carrera de Sabrina desde sus inicios, admirando no solo su música, sino también su personalidad y su forma de ser.

Cuando la joven cantante subió al escenario, T/n no pudo evitar sonrojarse al ver que finalmente estaba tan cerca de ella. Sabrina comenzó a tocar una canción tranquila, y la magia del momento hizo que T/n se olvidara del mundo.

Después de su presentación, Sabrina decidió bajar del escenario para saludar a sus fans. T/n, nerviosa, no podía creer que estaría tan cerca de ella. Pero Sabrina la vio y se acercó.

Sabrina: ¡Hola! ¿Te has divertido? ¿Te gustó la canción?

T/n (con voz temblorosa): ¡Sí! Fue increíble... soy una gran fan tuya, Sabrina. No puedo creer que estés aquí, en este café tan pequeño...

Sabrina (sonriendo): ¡Me alegra mucho que te guste mi música! A veces me gusta hacer shows pequeños para conectar más con mis fans. Y parece que, hoy, te encontré a ti.

T/n no sabía cómo reaccionar, pero la amabilidad de Sabrina la hizo sentir más tranquila. En ese instante, la joven cantante se sentó a su lado, como si todo fuera natural.

Sabrina: Me encanta escuchar historias de mis fans, ¿cómo te llamas?

T/n (sonrojándose aún más): Me llamo T/n. No puedo creer que estés aquí, hablando conmigo.

Sabrina: ¿Por qué no lo creerías? Yo también soy humana, ¿sabes?. Y además, siempre quiero saber más sobre la gente que escucha mi música.

T/n sonrió tímidamente, mientras Sabrina la observaba con una mirada cálida.

Sabrina: ¿Te gustaría salir conmigo algún día? Creo que podría ser divertido.

T/n: ¿Salir? ¿Conmigo? No... quiero decir... ¡Claro! Me encantaría.

Sabrina se rió suavemente y, por un momento, T/n pensó que quizás estaba soñando. Pero Sabrina, con su carácter relajado, le dio su número de teléfono, prometiendo que pronto hablarían.

Los días pasaron, y T/n no podía creer lo que estaba ocurriendo. Finalmente, después de un par de mensajes, Sabrina la invitó a salir para una cita.

Sabrina: Hey, T/n. He estado pensando en nosotros, y realmente me gustaría conocerte más. ¿Qué te parece si vamos a cenar este fin de semana?

T/n: Sería increíble, Sabrina. Estoy tan emocionada. ¿A qué lugar quieres ir?

Sabrina: Tengo un lugar tranquilo en mente. Nada muy lujoso, solo para relajarnos y hablar. ¿Te parece bien?

T/n: Perfecto.

El día de la cita llegó, y ambas se encontraron en un restaurante pequeño pero acogedor. Al principio, T/n estaba nerviosa, pero Sabrina la tranquilizó con su risa y su charla amena.

Sabrina: ¿Sabes? A veces me siento como si estuviera viviendo una película, pero la verdad es que me alegra encontrar a alguien que me haga sentir tan cómoda.

T/n (sonriendo tímidamente): A mí también me pasa lo mismo. Nunca imaginé que podría estar aquí contigo, pero me siento muy afortunada.

Sabrina: Yo también. Es raro encontrar a alguien que te entienda tan bien, especialmente en este mundo tan extraño.

T/n: Sí, lo es. Pero creo que las cosas buenas suceden cuando menos lo esperas.

Las horas pasaron volando, y la conexión entre ellas se fortaleció. Sabían que algo especial estaba naciendo, algo que no se podía explicar con palabras, solo con miradas y sonrisas. De ese día en adelante, T/n y Sabrina comenzaron a compartir más momentos juntas, disfrutando de su relación, que fue creciendo a medida que se conocían cada vez más.

Al final, lo que comenzó como una admiración de fan se transformó en una hermosa historia de amor. Sabrina y T/n no necesitaban más que estar juntas para ser felices.