Guarda silencio o te quemó el rancho.

El trio REN caminaba tranquilamente por los pasillos de la Preparatoria Neverland.

Bueno, no podemos usar el adjetivo "tranquilo" sí en el grupo esta Ray o Emma.

—¡Ray, ¿Por qué lo hiciste?! —la chica estaba dándole un montón de golpes al peli-negro como si fuera su saco de boxeo—. ¡Habla, emo suicida!

—¡¡¡Aaaaaaah, Norman, ayúdame!!! —chilló Ray tratando de evitar los golpes de la enfurecida Emma—. ¡¡¡Maldita sea, Norman!!! ¡¡¡Amarra a tu bestia!!!

El albino soltó un largo suspiro y en su cara se formó una mueca de disgusto. ¿Por qué sus amigos tenían esa actitud tan infantil y se han puesto a pelear a mitad del pasillo? Simple, Ray y su amor casi tóxico por el fuego.

Norman sostuvo a Emma entre sus brazos provocando un pequeño sonrojo a la de ojos esmeralda—. Ray, ¿Por qué incendiaste la cancha de deporte?

Sí, Ray incendió toda la cancha de deporte y sus alrededores. Todo por culpa de un berrinche. Lo dejas de ver unos minutos y ¡Zaaas! Ya ha incinerado media ciudad. Todavía se escucha el sonido de los bomberos tratando de apaciguar el fuego.

—¡Es que odio correr!

—¡Esa no es excusa, Ray!

—¡¡¡Auch, deja de patearme, Emma!!!

Norman acarició la cabeza de Emma transmitiendo su aura pacífica para calmar la furia de la chica.

—Recuerda, Emma. Ray es tu amigo, no tu muñeco para golpear —La chica hizo un puchero al escuchar las palabras de Norman. Sí, es su amigo, casi un hermano, pero esta mal que haya arruinado su actividad favorita—. Ahora, Ray. Cuéntanos el trasfondo de la historia. Con detalles, por favor.

—Hoy hay deporte. Odio correr. No había forma de evitar esa clase. Odio correr. Krone me persigue con una cara perturbadora. Odio correr. Recordé que tenía una caja de cerillos en mi bolsillos y unas cuantas latas de aceite en mi casillero... y odio correr.

Norman se arrepentía de haberle comprado esa caja de cerillos a Ray en señal de agradecimiento. Había visto venir algo así, pero no pensó que sería tan pronto.

Si no andas tratando de suicidarte, quemas la mitad de la escuela, pensó Norman, Ray, ser amante del fuego, te hace daño. Date cuenta, hombre.

—¡Isabella se molestará mucho cuando descubra que fuiste tú, Ray! —recriminó Emma apuntando al azabache.

—Solo tú y Norman lo saben Emma —el chico sacó de su bolsillo un cerillo y lo puso en frente de sus ojos—, y sí le dices algo... Te quemó el rancho.

—¡¡¡Ray!!! ¡¡¡Emma!!!

Los chicos se pusieron a discutir de nuevo y Norman lamentaba en su mente tener amigos más dramáticos que novela mexicana.

El albino se puso en medio de los dos para parar la discusión que ya estaba atrayendo vistas de muchas personas curiosas.

—¡Ustedes dos, calmados! Son amigos.

—¡Pero Norman...!

—¡Silencio, Emma!

—Oh, sí, Emma. Obedece a tu "amigo" —dijo el azabache haciendo énfasis a la última palabra para molestar al oji-azul, lo cual salió a la perfección.

—Ray... —Norman le echó una mirada amenazante, y Ray supo que tenía que callar. No quería ser el culpable de activar el modo "genocida" en el albino.

Después de unos minutos más de discusión, el ambiente entre ellos se relajó un poco.

—Bueno, ¿Ya es hora de ir a la clase de baile? —preguntó Emma.

Ray sacó el reloj que se encontraba en su bolsillo, revisó la hora y habló. —Efectivamente, es hora de ir al gran salón.

—¡Vamos!

—¿Si quemó el salón, no habrá clases de baile? —pensó el azabache.

—¡No quemarás nada! —vociferaron Emma y Norman al unísono.

—Okay, no quemaré nada —El peli-negro se encogió de hombros y empezó a caminar hacía el salón—, ustedes le quitan lo divertido a la vida.

(...)

—¡Bienvenidos chicos y chicas! Nosotros seremos el afortunado grupo que los ayudará con sus clases de baile —exclamó un eufórico Oliver mientras apuntaba a su grupo de amigos, que en este caso, será su grupo de ayudantes.

—¡Tendrán que seguir nuestras indicaciones y mandatos al pie de la letra! —dictaminó una enérgica Violet.

Todos los alumnos estaban atentos a cada cosa que decían los mayores, los veían con profunda admiración. Puesto que, sus "maestros de baile" son conocidos en el instituto por ser un grupo de extrovertidos llenos de carisma y encanto.

—Escuchen bien, mis niños. Los dejó a cargo de estos maravillosos chicos que los ayudarán a mejorar sus habilidades en la danza —explicó rápidamente la directora Isabella, ya que su tiempo era limitado, y muchos deberes la llamaban—. Disculpenme, pero me debo retirar a resolver ciertos problemas con una cancha incinerada, ¡les deseo mucha suerte!

Y así, Isabella se fue del salón. No sin antes, lanzarle una mirada amenazante a Ray que decía: "Tengo muchas sospechas de que el culpable eres tú".

Ray, actuó con indiferencia. Aunque por dentro sabía que estaba jodido.

Emma y Norman le dieron miradas de consuelo.

—Nigel, ¿Ya se fue la directora Isabella? —preguntó Gillian. El nombrado afirmó—. ¡Niños, les enseñaremos a bailar reggaeton!

—¡Gillian! —reclamó Oliver.

—Era un broma, Oli.

—¡Basta de bromas! Ahora, las parejas tómense de las manos —ordenó el chico.

Y dicho, hecho. La orden fue ejecutada. Los alumnos se tomaron de las manos con su pareja correspondiente.

Y entre ellos, un albino casi se desmaya por el suave toque de la chica de cabellos cortos y otoñales.

—¡Oh, Norman! Tu mano es muy fría —rió Emma provocándole un ataque de ternura al Norman ruborizado—. ¡Es tan maravilloso que seamos pareja, Norman!

—¡E... Emma!

—Se refiere a pareja de baile, Norman. Deja de babear.

—¡Ray!

—Joder, a veces te comportas como un completo simp.

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Hola, hola, hola...

Ola de mar. 🌊

Ok, no. xd

¿Como están? ¿Qué tal su día? Deseo que se encuentren bien.

¡Actualización! El capítulo se había borrado. (culpa de wattpad). Y su servidora casi lloraba porque, joder, me había inspirado un montón QwQ

Pero bueno, tuve que reescribir, aunque esto no se parece en nada a lo que escribí antes. 😢

Pero bueno, esperó que al menos le haya robado algunas risas.

A parte de mí...

¿Alguien más quiere quemar la escuela?

¿Alguien más cree que la sonrisa de Krone es medio perturbadora?

¡Gracias por leer! ❤