Capítulo Final
Nunca podré olvidar tu hermoso rostro, tus besos y cacicias que me mantienen vivo, esa manera en la que me tratas... me hace sentir en el mismo cielo.
Ver como nos quitamos la ropa lentamente, besándonos una y otra vez era único que necesitaba en mi vida. Tú dejabas escapar unos ruidos que me volvían loco, mordía tu piel desesperadamente... te necesitaba tanto como tú a mi. Tu dulce mirada reflejaba el inmenso amor que tienes por mí.
Era un sueño, una experiencia que jamás imaginé que sucedería, ser el primero en tu vida, tú único hombre, tu único amor, me mostraste la luz que yo siempre he buscado, el destino nos unió como si nada y ahora estoy tan feliz por tenerte entre mis brazos.
Deleitarme con tus suaves pechos, acariciar cada parte de tu piel con mis besos, los cuales iban descendiendo poco a poco hasta llegar a esa preciada joya, la cual muchos deseaban tomar.
Estaba nervioso, lo admito. Es la primera que vez que tengo relaciones con una mujer... La misma que me enamoró cuando la ví por primera vez. Terminaba por retirar mi última prenda hasta quedar como Dios me había traído al mundo. Tú sonrojo se hizo presente con solo verme, estabas un poco asustada pero segura de que ibas a soportar, me dirigí nuevamente a tus labios chocando los míos contra los tuyos.
Quería hacerlo, pero estaba nervioso por ello. Sin embargo me miraste dulcemente dándome la seguridad de que esto era lo que realmente queríamos los dos.
—Adelante... ¡hazlo!
—Shun...
—No te preocupes por mí... estaré bien.
—De acuerdo.
—Te amo, Hyoga.
—Yo también princesa... bueno... aquí voy.
Con mucha delicadeza empecé a introducirme en tu interior, se sentía tan cálido, sin embargo tus lágrimas no tardaron en aparecer, no sabía el porqué pero al darme cuenta me preocupé demasiado e intente detenerme, cosa que evitaste que hiciera a través de un abrazo.
—Tranquilo... solo dejame adaptarme a ti... no te muevas por favor— me dijo mientras luchaba por adaptarse a la invasión de mi miembro en ella, para ayudarte a olvidar el dolor le besaba y entre susurros decía que estaba feliz porque esto había pasado.
Cuando todo había vuelto a la normalidad, tus caderas comenzaban a moverse dando señal que podía continuar.
Empecé con suaves estocadas mientras te recuperabas del todo, esos ruidos se escuchaban más fuerte en tú habitación, sonreías dulcemente mientras besaba y lamia tu cuello hasta dejarte muchas marcas, tus pechos subían y bajaban ante los constantes movimientos qué con el pasar del tiempo se iban haciendo más rápidos.
Tus piernas abrazaban mi espalda y las movías para hacerme sentir más loco de amor por ti, nos mirábamos con tanto amor hasta que ya no podíamos más y términamos desfallecidos en aquella cama recuperando nuestras respiraciones.
Nos abrazamos con fuerza, besé tu frente mientras tu quedaste completamente feliz y descansabas en mi pecho, vaya noche la qué pasamos juntos... Por primera vez...y la cual nunca voy a olvidar.
—¡Te amo... Shun! — le dije mientras le veía con dulzura.
—¡Yo también Hyoga! Me has hecho la mujer más feliz — me dijo aún con lágrimas pero está vez eran de total felicidad.
—Tú también me has hecho muy feliz...
Terminamos la noche nuevamente con un beso hasta finalmente quedar completamente dormidos.
El día llego...una nueva vida comienza, un nuevo destino...
Ahí estaban reunidos todos mientras despedían al rubio quien estaba listo para irse junto a Camus a su nuevo hogar.
—¡Cuidate Hyoga! espero volver a verte amigo... gracias por todo— Seiya se acercó al rubio y le dio un fuerte abrazo de despedida.
—Qué tengas buena suerte en Rusia mi querido amigo— Shiryu también lo despidió y lo abrazo junto con el castaño.
—Hermanito... ¿prometes volverme a ver?— preguntaba Jacob quien no podía dejar de llorar, Hyoga lo notó y se arrodillo frente a él y tomándolo de la mejilla le respondió.
—Te lo prometo Jacob, tú hermanito vendrá muy pronto para que podamos jugar y hacer muchas travesuras — le alborotaba sus cabellos mientras le sonreía.
—¡!Hermanito!! — abrazó al rubio a lo que este le correspondió. El momento había llegado, los chicos le deseaban la mejor de las suertes sobre lo que el destino le tendría preparado al rubio de ahora en adelante.
—¡Los quiero chicos!, son los mejores amigos que siempre voy a tener.
—Y nosotros te queremos a ti... como nuestro hermano de sangre — los chicos se dieron un fuerte abrazo de grupo mientras Camus los observaba con alegría. El rubio se separo y se marchó junto al pelo turquesa del lugar.
—¡Adiós amigo! ¡jamás te olvidaremos! — se despidió Seiya.
—Y muchas gracias por todo lo que hiciste... Hyoga — dijo Shiryu.
—Te queremos mucho... hermanito — concluyó Jacob.
...
2 años después
Un hombre de cabello rubio y vestido formalmente se encontraba caminando por las calles de aquella cuidad, cada lugar le recordaba aquellos días en los que fue un chico de calle y de las cosas que hizo por el cariño que le tuvo a sus amigos sin importarle los riesgos que siempre corría.
Mientras iba a su destino, se percató de un grupo de jóvenes qué estaban en aquel parque de la cuidad bailando break dance, al verlos una sonrisa melancólica se formó en su rostro y junto a ella unas pequeñas lágrimas.
—Viejos y hermosos recuerdos qué siempre permanecerán en mi corazon.
Dijo mientras seguía con su camino, en el paso un hombre que vendía rosas estaba cerca del lugar, y le pidió las más hermosas que él había visto, a lo que el señor le respondió con una sonrisa.
—Y dígame joven... ¿quién es la afortunada de tan hermoso y costoso regalo?
—Es para una preciosa mujer, a la cual tengo tiempo de no ver. La cuál nunca deje de pensar de ella en este tiempo que estuve lejos, y ahora... estoy aquí, porque vine a cumplir mi promesa — comentó el rubio seguro de sí.
—Eso es muy romántico joven... me recuerdas a mi cuando tenía tu edad... gracias al cielo que soy tan afortunado como usted. Que todo le salga bien con su pareja — dijo alegremente el señor.
—Asi será, ¡muchas gracias señor!
Respondió el rubio quien termino pagando el regalo, mientras caminaba observó a un joven que iba caminando de la mano con su padre de avanzada edad, se le vino a la mente un recuerdo de parte de su padre mientras miraba con nostalgia el cielo.
—¡Hay papá! como me hubiera gustado tenerte más tiempo a mi lado.
Flasback
—Hijo, quiero que seas feliz... nunca te olvides de todo lo que te pude enseñar, espero que vuelvas a ver a tus amigos y sobre todo a tu novia... ella de seguro te ha de extrañar. Yo ya no puedo más....
—Papá... — con lágrimas en sus ojos decía el ojiazul mientras apretaba la mano de su padre con fuerza.
—Desde ahora en adelante, estarás a cargo de toda la herencia que alguna que tengo... ¡cuídala bien!
—De acuerdo... — no obstante Camus rió débil y acarició la mejilla de su hijo.
—¿Sabes algo?, te pareces tanto a tu mamá, tan dulce y tierno como solía ser ella, eres el vivo recuerdo que permanecera por siempre en mi corazón. Solo espero poder estar junto a ella... para toda la eternidad.
—Yo también papá... te amo.
—Yo también te amo... hijo mío... que seas muy feliz...
Fueron las últimas palabras del peliturquesa poco a poco iba cerrando sus ojos hasta quedar dormido para siempre.
Fin flasback
Hyoga miraba aquella cadena que llevaba en su cuello, era el único recuerdo que su padre le dejó. Camus había fallecido hace tres meses los cuáles fueron una etapa dura para el rubio pero que aún así iba a cumplir su promesa de ser feliz a pesar de todo.
—Ya estas descansando en un lugar mejor... junto a mamá... ¡los amo a los dos! ¡nunca los voy a olvidar!
Dio un beso a la cadena y sonrió al cielo como forma de agradecimiento a sus padres que ya están en un lugar mejor. Paso un buen tiempo caminado por aquel parque hasta que accidentalmente una persona terminó chocando con el lo que hizo que ambos cayeran al suelo.
—¡¡Mil disculpas!! estaba demasiado distraído y no me fije que alguien venía — decía el ojiazul mientras se reincorporaba.
—No se preocupe, todo esta... bien...
—¡¡Ehhh!! — Hyoga había quedado en shock al ver la mujer de cabello verde y ojos del mismo color. Frente a él estaba el amor de su vida, Shun.
—S-Shun.
—Hyoga... ¿eres tú? — la pelo verde derramó lágrimas.
—¡Eres tú! ¡¡Eres mi Shun!!
—¡¡Hyoga!! — terminó por abalanzarse al rubio quien estaba completamente feliz de verla nuevamente, quitó las lágrimas de su chica y luego le dedico una sonrisa.
—Me alegra volver a verte mi amor, no sabes lo mucho que te he extrañado — la azabache le abrazaba con tanta fuerza a lo que el sonreía y acariciaba sus hebras verdes.
—Yo también hermosa, no sabes lo feliz que estoy de tenerte nuevamente en mis brazos — comentaba el rubio.
—¡Mírate cómo estás!... sigues siendo el mismo hombre guapo del cual me enamore.
—Y tu sigues estando muy hermosa como siempre lo has sido — dijo el rubio mientras acariciaba su mejilla, la cual ella hace lo mismo con su mejilla. Unieron sus labios nuevamente en un apasionado beso, él la tomo de sus caderas mientras ella lo abrazaba por su cuello, pasaron los minutos.
Hasta que en ese preciso momento...
—¡Mami! ¡mami!
—¿Ehhh? ¿qué acabas de decir? — el ruso se separo de la chica quien miraba a su pequeño hijo de tan solo año y medio, él cual venía en brazos de su hermano mayor.
—Shun, te hemos estado esperan... un momento... ¡te conozco!... ¿eres Hyoga? — Ikki se impresionó al ver al rubio de nuevo, se acercó a la pareja junto con el pequeño niño de cabello rubio y ojos azules.
—Ikki, es un gusto volvernos a ver... ¿ese niño es tu hijo?— dirigió la mirada a la pelo verde quien solo se limitó a sonreírle y a cargar a su pequeño en sus brazos.
—¡Él es nuestro hijo Hyoga! ¡mira Isaac!... ¡él es papá! — Shun presentaba a su hijo con alegria al rubio.
—¿¡Mi hijo!?... pe-pero... — Hyoga quedó rojizo cómo tomate ante la revelación de Shun, Ikki se puso a reír.
—¡Claro que si Hyoga!, este niño es hijo tuyo y de mi hermanita — afirmó Ikki.
—¿Recuerdas esa noche? en la que tú... yo...¿ya sabes? — decía la azabache con un notorio sonrojo, mientras movía disimuladamente sus piernas a lo que el rubio entendió esa referencia.
—Ahora lo entiendo — dijo asombrado.
—¿Quieres cargarlo?— ella le propuso a lo que este sin ningún problema asintió y lo cargo en sus brazos.
—¡Es un niño hermoso! — expresó.
—Igual que su padre, ¿no crees? — ella colocaba sus manos sobre los hombros del rubio.
—Si... ¡eres mi hijo! — Hyoga derramó lagrimas de alegría al ver a su pequeño retoño, quien lo miro a sus ojos y solo basto una palabra para que este fuera muy feliz.
—Pa...pa
—!Oh mira! ¡Te ha dicho papá! ¡¿no es maravilloso amor!? — Shun miraba a Hyoga con una sonrisa.
—Si... ¡Es mi hijo!
—Jejeje... ¡es nuestro hijo! — comentó la azabache en tono burlón.
—Por cierto Shun, ¿recuerdas lo que te dije la última vez que nos vimos?
—¡Así es!
—Entonces me complace hacer esto.
Bajó al niño para ponerse de rodillas en frente de ella, tomo las rosas qué estaban en el suelo y de su bolillo saco una cajita la cual contenía un hermoso y fino anillo de compromiso con un topacio azul en el medio. Shun estaba más que feliz, sus ojos brillaron aún más ante la propuesta. Por otro lado Ikki estaba con el Jesús en la boca ante tal escena.
—Shun Lover, ¿aceptas ser mi esposa? — Hyoga miraba a la azabache con una sonrisa de oreja, ella sin dudarlo aceptó.
—¡¡Claro que si Hyoga!! ¡¡me caso contigo!!
El ruso tomó su mano y le colocó el anillo, se levantó para abrazar tanto a su pareja y a su pequeño quien se mostraba feliz.
Finalmente, ambos se casaron en la iglesia de la capital. Aunque en un principio el padre de Shun estaba muy triste porque se iban a llevar a su pequeña de su vida, e incluso quería evitar la boda pero Ikki lo detuvo y terminó aceptando el destino como tal.
Por otra parte, Hyoga regresó al lugar en donde él y sus amigos compartieron momentos juntos, los chicos lograron reconocerlo fácilmente a lo que el ruso los sacó de dicho lugar y ahora eran parte de la familia Acuario, esto debido a que le había cumplido la promesa a su padre de no dejarlos desamparados como alguna vez lo fue él.
Shiryu conoció a una chica llamada Shunrei y se enamoraron a primera vista. Ambos ya estaban comprometidos.
Seiya conoció a una hermosa y valiente mujer llamada Shina, y ambos ya llevan un buen tiempo saliendo.
Mientras que el pequeño Jacob comenzó a ir a la escuela y ha logrado entablar amistad con muchos de sus compañeros de clases.
Ikki se reencontro con su antiguo amor llamada Esmeralda, ellos se fueron a vivir a Grecia.
Mientras que Shaka se convirtió en el dueño del cabaret en donde su hija estuvo trabajando hace tiempo atrás, y miren que bien le va con el negocio.
Mientras con Hyoga y Shun.
Hyoga se la llevó a Rusia, a su tierra natal llamada Siberia y en la cual ambos viven una vida tranquila como cualquier otra pareja de casados se tratase claro, solo que con una detalle más... Ambos estaban esperando a su segundo hijo, una niña que muy pronto será parte de su nueva etapa de vida.
Además de ello se convirtieron en dueños de su propio cabaret el cual cada noche se iluminaba como si se tratase de fuegos artificiales.
—¿Listo querido?
—¡Listo princesa!
¡Bailemos!
Bueno niños, hasta aquí llego esta hermosa historia, espero que la hayan disfrutado tanto como yo lo he hecho.
Te agradezco a ti querido/a lector/a por haberme apoyado con esta historia desde un principio. Y también agradecerte por apoyar este y muchos de mis proyectos, no saben lo feliz que me hacen y la motivación que me brindan para poder seguir haciendo y escribiendo más historias.
By: HyoShun_Passion99 ❤️💖
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