Capítulo 13

—Mi nombre es Eri, ¿como te llamas?— la rubia saludaba con una sonrisa.

—Este... ¡Me llamo Hyoga!, un gusto conocerte... creo— le respondió un tanto incómodo.

—Hyoga... es un nombre genial, para un chico tan guapo como tú. Y dime, ¿quisieras salir a tomar un café? — proponía la joven, sin embargo Hyoga rechazó su oferta.

—¡Estoy bien, gracias! De hecho, estoy esperando a mi no... — fue interrumpido.

—¡Vamos, yo invito! No tienes que ser tímido conmigo — insistió la rubia.

—Muy amable pero... no puedo — él respondió.

—¿Por qué?

—Porque yo tengo novia — la chica se puso a reír pues no creía que el rubio tenía pareja.

—¡Estas mintiendo! ni siquiera la veo cerca de ti, ¿o acaso eres tímido? — lo cuestionó. Detrás de ella estaba la ojiverde, Hyoga sonrió al verla.

—¡Él ya está ocupado! — habló la azabache quien estaba de brazos cruzados y miraba a la rubia con molestia, Eri se dió la vuelta. —¡Es mi novio!

—Me alegra que estés aquí Shun — el rubio dio un suspiro de alivio y se acercó a su chica. Eri veía de pues a cabeza a la azabache e hizo un gesto de disgusto.

—Asi que tú eres la tal Shun Lover— Eri la mira con rabia. —Como puede alguien tan guapo como él fijarse en alguien como tú.

—Eri Taylor... — dijo Shun. —¡Deja a mi novio en paz!

—¡Vaya!, no pensaba que te ibas a deshacer de Sorrento tan luego, y ahora... le quieres caer a otro hombre de la noche a la mañana... es muy descortés, ¿no crees? — comentaba la rubia con el fin de dejar en mal a la peliverde.

—Eso no te importa — respondió Shun, sin embargo Eri siguió hablando mal de ella.

—¡Tienes razón!, ¿porqué debería importarme?. Sabiendo la clase de  zorra que puedes llegar a ser, no me quiero imaginar que todo lo que haces es que los hombres te lleven a la cama — Hyoga se molestó al oír la última oración de la rubia y la encaró.

—¡A mi novia no la trates así! — expresó.

—¿Por qué la defiendes? si todo lo que digo es la verdad, y a ella le duele que se lo digan o no es así niña de papi.

—¡Cállate!

Shun le pego una fuerte cachetada a la rubia haciendo que esta se cayera al suelo, Hyoga la detuvo por su cadera antes que crear un escándalo entre ambas chicas.

—¡Te equivocas! yo no soy como tú, una desesperada, egoísta y malcriada que solamente quiere destruir la vida de los demás que hacer algo productivo en su vida — Shun defendía su dignidad ante la mirada burlona de Eri.

—¡Jajaja! ¡eres una estúpida!. Por eso nadie te quiere, ni tolera tu actitud, tus novios no te duraron porque eres una completa golfa.

—Pues te equivocas Eri... — nuevamente intervino Hyoga. —Shun no es como tú piensas, ella es perfecta, dulce e inteligente y la quiero así como es, y sabes algo... aprende a respetar mujer, nunca juzgues a nadie por lo tú dices que aparenta ser. Porque no es verdad y eso te va a pesar, Shun no es ninguna zorra... es mi novia, y por ella estoy dispuesto a todo— el rubio abrazo a su novia. —Yo no tengo ojos para nadie más que no sea ella, asi que ¡deja fastidiar!

—Hyoga... — esas palabras hicieron que Shun se sonrojara.

—¡Estás loco! como puedes fijarte en alguien como ella — dijo la rubia muy molesta.

—Puede que sea un loco pero la quiero, ella es la razón por la cual... yo soy feliz — Hyoga besó  en los labios a la peliverde terminando por ofender a la rubia quien no lo toleró y se fue del lugar. Terminaron por separarse y se miraban con tanto amor, ella soltó una lagrima de felicidad.

—Eso fue tan lindo y dulce de tu parte cariño — él acarició su mejilla.

—Oye, no iba a permitir que hablaran mal de mi novia. Todo lo que dijo ella es mentira, yo te conozco muy bien y no eres esa clase de persona, al contrario...eres muy dulce, amable, solidaria, inteligente y sobre todo... la chica que conquistó mi corazón

—Siento haberte dejado solo Hyoga, no tenía en mente que ella...

—No te preocupes Shun, todo esta bien — respondió el rubial con una sonrisa de oreja.

—¡Te quiero!

—¡Yo más princesa!

—¡Mira, aquí esta tu helado favorito! — saca dos paletas de una bolsa y le da una a su novio.

—¡Muchas gracias! — le sonríe.

—Bueno, tenemos que regresar... el show va a comenzar dentro de poco— toma la mano de Hyoga y comenzaron a caminar.

—De acuerdo princesa.

—Gracias por pasar la tarde conmigo Hyoga, ¡me haces tan feliz!

—Al contrario Shun, todo esto es gracias a ti... quiero pasar mas tiempo contigo, y nunca dejarte ir .

—Eso nunca va a pasar mi niño, tú y yo vamos a estar juntos — ambos se miraron a los ojos.

—¡Siempre juntos!

—¡Es una promesa!

—Claro, juntos para siempre — dijo Hyoga.

—¡Así es! — los dos se tomaron de las manos haciendo su juramento, se marcharon a toda prisa del lugar junto sus cosas que habían comprado mientras degustaban de sus helados.










Tiempo después

Hyoga había regresado a donde se encontraban sus amigos, quienes al verlo se sorprendieron por su cambio de look y comenzaron a cuestionarlo uno a uno.

—¡Hyoga! te hemos estado buscando por todas partes, ¿dónde estabas?— Seiya fue el primero en preguntar.

—No te preocupes, estaba con mi novia en el centro comercial — respondió el ojiazul.

—¡Wow hermanito! ¡Te ves muy bien!— Jacob estaba muy fascinado por ver a su amigo vestido de otra forma.

—¡Ese estilo te queda genial Hyoga! — Shiryu levantó el pulgar en señal de aprobación.

—¡Gracias chicos! pero no crean que me olvidé de ustedes.— salió un momento del lugar y entró nuevamente pero con muchas bolsas de compras. —Necesito que se alisten lo más rápido posible, los llevaré al cabaret donde vive Shun.

—¡¿Queeeeeee?! — respondieron los tres al unísono.

—¡Rápido chicos!, ¡no hay mucho tiempo!

—Pero...como es qué... — Seiya veía con asombro a Hyoga.

—De parte de Shun, agradezcanle cuando estemos en el lugar por favor — comentó Hyoga.

—¡Qué bonito! ¿cómo sabe que me gusta el colo azul? — preguntó Jacob.

—Esta ropa es... muy hermosa — dijo Shiryu.

—La señorita Shunny es un ángel completo, como desearía pagarle todo lo que ha hecho por nosotros— el moreno habló y una enorme sonrisa se dibujó en su rostro.

—Ella siempre está dispuesta a ayudarnos Seiya, pero tienes razón... tenemos que pagarle todas las codas que nos ha regalado— Shiryu afirmó.

—Por eso no se preocupen, mi princesa quiere que ustedes sean felices— Hyoga estaba contento de ver a sus hermanos.

—¡Tú novia es increíble!, cuando la vea le daré este chocolate— el menor del grupo les mostró un dulce.

—Buena idea... pero alistense quieren.

—¡Esta bien! — los tres chicos comenzaron a cambiarse de ropa mientras que Hyoga salió del lugar y esperaba a que ellos estuvieran listos.


Mientras esperaba se preparó que un auto había estacionado cerca del lugar, nuevamente el hombre de cabello turquesa apareció frente a él.

—Hyoga... hijo... ¿podemos hablar? — el mayor le miraba apenado.

—Señor... — el rubio frunció el ceño.

—¡Por favor muchacho!, necesito que me escuches solo una vez y después decides si me quedo contigo... o me voy de tu vida para siempre. Por favor Hyoga... Te necesito... hijo.

El peliturquesa derramó unas cuantas lágrimas frente a Hyoga el cual no tuvo más remedio qué hablar con él.

—Esta bien señor... ¡le escucho!, pero espero que sea preciso porque no tengo tiempo...

—Se que me odias y todo pero... dejame explicarte lo que pasó por favor.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top