Capítulo 13
Tal: ¡Arg! ¿es que no hay nada de beber en este hotel?
Vicky: Claro, cariño, en la cocina, ¿Qué te apetece?
Tal: ¡No lo sé! Cualquier cosa, ¡Whisky!
Se dirige a la cocina de la suite, que en realidad es el doble de grande que la cocina de la casa en que se crio Tal, en cuanto Vicky ale de la habitación, rompe a llorar, intenta reprimir las lágrimas, peor no puede.
Tal: (Ni siquiera sé por qué estoy llorando, bueno, sí...porque probablemente Jake esté muerto y es culpa mía y probablemente Carl esté muerto y también es culpa mía y mi madre ha muerto y bueno, no es culpa mía, pero... ¡me encantó volver a verla! Pero tuve que despedirme OTRA VEZ y esta vez no creo que será la definitiva...)
Tal oye el tintineo de un vaso en la mesita y poco después, los brazos de Vicky la rodean desde atrás.
Vicky: Sé que estarás enfadada conmigo...con nosotros, sólo puedo decir que lo siento, siento que te haya paso todo esto, ojalá pudiera arreglarlo.
Tal: ¡No lo entiendes!
Nada más decirlo, Tal se da cuenta de que se equivoca.
Tal: (Vicky perdió a su madre y a su padrastro hace veinte años en un accidente, también perdió a mi madre, una buena amiga, hace veinte años y probablemente haya perdido también a Carl, sólo por intentar ayudarme...)
Vicky solloza y abraza a Tal más fuerte, ella se da cuenta de que está llorando, Tal pone sus manos sobre las de Vicky y le da un ligero apretón.
Tal: Lo siento, sé que sí lo entiendes, tú también has perdido a muchos seres queridos.
Vicky: -Roza el cuello de Tal con su rostro, suspira y le besa el cuello- he visto a tantos amigos y familiares morir...nunca te acostumbras, nunca me acostumbré a que no estuviera tu madre y si Carl no está...bueno, al menos tú sigues aquí.
Tal: No voy a ir a ningún lado.
Vicky: -Le besa el cuello otra vez, acercándose más a ella-
Tal: (Guau, no lleva sujetador)
Vicky desliza una mano sobre el estómago de Tal, más allá de su ombligo, cada vez más abajo...Tal pone su mano sobre la suya y hace que siga bajando, Vicky coloca su mano entre sus piernas y le susurra.
Vicky: ¿Qué es lo que quieres, preciosa?
Tal: Hum, eso...a ti, más.
Vicky le da la vuelta y la besa, primero, con suavidad, después, intensamente, su mano se desliza por debajo de la camisa de Tal.
Tal: (Estar con Vicky resulta tan natural...)
Vicky: No he podido jugar contigo tanto como hubieras querido, ¿querrías probar algo...más?
Vicky lanza a Tal sobre el sofá y empieza a quitarle la ropa, la rompe y arranca la ropa interior y arroja el trozo de tela al otro lado de la habitación.
Tal: No irás a comerme, ¿no?
Vicky: En realidad...-le separa las piernas con cuidado y se arrodilla entre ellas- eso es exactamente lo que tenía pensado.
Vicky coloca sus manos frías y fuertes en las nalgas de Tal y baja la cabeza, su lengua también está fría, pero la sensación que Tal experimenta mientras ella lame delicadamente sus zonas más sensibles es increíble.
Tal: ¡Madre mía! -agarra a Vicky del pelo y hace que vuelva a bajar la cabeza-
Tal gime a medida que sus delicados movimientos se alargan y profundizan, saboreándola, empieza empujar las caderas, primero con cierto ritmo y a continuación, a medida que Vicky continúa, salvaje e incontrolablemente.
Tal: Sí, justo ahí...
Vicky agarra las caderas de Tal con firmeza, sus uñas se clavan en su piel, inmovilizándola, por algún motivo, esto es lo que le hace llegar al clímax.
Tal: ¡Oh! OH -arquea la espalda, sacudiéndose contra ella mientras la agarra firmemente, se corre tanto y tan rápido, que le placer es casi dolor- madre mía, oh, vaya.
Vicky alza el brazo y le pellizca el pezón de Tal, juguetona, Tal todavía está muy sensible y le aparta la mano con un grito.
Vicky: Ja, ja, te tengo.
De repente, Vicky se levanta y cubre su cuerpo desnudo con el de Tal y la besa.
Vicky: Bueno, me toca, ¿sabes las ganas que tenía de f*llar contigo? ¿el tiempo que hace que quería hacer esto? -dirige la mano de Tal a sus braguitas y nota lo mojada que esta-
Cambian de posición en el sofá, ahora Vicky está debajo, Tal empieza a quitarle la camisa, Vicky gime cuando Tal recorre sus pechos con las manos, sus pezones rosados repuntan entre sus dedos.
Tal: (¿Cómo me gustaría que me tocaran a mí? eso es lo que tengo que hacer)
Tal rodea uno de los pezones de Vicky con el dedo, preparándolo, antes de inclinarse y atraparlo con mucho cuidado con sus dientes, recorre la lengua su delicada superficie.
Vicky: Oh...oh, ¡sí! ¡Tal, por favor! Quiero que...necesito que...
Las caderas de Vicky embisten con las de Tal y ella supone qué es lo que necesita, le desabrocha los pantalones y desliza la mano entre sus piernas, presionando la palma contra ella.
Vicky: ¡Oh, sí! ¡sí!
Tal: ¿Quieres que...?
Vicky: ¡Sí! ¡por favor! ¡tócame!
Tal desliza dos dedos dentro de Vicky, penetrándola ligeramente, mientras que con el pulgar hace suaves movimientos circulares en la zona superior.
Vicky: ¡Oh! ¡oh! Sí, sí, necesito...sí, ¡ahí! Voy a...-se agarra a los hombros de Tal y esconde su rostro en su pelo, con el cuerpo tembloroso por la potencia de su clímax, cuando remitan las sacudidas, se libera con un suspiro y se desploma en el sofá- ¿segura que era tu primera vez?
Tal: Ja, ja, me alegro de que te haya gustado.
Vicky: Si no tuviéramos problemas más urgentes, cerraría la puerta con llave y apagaría los teléfonos para hacer esto TODO EL DÍA.
Tal: Sí, pero...
Vicky: Ya, lo sé, hay que volver al trabajo, se acabó el recreo.
Las dos se ponen la ropa, salvo las braguitas de Tal, que Vicky las rompió, cuando las dos vuelven a estar decentes, Vicky le da a Tal su whisky, del que se había olvidado por completo.
Vicky: Toma, aquí tienes tu copa.
Tal: Gracias.
Tal levanta el brazo para aceptar la copa de whisky, aunque ya no lo quiere, Vicky, en cambio, no se lo pasa, se queda mirando el fondo, como si fuera una bola de cristal.
Tal: Eh, ¿Vicky?
Vicky: ¡Evan!
Tal: ¿Qué?
Vicky: ¡Es la clave para resolver esto! ¡Evan! Está en la décima casta... ¡seguro que sabe quién es el hombre de las sombras! E incluso es posible que sepa dónde ha metido Hana a Jake y Carl.
Tal: Vale... ¿pero no está de parte de Hana?
Vicky: Cuando me enteré de que Hana le estaba engañando con un desconocido, llamé a todo el mundo y la delaté, seguro que ya le ha llegado la noticia y conociendo a Evan, es probable que haya seguido a Hana hasta aquí y haya intentado recuperarla...y si no la ha encontrado o ella lo ha ignorado, lo más probable es que esté ahogando sus penas bebiendo... ¡y eso quiere decir que está en Victor's Bar!
Tal: Eh, ¿Por qué ese bar?
Vicky: Fácil, ¡porque es el único en el que sirven sangre en toda la ciudad!
Tal: ¿Que sirve qué?
Vicky: Ya me has oído, ¡vamos!
Tal: Vale, pero creo que estás agarrando un clavo ardiendo...
Para la sorpresa de Tal, Vicly realmente estaba en lo cierto, Evan está en Victor's Bar, está desplomado en un taburete, engullendo vino tinto como si fuera agua.
Vicky: Eh, Evan.
Evan: -La ignora totalmente-
Vicky: Bueno, supongo que sabes lo de Hana.
Evan continúa ignorándola, levanta su copa, ahora vacía y el camarero vuelve para llenárselas, aunque vierte el líquido rojo de una botella de vino, no parece vino...ni huele como tal.
Tal: Eso es lo que llamo "alcohol de primera calidad".
Evan: -Mira a Tal, sorprendemente, esboza una sonrisilla antes de volver a su inexpresividad habitual- todavía estás viva, increíble, ¿Qué vas a beber?
Tal: Tomaré cualquier cosa que NO sea sangre.
Evan: Ja, Ja, ¡camarero!
El camarero reaparece y Evan pide algo que suena bastante lujoso, Tal no tiene ni idea de lo que será en realidad, en vez de preguntar, se sienta en el taburete que hay al lado de Evan, Vicky también se sienta a su lado, el camarero vuelve y le sirve a Tal una copa diminuta de algo de color ámbar.
Evan: Salud.
Tal: Salud.
Bridan y beben, la bebida de Tal sabe bien, más suave que cualquier cosa que haya probado antes, Vicky, que no ha pedido nada, observa en silencio.
Tal: Bueno, eh, siento lo de tu novia...
Evan: ¿Por qué debería sentirlo?
Tal: No lo sé, es obvio que ella te importaba, es una m**rda que te haya traicionado.
Evan: -Deja la copa y observa su contenido carmesí- no es culpa suya.
Tal: ¿Perdona?
Evan: Es ese tío con el que esta, ya sabes, es que quiere matarte, ¿te acuerdas?
Tal: Eh...sí, ¡tengo bastante claro quién es el tío del que me hablas!
Evan: Él ha sido quien la ha metido en esto y la ha confundido, está bien, cuando ya no la necesite, volverá a mí, ya se dará cuenta, tiene que hacerlo.
Tal: Eh...mira, no te ofendas, pero...parece como si intentaras convencerte a ti mismo de eso.
Evan: Oh, ¿tú crees?
Tal: Sí, debo decir que no creo que haya garantías de que Hana vuelva contigo y además...sabes que te está engañando, caray, ¡si te utilizó para cumplir la voluntad de su novio secreto! ¿SEGURO que quieres que vuelva?
Evan: ¡NO!
La delicada copa de vino se hace añicos en las manos de Evan, que saltan por los aires, afortunadamente, ninguno le alcanza a Tal.
Tal: (¿Cómo es que no lo vi venir?)
Evan: No, no es eso, Hana es joven y está confusa, esta...esta persona la está manipulado.
El camarero se acerca a limpiar el desastre, Evan se queda mirando la copa de vino rota que tiene en las manos, como si no tuviera nada que ver con él.
Tal: ¿Sabes quién es? ¿el tío que...la está manipulando?
Evan: Claro que no, si lo supiera, ya estaría muerto.
Vicky por fin habla.
Vicky: Creemos que pueda ser de la décima casta.
Evan: -Se encoge de hombros- yo también lo soy y eso no va a evitar que le arranque la cabeza o viceversa, claro.
Tal: Si quieres encontrarlo, igual podrías ayudarnos, tiene a mi...amigo Jake y puede que también tenga a Carl, si podemos encontrarles, podemos encontrar a este tío y entonces...
La voz de Tal se va apagando, puesto que es evidente que Evan ni siguiera la escucha, está demasiado ocupado sacando un fajo de billetes del bolsillo para pagar la cuenta.
Vicky: Eh, ¿estás escuchando? Mira, ¡si nos aliamos y buscamos a Carl y Jacob, podremos encontrar al amante secreto de tu novia y entonces podrás hacer lo que quieras! ¡así que ayúdanos!
Evan: -Mira inexpresivo a Vicky y niega con la cabeza- no, no me fio de vosotras, le haréis daño a Hana si tenéis la oportunidad, no puedo dejar que me ayudéis a buscarlo -mira a Tal- buena suerte -se dirige hacia la salida, se detiene y mira por encima del hombro- nos vemos en Karnstein -sale por la puerta-
Vicky: Según mi experiencia de más de un siglo...cuando este tipo estalle, va a ser LA LECHE, ¿se ha subido en el coche y se ha ido?
Tal: Eh...sí, ¿Por qué?
Vicky: Entonces estamos perdiendo el tiempo aquí, el hombre de las sombras ya no está aquí o Evan se habría quedado, nosotras también deberíamos irnos a casa y esperar...
Las chicas hacen las maletas con sus pocas pertenencias y vuelven a la ciudad, al palacio del lago, es extraño atravesar esas calles tan familiares, no han cambiado nada...pero Tal sí, ayuda a Vicky a meter sus maletas en la casa.
Vicky: Eh, puedes quedarte si quieres, por supuesto y probablemente sea lo más seguro, porque este sitio está lleno de hechizos, ya me he encargado de eso, ¿pero quieres irte a casa y ver a tu padre?
Tal: No...no puedo, ahora mismo, no, sé que probablemente esté preocupado por mí, pero es que...
Vicky: Lo entiendo perfectamente -le da un abrazo muy fuerte, Tal se relaja en sus brazos- bueno, por desgracia, tengo malas noticias.
Tal: -Se separa de ella- vaya, ¿el qué? Deja que lo adivine, ha pasado algo terrible y tenemos que hacer algo al respecto.
Vicky: ¡Te acercas bastante! Pero la mala noticia es que hay una fiesta...
Tal: Las fiestas nunca volverán a ser lo mismo para mí.
Vicky: Y voy a ir sola.
Tal: ¡Oh! Espera, ¿vas a una fiesta? ¿con Carl desparecido?
Vicky: Tengo que hacerlo.
Tal: ¡Venga ya! ¡no me voy a tragar esa patraña de lata casta sobre guardar las apariencias! ¡seguro que invertiremos mejor el tiempo buscándolos!
Vicky: ¡No es eso! Es que la fiesta la organiza la madre de Hana.
Tal: Aaaaaaah...es una mujer espeluznante, ¿verdad?
Vicky: Aterradora y puede que sea nuestro último recurso para mantener a Hana a raya y resolver este lío, sin derramar una gota de sangre.
Tal: ¡Es una gran idea!
Vicky: J*der, pues claro, a menos que decida que yo tengo la culpa de, ya sabes, atacar a su hija repetidamente y secuestrar a su sobrino y todo eso.
Tal: Ah, ya veo, eso no estaría bien.
Vicky: No, eso sería TERRIBLE.
Tal: Yo también debería ir, ¡puedo ayudarte a explicar nuestra situación!
Vicky: Ni de c*ña, sólo hay una muy pequeña posibilidad de que esto funcione y no voy a ponerte en peligro -se acerca y le da un beso en la frente a Tal- deberías saber que he hecho...planes, para ti, en caso de que no vuelva -le entrega una sofisticada tarjeta blanca con un número de teléfono, no hay ningún nombre- si la cosa se pone realmente se pone fea...y no vuelvo...llama a este número, te ayudarán a salir del país o a hacer cualquier cosa que decidas hacer.
Tal: ¿Qué? ¿esta gente me ayudará y ya?
Vicky: Sí, harán todo lo que quieras, ya he pagado la cuota inicial y he dejado algo para ellos en mi herencia, por si acaso...
Tal: Vicky, no lo hagas, por favor, ¡no me dejes aquí!
De nuevo, Vicky le da un fuerte abrazo.
Vicky: Lo siento, cariño...pero me tengo que ir ya.
Sin más, Vicky pasa por el lado de Tal y sale por la puerta, Tal se queda ahí, paralizada, hasta que oye arrancar el motor.
Tal: (¡Qué! ¿Qué se va DE VERDAD? ¿¡ahora mismo?!)
Corre hacia la ventana más cercana, como imaginaba, se trata de su coche alejándose.
Tal: (¡No sé qué es lo que más rabia me da! ¡no soy una niña! Vicky no tiene derecho a excluirme, ¡no cuando se trata de MI futuro y MIS seres queridos! ¡a la m**rda! ¡no me voy a quedar aquí sentada, esperando a que alguien me llame para decirme que Vicky, Carl y Jake están muertos!) -se deja caer en un sillón cercano y reflexiona sobre sus opiniones- (no tengo coche, ni ropa adecuada), ni tengo ni idea de dónde se celebra la fiesta, cuándo empieza o cómo llegar y aunque supiera todas esas cosas, no me han invitado)
Se da cuenta de que todavía tiene en sus manos la tarjeta que le dio Vicky, mira el número de teléfono que aparece allí.
Tal: (¡Espera! ¡tengo una idea!)
A continuación, tiene lugar la conversación más surrealista de su vida, no creen que esta loca, saben exactamente quién es, saben exactamente de qué fiesta está hablando.
Tal: (¡Es increíble que no pensara en esto antes! Me queda FANTASTICO)
Una vez vestida, Tal marca el número con los dedos temblorosos, llego un coche a la hora acordada, además, la enviaran por fax una invitación para no experimente ninguna situación incómoda en la entrada.
Tres horas después, Tal esta en la sala de estar en la casa de Hana, observando el punto exacto en el que estaba el hombre enmascarado cuando invocó a todos los vampiros de la fiesta para que la devorarán.
Tal: (Vale, si hubiera sabido que la madre de Hana iba a celebrar la fiesta en la casa de HANA...es posible que no hubiera venido, demasiado trauma, necesita copa, necesito una copa, ya)
Va derechita al camarero que lleva una bandeja con copas, un hombre que le resulta vagamente familiar también está agarrando una copa de champán de la bandeja.
Henry Miller: ¡Oh! ¡Tal! ¡me alegro de verla! Tengo que decir que tiene un aspecto absolutamente maravilloso, la verdadera reina del baile.
Tal: ¡Gracias!
Henry Miller: ¡Bueno! ¿Qué tal todo?
Tal: -Pestañea- bueno...eh, bueno...no demasiado bien...
Para la vergüenza de Tal, le empiezan a caer lagrimas por las mejillas.
Tal: (Oh, venga ya... ¿ahora? ¿me abruma tanto ver una cara conocida?)
Henry Miller: Eh, eh, no pasa nada, venga y siéntese conmigo, respire.
Los dos se van a sentar en un banco acojinado en una esquina tranquila, durante un rato, sólo dan sorbos a sus copas.
Tal: (Caramba, no tengo ni idea de qué decir, socializar con los profesores siempre es muy raro)
Henry Miller: Bueno, eh, Tal, ¿ha decidido ya qué plan de estudios...? ¡oh!
Aparece un camarero con otra bandeja.
Henry Miller: ¡Caracoles! Mis favoritos, ¿quiere?
Tal se queda mirando los caracoles de la bandeja del camarero, todos vienen con una servilleta y u palillo, no le quita ojo al profesor Miller, sujeta el caracol con la servilleta y un palillo con la otra mano, ella hace lo mismo, el profesor inserta el palillo en la parte carnosa del caracol y la saca de la concha, Tal hace lo mismo, ellos se comen la parte carnosa.
Henry Miller: ¡Mmmmm!
Tal: ¡Mmmm!
Henry Miller: ¡Parece que también le gustan los caracoles!
Tal: ¡Por supuesto! (por supuesto que no, ¡después de esta actuación, más vale que me ponga un sobresaliente, profesor Miller!)
Henry Miller: Tal, un pajarito me ha contado que aún no ha aceptado la invitación, ya sabes que se acerca la fecha límite, ¿verdad?
Tal: Lo haré, ¡estoy en ello! Ha habido algunas...complicaciones.
Henry Miller: Ya veo, confié en mí, entiendo las...eh...dificultades que puede estar afrontando -le pone la mano en el hombro de Tal-
Tal: (Bueno, ¡está claro que al menos no es un vampiro!)
Henry Miller: Avíseme si hay algo que pueda hacer para ayudarla, ¿de acuerdo? Prométeme que acudirá a mí si necesita algo.
Tal acaba de ver a alguien entre la multitud y en realidad ya no le está prestando atención.
Tal: Gracias, no sabe lo que significa para mí que alguien esté de mi parte en todo esto.
Henry Miller: Un placer.
Tal: Tengo que irme, pero seguiremos en contacto.
Henry Miller: ¡Por supuesto! ¡nos vemos en la orientación!
La persona a la que ha visto Tal es Hana, está charlando y riéndose con un grupo de amigas de edad similar.
Tal: (Mírala, rodeada de su corte en la fiesta de su madre, de punta en blanco y pasándolo estupendamente como si no fuera una Z*RRA RETORCIDA Y SÁDICA.)
Se dirige al grupo de las chicas, dejan de hablar y la miran.
Tal: ¡Hola! Soy Tal, ¡soy de la quinta casta y transmito la plaga de la gente pobre! -dice con una sonrisa antes de poner una cara de enojo- igual os apetece salir corriendo mientras tengo una conversación aquí con vuestra "amiguita".
Las chicas la miran sorprendidas, Hana mira a Tal con el ceño fruncido, la agarra del brazo y la arrastra hasta una esquina.
Hana: ¿Cómo has conseguido entrar aquí?
Tal: Magia, z*rra, ¿vamos a perder tiempo de parloteo o quieres que rechace la invitación aquí y ahora?
CONTINUARA...
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