VENTUNO

¡Oh, I hate this man!,
¡I hate this man!,
But, oh...Ferran
How I love him

Todo el estadio estaba en silencio, en el minuto trece tanto aficionados como jugadores hicimos un minuto de silencio. Un día como hoy hace trece año nació una niña llamada Xana Martínez con tan solo nueve años nos dejó por culpa de una enfermedad llamada osteosarcoma, un cáncer de huesos.

Y en cierto modo entiendo su dolor, si yo perdiese a Sergio no volvería a ser la misma persona jamás, el sentimiento de perder una parte de ti es lo que caracteriza el que alguien este roto por dentro. Abrazo a Sira como si el mundo se fuese a acabar esta misma noche, se lo mucho que necesita a alguien con ella en este momento, ella me acaricia el brazo como agradecimiento, tras el fin de este homenaje el partido retoma su curso normal.

Pedri es sustituido por unas molestias en el minuto treinta, me acerco e intento hablar con el, pero parece que ni siquiera se molesta en buscarme con la mirada, supongo que por las circunstancias no habrá querido hacerlo.

Los minutos pasan como las gotas de una tormenta, rápido, el primer gol a manos de Álvaro Morata en el minuto sesenta y tres, todos estallamos en alegría por ello, las bufandas y banderas se mueven velozmente mientras una canción suena.

Aunque la alegría no dura mucho hasta que Alemania encaja el gol del empate, ese gol se siente como un balde de agua fría, pero soy optimista, España conseguirá pasar de la fase de grupos y quizás llegue hasta mas allá de octavos. El partido finaliza y Sira me dice que Ferran le ha comentado que en nada comienza la fiesta y que ellos se van a cambiar. Asiento y pido un taxi para que nos lleve hasta el hotel, Ferran nos vendrá a buscar después.

Por un momento recuerdo el vestido que Pedri me regaló, dudo durante un instante acerca de si ponérmelo o no, no sé si realmente le gustará, parece que está enfadado, pero, el vestido es preciosos así que me lo pongo. La tela es suave y se adapta perfectamente a mi cuerpo, parece como si un sastre lo hubiese bordado. Los tacones combinan de manera complementaria, como si hubiesen sido hechos para ser combinados con este vestido.

Me maquillo un poco, nunca me ha gustado ir muy extravagante, solo en ocasiones especiales como lo son las competiciones. Me acomodo el pelo en un moño semirecogido, me miro al espejo y por primera vez en mucho tiempo me gusta lo que veo. Por último cojo mi bolso y salgo de la habitación.

Sira ya está fuera con Ferran, ella lleva un vestido negro con purpurina y unos zapatos del mismo color, Ferran sin embargo lleva una camisa de color blanco y unos pantalones vaqueros negros.

Ambos me miran con una sonrisa.

— La estrella más bonita hoy eres tú, patitas, estás guapísima.

Le abrazo y salimos del hotel donde nos espera un coche negro. Sira se sienta conmigo en la parte de atrás conmigo y Ferran se sienta al lado el conductor.

— ¿No te incomoda que Ferran sea así conmigo? - susurro para que el recién nombrado no me escuche.

— ¿A mi? El amor que siente Ferran por tino se comparará jamás con el que pueda llegar a sentir por mi en algún futuro, para él eres una de sus cosas favoritas en la vida, pase lo que pase va a estar siempre para ti.

Sonrío y apoyo mi cabeza en su hombro, tras varios minutos estamos en el recinto, la música suena a un volumen prudente y hay miles de personas de gran reputación, en el camino de buscar a Pedri me encuentro con Eric, el cual me dice que hace mucho que no nos vemos y estoy un rato hablando con él.

En el transcurso de la noche me ofrecen varias veces algo de alcohol a lo que yo niego educadamente. Sigo sin encontrar a Pedri, he visto a varios de sus compañeros, Gavi, Balde, Jordi Alba...pero, ningún rastro de Pedri.

Es entonces cuando lo veo, está sonriendo mientras habla animadamente con una chica, se susurran en el oído y se ríen. Sus ojos se conectan con los míos, siento que algo no va bien.

Sobre todo cuando veo que la chica con la que está nos es ni mas ni menos que Gabrielle.

Pedri se acerca a paso lento hacia mi sin dejar de mirarme.

— ¿Enserio? ¿Gabrielle?

— ¿Qué pasa con ella? - responde en un tono burlón.

No hay que estar muy cerca para saber que está borracho, el olor a alcohol inunda mis fosas nasales además de que noto como se tambalea levemente.

— Me parece muy hipócrita que hace meses estabas llorando por como ella te trató y hoy estás riéndote como si fueseis amigos de tod... - Pedri no me deja continuar.

— Ya no te quiero.

— ¿Qué?

— Que ya no te amo, me he cansado, nunca te prometí que  sería para siempre, yo...no estoy listo para seguir con esto.

"I've never hated you like I do right now"

— ¿Y porqué conmigo no, pero con Gabrielle si?

Pedri no dice nada.

— Ella te hizo pedazos, destruyó todo lo que hay en ti, pero tu sabrás lo que haces, no t merces nada de lo que te he dado, de todas las personas que me podían hacer daño la única que creía que jamás lo haría serías tu, y me odio, me odio porque a pesar de esto te sigo amando.

Inevitablemente mis lagrimas najan por mis mejillas, la expresión en su cara no me demuestra nada en absoluto lo que me quiebra aún más. Estoy a punto de marcharme cuando me giro por ultima vez.

— ¿Alguna vez me amaste, Pedro?

— No.

Dicho esto abandono el edificio son mirar atras, las lágrimas bajan descontroladamente por mis mejillas, siento tanta rabia que podría hacer explotar el mundo, pero, lo que más me duele en el mundo es que no puedo odiarlo, porque Pedri me ha enseñado tanto que jamás podré tenerle rencor.

Pedri siempre será esa persona que por mucho que me pise, me rompa el corazón en mil pedazos o me haga cualquier cosa mi corazón seguirá latiendo en la misma frecuencia que el suyo, quizás Pedri es mi Gabrielle en esta historia.

Noto que un brazo me sujeta.

— ¿Irene?

Ferran me mira y entiende lo que ha pasado.

— Mañana mismo te compro un vuelo de vuelta a España ahora nos vamos al hotel, Sira se irá con Eric, espera un momento.

Ferran entra un momento y sale rápidamente con su chaqueta de la mano, llama a un taxi y en menos de media hora estamos de vuelta en el hotel.

Y de pronto siento el frío, dicen que cuando tú alma siente que ha perdido algo importante empieza a hacer frío, y yo siento como si un maldito ventilador me estuviese soplando al lado. Me tumbo en la cama y suspiro. Me giro y Ferran me mira con una mueca triste.

— Descansa, mañana ya me contarás todo.

— ¿Tan difícil es quererme, Ferran? - suelto de golpe.

— ¿Como va a ser difícil quererte? Sea lo que sea que te haya dicho no importa porque quererte es el mayor regalo que me ha podido dar la vida, a mi y a muchos, que nadie te diga jamás que eres difícil de quererte porque es un necio y un tonto.

Ferrans i empecé ha tenido ese algo en los ojos que me hace abrir mi corazón a él, solo a él.

— Me dejó de querer de la noche a la mañana.

Justo tras decir eso rompo en llanto, no me voy a guardar nada, y sobre todo si se trata de Ferran, el me mira y se que verme así le hace daño, puedo verlo en sus ojos y en su lenguaje corporal.

— Si te ha dejado así, Pedri está muerto para mi, ven aquí anda.

Me acerco hacia el y siento como me rodea con sus brazos. como si de una nan tranquilizante se tratase siento como mi cuerpo se relaja poco a poco, aunque la tristeza sigue aquí me siento un poco más calmada.

Esa noche duermo abrazada a Ferran como si el me protegiese de todos los demonios (míos incluidos). Y en cierto modo lo hace.
























Como lectora tenéis el derecho de odiar a Pedri, pero, como autora no puedo hacerlo y nunca lo haré.

Al igual que con la otra, llega el tramo final de este viaje, como siempre os digo cuidaros muchísimo, nos olemos como siempre en el próximo capítulo. 💖

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top