DICIOTTO

No fui consciente de que iba a acudir a un mundial hasta el momento en el que estaba sentada al lado de Sira mirando por la ventana del avión.

He viajado poco al extranjero, la única vez fue que en una ocasión viajé hasta Manchester para sorprender a Ferran por su cumpleaños, pero, nada más.

Sira me acaricia el brazo y me dice que me tranquilice, estoy nerviosa, esto de ser un "personaje público" es algo que cuesta acostumbrarse, tengo mi fama si, pero en el mundo del baile donde solo los que saben verdaderamente de este tema me conocen.

Pero, desde que se me ha visto con Pedri mis redes sociales y mi entorno ha crecido notoriamente, de vez en cuando me siguen periodistas o algunos fans me paran por la calle, dentro deloque cabe estoy contenta por ello, gracias a esto he ganado un dinero extra que he podido usar para mi academia.

Aunque obviamente no todo es color de rosas y la cantidad de insultos que recibo diariamente es incalculable.

"Cómo no has podido triunfar en el
baile te has buscado alguien que te mantenga. "

"Pedri es mío."

"Además de fracasada con un hijo,
pobre nuestro Pepi. "

"Ya tuvo que venir está a
quitarnos a nuestro canario

Y así, miles de comentarios.

Pedri no sabe nada de esto y tampoco estoy por decírselo, al fin y al cabo nada de esto cambiará algo entre nosotros. Apoyo mi cabeza en la pared del avión y cierro los ojos a la vez que escucho un poco de música.

"Dating boys with exes
No, I wouldn't recommend it
I'm a homewrecker, I'm a slut
I got death threats filling up semi trucks
Tell me who I am, guess
I don't have a choice
All because I liked a boy"

...

Sira me mueve el brazo para avisarme de que ya hemos llegado, me remuevo en mi sitio y me obligo a levantarme del asiento y recoger mi qui paje de mano, al fin y al cabo solo voy a estar unos días.

— ¿Nerviosa? Es tu primer mundial.

— El tuyo también ¿no?

— Pero, yo llevo toda la vida viendo futbol, tu hace mucho que no te metes en un estadio. - Sira ríe mientras coge su maleta.

— La ultima vez fue cuando Ferran debutó con unos...¿dieciséis años?, y bueno, el otro día en el Camp Nou.

— Tienes 21, Irene, casi se te ha olvidado que el césped es verde.

Rio y la empujo levemente, ambas caminamos hasta nuestro taxi para que nos lleve hasta el hotel donde residiremos durante estos días. Qatar es...diferente, pero lo diferente no quita que no sea precioso.

Los edificios altos, las calles anchas y las calles abarrotadas de personas seguramente debido al mundial, pero lo que más me choca es la familiaridad que transmiten estas calles, los puestos locales y el trato entre personas me hace sentir calidez en mi pecho.

Sira me comenta que ha habido un cambio de planes, el tiempo de visita a los jugadores se ha adelantado y tenemos que ir directamente a la concentración mientras que el chofer lleva nuestro equipaje al hotel.

Asiento y siento como ese nerviosismo tan característico que hace que se me erice la piel se apodera de mi, desde que conozco a Pedri pasa muy a menudo, hace que me sienta como una niña estúpida que puede decir cualquier chorrada que le haga reír y me avergüence, aunque todos sabemos que Pedri jamás haría eso. La concentración esta cerca del aeropuerto por lo que el trayecto se hace corto.

— Ferran me ha dicho que la concentración de Francia está justo al lado, ya sabes, Tchouamení, Mbappe...

Al decir eso mi mente no puede evitar pensar que algo malo va a pasar en relación con el ultimo mencionado.

Sacudo mi cabeza y me centro en lo que tengo delante de mis ojos, el edificio con la bandera de España, al entrar hay una pequeña recepción y unos sillones, según Sira es parecida a la de Las Rozas.

Ferran aparece por la puerta y al verme corre a abrazarme.

— Esto de dejarte de ver me cuesta más que antes.

— Ya se que no puedes vivir sin mi, pesadilla.

Ferran se ríe y me empieza a hacer cosquillas hasta tal punto de dejarme en el suelo, me ayuda a levantarme y se acerca a Sira.

— Que corra el aire chaval, que estoy yo antes.

Ferran se aparta y parece que se sonroja levemente a lo que Luis Enrique sonríe y le da un abrazo familiar.

— Supongo que esta muchacha tan guapa de aquí es Irene ¿no?, soy Luis Enrique, seleccionador y padre a tiempo completo.

— Encantada, yo soy Irene como a dicho antes y cuido de ese torbellino que ve aquí.

El seleccionador ríe y se lleva a su hija y su nuero a otra parte dejándome completamente sola.

— Pedri estará por aquí cerca - Ferran me avisa antes de irse.

Y como si eso hubiese sido una especie de invocación, Pedri aparece por la puerta mientras habla con la que supongo que es su madre acompañada de su hermano y su padre.

Nuestras miradas se cruzan y yo no se reaccionar, no mientras su familia está ahí, parece que no me reconoce al principio, pero cuando lo hace sus ojos se abren y una sonrisa se hace presente en su boca, se acerca hasta mi casi corriendo y me levanta por los aires.

Le miro a los ojos por primera vez en mucho tiempo, esos ojos marrones que te hacen perderte en ellos, si tuviese que definirlos de alguna manera sería con la definición de ese tipo de droga que hace que te olvides de todo, pero que a la vez puede ser tu perdición, dejándote tan enganchado que no podrías recuperarte jamás.

— No sabes lo mucho que te he echado de menos.

— Solo ha pasado una semana, bobo.

Él me sonríe y niega con la cabeza.

— Como si han pasado dos segundos, te voy a echar de menos siempre.

No me da tiempo ha contestar cuando Fernando, su hermano me toma de los hombros para dirigirme hacia donde están sus padres.

— Ma', papá, esta es Irene.

— Asi que tu eres la chica de la que mi hijo no para de hablar.

— Mi novia ma', mi novia.

— Eres una chica guapísima, estoy segura de que tu madre está contentísima contigo. - la mujer me acaricia la cara y yo siento mi estomago revolverse.

Pedri mira a su madre como si hubiese dicho la peor burrada del mundo y yo le hago un gesto para que le reste importancia.

— Bueno somos Fernando y Rosa, estamos muy contentos de poder conocerte al fin. - Fernando me abraza y la madre de Pedri se suma.

— El placer ha sido mío.

— Bueno, os dejamos parejita, que seguro que tenéis mucho que hacer. - Fer le da una palmadita en la espalda a Pedri y se va con sus padres.

Pedri me toma la mano y empieza a andar rápido hacia no se donde, parece que nuestro destino son las pista de fútbol, las cuales están casi oscuras sino fuera por las velas que forman un corazón en el medio del césped.

— Son velas de plástico, Luis me dejó muy claro que si quemaba el césped me quedaba fuera del mundial. - Pedri se rasca la nuca.

— Da igual, es precioso.

— Estoy cagado de nervios.

— ¿Porqué? Eres la mayor promesa de esta selección y se que eso es llevar una mochila llena de piedras, no es fácil, pero, eres un jugador con talento nato, una joya, además, ¿cuando has sentido tu nervios al entrar a un estadio?

— Si estás tu allí estoy seguro de que voy a dar lo mejor de mí.

—Me acerco hacia él quedando a escasos centímetros el uno del otro, y por primera vez es Pedri quien decide juntar nuestros labios en un beso que refleja la distancia y el paso dl tiempo.

Siento mi cabeza mojada, han puesto los aspersores.

— Nunca suelen poner los aspersores, a menos que lo pidan. - Pedri se quita la chaqueta para que me la ponga.

Ferran.

— Habrá sido el idiota que tengo por mejor amigo.

— Esto es como bailar bajo la lluvia ¿no? - el canario me extiende la mano.

Yo la agarro y dejo que me guie para empezar a bailar, de la manera más torpe e inocente del mundo, asi como es él.

Esa noche nos quedamos hasta las tantas bailando bajo el agua, fingiendo estar en una de estas películas de amor y llenándonos de besos y caricias a la luz se la luna, sintiéndonos más cerca que nunca.

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