El futuro les sonreía prometedor; a dos años de estar casados, Milo y Saga estaban al frente de las empresas Scorpio en Grecia...

Tenían todo lo que podían soñar y por sobre todo, se tenían a ellos mismos; eran una dupla perfecta, amigos, esposos, socios...

Viajaban contínuamente por temas de trabajo, siempre juntos pero por nada del mundo se perdían las presentaciones del show de Kanon y Camus, cada vez que volvían a Grecia...

Ahora tenían agendas ocupadas, no se veían tanto y cuando lo hacían, guardaban risas y grandes recuerdos para atesorar hasta el siguiente encuentro.

Camus, con casi veintiún años ahora, Kanon con veinticuatro habían formado una compañía de teatro, donde ellos mismos formaban a los artistas y bailarines...

Les enseñaban el arte de seducir al público con sus cuerpos danzando al ritmo pedido por el cliente, a trabajar solos y en pareja, a sentirse uno...

...y sus alumnos aprendían... no sólo porque eran buenos maestros, buenas personas, sino porque veían la pasión que ponían en cada clase, el modo en que les mostraban cómo hacerlo y por sobre todo, veían la pasión latente entre ellos, su conexión así bailasen por separado... eran uno solo, dos cuerpos con un solo corazón, una sola alma... eran hermosos y los contagiaban... 

Viajaban a distintos lugares, eran invitados de lujo en fiestas privadas, reconocidos por sus bailes estilizados y el buen gusto de sus coreografías...

Habían hecho toda una empresa de su pasión por las danzas exóticas y podían disfrutar  de hacerlo juntos. 

Sus vidas habían cambiado para bien; Camus había mudado a su padre y Hyoga a una casa más espaciosa donde Dégel daba clases de Derecho, por el sólo hecho de hacer algo, no por necesidad... después de mucho tiempo se había amigado con la idea de volver a pensar en el amor y era totalmente apoyado por sus hijos.

 Tal como Camus le había prometido cuando era pequeño, en sus largas horas de lectura mientras él estaba postrado, Hyoga, su patito, se había convertido en un hermoso Cisne...

Larga cabellera rubia ensortijada, esos ojos celestes que tenían vida propia y que se llenaban de estrellitas cuando se emocionaba al ver a su amado hermano...

Un cuerpo bien esculpido, naturalmente hermoso y un corazón tan grande como él mismo, era el mayor tesoro de Camus.

Con catorce años recién cumplidos, el adolescente estudiaba en una secundaria pública porque no quería perder el contacto con los amigos que había hecho al retornar a una vida normal...

Practicaba varios deportes y le gustaba nadar y bailar... Dita y Mask se habían convertido en sus padrinos y mejores amigos, a pesar de la diferencia de edad...

El adolescente era muy maduro y podían tener interminables charlas mientras se divertían con juegos de mesa o miraban bailar a sus estrellas favoritas... 

Kanon había incentivado a Camus a seguir sus estudios que habían quedado en el olvido desde todo lo acontecido.

El menor se había propuesto estudiar en forma particular y en menos de un año ya tenía el título secundario y había comenzado la Universidad al siguiente año escolar.

Camus era excelente estudiante y ajustaba sus horarios para trabajar y estudiar, logrando todo lo que deseaba...

 Nunca habían vuelto a tocar el tema de Aioria y los Leoni entre los amigos; era aún doloroso para Camus y los gemelos y no querían volver al pasado ahora que el presente les sonreía y tenían mucho futuro por delante...

Sin embargo, un día en que estaban almorzando los gemelos con sus respectivas parejas, fueron testigos silenciosos cuando el noticiero del mediodía rompió el silencio con las últimas noticias diciendo que el imperio de la familia Leoni había caído en desgracia al comprobarse que estaba inmerso en una red de trata de blanca y asesinatos relacionados a la mafia del narcotráfico a nivel internacional...

Las pruebas eran contundentes y nada, ni el poder ni el dinero, les evitaría la cárcel y la pérdida de todas sus posesiones; no se descartaba la pena de muerte...

El informe era muy completo y las fotos de Aioria y su padre aparecían en primera plana. 

Kanon abrazó muy fuerte a Camus y lo sentó en su regazo sin decir palabra; el menor sólo escondió su rostro en su pecho y se quedó allí, en el refugio más seguro del mundo, en los brazos de su amado...

El televisor se apagó y otro par de brazos se unieron al fraternal gesto de cariño y contención, eran Milo y Saga que los abrazaban a ambos al mismo tiempo.

Habían pasado por mucho dolor por culpa de esa gente, pero también habían sobrevivido, se habían hecho fuertes y estaban allí, juntos, los cuatro amigos...

-Todo acabó al fin...

Dijo Milo.

La fiesta de los veintiún años de Camus fue promocionada en las redes sociales y todos enviaban sus saludos y buenos deseos al jovencito...

Eran celebridades ahora, aunque mantenían su vida privada alejada de todos...

Camus estaba en el dormitorio cambiándose mientras Kanon veía televisión, en otro mundo...

El menor lo miraba de reojo, no se le había acercado mucho, no había intentado besarlo, nada... el gemelo estaba raro ese día, como distraído...

-¿Te sientes bien, amor?

Camus se acercó a su amigo y éste se sobresaltó

-S...sí, claro... cuando estés listo, vamos...

Se veía nervioso... o era algo más.

Camus se entristeció de que Kanon no confiara en él para contarle qué le sucedía...

-Vamos entonces... ya estoy listo...

La fiesta era en un lugar apartado, una quinta muy hermosa; todos sus amigos, su familia estaban allí, esperándolo con sonrisas y regalos pero Camus estaba triste... ¿qué le ocultaba Kanon?

Saludaba, sonreía, hacía bromas... pero sus ojos estaban sin brillo.

La fiesta se desarrolló tranquilamente entre risas y chistes de los presentes, mientras disfrutaban de la comida y tragos que se servían...

Los invitados se sentían cómodos y de buen humor, sólo el cumpleañero parecía estar en un universo alternativo donde lo único que pasaba por su cabeza era Kanon y su indiferencia...

¿qué le pasaba? ¿habría hecho algo que no le había gustado?

Suspiró y saludó con una sonrisa fingida a los presentadores de los espectáculos.

Las luces comenzaron a funcionar en juegos y dos figuras emergieron en una especie de escenario, se posicionaron y comenzaron a bailar sensualmente al ritmo de una dulce melodía, que no hizo más que sacar lágrimas a los ojos del cumpleañero...

Era el tema que él había bailado para Kanon en privado el día de su cumpleaños.

Los chicos no mostraron sus rostros detrás de las máscaras hasta el final de la presentación, que fue muy ovacionada.

Se pararon frente al público y se quitaron las máscaras, mostrando las sonrientes caras de Milo y Hyoga y Camus que no lo podía creer; estaba tan feliz y orgulloso de tenerlos allí!

Subió al escenario y se fundió con ellos en un gran abrazo lleno de emoción y alguna que otra lágrima pero también sonrisas de felicidad!

Siguiente acto, se abrió el telón y apareció una escenografía genial de una isla desierta para luego aparecer Dita y Masky en sus respectivos personajes de dama en apuros y el pirata bravío...

Los invitados lloraban de la risa ante las cómicas situaciones que representaban sus locos amigos y Camus que se reía con ganas...

Volteó a ver donde estaba Kanon pero no lo encontró; la tristeza lo volvió a envolver y ya la angustia era insoportable.

Saludó y agradeció a sus amigos por el hermoso show, les hizo gala de presentador y los hizo desfilar para que Dita luciera los aparatosos atuendos que había utilizado en su obra...

Luego volvió a sentarse con un rostro muy sombrío...

Saga era demasiado tímido para hacer algo que lo expusiera mucho pero invitó a bailar al cumpleañero y juntos bailaron lento un buen rato en la pista

-¿Qué te sucede, Cam? no estás disfrutando de tu fiesta...

-No... nada... no pasa nada... 

-Se te nota en cada gesto... No te conozco tan bien como Kanon pero sé que algo no está bien...

-No sé... Kanon está raro conmigo y no me dice nada... me ignora y mira, ni siquiera está en mi fiesta de cumpleaños...

Su voz se quebró, le estaba confesando sus emociones al gemelo de su amado, a su viva imagen...

-Sea lo que sea, ya pasará... seguro tiene una explicación... Kanon te ama con locura, eso lo sé muy bien...

Lo abrazó más fuerte y el menor, sólo suspiró ahogando su angustia... Saga adoraba a su cuñado y trataba de reconfortarlo lo mejor que podía...

Siguieron bailando un rato más, el menor se sentía seguro en esos brazos cálidos pero no eran los de su amado...

-Su atención por favor...

Una voz se escuchó en el recinto y las luces bajaron hasta ser apenas visibles; sólo una sombra se divisaba en el escenario, se movía despacio y cuando menos lo esperaba, Camus fue tomado de la mano y llevado al centro de la escena.

Un chasquido de dedos y las luces que se encendieron para mostrar a Camus sentado en medio del escenario en una silla, mirando a todos lados sin entender nada de lo que pasaba...

Las luces subían y bajaban cambiando a colores cálidos dando una cálida sensación a los invitados.

La melodía de Private dancer comenzó a sonar nuevamente, otra vez el corazón de Camus se estremeció y de pronto, allí estaba, con la sonrisa que lo caracterizaba, con sus hermosos ojos verde esmeralda mirándolo con todo el amor del mundo, sus manos extendidas invitándolo a unírsele...

Kanon vestía un traje blanco con moño azul que resaltaba su cabello suelto cuando se meneaba... era hermoso por dónde Camus lo mirara!

Se le acercó danzando, seduciéndolo y tomándolo por las manos, lo levantó de la silla...

Lo fue acercando muy lentamente a su cuerpo, parecía que sus movimientos eran en cámara lenta, lo tomó por la cintura y le dio el más dulce de los besos...

Lo hizo girar un par de veces, su sonrisa no se disipaba y Camus que se dejaba llevar por el momento. 

Kanon se despegó un poco de su amor y bailó otro poco más solo; se acercó a la mesa donde se encontraba Hyoga y el jovencito subió al escenario con él.

-Hoy llegas a tu mayoría de edad, mi amor, mi vida, mi todo... yo... espero que estés muy atento a lo que voy a decirte porque estoy muy nervioso y no sé si lo podré decir dos veces...

Has escuchado la canción? es NUESTRA CANCIÓN y los chicos la danzaron para ti...

La isla pirata, es el símbolo de todo lo que hemos vivido juntos, cómo hemos sido la víctima y el salvador en su debido momento... todo tiene que ver con nosotros mi vida...

Camus no entendía nada y miraba de Hyoga a Kanon y volvía con su mirada a su hermano, que lo miraba con amor y felicidad.

Kanon se hincó  a sus pies, se apoyó en una de sus rodillas y le tomó las manos... le temblaban, Camus podía sentirlo, estaba muy nervioso pero lo miraba fijo, con todo su amor...

-Camie... aceptas ser mi esposo? te quieres casar conmigo?

Camus sintió que el piso tenía vida propia, se movía debajo suyo y su corazón se le salía por la boca...

Miraba a su amado allí, arrodillado a sus pies, sin pronunciar palabras... sus ojos se llenaron de lágrimas y sólo atinó a arrojarse en sus brazos llorando, riendo, balbuceando cosas inaudibles... 

-Eso sería un SÍ?

Kanon lo abrazaba con todo su amor, la felicidad en todas sus expresiones

-SÍ! claro que sí! acepto casarme contigo Kan! Te amo con todo mi corazón!

Camus se reía y lloraba al mismo tiempo mientras abrazaba a su futuro esposo.

Kanon lo apartó un momento y le hizo una seña a Hyoga; el adolescente sacó de su bolsillo un cofrecito que le entregó al mayor.

Kanon volvió a su posición anterior, quedando de rodillas frente a Camus y le dio un hermoso anillo en símbolo de compromiso.

El diseño era elección del gemelo, dos figuras masculinas enlazadas y envueltas en el símbolo del infinito...

Con delicadeza tomó la mano de Camus y colocó el anillo ante los aplausos de todos los presentes.

Degel se acercó a felicitarlos con lágrimas en los ojos, Hyoga ya se les había tirado encima y los había llenado de besos y bendiciones...

Dita y Masky estaban tan emocionados que casi no podían hablar:

-Se casa mi bebé con el hombre que ha amado por tanto tiempo!

Y abrazaba a Camus con mucha ternura... Masky le dio la mano a Kanon y cuando la fue a tomar lo abrazó muy fuerte y lo levantó por el aire como si nada

-Sólo te pido que lo hagas muy feliz, Kan! los amo chicos...

Y se puso a llorar, haciendo que Dita lo viniera a consolar, sonriendo...

Milo y Saga se acercaron y se fueron abrazando por turnos; los dos menores se reían como chiquillos

-Me caso Milo! me caso con Kan!

Y Milo que no cabía en el cuerpo de la felicidad que sentía por su amigo del alma.

Kanon y Saga estaban en silencio, el abrazo que los unía lo decía todo; al separarse ambos tenían lágrimas en los ojos

-Dios los bendiga hermanito! les deseo una eternidad de amor y felicidad!

El gemelo menor sólo pudo asentir con la cabeza y fundirse nuevamente en los brazos de su ser más querido... 

Al cambiar de parejas, Milo abrazó a Kanon y era cómico verse en los brazos de otra persona y aún así, sentir que una parte de su ser amado residía allí...

-Que sean muy felices, Kan, mucho más de lo que han sido hasta ahora, si es que es posible... gracias por estar en la vida de Cam y hacerlo tan feliz...

Se quebró y el gemelo comprendió lo que sentía Milo por Camus, ese amor de amigo que él sintió también en su momento... 

Saga abrazaba a Camus con todas sus fuerzas

-¿Ya estás más tranquilo, cuñadito?

Le dijo sonriendo

-¿Tú lo sabías?

El tono de reproche cambió en un segundo a una sonrisa increíble

-¿Quién crees que estuvo aguantando todo el día los nervios de Kanon, las constantes llamadas telefónicas... su angustia porque te veía mal pero no quería que sospecharas nada?

Yo fui a elegir el anillo con él... Cam, si hubieses visto su rostro cuando le entregaron el anillo!

Casi lloraba de la emoción que tenía pensando en cómo reaccionarías! traes loco a mi hermanito así que sólo te pido que me lo sigas cuidando como él lo hace contigo... que sean muy felices, Cam!

-Gracias Saga... gracias por devolverlo a mi vida...

-Cam, tú eres su vida así como él es la tuya... me tomó tiempo entenderlo pero estoy muy feliz de haberlo hecho...

Nunca sabrás lo que significa para mi, que hayas traído de vuelta a mi hermanito... te quiero mucho Camie! Puedo llamarte así?

-Llámame como tú quieras, cuñado... te quiero mucho!