Doceavo baile
TaeHyung ahora dormía en la pequeña habitación de HoSeok, habían tenido algunas pequeñas discusiones, sobre todo porque el pelinegro no quería que el mayor estuviera incomodo o tuviera algun dolor en la espalda al no poder dormir bien y en la comodidad de la cama.
HoSeok le aclaró que estaba bien y que no pasaba nada, y en un acuerdo, ambos dormían en la misma habitación, SeokJin habían conseguido un colchón inflable, TaeHyung dijo que él podía dormir allí en vez de HoSeok, ademas de alegar que ya hacían mucho con ayudarle dandole comida, techo y apoyo.
SeokJin solo negó y sacudió sus cabellos, lo había visto como un hermano menor, y se sentía con esa sensación de que debía cuidarlo.
Y vaya que en esas semanas, TaeHyung había hecho muy buena amistad con SeokJin. Platicaban cada momento que tenían oportunidad, y sobre todo, quizas a TaeHyung le gustaba hablar con SeokJin porque siempre le contaba algo nuevo de HoSeok, y quizas un poquito... solo un poquito quería conocer al castaño.
Había desarrollado esa manía de observarlo cuando cocinaba, cuando limpiaba la casa, cuando hacía alguna voltereta... y vaya que se preguntaba muchas veces, cuantas personas habrán visto esa faceta tan alegra de HoSeok, esa sonrisa tan contagiosa.
TaeHyung sabía que no debía desarrollar sentimientos... mas allá de la admiración por el castaño. No debía, TaeHyung sentía que esa seria su debilidad y no podía permitirse ser tan frágil. Cada vez que entregaba amor, salía lastimado...
Y su mayor ejemplo eran sus padres...
La primera vez que TaeHyung se decepcionó, no fue un amigo el que lo traicionó. No, tampoco fue una pareja, ni siquiera sabía que era andar con las hormonas alborotadas. TaeHyung se sentía un total asexual, ni con los chicos ni con las chicas, solo uno logró captar su atención... HoSeok, el bailarín de calle al que observaba sin disimulo alguno...
Pero sus padres... ellos, fueron la causa de que todo su mundo se viniera abajo, siempre habían tenido una relación muy buena, o eso parecía. Pero luego de cumplir los catorce, los problemas comenzaron, y no fueron tan sencillos de manejar.
Sus padres dejaban de estar en casa por pasar todo el día trabajando, pocas veces tenían una reunión para hablar, no volvieron a reír y la mayor parte los adultos siempre estaban con un rostro que denotaba molestia e irritación.
Dos años mas tarde, cuando TaeHyung dijo que quería estudiar fotografía lo reducieron como si fuera nada. Insultos sobre que esa carrera no le dejaría nada, medicina o administración eran las mas convenientes. Pero TaeHyung no estaba interesado en ninguna de esas carreras.. y fue la primera vez que se rebeló... que dijo su opinión.
De sobra esta decir, que nada acabó bien esa noche... su madre lo abofeteó y su padre lo ignoró...
Desde entonces ellos no volvieron a dirigirse la palabra. Su hermano mayor ni siquiera se metía y sus hermanos menores eran solo niños, pero ni siquiera con ellos podía tener una relación decente. Se la pasaban encerrados la mayor parte del tiempo, con sus juegos de vídeo o planeando alguna travesura que después, él limpiaría y corregiría...
Pero las cosas no cambiaron... o quizás TaeHyung no lo quiso ver.
Esa tarde regresaba a su casa como de costumbre, pero no supo que en esa semana él sería la víctima de las travesuras de sus hermanos.
Casi nadie nunca entraba nadie a su habitación, pero justo después de que él haya colocado la foto de HoSeok en la pared, sus hermanos la habían tomado y corrido con ella por toda la casa. Los gritos e insultos fueron los que lo recibieron, sus padres estaban enojados, iracundos, su padre tenía la foto en manos, y preguntando quien era ese chico. No podía ser ningun famoso porque él era TaeHyung, un chico sin vida social y sin amigos.
Quería a sus hermanos, pero esa vez las cosas no salieron nada bien. Su madre le gritó diciendo que no sería la vergüenza del lugar, que prefería no tenerlo como hijo a la deshonra de que saliera con otro hombre. Su padre le indicó, mejor dicho, abrió la puerta y su hermano mayor sacó dos bolsos que supuso tenían sus ropas... pero su cámara estaba en manos de su padre, un martillo destruyendo su preciado objeto. La cosa que mas había amado en su vida...
Prefería no recordarlo...
- TaeHyung...- la voz de HoSeok apareció. El mayor tenía su uniforme del minisúper puesto.
- Oh... HoSeok...- le dijo con una sonrisa minima- ¿Cansado?- preguntó mirando al mayor quien dejaba su bolso en el piso cubierto por la alfombra.
- Un poco... hoy tuvimos que acomodar muchos productos... lo hice en tiempo record- mencionó con una sonrisa quitando su camisa, dejando solo una delgada camiseta a la vista.
TaeHyung no perdía detalle de cada movimiento de HoSeok, era su fascinación observarlo.
- ¿No irás a la plaza hoy?- preguntó curioso, quizas podría ir y verlo.
- Hasta los sueños requieren un poco de paciencia, TaeHyung- mencionó HoSeok- Debes tener un respiro para empezar de nuevo, diligencia, determinación, y un pequeño descanso también es bueno... y aprovecho estos días para practicar y tener siempre un movimiento nuevo...
- En estos días no te he visto practicar...- TaeHyung mencionó de forma distraída.
- Lo hago con el grupo de voluntariado- explicó sacando ropa para tomar una ducha. Tomó la toalla de color verde oscuro, y sonrió a TaeHyung.- Vuelvo dentro de unos minitos y seguimos hablando...
El pelinegro asintió y se dejó caer en la cama, en estos momentos es donde se confundía, TaeHyung juraba que nadie podía llegar a gustarle mas allá de desarrollar alguna clase de admiración por alguien, su amor eterno siempre había sido la fotografía... pero HoSeok siempre lo confundía de alguna manera...
Enamorarse... o desarrollar un poco de sentimietos romanticos por alguien, no sabía si eso sería bueno o no...
De lo único que estaba seguro era de que buscar trabajo temporal o de medio tiempo, no era una opción, debía hacerlo...
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