TaeHyung, llevaba dos semanas en su nuevo empleo como empacador en una tienda.
La paga sería poca, pero al menos tendría suficiente para sus cosas personales, para pagar sus mensualidades. Una de sus ventajas era que estudiaba en una institución pública, y no cobraban mucho, o al menos eso era lo que él mismo decía.

SeokJin y él habían aprendido a llevarse bastante bien y aveces cuando el mayor no trabajaba y ambos estaban en el pequeño apartamento, el mayor aprovechaba para enseñarle a cocinar. TaeHyung aprendía lento, y SeokJin tenía la paciencia para enseñarle lo básico.

El lugar contaba con dos habitaciones, que solo tenían espacio para una cama individual, un escritorio solo para una persona, un armario pequeño, solo de una puerta. El baño se encontraba al final del pasillo, la sala y la cocina.
Un lugar pequeño donde vivir, y ellos eran tres tratando de no invadir mucho el espacio ajeno.
HoSeok usaba la sala para bailar y practicar, SeokJin pasaba bastante tiempo en la cocina y su habitación y TaeHyung se ditraía leyendo y viendo a HoSeok bailar.

Admitía, para sí mismo, que le fascinaba ver a HoSeok bailando. Le encantaba mucho la dedicación y el empeño que el castaño ponía para bailar de la forma en la que lo hacía, su determinación era algo que lo tenía encantado.

- Debes agregar la cantidad justa, sí pones más se volvera masa...- SeokJin le dijo al verlo un tanto distraído.

- ¿Puse mucha agua?- preguntó preocupado, no podían darse el lujo de gastar y desperdiciar la comida.

- Casi...- SeokJin le sonríe para calmar su cara de angustia. TaeHyung suspira y deja que el agua herva, con los fideos.- Irás mejorando con la práctica, HoSeok se quemó un par de veces antes de aprender a hacerlo...

- No sabía...- TaeHyung murmuró con un pequeño sonrojo, se imaginó a HoSeok siendo hasta dramatico por haberse quemado. Sonrió sin poder evitarlo...

- ¿Sabes?- SeokJin fingió no notar su sonrojo y seguir hablando como si nada- Dentro de unas semanas es su cumpleaños, tal vez ese día puedas conocer a su hermano menor, no hay nada mas importante para HoSeok que su hermano, además tienen la misma edad...

TaeHyung asintió sin saber que decir realmente ante la nueva información recibida. El cumpleaños de HoSeok era pronto, debía regalarle algo en agradecimiento por todo lo que había hecho por el. Le dabía dado donde vivir, comida y le hacía sentir seguro, era la primera persona en la que confiaba.

- Vendrán algunos amigos de HoSeok y míos, somos casi como familia...- le dijo SeokJin sonrienso mientras hacía la salsa para la pasta de esa noche. Esperaba ver la reacción de TaeHyung, y confirmó sus sospechas al verlo poenerse tímido, sonrojado y tenso. Le daba un poco de gracia ver el cuadro de sus amigos. Porque él ya consideraba a TaeHyung su amigo, el chico era amable y siempre ayudaba, aunque HoSeok le había dicho que el dinero que ganara lo ocupara en sus cosas, sin embargo con su primer pago había llevado algunas cosas que necesitaban para el baño, jabón, shampoo, y algunos desinfectantes... le agradaba la forma de ser TaeHyung, ya que al igual que él deseaba cumplir sus sueños.

- Esta bien...- TaeHyung murmuró. Hacer amigos no era su fuerte. Pero lo intentaría, debía aprender a relacionarse con los demás, lo iba a necesitar incluso en su trabajo.- Es la primera vez que estaré en la celebración de cumpleaños de un amigo...- mencionó con cierta emoción en su voz, la ilusión reflejada en sus ojos, anhelaba mas días como ese... donde no hubieran miradas reprobatorias, tampoco insultos, quizas esperó mucho para salir de ese lugar, porque aunque fue echado, en esos días había aprendido a aceptar que sus sueños eran suyos, nadie mas tenía porque interferir en ellos, lograría ser un fotógrafo, haría todo lo posible por hacer realidad un sueño.

A veces vemos nuestros deseos y sueños tan lejos, que nosotros nos desilusionamos a nosotros mismos primero antes de intentar. Posponemos todo, pensando que quizás vendrá otra oportunidad luego... pero a veces debes buscar las oportunidades, debes luchar por ellas...

TeaHyung lo haría.
Nada lo obligaría a renunciar a su sueño. No importaba que sus padres lo hayan insultado, que lo hayan golpeado, que se hayan burlado de él. Con o sin su apoyo lo lograría.

Porque quizás ahora había encontrado a las personas correctas para empezar a vivir de verdad...

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Capítulo cortito, para que lo disfruten y se preparen para el maratón...

Nos leemos...
Cuidense y gracias por el apoyo a la historia...

Yk...