06: Familia Black.
La única buena parte de mi día fue cuando me monté en la motocicleta de Oliver para dirigirnos hacia su casa, existen muchas razones por las que quiero ir esta tarde a la casa de Oliver. Prácticamente sus hermanas son como mis hermanas, y yo necesito un consejo de una hermana mayor.
Antes me los daba Selena, después Teressa pero ellas se fueron a hacer sus vidas, Oliver en verdad ha sido muy generoso conmigo durante todos estos años. Su familia me ha tratado como a una más de ellos, me han dado cariño y todo lo que podría recibir de una familia. Ellos estuvieron conmigo cuando Héctor murió, fueron un apoyo por un tiempo, pero no me gustaría depender de ellos por mucho tiempo.
Cuando llegamos a su casa me tomó un segundo para observar como siempre, es una casa realmente grande sin irse a lo exagerado. Muy pocas veces he venido en este mes del año, no porque no me gusta compartir con ellos, es solo que son muchas personas. No estoy acostumbrada a estar alrededor de muchas personas aún con los años no me he terminado de acostumbrarme
Al cruzar el umbral de la puerta sonrió con simpatía a los que se encuentran regados por el primer piso, esta familia es como un catálogo. Hay rubios, pelinegros y pelirrojos pero los castaños predominan más, además de que hay muy pocos varones en la familia.
—Bea Viniste, pensamos que nunca vendrías, —dijo Ally, la mama de Oliver levantándose del sofá para darme un cálido abrazo.
—Que alegría me da verla, Allí. —confesé en medio del abrazo.
—Oh, cariño Vayamos a saludar a los demás, —dijo sin darme tiempo de negarme, suspire porque esto iba para rato.
La mayoría de los Black tienen otro apellido por parte paterna pero igual se les aprecia lo mismo, no entiendo cómo es posible que continúen reproduciéndose como conejos, Ally me lleva por toda la casa saludando a todos.
A los primeros que saludó fueron a los abuelos, George y María. Siempre me he llevado bien con ellos, tal vez sea porque compartimos un nombre igual salvo por una h, o tal vez me los gane con mi simpatía aunque no considero que soy muy simpática.
Después a los tíos de Oliver: Fred, Chloe, Martina, Tomy y por último a la tía Giselle. El tío Samuel no se encuentra ya que tiene que viajar con la banda, pero por lo que he oído estará aquí antes de nochebuena. Todos son personas muy agradables, todos menos Martina pero ella siempre ha sido así. Luego de saludarlos, Ally me llevó a saludar a las primas. La mayoría son de mi edad pero no por eso me tienen que agradar como Betty, que por alguna extraña razón nunca me ha terminado por caer bien y luego estan los que me agradan de sobremanera como Adrián.
Hace unos años había tenido un pequeño crush por él pero nunca pasó de eso, además por lo que he oído de él en los últimos años es que esta con una chica llamada Angela.
Después de saludarlo me las arreglé para llegar a la habitación de Laurel, una de las hermanas de Oliver, tenemos la misma edad pero por alguna extraña razón las hermanas de Oliver van a una escuela solo para niñas, ni siquiera me molesté en tocar la puerta una vez que estuve frente a ella.
Laurel estaba acostada en su cama en una posición extraña, au habitación está hecha un desastre con dos camas inflables en el suelo.
—Siento el desastre, pero hay casa llena.—se disculpó bostezando, Laurel era hermosa como todos en su familia. No posee rasgos muy extravagantes, pero seguía siendo realmente hermosa.
—Tranquila, tengo que contarles algo —dije atravesando todo el desastre para llegar a ellas, los ojos de Laurel brillaron al air mis palabras mientras Stella se enderezaba en su lugar
—¿En serio? —preguntó Laurel sorprendida.
—Si, tengo novio —Laurel soltó sin anestesia, ella solo soltó una carcajada y Stella una leve sonrisa.
—Ya lo sabía, Oliver no dejó de hablar sobre eso la semana pasada. —dijo después de algunos segundos donde sentí que iba a morir de la risa.
Era de esperarse.
—Me lo imaginé, pero hay algo más…
—¿Estás embarazada? —preguntó Luisa, la hermana mayor de Oliver que se encontraba parada en la puerta, notablemente alarmada.
—¿Qué? No, por supuesto que no —respondí rápidamente, ella suspiró de alivio
—¡Luisa! Baja, tienes visita —grita Lacey, la otra hermana de Oliver.
—¿Qué pasa, Bea? —preguntó Laurel
—Es que no es real.
—No lo entiendo.
—Estamos fingiendo ser novios. —dije en un susurro casi audible, Laurel soltó un chillido y se llevó las dos manos a la boca de forma dramática.
—¡Dios mío! Eso nunca termina bien.
—Lo sé, pero…
—Pido ser la madrina de su primer hijo.
—No vamos a tener un hijo, no creo que....
—Y se llamará Laurie, en mi honor.
—Laurel, eso nunca va a suceder.
—Nunca digas nunca, ahora cuéntamelo todo —ordenó acostándose en su cama, me acosté a su lado y vimos las estrellas pegadas en su techo mientras comenzaba a contarle todo desde el principio.
—Entonces, ¿qué piensas? —pregunte después relatar todo con lujo de detalles incluyendo el día en que fuimos a la playa, —¿deberia dejar esto ahora o...?
—Eric no parece ser un mal chico, pero, ¿que te puedo decir yo sobre chicos? Lo mejor es que llame a una experta —dijo antes de desaparecer, ni siquiera me dio la oportunidad de oponerme.
Cuando menos lo pensé la mayoría de las chicas Black ya se encontraban amontonadas escuchando todo lo que me había sucedido con Eric, la primera en hablar fue Ivy.
—Van muy rápido para ser un noviazgo falso, — dijo con su típico tono.
— Yo creo que terminaran juntos — anuncio Willow que también es de mi edad, puede que casi siempre están en desacuerdo pero por lo que veo este día parecen estar de acuerdo.
—Yo no estoy de acuerdo en que hagas esto, Bea —opino Betty y todos los ojos se pusieron en ella, incluyéndome, Betty es la primera en decir abiertamente que no está de acuerdo. —Esto no terminará bien, uno de los dos terminará con el corazón en dos. Yo te aconsejo huir mientras aún puedas.
—No la escuches Bea, huir es solo su especialidad. —dijo Lacey
—Saben que tengo razón, este tipo de cosas nunca terminan bien. —soltó Betty poniéndose de pie, para después abandonar la habitación.
—¿Según quién? ¿Tu? ¿O los libros que lees? —preguntó Lacey de forma brusca. —Que tu hayas huido no quiere decir que todos lo tengamos que hacer.
Esto se está poniendo intenso, y creo que todas en la habitación nos podemos dar cuenta Puede que Betty no me agrade mucho, pero en el fondo se que tiene razón. Además, ella es muy sabia, solo tiene dieciocho años y parece ser la más cuerda de la habitación.
—Sabes que tengo razón, Lacey, Y no te atrevas a comparar mi situación con la de Bee, son cosas muy diferentes. —dijo para luego abandonar por completo la habitación.
—Esto ha sido... —dijo Dorothea pero dejó las palabras en el aire.
—Intensa —terminó por decir Ivy.
—Lo siento, Bea, creí que esto podría ayudarte pero creo que solo te ha confundido, —se disculpó Laurel abrazándome por los hombros.
—Desculsa, son cosas que pasan —dije regalándole una sonrisa tranquilizadora
—Bueno, ¿alguien quiere te? —preguntó Elizabeth como la buena chica de Inglaterra que es.
—Con un trozo de tarta, por favor. —respondió Laurel rápidamente, —y para Bea también.
Y así nuevamente empezaron a esparcirse por toda la casa, Laurel no habló hasta que nos quedamos solas como al inicio.
—En serio lamento el momento, espero que podamos resolver tu problema, aunque aún no se ha vuelto un problema, ¿o si?
—¿A qué te refieres? —pregunté sin entender, para mi esto ya era un problema.
—¿Te gusta Eric? —preguntó directamente.
—No lo sé, es realmente lindo pero...
—¿Pero? ¿Dijiste pero? ese chico es literalmente como un príncipe, incluso lleva el nombre de uno.
—Si, pero no creo que lleguemos a algo. El me hablo de una chica, y esta chica es una de mis amigas y luego está su ex novia…
—Detente, estamos hablando de ti, no de esas chicas.
—Tengo miedo Laurel, todas las personas importantes para mi se terminan yendo.
—Si abres tu corazón verás cuán feliz puedes llegar a ser, Bea.
—Lo mantendré en mente.
Tal vez debí hablar esto con Circe o Teressa, porque si, Laurel fue quien me ha hecho dudar más en este día ¿Abrir o no mi corazón?
…….
Estaba por abandonar la residencia Black cuando Eric me invitó al parque, faltaba una hora para las 8:00 por lo que acepté y por lo que Oliver amablemente me acercó a la zona. Así que aquí estoy caminando hacia él dichosa parque, espero que Eric me deje en mi casa
—Hola... —Lo saludo al dar con él, aún vestía la ropa de esta mañana la única diferencia era que traía a su hermanita. —Esta debe de ser Gabrielle, ¿no?
—Si...—respondió, me acerqué para verla un poco mejor.
Era parecida a Eric pero en versión femenina y en bebé, me sonrió cuando la cargué en los brazos,
—Sonrió, al parecer le agradas.
—Eso parece, ¿qué tal la junta estudiantil? —pregunte para hacer tema de conversación.
—Estuvo bien, el director Wilson nos presentó a la nueva profesora de literatura.
—¿Literatura?
—Si, ella va a ser tu nueva orientadora ya que la profesora anterior continúa de vacaciones. —me informo tomando un sorbo de algo que parece ser café. —Es agradable, de hecho por alguna extraña razón me recuerda a ti, incluso físicamente se parecen.
—¿De qué hablas? —pregunte confundida
—Digo que se parece a ti, estoy seguro de que te caerá bien. Es escritora, seguro has oído hablar de ella
—¿Cual es su nombre? —El hecho de tener a una escritora como profesora, me emociona bastante.
—Jazebel Williams.
—Si he oido hablar de ella, tiene un par de libros muy famosos—confesé —Gabrielle se parece a tí.
—Si, me lo dicen a diario. Espero no estar arruinado tu tarde.
—No, está bien, estaba por volver a casa y tu invitación me ha salvado de hacerlo.
—Por lo que veo no te emociona ir a tu casa.
—Ni un poco, se siente demasiado solo ahí. A veces solo deseo dormir y despertar cuando todo haya pasado, cuando viva sola, pero desgraciadamente las cosas no funcionan así.
—¿Qué planeas hacer después de graduarte?
—No mucho, quiero vivir sola en un departamento aunque quizás tenga un ronnie, o algo así.
—Lo tienes todo planeado por lo que veo.
—No todo en realidad.
—¿Quieres caminar? —pregunta después de unos minutos.
—Por supuesto. —respondí poniéndome de pie, deje a Gabrielle en su carreola para que después Eric comenzará a pasearla. —Este lugar es lindo, nunca antes había venido.
—Mis padres solían traerme aquí de niño.
—Mis padres solían leerse de niña, creo que ese es el único recuerdo que tengo de ellos.
—Lamento que hayan muerto.
—No deberías, yo no lo hago, mejor cuéntame cómo fue tu infancia.
Lo último que quiero ahora es hablar de mis padres.
—No hay mucho que decir, he tenido una buena vida.
—Entonces, hablarme de cualquier cosa, de tus papás o de tus amigos, lo que sea.
—Bueno, mis amigos son geniales. Hemos tenido muchos años de amistad aun con nuestros problemas y diferencias.
—Que bueno, me alegra. —dije de forma automática.
—Ellos creen que soy un idiota por salir contigo, no les agradas, evidentemente ellos no saben que no salimos de verdad. —Que pena, obviamente por ellos —Ellos creen que eres una mimada.
—¿Me ves cara de que me interesa lo que un par de extraños piensan de mí? No es como si lo nuestro realmente sea real.
—Como sea, ¿quieres ir por un helado? —pregunto señalando a un señor que se encontraba en una esquina con un carrito
—Si —respondí, él fue por los helados y yo me quedé esperándolo en una banca en compartía de Gabrielle, es una bebé bonita y no fea como acostumbran ser los bebés.
Después de unos minutos Eric regresó con tres helados de chocolate, pasamos un buen rato hasta que llegó mi hora de irme. Abrace a Gabrielle por última vez, deje algunos besos en sus mejillas.
—¿Es posible que tenga celos de mi hermanita que aún no dice ni su primera palabra? — pregunta Eric ofendido, se supone que yo soy tu novio y ni un beso en la mejilla me has dado, siempre soy yo el que te besa.
—¡Ay, Eric! No seas celo, ademas...—no pude terminar de hablar porque me había visto interrumpida por el vómito de Gabrielle, aún estaba usando la brisa negra y el vomito es amarillo y creo que verde, sobresale mucho. —Oh, Dios mio.
—Ay. por Dios! Lo siento mucho, Bae —se disculpó quitándole a Gabrielle de los brazos.
—No es para tanto, estoy segura que quedará como nueva cuando la lavé, ahora, ¿me llevas a mi casa? —pregunté ignorando la mancha y el olor que salía de mi blusa.
—Hules horrible, ¿quieres cambiarte la blusa? Creo que tengo ropa mía en la cajuela.
—Sería muy amable que me prestes algo tuyo, pero, ¿por qué tienes ropa en la cajuela? — pregunté entrecerrando el entrecejo.
—Uno nunca sabe, entra a la parte trasera, te la daré por la ventana. —me dijo abriendo la puerta para mi, entré sin decir nada. No quiero llegar a mi casa oliendo mal, pero tampoco quiero quitarme la blusa. Hace frío y además cambiarme en un vehículo será incómodo, me senté a esperar a Eric en el asiento.
A lado mio estaba la sillita de Gabrielle por lo que no podía moverme más, Eric me pasó una camiseta por la ventana procurando no ver nada, igual todavía no me había quitado la blusa. Las ventanas son polarizadas por lo que me quité la blusa con calma y cuidando no ensuciarme la cara con vómito, la camiseta que me prestó Eric es azul con un estampado de una banda la olí por unos segundos y después suspire, olía a su perfume que aún continuaba impregnado en mis fosas nasales desde aquella vez en que me había abrazada en medio del pasillo.
—No te queda mal —dijo Eric cuando salió del auto, es cierto. No me queda mal, lo malo es que tengo frío. —¿Todavía quieres que te lleve a casa?
—¿Tú me quieres llevar a mi casa? —pregunte, tengo la opción de llamar al chofer y decirle que me perdí. Esta tarde cuando fue por mi a la escuela solo se regresó con mi mochila, y me tomé la molestia de darle el día libre. Si lo llamo estoy segura de que entenderá que me perdí aunque no haya sido así.
—Siempre, ahora sube al auto.
Y eso hice, subí a su auto y él subió a Gabrielle para luego doblar su carreola y meterla en la cajuela. Aproveche para ver la hora, era tarde, solo faltan treinta minutos para las 10:00 pm. Espero llegar y que mi tío se encuentre en su oficina, como siempre.
Eric comenzó a manejar, y como todo estaba en silencio porque Gabrielle al parecer es una bebé muy tranquila, encendí la radio que al instante dio a conocer yellow de coldplay.
—¿Cuál es tu segundo nombré? —pregunte
—Atlas.
—Atlas Sallow, lindo nombre.
Los minutos entre nosotros se pasaron volando, mientras hablábamos de distintos temas de nuestro interés.
Y sin darme cuenta él estacionó el auto afuera de mi casa, se que la reja está abierta porque siempre se cierra a las 11:00 pm, porque nunca sabemos si mi tío Ignacio llegará a dormir o se quedará trabajando en su oficina.
—Nos vemos luego.
—Por supuesto que sí porque te llamaré, seré un verdadero dolor de cabeza,
—Espera, creí que ya lo eras.
—Que graciosa, que tengas un buen fin de semana,
—Igual, y si quieres escapar de tu casa podemos vernos y hacer algo —dije sin pensar las cosas primero —Buenas noches...
—Buenas noches… —se despidió Eric, comencé a caminar hacia la casa. El olor de las flores que se encontraban en las esquinas me inundaban pero no tanto como el perfume de Eric, no se porque pero no pude dejar de sonreír como una estúpida.
Al llegar a la puerta la abrí lentamente y con cuidado de no hacer ruido, prefiero prevenir en caso de que alguien se encuentre en la cocina o en la sala. Estaba por comenzar a subir las escaleras cuando alguien aclara su garganta detrás mío, espero que sea don Felipe
¿Qué tan malo puede ser esto? Gire sobre mis pies para encarar a la persona detrás mío, era mi tío Ignacio acompañado de otro hombre notablemente más joven que el vestido de traje, debe ser alguien de su trabajo.
—Buenas noches, espero no haberlos interrumpido, —dije educadamente.
—¿Qué le pasó a tu blusa? Llevabas una negra esta mañana, ¿y que es ese olor? —pregunto mi tio
—Es vómito de bebé, mi blusa fue vomitada y me han prestado esta —expliqué formando una mueca, —Buenas noches.
Comencé a subir las escaleras nuevamente y esta vez sin interrupciones, lo único que quiero es tomar una ducha y dormir este fin de semana e ignorar sea lo que sea que esté pasando entre Eric y yo.
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