Tiempo de rosquillas

Se que en la serie original nos recalcan que Mao Mao y Badgerclops se conocen hasta adultos. Pero me pareció interesante la idea de que estos dos se hubieran conocido desde pequeños.

05| 12 | 19.

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El día había llegado a su fin; Badgerclops había salido por municiones a un pueblo cercano debido que Mao Mao había descubierto un disgusto hacia la comida dulce que se vendía últimamente en el reino. Probablemente era para molestar a su gran amigo; o para hacer que este saliese por un tiempo ya que nunca salia si no fuese a una misión. Sin embargo no todo termina ahí, al ser el responsable de que este saliese le toco ir por Adorabat a la escuela. 

Era uno de esos días donde los Sweetypies se encontraban comprando o tomando un bocadillo rápido por la tarde. Tan tranquilos que podías respirar la tranquilidad por el aire. Ver las aves pasar o jugar con una pelota en el patio. 

En el caso del felino negro no era similar. Había tenido que hacer casi todos los deberes que correspondían al mayor; como limpiar la casa, intentar arreglar la aerocicleta o el intento de una cena bien hecha.

Sin percatarse o tomar el tiempo este llega a la escuela de la mas pequeña de ellos. Muchos niños salían alegres por la hora de salida; corriendo a distintas direcciones. 

Uno de ellos era Adorabat, sin embargo; esta no se encontraba tan alegre como de costumbre al ver a su felino favorito. Por sus mejillas corrían lagrimas y su sonrisa tan brillante ahora estaba opacada por una cara larga. Mao Mao al ver tal situación se acerco a ella tratando de consolarla.

---Oye pequeña, ¿Ocurrió algo?.- La levanto con ambos brazos mientras limpiaba sus lagrimas. 

---Unos niños rompieron mi dibujo.- Cubrió su rostro que derramaba mas lagrimas.

---¿Por que?.- Camino mientras cargaba su pequeña mochila amarilla y mostraba una cara de tristeza.

---Dijeron que no era muy lindo.- Levanto la mirada enroscando sus pequeñas alas mientras hacia pucheros.

---Oh vamos, de seguro era muy lindo; no les hagas caso.- Acaricio sus orejas despeinando la un poco. 

---Basta Mao Mao me despeinas.- Agito ambas alas tratando de que este le dejara de acariciar.

Se escucho una risa nerviosa por parte del felino.

---Adorabat, que dices si vamos a comer a un viejo lugar; Badgerclops no estará en un tiempo así que, me parece perfecto para que pasemos tiempo y me hables con mas detalle lo sucedido.- La miro esperando su reacción de emoción. 

---¿Enserio Mao Mao?.- Exclamo con emoción mientras le brillaban los ojos nuevamente.

---Si, por que no.- Hizo una leve sonrisa para confirmar que todo estaba en orden.

Caminaron un par de minutos por todo el reino. No pareciese que el lugar a donde se dirigían fuera del Valle;  Mao Mao hablaba con la pequeña tratando de distraerla por la caminata larga. Le contaba lo que había hecho en todo el día; sobre la visita de Badgerclops a otro pueblo y lo que vendían en aquel lugar.

Si, eran famosos por sus deliciosas rosquillas; siempre habían muchos visitantes alrededor de ese lugar. Podías pasar un rato con amigos o simplemente comer un bocadillo. troncos, piedras y algunas hojas eran las que se encontraban en el piso; podías deducir que no era un camino muy habitado o por el cual pasase gente a menudo.

La mas pequeña había empezado a creer que a su amigo le había afectado el estar solo un tiempo o que simplemente buscaba una escusa para no estar sentado en el sofá solo esperando a que el tejón regresara de su viaje. Preguntaba constantemente el como le había ido o cosas relacionadas a esta. 

Habían hecho una gran fila; Mao Mao estaba mas que agotado por todo ese transcurso y los deberes de ese día. solo quería llegar lo mas pronto a su casa. Caminaron hasta llegar a dicho lugar y se sentaron en el sofá a comerse esos bocadillos.

---Mao Mao, ¿Como conoces ese lugar?.- Pregunto dudosa mientras le daba una pequeña mordida a la rosquilla.

---Bueno, solíamos ir Badgerclops y yo a menudo cuando eramos jóvenes.- Imito la misma acción de esta. 

---¿Ya se conocían?.- Trago el bocado alzando la mirada apretando la rosquilla.

---Si, en ese entonces mis hermanas estaban siempre ocupadas con sus entrenamientos que no tenían tiempo para jugar conmigo; solía salir al bosque a jugar por las tardes.


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Un pequeño felino apunto a un roble con su espada amarilla.

---¡Atrás monstruo, Mao Mao el héroe legendaria te acabara!.- Apunto con su espada mientras la agitaba imitando una batalla que había visto en las practicas de su padre.

---¿A que juegas?.- Una voz muy delicada se escucho entre los arbustos asustando al felino negro.

Sostuvo su espada con mucho mas fuerza. Pensaba que si lo intimidaba se iría; sin embargo un pequeño animal salio de entre ellos.

---Oh, siento a verte asustado pequeño; mi nombre es Badgerclops, ¿Cual es el tuyo?.- Era mucho mas grande que el; le daba un poco de miedo. Sonrió tratando de tranquilizarle.

---S-soy, Mao Mao.- Bajo las orejas tratando de ocultar su rostro un poco apenado. Su voz se escuchaba un poco quebradiza. 

---Que divertido nombre.- Dijo sin mas para animarle un poco; se daba cuenta que era un poco introvertido. 

Ambos soltaron una risa nerviosa y se miraron mutuamente. 

---Y ¿Que hacías junto a ese árbol?.- Señalo al roble que se encontraba junto a el.

---¡No es solo un árbol, Es un gigantesco monstruo que debo detener!; es parte de mi entrenamiento para ser un grandioso héroe legendario.- Alzo la voz 

---Lo que digas amigo, ¿Puedo jugar?.- Pregunto mientras se acercaba el menor.

---¡Claro!.- Exclamo con emoción alzando ambas manos.

Alzo sus manos tratando de imitar a un monstruo.

Jugaron unas cuantas horas hasta que anocheció; A Mao Mao le parecía divertido el conocer a alguien mas que su espada Geraldine,  Compartían muchas similitudes. A menudo solían verse en el mismo lugar sin que nadie se enterase.

Aunque, siempre se pregunto de donde provenía este; Si su casa era muy lejana o si sus padres le permitían estar hasta afuera tan tarde. Cuando este le preguntaba con suerte y recibía una respuesta la cual siempre era la misma. 

No te preocupes por eso.

Al felino le molestaba un poco la tanta falta de confianza que este le guardaba; A pesar de que ya llevaban unas cuantas semanas viéndose. Sentía que algo le ocultaba pero evitaba las preguntabas incomodas. Simplemente se tragaba todas sus dudas y se insistía que tenia sus propias razones para hacerlo.

Nunca se molesto que un extraño le empezara a hablar. Al contrario,  siempre llegaba puntual a todas sus tardes de juego. Realmente era inocente; o era su primer amigo que realmente gustaba escucharle. 

Sin embargo, no todo termina ahí; Badgerclops había dejado de asistir a dichas reuniones. Lo hacia a veces con frecuencia, después a diario. Preocupaba un poco al felino de ojos verdosos. Sabia que el le metía en problemas pero, el nunca se dio la tarea de contarle, no sabia mucho de este solo cosas sencillas como sus bocadillos favoritos y las cosas que hacia a diario.

Sus tardes divertidas se habían convertido como al principio. Un simple vació donde apenas y los arboles le hacían compañía. Trataba de tomar todo con calma con la esperanza de que ambos se volverían a encontrar; aunque fuera por unos segundos.

Todo se mantuvo así por ese tiempo. Mao Mao había empezado a practicar mas duro, pero ahora evitaba las salidas frecuentes del templo. Debía concentrarse mejor si quería ser un héroe legendario. Aunque aun se lamentaba el a ver perdido a su único amigo.

Pensaba mas a menudo en el; ya fuera tarde o por la noche no faltaba el pensamiento de este por su cabeza. Se preguntaba cada día el por que este dejo de verle; acaso realmente le había metido en un gran lió.  

¿Por que no puedo dejar de pensar en el?.- Un pequeño golpe se escucho detrás del cuarto. No era nada mas y nada menos que el. Sus pensamientos nublaban sus emociones.- Todo esto es por el estrés, ¿cierto?.

Guardo la espada en su estuche. No quería estar solo, pero tampoco acompañado. Era parte de la adolescencia, ¿No?. Se preguntaba con cada pensamiento, estaba realmente agobiado por todo lo sucedido. Sin pensarlo sale directo hacia la puerta siendo interrumpido por su madre.

---¿A donde crees que vas a estas horas Mao?.- Se agacho en busca de la mirada de su hijo. Sabia que algo andaba mal.

---A caminar; necesito pensar claro.- Se detuvo agachando la cabeza mientras movía ambas orejas.

---Esta bien, pero no regreses tan noche, ¿de acuerdo?.- Se dio media vuelta y regreso a lo que hacia. Podrías decir que se encargaba de sus hermanas mientras su padre estaba fuera.

El pequeño felino guardo silencio y siguió con su camino. 

Un frió viento se sentía alrededor de este. Sabia que debía ir a un lugar; pero a donde. Tantas preguntas le estaban cansando. Sin darse cuenta que adelante de el un gran tronco ya hacia en el piso provocando que este se tropezase y rodase  

Vuelta tras vuelta era la que daba el menor. Realmente había valido la pena haber salido de casa durante la noche; Se sentía cansado, adolorido. No sabia si eran los palos incrustados entre su pelaje o el saber que todo lo que hacia salia mal. Tal como le decía su padre a menudo. 

Entre cerro sus ojos esperando chocar contra el piso frió y quedarse recostado en el todo lo que durase la noche. No esperaba que algo mejorara, sin embargo una voz salio de entre los cálidos sonidos de la noche. 

---¡Mao Mao!.

Podría ser, el; el mismo chico del cual el protagonista no dejaba de pensar, por el cual había pasado cada noche preguntándose si al menos le recordaba. Su corazón se acelero y como si el tiempo se detuviese fue atrapado por el mayor. 

---¿Te encuentras bien?.- Preguntaron esperando una respuesta rápida.

Abrió sus ojos  y le vio, era el mismo; Su aspecto no había cambiado en lo absoluto simplemente era mas grande y portaba un brazo robotico. Muchos recuerdos regresaron a el como si de un reencuentro se tratase. 

---¡Badgerclops!.- Salto y le abrazo esperando que le correspondiera.

---Eh, pequeño mas despacio.- Le correspondió el abrazo mientras soltaba una risa nerviosa.

---¿Donde estuviste todo este tiempo?.- Su expresión cambio; parecía mas preocupado. 

---Sabia que no podría ocultártelo todo el tiempo.- Le bajo sentándose con el en el piso. 

---¿¡De que hablas!?.- Sus ojos se abrieron mas de lo inusual. Sus orejas le levantaron preparadas para escuchar lo que venia. 

---Mi padre, cansado de la vida que teníamos decidió darnos un mejor futuro, sin embargo, cayo enfermo  de la noche a la mañana. Sin alguien que trabajase le despedirían de su antiguo puesto; para ayudarle decidí tomar su lugar  y trabajar como el, no me quedaba mucho tiempo libre entre cuidarle y el trabajo.- Bajo su mirada con una sonrisa.- Tiempo después regrese a ese roble, pero, tu ya no ibas. Realmente quería verte, pero no sabia donde te encontrabas o que hacías.  

Sin dejar que este terminara le abrazo, un abrazo tan largo pero cálido a la vez. Ambos sabían cuanto se habían extrañado pero Mao Mao nunca lo admitiría.  Guardaron silencio y se abrazaron. 

---Amigo, que dices si vamos por unas rosquillas; conozco un lugar muy cerca de aquí.- Dejo de abrazarle y se levanto. 

---Si tu insistes.- Se levanto y se coloco a un costado de este.

La noche paso muy tranquilamente, había sido la única noche donde Mao Mao no dejaba de reír sin el estrés de pensar en su día a día. Ambos; se encontraron sin buscarse.

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---Entonces, ¡así fue como conociste a Badgerclops!.- Agito ambas alas mientras le brillaban los ojos de la emoción. 

Asintió con la cabeza mientras apagaba el televisor con el control remoto.

---¡Fue la historia mas increíble que he escuchado!.- Se tiro en el sofá mientras movía sus alas.

La acaricio intentando hacerla reír.- Bueno pequeña, ya es demasiado tarde y mañana tienes escuela; entonces, debes dormir.- Hizo una seña de que se acercase a sus piernas. 

---Pero, yo no tengo sueño.- Se acomodo entre ellas mientras bostezaba y entre cerraba sus ojos. 

Ambos bostezaron quedándose poco a poco dormidos. 

---Ha sido un día muy largo.- Cerro sus ojos.

No había pasado ni un minuto para que entrase el animal mas grande de ellos.

---¡He llegado chicos!.- Exclamo mientras levantaba las bolsas de comida.- Oh, parece que tuvieron un gran día.

Dejo las bolsas en la mesa de la cocina, se acomodo a un costado del felino mientras le abrazaba y cerro los ojos hasta quedarse dormido. 


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