Esta historia se basa en lo que hubiera pasado si Mao Mao no hubiera recibido alguna llamada de emergencia por parte del reino cuando se enfermo.

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Mao mao recostado en la parte inferior de la litera, acomoda su almohada con delicadeza tratando de no despertar a sus compañeros, mucho menos al animal mas grande de ellos. Sin notarlo, una de las plumas que portaba dentro sale balanceada por el viento que entraba por su ventana provocando un ligero pero fuerte estornudo; tal como para despertar hasta el animal con un sueño pesado.

¡Ya estoy despierto!.- Un fuerte grito se escucho desde la parte superior de la litera,  Guardaron silencio el y su pequeña amiga;  tratando de entender que es lo que los había despertado. 

No había pasado un par de minutos para que se escuchara otro estornudo; pero ahora mucho mas fuerte que el anterior. 

Bajaron lentamente un poco asustados sosteniendo un palo que habían traído de la misión anterior; por alguna razón a la pequeña le parecería útil en cualquier momento. Sus vistas se cruzaron con determinación y asintieron con la cabeza decididos a voltear a la parte donde se encontraría el felino negro. No se equivocaban; este se encontraba recostado temblando de frió pero a la vez sudoroso por el calor que emitía.  Ambos gritaron al verlo molestando al felino.

---Oh, es solo Mao mao.- Dijo el mas grande tan rápido vio su capa rojiza envuelta alrededor de su cuerpo mientras este tocia ligeramente.

---¿Te encuentras bien Mao mao?.- La pequeña preocupada pregunto mientras esta se colocaba en el hombro de Badgerclops.

---C-Claro que lo estoy, no lo ves.- Intento fingir una sonrisa forzada de oreja a oreja.

---Amigo deja eso, es claro que estas enfermo.- Se acerco al pequeño felino mientras se sentaba en un costado de la cama.

---¡No estoy enfermo, la enfermedad es debilidad y los héroes no son débiles!.- Se levanto decidió a poner un pie en el piso. Sin darse cuenta que su capa había quedado atrapada en una parte de la cama provocando que este se resbalase y cayera. 

Estaba muy débil.  Apenas y podía hablar con certeza  hacia sus amigos;  no fue muy difícil deducir que con cada minuto empeoraba mas su resfriado. Se quedo recostado en el piso intentando mover sus brazos mientras insistía que todo estaba en orden. El tejón cansado de verle tirado le levanto llevándolo a su respectiva cama mientras este pataleaba constantemente intentando soltarse del mayor.  

---Oh vamos, ¿no puedes estar quieto un segundo?.- Exclamo con irritación mientras acomodaba su capa y le recostaba.- Necesitas reposo.

---Solo es una alergia, es todo.- Giro su cabeza hacia la pared cruzando ambos brazos tratando de dejar de temblar. 

---¿De cuando acá tienes alergias?.- Acerco su cabeza al menor.

---Siempre he sido alérgico a los cambios de climas.- Se enrosco entre su capa y cubrió su rostro evitando la mirada de su amigo.

---Lo que digas viejo; por ahora debes quedarte en cama un tiempo, o hasta que puedas ponerte de pie por ti mismo.- Se dio media vuelta y se dirigió a la salida en busca de un cuenco para preparar un poco de comida para su amigo ya enfermo.- Adorabat, acompáñame necesito un poco de ayuda. 

---¡Si!.- Se balanceo por el aire tomando el ritmo del mas grande.

La habitación se quedo en total silencio. Solo los bellos sonidos de los pájaros se escuchaban entrar por la ventana junto a un pequeño brillo que irradiaba el sol por la mañana. Por mas calmado que estuviese el día; Mao mao se sentía solo, con la necesidad de hacer algo al respecto, o al menos hacer su prueba de veneno real.

Se sentó tratando de mantener su vista enfocada; o por lo menos hacer que sus dos patas traseras pudiesen mantenerse de pie por mas tiempo para poder llegar a la cocina y ayudar a su amigo. Levanto sus manos mientras miraba sus guantes rojizos y mantenía la mirada en ellos; su cabeza daba vueltas consecutivas, sentía como si fuera a desmayarse en cualquier momento. 

Sin notarlo sus amigos habían entrado en la habitación; parecía que el tiempo había pasado como un segundo.

---Mao, ¿que estas haciendo?.- Pregunto un poco confuso Badgerclops mientras sostenía el cuenco con un poco de sopa recién preparada. 

Pego un pequeño brinco el felino golpeándose con la parte superior de la cama del medio.-  ¡N-Nada!.- Exclamo mientras sobaba sus orejas con su mano izquierda.- ¿Que están haciendo aquí?.

---Amigo, venimos a cuidarte.- Se acerco a el sentándose al costado de este mientras mostraba una sonrisa cálida en su rostro. 

---Chicos, estoy perfectamente bien; puedo cuidarme solo.- Los miro unos segundos antes de desplomarse entre la cama y las armas. Su resfriado había empeorado con esos par de minutos que lo habían dejado solo; Ahora su cuerpo se encontraba mas caliente.

Pasaron unas horas. El animal mas grande y su pequeña amiga habían ido a ver la televisión mientras el felino de ojos verdosos descansaba. Había estado pasando el mismo programa desde hace unas cuantas horas; era cuestión de tiempo para que el tejón se aburriera o fuera por bocadillos a la cocina. 

---Badgerclops, ¿Crees que Mao Mao este bien?.- La mas pequeña de ellos inclino su cabeza mirando hacia el suelo mientras ocultaba sus dos pequeñas alas. 

---¿Eh?, claro que el va a estar bien, es Mao Mao, ha sobrevivido cosas peores que un resfriado; solo es cuestión de esperar.- Sostuvo el control remoto cambiando el canal repetitivas veces. 

---Es solo que, siento que se siente solo.- Subió su mirada tratando de encontrarse con la de su amigo.

---Esta bien, si te hace feliz iré a verlo.- Se levanto soltando el control remoto en el sofá dirigiéndose a la habitación donde se encontraba Mao Mao.  

Era cierto, Mao Mao había pasado el mayor tiempo solo metido en esa cama; podría estar resfriado pero aun podía hablar con certeza. Se acerco a la puerta y se recargo en ella viendo como su amigo felino se despertaba.

---¿Te han dicho que te vez lindo enfermo?.- Entro cautelosa mente mientras le sonreía. 

---Y ¿a ti te han dicho que eres tan irritante?.- Se sentó tratando de acomodar su almohada y su pelaje un poco despeinado.

Soltó una pequeña risa nerviosa y se sentó a un costado de su amigo.- ¿Como te sientes? 

---Mi cabeza da vueltas.-  Entre cerro sus ojos mientras agachaba la cabeza.

---¿Por que no descansas otro poco? solo venia a ver como te encontrabas.- Acaricio las orejas del menor.

---¡Oye basta me estas despeinando!.- Dijo un poco sonrojado mientras movía ambas orejas. 

---Lo que digas viejo, descansa.- Beso una de sus orejas delicadamente para después levantarse y salir de la habitación.

Mao mao viendo como su amigo se alejaba cada vez mas, se pregunto para si mismo:                     

¿Que es esto que siento? 

Suspiro y se recostó de nuevo tratando de encontrar el sueño de nuevo.

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Espero les haya gustado...