Dieciocho.

Me estiré con pereza sobre la cama, escuchando el crujir de los huesos de mi espalda ante el movimiento y rodé sobre el colchón, tratando de ignorar el incesante dolor en mi vejiga. Hace rato quería levantarme para ir al baño, pero el cansancio era tanto que siempre terminaba quedándome dormida otra vez, lanzando al olvido las ganas de orinar.

Con un ojo abierto apenas, estiré el brazo y tomé el teléfono que estaba sobre el desordenado velador junto a mi cama, apretando el botón para mirar la hora. Dios, ¿ya eran las tres y media?

A regañadientes me levanté de la cama y arrastré mis pies descalzos por el frío suelo hasta el baño. Después de hacer lo correspondiente, me cepillé los dientes, me lavé la cara y traté de espantar un poco el cansancio de mi rostro con un poco de crema humectante, masajeándome la piel con ayuda de mis dedos.

Hice mi camino hasta la cocina y me di cuenta que estaba completamente sola en casa. ¿Yoongi habrá salido temprano hoy? El encogí de hombros y decidí colocar un poco de agua a hervir para prepararme fideos instantáneos y coloqué la cafetera también.

Mientras todo se preparaba, fui a buscar los cuadernos que estaban en mi habitación justo cuando el tintineo de un mensaje hizo sonar mi teléfono. Colgué el bolso en mi hombro y fui a buscar el móvil, desbloqueándolo en mi regreso a la cocina.

JJK:

Supiste lo que pasó?

Sonreí. Era increíble el gusto que este chico tenía por los chismes. No sé cómo, pero siempre lograba enterarse de todo.

Yo:

Hola para ti también, Jay

JJK:

Lo siento jaja hola

JJK:

Supiste lo que pasó?

Yo:

No, ¿qué pasó?

Mientras él escribía, me serví un tazón de café y lancé los fideos dentro de la olla. El teléfono sonó otra vez y aún sosteniendo el tazón en mi mano, lo revisé.

JJK:

El viernes en la noche entraron a robar a la casa de Jiyeong.

Yo:

¿qué? ¿estás seguro?

JJK:

Por supuesto que estoy seguro

JJK:

Hobi me contó esta mañana

Yo:

Mierda

Yo:

¿ella está bien?

JJK:

Mira, no sé mucho al respecto

JJK:

Hobi me llamó esta mañana para decirme que estaba en la estación de policía con ella.

JJK:

Estaba constatando lesiones.

JJK:

Creo que el ladrón la golpeó en la cabeza o algo así entendí

Yo:

Mierda, entonces sí fue intenso

Yo:

¿ya saben quién fue? ¿ella pudo verle la cara?

JJK:

Eso es lo más sospechoso, sabes?

JJK:

El ladrón no sacó nada de valor, solo un expediente en la oficina de su padre

Yo:

¿un expediente?

JJK:

JJK:

El padre de Jiyeong es abogado

Yo:

¿y qué hay de seokjin? ¿estaba ahí cuando eso sucedió?

JJK:

No, él no estaba en casa

JJK:

Por lo que entendí las cámaras de seguridad fueron desactivadas porque cuando se contactaron el señor Kim y él volvió a casa, Jiyeong apenas estaba recobrando la conciencia

Yo:

Diablos, Jay

JJK:

Mañana conversamos bien, ok? Iré a casa de Hoseok para que me cuente bien jaja

Sonreí y le respondí con un simple ok. Serví los fideos en un plato, tomé un par de palillos y me senté a comer, revisando el bloc de notas de mi teléfono, mentalizándome para hacer los deberes que debía llevar listos mañana.

Cuando terminé de comer, lavé los trastes que había utilizado y fui al baño para darme una ducha. Al terminar, me vestí con ropa cómoda y estiré mi cama antes de abrir la ventana de mi habitación para que el aire limpio ingresara. Tomé mis cuadernos, un par de libros y los lápices antes de volver a la sala.

Me sumergí en las tareas pendientes, resaltando información en los libros que según yo podría ser útil en algún momento y cada cierto tiempo me tomaba pequeños descansos y revisaba el teléfono en caso de que Jungkook me hubiera enviado un mensaje, pero nada. Llamé a Yoongi un par de veces, sin embargo, al no obtener respuesta alguna dejé de intentarlo.

Mientras me preparaba la cena, recibí una llamada de Namjoon y estuvimos hablando un rato. Cuando me preguntó por el chico que me había besado la noche del viernes, me reí sin poder evitarlo porque, no importaba cuántas veces se lo explicara, él seguiría molestándome con lo mismo.

Cerca de la medianoche, me fui a dormir aburrida de haber estado esperando a Min Yoongi. Quien esa noche, no llegó a casa.

***

—¿Qué fue lo que pasó?

Hoseok, Jungkook y yo nos encontrábamos en el área verde de la universidad aprovechando los minutos extras que nos quedaban de la hora de almuerzo. Habíamos tenido una mañana muy ocupada con las clases y Hoseok no se había hecho presente hasta el inicio de la hora de colación que nos estaba esperando a las afueras del salón. Su rostro estaba lejos de demostrar aquella encantadora sonrisa a la cual yo me había acostumbrado. Ahora, en cambio, nada más que preocupación se plasmaba en su expresión y un tono oscuro bajo sus ojos nos demostraba que no había podido descansar bien.

Soltó un suspiro y apoyó la espalda contra la pared de concreto, luciendo derrotado.

—El viernes en la noche entraron a robar a la casa de Jiyeong y ella estaba ahí —comenzó en voz baja y neutra—. Sus padres habían salido a cenar como todos los viernes y ella no quiso ir porque no se sentía del todo bien. Habíamos estado hablando por teléfono minutos antes de que se diera cuenta que había alguien en la casa.

—¿Pero ella está bien? —pregunté, sintiendo una opresión en el pecho que me incomodaba.

—Sí. El ladrón le golpeó la cabeza contra la pared —Jungkook y yo soltamos un quejido entre dientes ante la imagen mental de su cabeza siendo golpeada contra la pared— y eso hizo que perdiera la consciencia por un par de minutos. Pero ella está bien, sólo necesitó sutura porque se le abrió una pequeña herida en la frente, pero nada de qué preocuparse.

—¿Y Seokjin hyung? —Jungkook intervino— ¿Él no estaba en casa?

—No, él había ido a estudiar a casa de un compañero y no se enteró de lo que pasó hasta el otro día, sus padres no quisieron preocuparlo.

—Demonios, Hobi —exclamó el chico a mi lado—. ¿Qué hay de las cámaras de seguridad? ¿Lograron grabar alguna cosa o algo así? Me sorprende que la alarma no se hubiera activado cuando entraron.

—Ese es el asunto —señaló Hoseok, cruzándose de brazos—, antes de que ingresaran desactivaron las alarmas de seguridad.

—¡Pero los de la empresa tendrían que haber notificado al padre de Jiyeong! —señaló Jay.

—Y lo hicieron, pero normalmente esperan quince minutos para asegurarse que no se trate de un reinicio manual de los propietarios.

—Ella... ¿ella no logró ver quién entró a la casa?

Hoseok me miró y negó suavemente, mordiéndose el interior de la mejilla.

—Dijo que llevaba la capucha puesta y un cubrebocas. No alcanzó a ver nada.

No sabía por qué exactamente, pero un mal presentimiento se instaló en mi garganta. Era una especie de nudo agrio que me impedía hasta tragar saliva, una especie de escalofrío que terminó helando mi columna vertebral. Bloqueé mis pensamientos cuando una pequeña señal de alerta saltó en mi cabeza, sin querer creer lo que mis pensamientos comenzaban a formular.

—¿Entonces ella no vendrá a clases? —preguntó Jay y Hoseok negó con la cabeza— ¿Qué hay de ti?

—Me tomaré el día de hoy para estar con ella. Es lo correcto, ¿verdad? —mi compañero y yo asentimos a la misma vez, casi como si nos hubiéramos puesto de acuerdo.

No alcanzamos a hablar mucho después de eso, ya que, el timbre que daba inicio nuevamente a las clases sonó. Hobi nos acompañó dentro del edificio porque debía pedirle un par de cosas al profesor Jung antes de volver a casa de su novia. Nos despedimos de él antes de que Hoseok ingresara al salón de profesores y cuando quedamos solos Jay y yo, soltamos un suspiro a la par.

—Fue más serio de lo que pensábamos... —murmuré, caminando al lado de mi compañero.

—Sí, pero... —Jungkook me observó y luego de dos segundos, sacudió la cabeza— olvídalo.

—Oh, vamos, ¿de verdad vas a dejarme con la curiosidad de saber qué es lo que ibas a decirme?

—Es que... prométeme que nunca, jamás en tu vida, se lo vas a decir a Hoseok —pidió y yo solté una pequeña risa ante su insistencia—. Promételo, Jun.

—¡Bien, lo prometo! —exclamé, cruzándome en su camino. Me crucé de brazos y lo observé, realmente atenta a lo que iba a decirme.

—Es que... —soltó un suspiro, luciendo un poco confundido— no es que quiera minimizar la situación, pero Jiyeong tiende a exagerar un poco las cosas.

—¿Cómo dices? —lo miré extrañada. Entendía lo que él quería decir, sin embargo, quería que profundizara un poco en el tema— ¿Qué quieres decir exactamente? No se lo diré a nadie, lo prometo.

—Lo sé, es que... —Jay observó a ambos lados, como asegurándose que nadie nos estaba escuchando. Me tomó del brazo y me haló con suavidad a uno de los rincones más alejados del salón donde tendríamos nuestra próxima clase— me he dado cuenta de algunas actitudes que tiene ella y que, al parecer, Hobi no lo nota. O simplemente lo hace y prefiere hacerse el tonto.

—¿Dices que lo manipula?

—No... sí, ¿tal vez? —soltó una risa carente de humor y se sacudió el cabello, parecía frustrado— Mira, no quiero decir que lo que pasó no fue grave, pero no me sorprendería si ella está sobreactuando justo ahora. Le gusta tener toda la atención de Hobi y está realmente feliz cuando él orbita a su alrededor, ¿me entiendes?

Asentí, sintiéndome un poco extraña con lo que él me estaba contando. Yo realmente pensaba que la relación de ellos era casi perfecta porque así lo demostraban, pero si Jungkook me decía eso, significaba que frente a terceras personas fingían ser una pareja estable, aunque estuvieran un poco lejos de serlo.

—¿Se lo has dicho alguna vez? A Hoseok, quiero decir.

Jungkook jugueteó con el piercing en su labio mientras asentía. Cuando el resto de los alumnos comenzaron a ingresar al salón, nosotros nos sentamos en uno de los últimos asientos para poder seguir hablando, por lo menos hasta que el profesor Jung llegara.

—Se lo dije una vez, pero él se molestó mucho. Me dijo que yo no conocía a Jiyeong como él la conocía y me pidió que no lo volviera a hacer. No lo hice otra vez después de eso.

Asentí en silencio, pensando en la posibilidad de que ella estuviera haciendo justo lo que Jungkook decía. ¿Realmente sería capaz de jugar con su novio de esa manera? El pensamiento me hizo fruncir el ceño, un tanto molesta. Se notaba de lejos que Hoseok la adoraba, no era justo para él que Jiyeong jugara de esa manera con él.

—Me siento tan mal ahora que lo dije... —la voz de Jungkook me sacó de mis cavilaciones. Lo observé y esbocé una media sonrisa, encontrándome con su mirada brillante—. Tal vez puedo estar equivocado y esta situación es diferente. Simplemente... siempre tengo esa duda con ella.

—Mhm, tienes razón —susurré, observando al padre de Hoseok ingresando al salón—, pero me parece extraño que él, siendo tan inteligente, no se dé cuenta.

—A veces, el amor nos vuelve ciegos y estúpidos.

--

Aclaración: la chica en la imagen es Aejung jaja nunca se había dado la oportunidad de describirla a ella porque la historia mayormente es narrada desde su punto de vista, pero justo así es como me la imagino. Gracias por leer 🖤


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