sorry
-- Jimin-shi -- exclamó el mayor, sin recibir por quinta vez, respuesta alguna.
A Joon, le molestaba que su mejor amigo, siempre usará el teléfono mientras salían. Es decir, era algo cotidiano pero, Park, no podía separarse del aparato. Simplemente, era una parte más de él.
Y aquella problemática, tenia un autor llamado Jungkook.
Jeon, era alguien protector, de carácter dominante y por supuesto, el Daddy de Jimin.
Claro, Kim lo sabía, pues fue el primero en enterarse y, en ningún momento se opuso pero, ahora, se estaba arrepintiendo.
-- Voy al baño -- musito el peli naranja al levantarse.
Nam en cambio, se limitó a asentir tras ver como su amigo, olvidaba el celular.
Sin siquiera esmerarse, por primera vez el objeto ajeno, se encontraba solo. Por lo que, aprovecharía la oportunidad sin duda.
El de saco celeste, al ver desbloqueado el móvil, fue a la aplicación de mensajes y entró directo, al chat de Jungkook.
Te amo, idiota
Escribió para luego enviar y dejar lo impropio en su lugar, al ver cómo Park, se acercaba.
-- ¿Vamos? -- inquirió Kim, siendo interrumpido por una música.
La canción misma, era el tono de Jimin y quien llamaba, era Jeon.
El joven, estaba nervioso pues, su Daddy le marcaba únicamente, cuando hacía algo malo. De hecho, tanto fue su miedo, que no le alcanzó el tiempo a responder.
Con la intención de procesar todo, sus ojos, abiertos como platos, se fijaron al instante en su amigo, quien, mordía su lengua a más no poder.
Nam sabía que, nada malo pasaría. Es decir, no estaba en una relación así, pero tenía noción de las reglas.
En un intento de calmar al de cabello naranja, una bocina de fondo haciéndose presente, captó por completo la atención de los chicos.
Supieron a los segundos, que se trataba de Jungkook, al este bajar la ventanilla de su lado.
Con rapidez y la sensación de escalofríos recorriendo su espalda, Jimin saludo a Kim con un abrazo y se dirigió entonces, al gran vehículo negro donde, no emitió palabra alguna tras subir.
El debatir era inútil a esa altura, por lo que admiro el paisaje del entorno.
Aquel cielo de tono parecido a su pelo, acompañado del tenue sol amarillo cálido, le transmitieron la paz que necesitaba.
Los castigos de su Daddy, no daban miedo. Al contrario, causaban placer en su cuerpo. El temor que sufría el menor, era hacia Jeon pues, este último, era capaz de cualquier cosa, con tal de disciplinar a su Baby.
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