~18
Minutos después de desayunar Goofy estaba impaciente por irse ya, aún cuando tenían tiempo hasta de sobra para llegar a la boda.
— ¡Muchachos apresúrense! — grito Goofy impaciente desde la sala
— ¡Ya vamos pa! — respondió por quinta vez Max desde su habitación entre risas
Ambos estaban ya prácticamente listos, simplemente bradley estaba agregando los últimos detalles a la vestimenta de su novio. Cómo su obsesión por acomodar el cuello de la camisa blanca por milésima vez.
— Brad es solo un cuello, no tiene que quedar perfecto y lo sabes — dijo max sonriéndole y tomando sus manos para que se detuviera
— Es que yo... — bradley lo miro suplicante
— Bradley, estamos muy bien ambos, te lo aseguro. No hace falta ser tan perfeccionistas — Max acaricio las mejillas de su novio
Juntando sus frentes bradley cerró los ojos sintiendo el tacto de las aguentadas manos de Max. Suspirando termino por rendirse y asentir.
— Está bien —
Cuando Max lo suelta bradley le rosea colonia fina al chico haciendo que comience a toser.
— ¡Ey! — reclamo el chico tosiendo
— Ahora sí ya estás listo — aplicándose un poco de colonia a si mismo se lleva a Max de la mano fuera de la habitación.
— Pudiste avisar y no solo lanzarmelo a la cara — se quejó el pelinegro siguiéndolo
— ¡Finalmente! ¿Ya podemos irnos? — suplicó Goofy con sus ojos más tiernos e impacientes
Max comenzó a reir y asintiendo los tres salieron de la casa camino al auto. Los Dos más jóvenes fueron a los asientos traseros y Goofy encendió el auto para conducir. El problema llegó cuando el motor sonó pero el auto no encendió, Goofy confundido lo volvió a intentar pero no dio resultado alguno.
— Ammm ¿Max? ¿Si llenaste el tanque ayer en la noche antes de llegar a casa como te lo pedí? — pregunto el mayor a su hijo volteando hacia atrás
Max en ese momento se sintió pequeño y temeroso. Había olvidado por completo esa orden y por supuesto el resultado fue un tanque vacío y ningún medio de transporte para llegar a una boda. Lo único que pudo dar como respuesta fue una sonrisa nerviosa.
— ¡Oh vamos! ¡¿Y ahora como llegaré?! — pregunto Goofy preocupado
— Lo siento mucho papá — se disculpo Max estando muy arrepentido poniendo su mano en el hombro de su padre
Bradley se quedó pensativo unos segundos llegando su mano a su mentón hasta que tuvo una idea.
— No se preocupe señor Goofy, usted va a llegar a esa boda — aseguro bradley sonriéndoles a ambos
Tanto Goofy como Max miraron confundidos al castaño sin saber de que estaba hablando.
Mientras tanto, en la iglesia se encontraba una Silvia impaciente ya en el altar. Aunque siempre el novio es el que llega primero a la pelirroja no se le hizo extraño que no fuera así, pues, conoce a Goofy y lo impuntual que puede llegar a ser. Aunque cada minuto que pasaba la hacia dudar cada vez más sobre que si quiera podría llegar.
*Sonidos intangibles de Donald*
— ¿Qué dijo? — pregunto pedro confundido
— Dice que no puede creer que Goofy nos haga esperar tanto — respondió Daysi
— Me temo que si el novio no llega pronto tendremos que cancelar la boda — dijo el padre ya cansado de esperar
— Por favor espere un poco más, yo sé que llegará pronto — suplicó Silvia volteando a ver al padre
— Pedro ¿Dónde está tu hijo? — Pregunto Mickey al gran gato con curiosidad
— No tengo idea, se supone que ya debió de haber llegado... — dijo pedro realmente preocupado
En ese momento todos quedaron asombrados, incluyendo a la novia, cuando vieron una lujosa limosina llegar a la iglesia. De la última puerta salió Goofy muy emocionado.
Silvia al verlo noto al hombre más atractivo y apuesto de todo el mundo iluminado por la luz del sol, un suspiro se escapó de su cuerpo y sus mejillas se sonrojaron considerablemente.
— ¡Silvia! ¡Ya estoy...! —
Por otro lado Goofy, en un intento desesperado de entrar a toda prisa, termino por tropezarse con la alfombra y dio varias vueltas hasta caer a los pies (literalmente) de su esposa.
— aquí... — dijo Goofy algo mareado
— ríe — Oh Goofy, sabía que llegarías — dijo Silvia con alegría ayudando al hombre a pararse
Max y bradley salieron de la limosina y entre ligeras risas caminaron hasta sus respectivos asientos. Justamente a Max le tocó detrás de pedro lo cual el mayor provecho.
— Max — susurro — ¿No sabes dónde está PJ? — pregunto con preocupación
— ¿Cómo? ¿No está aquí? — pregunto preocupado igual
Bradley comenzó a sentir el remordimiento dentro de él. La culpa lo carcomía cada vez más y no sabía que hacer. No estaba en posición para echarse hacia atrás con el plan pero ya no le estaba gustando las consecuencias de este. No es la primera vez que hace cosas como estás pero por primera vez en su vida, sentía que se estaba arrepintiendo.
Max de forma disimulada mando algunos mensajes de textos a su amigo pero no recibió respuesta alguna lo cual comenzó a ponerlo nervioso, ocasionando que su pierna comenzará a temblar sin parar. Bradley al ver esto puso su mano sobre ella, Max volteo a verlo y el castaño brindándole una sonrisa logro tranquilizarlo un poco.
— Tranquilo, de seguro está bien — susurro — quizás se le complicó algo en la escuela — dijo el ojiazul tratando de tranquilizar a Max
— Eso espero... Bueno, tú me dijiste que ayer Bobby llamó borracho ¿No? —
— ¿Eh? S si ¿Por qué? — pregunto nervioso
— Bueno, quizás los Dos se pusieron mal y por eso no llego — concluyó Max mirando hacia la nada preocupado
— suspira — si, puede que sea eso —
Luego de que la boda terminó, todos los invitados y los novios fueron a festejar a "hause of Mause" teniendo una celebración con temática de los 70's justo al gusto de los novios. Mientras todos estaban felices y entretenidos Max estaba arrinconado en lo más alejado de todos llamando una y otra vez a PJ. Estresado decidió llamar a Bobby pero su preocupación aumento cuando el tampoco respondió ni una llamada.
— Vamos chicos... ¿Qué sucede? — se preguntó a si mismo ya asustado llamando por milésima vez.
— ¿A aún n nada? — pregunto bradley fingiendo incredulidad
— No... Ninguno de los dos me contesta. Tal vez debería ir al campus a ver si están bien — responde apunto de ir hacia la salida.
Bradley se apresura a tomarlo de la mano para evitarlo haciendo que lo mire a los ojos.
— Hey... Tranquilo ¿Si? Estoy seguro de que los dos están bien Max, mira si haces eso solo preocuparas a tu papá y podría arruinarse un poco su día especial. Recuerda que el hace todo por ti y si haces eso es capaz de cancelar todo por ayudarte — dijo bradley con una voz suave tomando el mentón del pelinegro con su mano libre
Max suspiro y llevo su cabeza al hombro del castaño.
— Tienes razón... No quiero que se preocupe hoy —
— Mira, mañana estaremos de vuelta y ahí podrás saber que paso con ellos. Estoy seguro de que no es nada ¿Por qué no mejor disfrutas la fiesta? Estamos agusto los dos, te relajas un poco y todo eso... — hablo dulcemente al chico acariciando su espalda para convencerlo
Max sonriente se reincorpora y asiente con la cabeza.
— Ahí está esa sonrisa que me gusta — señaló tocando la nariz de max de forma juguetona haciéndolo reír — Ahora ¿Vamos a comer algo? Tengo hambre — pidió señalando con la cabeza hacia el buffet
— Mmm está bien, trataré de estar más relajado. Seguro mañana todo estará bien. Además, mañana serán las prácticas iniciales y no creo que se lo pierdan — dijo max con más ánimo comenzando a caminar hacia donde se servía la comida
— Si... Eso creo... — titubio Bradley siguiéndole el paso
Después de comer, max le explicó la situación a Pedro para calmarlo y le aseguro que mañana temprano tendría respuestas sobre el estado de su hijo. Pedro más calmado le dió unas palmadas en el hombro al chico y se dedicó a relajarse. Además, ambos estaban de acuerdo en que no querían amargarle la fiesta a Goofy si se dedicaban a buscar a pj.
Llegando la noche Mickey en el escenario dió algunos golpes con una pequeña cuchara a una copa llamando la atención de todos.
— Ok amigos, es hora de los discursos. Para mí mejor amigo Goofy — hablo el ratón en voz alta levantando la copa hacia su amigo más alto
Varios subieron a dar unas palabras que hicieron al hombre lagrimear y sentir a su corazón derretirse. El penúltimo en pasar fue Donald quien tenía unas hojas de papel en las manos y mucha seguridad en si mismo.
— Ajam — aclara la garganta — *sonidos intengibles de Donald* , gracias — camina de nuevo a su lugar
— Gracias Donald, eres mi mejor amigo — dijo Goofy al borde del llanto con sus ojos cristalizados y un nudo en la garganta desde la mesa de los novios que compartía con Silvia, la cual estaba sonriendo al ver a Goofy tan feliz
— ¿Qué dijo? — pregunto bradley confundido a max
Max solo alzó los hombros sin tener idea.
— Ahora para finalizar los discursos dejamos lo mejor para el final. Max ¿Quierés decirle unas palabras a tu papá? — pregunto el ratón al joven Goof
Max con un brillo en sus ojos muy sonriente asintió y se paro de su mesa para caminar al escenario recibiendo aplausos de todos en el lugar.
— ¡Ese es mi hijo! — grito Goofy desde su asiento emocionado
— rie — si... — max respiro profundo y con una sonrisa muy amplia y el corazón en la mano comenzó a hablar — Pa, desde que tengo memoria haz cuidado de mi sin descanso. Me llenaste de amor, tanto que a veces llegaba a ostigarme — nervioso rasca su cuello y algunos se rien ligeramente — lo más importante es... Que aun con lo que pasó con mi mamá, siempre estuviste presente para mí. Me diste tu apoyo en cada decisión que tomaba, siempre veías por mi bienestar y felicidad, aguantaste mis rabietas y mal humor. En cada discusión que teníamos, como aquella en que casi nos ahogamos en un río, me hacía entender que eres el mejor papá que pude haber tenido en la vida. Te quiero papá y ahora nos toca a cada uno seguir nuestro camino, te toca ser tú tu mayor prioridad y dedicarte a ser muy feliz, te lo mereces más que nadie ¡Por Goofy! — dijo max en voz alta levantando su vaso a lo que todos los demás invitados lo invitaron — ¡Ah! Y Silvia...
La peliroja sorprendida miro atentamente al chico.
— Gracias por llegar a la vida de mi papá. Si estábamos bien solo los dos, contigo estamos mucho mejor. Gracias por ser mi mamá — expreso el pelinegro
Silvia al borde de las lágrimas se abrazo a si misma indicándole que le mandaba un fuerte abrazo al chico. Lo cual el entendió perfectamente correspondiendo el gesto. Luego de unos aplausos max bajo del escenario y volvió a su asiento frente a Bradley.
— ¿Viste eso? De verdad me lusi haya arriba ¿No? — pregunto entusiasmando y distraído hasta que vio el asiento del castaño vacío — ¿Bradley? — confundido lo busco con la mirada por todos lados pero no logro encontrarlo.
Max preocupado se levantó de la mesa y camino por todos lados tratando de divisarlo chocando incluso con algunas personas y criaturas al estar tan distraído.
— ¿Buscas a alguien max? — pregunto Dewey al ver tan distraído al pelinegro
— Si, estoy buscando a un chico un poco más alto que yo, castaño, ojos azules, ropa muy elegante... —
— Ah si, creo que ví a alguien así salir afuera, si lo encuentras deberías convencerlo de que entre. Tal parece que está por llover — respondió el pato dándole un sorbo a su bebida
— Claro, gracias Dewey — agradeció a su amigo y casi primo mostrándole los pulgares y salió apresurado
Afuera max se encontró con un molesto olor a humo de cigarrillo como si fuera un golpe directo a la cara.
— carajo... ¿Pero quién...? — se vio interrumpido al encontrar al castaño recargando en la pared regresando a un mal hábito.
Mirando bien max logro notar sus mejillas húmedas y su expresión de gran fuerza de voluntad por no soltar un llanto. Escuchandolo inclusive respirando profundo y entre cortado por el dolor en la garganta. Su mirada reflejaba como trataba de tornar seriedad y hacerse el fuerte pero le parecía cada vez mas imposible. Las lágrimas seguían saliendo una tras otra. Apunto de volver a poner el cigarrillo en su boca con la mano temblando le es detenido por max quien con sus dos manos tomo la suya quitándole esa dañina cosa.
— ¿M max...? Perdón yo... — avergonzado se apresuró a limpiarse la cara con su mano
Max sin decir una sola palabra uso sus pulgares para limpiar las lágrimas en sus mejillas. Ambos se miraron a los ojos y el castaño no sabía que hacer, se sentía paralizado y su cuerpo no se movía. En cambio max supo exactamente que hacer, rodeo el cuerpo del castaño con sus brazos y ambos se unieron en un abrazo tan fuerte que le daba una cálida sensación a Bradley.
— No se que paso contigo, no sé cómo te sientes exactamente. Pero lo que sea que haya pasado, no es tu culpa ¿Ok? No lo es. Convencete de eso — susurro max en su oido dulce y suave
La lluvia poco a poco comenzó a caer en las calles, sobre los chicos y en los ojos azules de bradley. No supo el porque pero simplemente dejo salir todo el llanto que había guardado por 19 años. Las palabras de su padre "un Cremanata campeón no llora" ni siquiera se le pasaron por la cabeza. En ese momento lo único que escuchaba era lo que max le decía. Cuando su llanto aumento también lo hizo la fuerza con la que max abrazaba a su novio teniendo una mano en su espalda y otra en su cabeza.
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— Quisiera saber.... Quisiera saber que se siente ser suficiente para todos max ¿Cómo lo haces? — pregunto con una voz quebrada y apenas entendible — ¿Cómo le agradas a todos sin esforzarte en lo más mínimo? — pregunto sintiéndose vulnerable
— Yo no uso una máscara Bradley, soy solo yo mismo. No es lo mismo ser querido que ser respetado amor. Además, si eres suficiente; lo eres para mí ahora y siempre —
— Me... ¿Me lo repites? — suplico
— Si eres suficiente para mí ahora y siempre — repitió con una voz dulce
Ambos estaban empapados por la lluvia pero a ninguno de los dos les importo en lo más mínimo. Separandose un poco quedaron frente a frente mirándose a los ojos, uniéndose poco a poco en un beso, un beso tierno y repleto de amor sincero, no solo de max; si no de ambos.
— Gracias max — agradeció Bradley en un susurro terminando el beso
— rie — mírate, estás empapado. Los dos lo estamos — dijo mirándose ambos
— ¿Sabes que? — suspiro — no me importa ¡No me importa! — grito lleno de alegría — me siento muy vivo — expreso dando pasos hacia atrás y levantando el rostro hacia la lluvia — ¡Soy un desastre y me da completamente igual! — grito con libertad
Max entre risas tuvo una idea. Minutos después los dos estaban patinando por las calles aun con la lluvia. Llegando a un parque max comenzó a saltar en los charcos y bradley emocionado como si de un niño pequeño se tratara comenzó a imitarlo. Max miro al castaño y noto que, efectivamente, solo era un infante reprimido con una vida normal robada. Tomándolo de las manos dieron vueltas pisando con fuerza los charcos y quedando empapados en la lluvia.
Después de un buen rato de jugar, max sabía que la fiesta terminaría muy tarde por lo que supo que tendrían el tiempo suficiente para ir a su casa y asearse para luego volver a la fiesta como si nada hubiera pasado. Usando su llave ambos entraron enlodando un poco el suelo.
— Lo siento... Creo que quedará un poco sucio — se disculpo Bradley sintiéndose culpable
— tranquilo, lo limpiare mañana antes de que nos vayamos — dijo max cerrando la puerta tras de el
— ¿Seguro? ¿No se enojara tu papá? — pregunto sorprendido
— Nah, solo se impactará un poco pero cuando le expliqué se le pasará. — explico para tranquilizarlo
Afortunadamente cuando estaban limpios y arreglados otra vez la lluvia se había detenido y el cielo estaba despejado. Ambos salieron de la casa y comenzaron a patinar en dirección a la fiesta.
— ¿Sabes? Verdaderamente me divertí mucho, jamás había hecho algo así — dijo con sinceridad acompañado con una sonrisa
— ¿Sabes que? Te traeré a casa en navidad, festejaremos en familia y nos divertiremos aún más con la nieve — le propuso sonriente
— ¿En serio? ¿Lo prometes? — pregunto ilusionado
— ¡Claro! — afirmó con ánimo y pronto se le ocurrió algo — oye, yo sé que vamos algo tarde pero ven. Detente aquí — pidió deteniéndose en una orilla.
En cuestión de segundos Bradley estaba parado encima de la patineta que estaba en posición vertical dejándolo mantener sus dos pies ahí. Max por su parte lo tenía sujeto de las caderas y Brad a el del cuello.
— ¿Seguro que es buena idea? De verdad creo que estás completamente loco novato — dijo bradley entre risas
— Tu confía en mí, necesito que en cuanto le dé vuelta a la patineta con mi pie tu saltes. La idea es que quedes exactamente en la misma posición que ahora — pidió
— Estás loco, eso es imposible. Solo harás que me caiga galán — se negó Bradley queriendo bajar
— ¡No! Confía en mí, anda — suplico con sus mejores ojos de cachorro
— Agh está bien — acepto rodando los ojos rendido
Max le dió vuelta a la patineta y bradley salto de inmediato, desafortunadamente no logro su objetivo y solo estaba a punto de caer siendo detenido por max que lo tenía bien agarrado.
— ¡Te lo dije! — dijo en voz alta Bradley
— Otra vez, anda — insistió max y bradley volvió a aceptar
Después de varios intentos lo lograron y ambos dieron pequeños saltos de felicidad para luego unirse en un beso quedando max abajo parado en el suelo y bradley (que de por si ya era más alto que el) un poco arriba de pie sobre la patineta.
Después de horas de estar desaparecidos los dos volvieron a la fiesta. Afortunadamente Goofy estaba tan ocupado con sus tradiciones de boda que ni siquiera se dió cuenta. Los dos entre risas fueron a buscar algo de comer y se sentaron su mesa otra vez.
— ¡Muy bien! ¡Damas acérquense! — pidió Silvia estando a punto de lanzar el ramo
Todas las mujeres del lugar se reunieron detrás de ella impacientes por atrapar la agrupación de flores que prometía una siguiente boda y una vida prospera.
— 1... 2... ¡3! — Silvia lanzo su ramo sin ver hacia quien se dirigía.
Por su fuerza termino tan atrás que acabo en medio de los dos chicos que se miraban a los ojos llenos de amor hipnotizados por el otro. En cuanto notaron la presencia de las flores Bradley solo las tomo con confusión y sin darle importancia las lanzo lejos volviendo ambos a su posición. En consecuencia estás cayeron en manos de Daysi quien grito con mucha alegría y euforia.
— ¡Si! ¡Es mío! ¡Donald! — gritando de felicidad hasta que lo ve correr — ¿Eh? ¡Donald! — ahora grito furiosa
*Sonidos intengibles de Donald huyendo con furia*
Goofy riendo también lanzo su flor de bolsillo callendo ahora en manos de Mickey quien al instante recibió un beso en la mejilla de Minnie haciéndolo sonrojar.
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