Sam suspiró tembloroso mientras balanceaba sus pies esperando paciente a su abuelo que se tardaba buscando las llaves del coche no sin antes pedirle que esperara afuera en el porche de la casa, estaban por llegar tarde en su primer día y el hombre mayor sabe bien lo malhumorado que podía ponerse su nieto ante la minima impuntualidad. Sobre todo en su primer día de clases.

El castaño levantó la vista de sus manos para observar con curisidad a su derecha dónde provenia aquella risa escandalosa que había escuchado era de un chico -de su edad tal vez- viniendo acompañado de otro chico más bajito. El primero que había reído de manera escandalosa era muy alto, cabellos rubios dorados cortos, piel blanca palida a diferencia del otro más bajo que tenía el cabello castaño más oscuro que el suyo y largo por atrás dejando su frente al descubierto. Habían parado en la casa del alado de la cual no supo mucho dado su reciente llegada al pueblo, justamente cuando iba a quitar su mirada y buscar a su abuelo uno de los chicos lo miró al sentir la suya en ambos.

El castaño lo miraba sin ninguna expresión, sus ojos eran fríos y serios, casi intimidantes ante el brillo que veía, ignoraba completamente a su amigo que parloteaba algo de películas que Sam no entendió por perderse en aquellos penetrantes ojos negros que parecían analizar cada rasgo de el en silenció. Para su suerte, salió su abuelo al rescate celebrando y exito en su búsqueda mientras balanceaba las llaves del coche en un dedo logrando atraer la atención de los otros adolescentes.

"¡Sam, ya las encontré! Mueve tu trasero y vámonos de una vez". El menor agradeció internamente la llegada sonora de su abuelo y se levantó del porche para dirigirse rápidamente hacia el auto de su abuelo para irse rápidamente al instituto.

El viaje no duró tanto como había pensando pese ser de mañana parecía que su abuelo no podía dejar de darle consejos en su primer día como si fuera un adolescente en su primer año de instituto cuando ya estaba por terminarlo. El simplemente se conformaba a sentir distraídamente mirando por la ventana sabiendo que su mente todavía pensaba en el chico que había parado en la casa vecina con su amigo y lo había mirado fijamente. Con solo pensarlo sintió escalofríos y un leve malestar sumado que tendría a todos en la mira apenas tocara el suelo del instituto.

Su abuelo estacionó el auto asomando un poco su cabeza con sorpresa al igual que el ante la cantidad de reporteros que había en el instituto molestando y acosando a adolescentes. El viejo hombre chifló mirando la escena con sorpresa y un toque de diversión.

"Supongo que ya eres noticia hijo". Bromeó palmeando su hombro, pero noto los nervios del castaño y solo atino a acariciar sus cabellos levemente ondulados por su largo. ''Hey todo estará bien, tienes mi número ante cualquier cosa que suceda". El menor está vez si presto atención tomando una bocanada de aire para tranquilizarse y asintio finalmente mirando a su abuelo.

"No te olvides de comprar las papas". Lo señaló acusadormente con su dedo índice antes de bajarse. El hombre rodo los ojos divertido sabiendo la promesa que había echo e hizo el gesto de promesa de exploradores como una broma a sus tiempos de más joven cuando iba a campamentos antes de la muerte de sus padres.

"Lo prometo". Aseguró el hombre mayor, a lo que Sam rodo los ojos negando con la cabeza divertido y se bajó del auto finalmente. "Mucha suerte!". Se despidió cerrando la puerta de su auto y Sam comenzó a caminar finalmente para que su abuelo pudiera irse con tranquilidad.

Y tal como lo supuso, las miradas se pasaron en el murmurando entre grupos el rostro nuevo que había llegado a WoodsBoro, Sam intentó ignorarlas mientras se abría camino hacia la oficina del director manteniendo en su cabeza como recordatorio la dirección de la oficina de este para poder buscar sus horarios. Aunque su parloteo mental fue interrumpido cuando de manera inconsciente escuchó algo que hizo saltar su corazón.

"Escuché que Steve y Casey fueron asesinados anoche, por eso está esa chismosa aquí". Escuchó la voz fastidiada de una estudiante a sus espaldas.

Un escalofrío recorrió su cuerpo causando que sus rodillas fallaran ante sus nervios pero no perdió la compostura y trato de volver a su nota mental sobre la oficina del director pero cuando apenas piso los pasillos del instituto su mente parecía solo repetir las palabras de aquella estudiante en ves de la dirección que deseaba ir. Respiró hondo intentando calmar los latidos de su corazón y miro a su alrededor buscando algún estudiante que pudiera ayudarlo.

Miro a la derecha y sus ojos se cruzaron con los chicos que había visto al lado de su hogar, pero solo era el castaño bajito mirandolo de la misma forma aunque un poco sorprendido de verlo y la chica que estaba en sus brazos parecía darse cuenta de eso por lo que miro en su dirección curiosa, luego miro a una chica rubia y ahora todo el grupo lo miraba mientras se murmuraba.

Sam decidió no ir a ellos, aparto la mirada incómodo y continuo su camino pudiendo sentir todavía la mirada del grupo en el.

"¡Hey, chico nuevo!". Una voz femenina lo llamó a sus espaldas y supuso que era la del grupito.

Samuel giro sobre su hombro encontrando a la rubia arrastrando a a la chica que había estado en brazos del otro, pudo ver en ella un leve sonrojo en sus mejillas a diferencia de la rubia que parecía irritada con su comportamiento.

"¿Necesitas ayuda?". Pregunto la chica rubia una vez que llegó a el.

El chico asintio tímidamente.

"Si, uhm...buscaba la oficina del director para poder tener mis horarios". Respondió y justo en el momento aparece el chico rubio alto de antes abrazando por la cintura a la rubia frente a él.

"Oh, ¿tu eres el vecino de Sidney". Lo señaló con su dedo con una gran sonrisa amistosa que Sam se sintió contagiado. "Soy Stuart pero dime Stu, ella es mi linda novia Tatum y nuestra amiga Sidney, tu vecina". Señaló a cada una mientras la presentaba y cuando presento a la chica Presscot asintió lentamente recordando sus nombres.

"Podemos presentarnos, gracias". Tatum rodo los ojos y se separo del abrazo de su novio y de Sidney. "Ven, te llevaremos a la oficina del director y veremos si compartes clases con nosotros". Stu asintió emocionado pero Sidney se quedó atrás causando que la pareja la mirara.

"Tengo que ir con Billy, pero nos veremos luego". Ambos asintieron y se pusieron al lado de Sam como si fueran una especie de guardaespaldas.

"Oye, no nos dijiste tu nombré chico nuevo". Stu rodeo sus hombros con su brazo, sorprendiendo al más bajito que apenas su cabeza rozaba su hombro. El menor sonrió tímidamente ante el abrazo.

"Soy Samuel pero díganme Sam, si me dicen Samuel siento que mi abuelo me está regañando". Arrugó la nariz de manera divertida que la pareja logro reírse a carcajadas después de una mañana tensa.

Tatum lo miro con picardía. "Oye Sam, ¿sabes algo del porque había tantos reporteros está mañana?". Pregunto acercándose a el en un susurró solo audible para los dos varones. Aunque Stu tuvo que inclinarse un poco para oírla.

"Algo así, pero no entendí mucho". Respondio sincero y una mueca de disgustó aparece en su rostro.

"En el almuerzo te explicaremos mejor, ya llegamos". Señalo la puerta marrón frente a ellos y Sam asintio con una sonrisa mirando a la pareja.

"Gracias por el tour hasta aca". La pareja sonrió.

"No hay de que, te esperamos afuera".